The Great Demon King I - Libro Primero: El Bosque Oscuro
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Capítulo 2 1 DESDE LAS PROFUNDIDADES DE LA TUMBA

"¡Hay pequeño, pequeño, realmente desperdiciaste tantas oportunidades!"

"¿Quién?... ¿Quién es?" quiso preguntar, pero no podía mover sus labios, ni tampoco ver nada. Sólo había oscuridad y no parecía estar en ninguna parte.

"No importa. Voy a darte otra oportunidad y te protegeré especialmente. Como siempre lo he hecho con todos... ¡Ahora abre los ojos!"

Después de un tiempo, Han Shuo abrió lentamente sus adoloridos ojos. Pronto descubrió que su cuerpo entero parecía atrofiado y maltrecho, sobre todo la cabeza, donde sentía una migraña extremadamente severa, como si alguien estuviera apuñalándole el cerebro sin cesar.

Con el tiempo su sufrimiento fue disminuyendo y finalmente pudo volver a pensar. Entonces miró a su alrededor con dificultad, solo para descubrir que estaba completamente rodeado por unos montículos espeluznantes de huesos blancos apilados desordenadamente en lo que parecía una oscura caverna. A cierta distancia creyó ver una extraña materia negra que no podía identificar, de la cual emanaba un olor nauseabundo.

- Ah. Supongo que realmente estoy muerto y esta debe ser la antesala del Rey Yama. Aunque creí que sería un lugar más amarillo en lugar de un agujero mugriento - Murmuró Han Shuo mientras sollozaba: - ¿Dónde mierda terminaré? ¿Cielo, infierno, el samsara o el vacío? -

En ese momento sentía que su corazón estaba seco, seco como un motón de cenizas frías. No podía aceptar el hecho de haberse muerto de un modo tan ridículamente inesperado.

"¡MALDICIÓN!" se repetía una y otra vez mientras recordaba su suerte, junto con la forma en que había pasado su vida. Sin importar cuanto lo pensase, se daba cuenta de que habían sido treinta años perdidos y desperdiciados en banalidades sin sentido ni propósito, repitiendo constantemente los mismos eventos: Trabajar-comer-dormir-vagar-masturbarse-autocompadecerse-dormir-trabajar. Nunca se esforzó realmente ni intentó darle a su existencia algún tipo de propósito superior. Tenía demasiado miedo, así que siempre escogió el camino más fácil y seguro. Pasó tanto tiempo envidiando a otras personas que dejó pasar incontables oportunidades. Era una persona infeliz, pero le daba mucho miedo hacer algo al respecto y terminó acomodándose en esa mediocridad que detestaba.

Cuando Han Shuo llegó a esta conclusión toda su amargura se trasformó en irritación, una intensa irritación contra sí mismo por haber perdido su tiempo. Por haber tenido que morir para entender cuán importante era vivir. Llegó al punto de desear reencarnarse cuanto antes o pasar rápidamente al destino que le deparara tras la muerte. No importaba qué destino tuviese, se juró a si mismo que haría todo de un modo diferente.

Y en ese momento la cabeza de Han Shuo empezó a dolerle ferozmente, tanto que tuvo que sostenerla entre sus manos durante un buen rato mientras sus aullidos de dolor hallaban eco en las paredes rocosas. Pero cuando el dolor remitió... sintió que de algún modo desconocido había aprendido muchas cosas nuevas.

- Bryan... Bryan... ¿Quién carajo es ese Bryan? -

****

Media hora después...

Han Shuo estaba atónito. Siempre había pensado que reencarnar en el cuerpo de otra persona era material exclusivo de películas y dramas; "¿Cómo demonios me pudo ocurrir esto a mí? ¿Quizá se deba a algún error cometido por la magia de ese maldito vejestorio de Chu Cang Lan?" Y para aumentar aún más su desconcierto, había reencarnado en el cuerpo de un extranjero.

Lentamente sus ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad y empezó a distinguir más cosas. Poco a poco fue aflojando sus extremidades atrofiadas hasta que logró levantar su brazo derecho a la altura de sus ojos. Confirmó entonces que el lunar negro cerca de su muñeca que lo había caracterizado durante su vida se había ido y en su lugar tenía unas cicatrices muy desagradables, que se arrastran como gusanos sobre la piel de sus brazos. Una fría sensación de terror brotó de sus entrañas y se estremeció involuntariamente: Era como si lo hubieran estado torturando con azotes durante años.

Este cuerpo definitivamente no era el suyo y Han Shuo tuvo que aceptar el hecho de que había ocupado el cuerpo de otra persona...

El dueño original de su nuevo cuerpo era un tal Bryan, pero ya estaba muerto. Aun así, por alguna extraña razón, podía recordar el pasado de la vida de Bryan como si hubiese sido el suyo. Incluso era consciente de que no había reencarnado a los Estados Unidos o Inglaterra, ni en ninguno de los países occidentales.

Se encontraba en un mundo diferente, en un lugar conocido como la tierra de VATHÝS dentro de un país desconocido llamado el Imperio Itálico, uno de los muchos pueblos y naciones que constantemente se enfrentaban por la supremacía. Esta era una tierra extraña con espadas y hechicería, en la que las razas fantásticas existían. Una tierra en la que el fuerte oprimía al débil a no ser que este aprendiera a someterse hasta que llegase el momento de reclamar su venganza. Un lugar gobernado por una serie de personas que se consideraban superiores a los demás y otras que se consideraban inferiores.

Los padres de Bryan habían fallecido cuando él era un bebé por causas que nunca llegó a saber. Y sólo tenía unos diez años cuando sus desalmados tíos lo vendieron a un traficante de esclavos por unas miserables monedas para sacárselo de encima.

El esclavista lo hizo vivir en jaulas como un animal, alimentándolo con sobras y un pedazo de tela sucia como vestimenta. Mientras tanto le enseñaba a obedecer con terribles latigazos, algunos de los cuales llegaban a cortar su carne hasta el hueso. Estuvo meses enteros sin poder respirar aire fresco, sin poder ver directamente la luz del sol y llorando hasta que se le acabaron las lágrimas.

Un día lo sacaron bruscamente de su prisión, lo metieron en un cubo de agua helada para quitarle la suciedad, lo limpiaron con aceites y lo cubrieron de cal para disimular sus cicatrices. Entonces lo exhibieron desnudo en una tarima junto con otros jóvenes como él, aunque Bryan no podía estar completamente seguro porque sus ojos aún no se recuperaban de pasar tanto tiempo en la oscuridad y el resplandor del día lo deslumbraba. No supo cuándo ni quien lo compró, pero el algún momento fue vendido a la Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares.

Desde ese momento su vida no había dejado de volverse más y más miserable. Para empezar, tuvo la mala fortuna de ser asignado como el Recadero para los estudiantes de la disciplina mágica más menospreciada en toda la Academia Babilonia... La Escuela de Necromancia.

Durante unos 4 años que le parecieron eternos su trabajo había consistido en ayudar a los estudiantes limpiando los esqueletos, cadáveres y cualquier basura nauseabunda producida después de algún experimento mágico fallido, los cuales no eran pocos. Aparte de eso, también estaba a cargo de varias tareas del servicio doméstico como hacer el té, servir agua, barrer el piso, limpiar los retretes y matar insectos.

Como la Escuela de Necromancia tenía muy pocos sirvientes desde un principio, terminaron cargándole la mayor parte al esclavo. Y lo peor de todo era que los estudiantes a menudo lo utilizaban como objetivo de práctica para probar las habilidades de batalla de sus invocaciones. A veces era apaleado por esqueletos o espectros experimentales y también era el sujeto de prueba para las magias ofensivas nigrománticas. Más de una vez terminó con heridas espantosas.

El débil y cobarde de Bryan había sufrido silenciosamente un infierno de dolor durante esos últimos años y su cuerpo terminó cubierto de innumerables cicatrices y moretones. Los estudiantes de necromancia también lo usaban para desahogarse cada vez que perdían una batalla mágica contra los estudiantes de alguna de las otras disciplinas mágicas, no les importaba si estaba sufriendo disentería por la asquerosa comida que le daban o si se encontraba realizando sus interminables tareas.

Bryan había muerto miserablemente a la edad de dieciséis años, de los cuales seis habían consistido en una tortura constante. El pobre pensaba constantemente en cometer suicidio. Sin embargo, era un ser tan cobarde y pusilánime que ni siquiera pudo encontrar el valor para matarse él mismo.

Y así soportó en silencio su tortura, sin atreverse a resistir o quejarse.

Finalmente, el día anterior, una joven bruja llamada Lisa invocó un monstruo bastante débil, pero muy rápido y del cual no pudo escapar. El joven esclavo estaba tan desnutrido que la simple proximidad con la Criatura Oscura fue suficiente para extinguir su vida. Bryan no sintió pena por su muerte, sólo el triste gozo de liberarse de su infeliz existencia.

Después de haber estado dedicado a deshacerse de los cadáveres y los huesos de esqueletos rotos durante tanto tiempo, otro esclavo terminó por arrojar a Bryan dentro de la fosa, sobre el mismo montón de basura hedionda en la que tiraban los desperdicios.

Hasta hace unos momentos, Han Shuo pensaba que su vida había sido bastante miserable, pero cuando la comparó con la de Bryan, la pena y la compasión lo embargaron. Por primera vez supo cuán afortunado había sido y sintió aún más vergüenza por haber perdido tanto tiempo lamentándose cuando podría haber hecho cosas grandiosas.

Ahora que entendía lo que había tenido que sufrir ese pobre muchacho, la voz de Han Shuo ahogó un suspiro mientras murmuraba: - ¡Ay Bryan! ¿Cómo pudo existir un chico tan desafortunado como tú en este mundo tan cruel? Bryan, Bryan ¿acaso hay algo que pueda hacer por ti ahora que he ocupado tu cuerpo? -

Y cuando esas palabras salieron de sus labios Han Shuo sintió algo diferente, extraño y desconocido. Al principio pensó que era su imaginación, pero después descubrió que había una extraña sustancia líquida ondulando dentro de su cuerpo. Este fluido era tan pequeño que era fácil pasarlo por alto, pero ahora parecía estar reaccionando a sus sentimientos de congoja. Entonces su cabeza volvió a dolerle con intensidad, pero al mismo tiempo unos recuerdos completamente diferentes despertaron en el interior de su mente. El extraño líquido se puso a circular lentamente por todo su cuerpo a medida que Han Shuo luchaba por sobreponerse al dolor y comenzó a perderse en el torbellino de estas nuevas memorias. Descubrió que una enorme cantidad de nuevos conocimientos había invadido su mente, todos ellos parecían pertenecer a ese maldito vejestorio Chu Cang Lan.

En sus memorias aparecieron referencias a la Magia Demoníaca y los nueve niveles diferentes en los cuales se dividía, cada uno más poderoso que el anterior. Estos eran respectivamente conocidos como el "Reino Sólido", el "Reino de los Pasajes Abiertos", el "Reino del Espíritu Moldeado", el "Reino de los Demonios Verdaderos", el "Reino Sanguinario", el "Reino de los Demonios Separados", el "Reino Carnal", el "Reino de los Nueve Cambios" y el "Reino del Presagio". Aquellos que dominaban la Magia Demoníaca extraían su poder directamente de sus emociones más intensas para obtener todo lo que quisieran o matar a quien se les viniera en gana, ignorando completamente toda moral o ética en la búsqueda del poder absoluto.

El objetivo final de estos magos abominables era transformarse completamente en existencias similares a los dioses del mal y obtener la habilidad de destruir montañas con un simple gesto o forjar destinos con un pensamiento.

Después de estar sentado durante un buen rato, Han Shuo había aprendido muchas cosas que antes le hubieran parecido inconcebibles. De una cosa estaba seguro: algo había salido mal con la última magia que había intentado hacer Chu Cang Lan y ahora el alma del viejo había desaparecido, pero había dejado en Han Shuo una gran cantidad de conocimiento.

El extraño líquido que sentía en su cuerpo se llamaba Esencia Mágica . Era un elemento fundamental y el más importante para desarrollar el poder de la Magia Demoníaca. Según los recuerdos de Chu Cang Lan, un aprendiz demoníaco tendría que entrenar un promedio mínimo de tres a cinco años junto con una compleja serie de sacrificios rituales para generar con éxito esta Esencia en el interior de su cuerpo. Han Shuo no había hecho nada, pero por algún motivo ya tenía ese fragmento de Esencia Mágica fluyendo en su interior. Aunque por el momento era tristemente insignificante, apenas más gruesa que la hebra de un cabello.

Han Shuo se esforzó para recordar todo lo que había acontecido la última vez que se encontró con Chu Cang Lan. El viejo maldito había querido usar su cuerpo como un salvavidas, pero algo había salido mal y en su lugar terminó fusionando parte de su alma con la de Han Shuo al mismo tiempo que lo enviaba a este extraño mundo. Todo el conocimiento que ahora tenía seguramente eran las memorias de Chu Can Lan.

A parte de eso, también poseía los recuerdos del difunto Bryan, pero estos eran muy limitados porque el desdichado joven era un simple esclavo y nunca tuvo un gran conocimiento del extraño mundo en que se encontraba. La mente de Han Shuo comenzó a funcionar a toda velocidad mientras consideraba las opciones que tenía por delante.

El verdadero Bryan estaba muerto, y ahora él estaba ocupando su cuerpo. Han Shuo era ahora Bryan y había sido vendido a una escuela de Artes Mágicas y Militares... este era un estigma de por vida del que no podría librarse fácilmente. El Imperio Itálico castigaba a cualquier esclavo fugitivo de modos muy crueles y brutales. Y aunque por algún motivo pudiera escaparse de sus amos magos, moriría de hambre al poco tiempo, porque ni siquiera tenía una miserable moneda de cobre consigo. Así que de momento huir quedaba descartado.

Después de una cuidadosa consideración, concluyó que su mejor opción para sobrevivir era regresar a la Academia. Sólo allí podía encontrar una forma de cambiar su condición de esclavo y hacer algo por el desgraciado Bryan.

"Sea pues, entonces por el momento supongo que me tocará ser Bryan... Bryan... Bryan. Muy bien, la tengo grabado. A partir de ahora me llamo Bryan."

Han Shuo, ahora llamado Bryan, sentía que cada articulación le dolía con el menor movimiento. Y es que el miserable esclavo había tenido un montón de viejas lesiones incluso antes de su muerte. El dolor se disparó con furia a través de su cuerpo cuando intento ponerse de pie, así que se sentó apresuradamente después de soltar un: - ¡Own! ¡Mierda! Poco a poco... Paso a pasito. -

Bryan no sentía ninguna especie de aprecio o gratitud hacia Chu Cang Lan. De hecho, en su mente ya lo había etiquetado como causa principal o al menos circunstancial de cualquier mal que le aconteciese en el futuro por haberlo secuestrado, intentado matar y luego enviarlo a este lugar. Tampoco conocía nada sobre la forma de vida o el mundo del que provenía ese malvado anciano, aparte de lo que podía ver a través de los recuerdos de este último. Pero entre todos los conocimientos que el viejo le dejó, había uno que destacaba sobre los demás: que al desarrollar la magia demoníaca también fortalecería su cuerpo físico. Con suficiente entrenamiento, podría viajar a otros lugares en un instante o mover continentes y dar nueva forma a los océanos.

Y aunque una parte de él no podía dejar de pensar que Chu Cang Lan estaba un poco mal de la cabeza, también estaba convencido de que la información de sus recuerdos debía ser verdadera, sobre todo por la forma en que el vejestorio lo había llevado directamente hasta la luna.

Pensando que no tenía nada que perder, Bryan buscó en los recuerdos del viejo las instrucciones para desarrollar esta magia maligna. Lo que más le interesaba en ese momento era dar los primeros pasos para ingresar en el "Reino Sólido" y así mejorar cuanto antes el destrozado cuerpo en que se encontraba.

Poco a poco fue entendiendo los complejos encantamientos que necesitaba para controlar ese débil fragmento de Esencia Mágica que poseía. Conforme más se concentraba e intentaba controlar la esencia, tal y como indicaban las leyes y principios del "Reino Sólido"; el extraño líquido que al principio fluía en su interior de un modo aleatorio comenzó a moverse donde él lo desease.

Secretamente complacido, Han Shuo comenzó a pensar que los recuerdos del viejo al final podían llegar a serle de mucha utilidad y decidió continuar meditando hasta que finalmente pudo conseguir que la Esencia Mágica circulase más rápidamente usando sus propias venas.

Sólo detuvo su entrenamiento cuando el estómago le comenzó a rugir. No tenía idea de cuánto tiempo había meditado, pero los dolores de su cuerpo se habían reducido en gran medida. También sentía que había recuperado un poco de la fuerza en sus extremidades e incluso alguna nueva. Era increíble que ya pudiese notar los resultados después de haberse puesto a meditar por primera vez. Entonces intentó imaginar sin éxito la enorme cantidad de años que habría estudiado el maldito vejestorio de Chu Cang Lan para adquirir esos conocimientos y ya no le extrañaba tanto que hubiera podido viajar hasta la luna con tanta facilidad. Ahora podía hacerse una idea aproximada de lo poderoso que había sido ese maldito viejo cuando estaba vivo.

Mientras se tomaba un descanso del entrenamiento, Han Shuo notó algo extraño... el fragmento de Esencia Mágica ya no se limitaba a circular por sus venas, sino que ahora podía fluir por debajo de su piel, entre sus músculos, sus huesos y las articulaciones.

El principal objetivo de los magos que intentaban dominar del "Reino Sólido" consistía precisamente en el incremento progresivo de la cantidad de Esencia Mágica, la cual a su vez iría fortaleciendo proporcionalmente todo el cuerpo del mago demoníaco: desde los músculos hasta los órganos internos y los huesos. Cuerpo físico y Esencia Mágica mejoraban al mismo tiempo porque, aunque parecía que curaba sus heridas, lo que en realidad sucedía era que la sustancia realizaba pequeñas modificaciones de su físico y al hacerlo incrementaba un poco en cantidad. El objetivo final era que el aprendiz oscuro adquiriese una fuerza y resistencia sobrehumanas, lo cual era imprescindible para sobrevivir al duro entrenamiento al que tendrían que someterse en los niveles superiores.

No faltaban algunos fanáticos entusiastas que, en lugar de limitarse a desarrollar su físico poco a poco siguiendo las normas establecidas, preferían apresurar las cosas lastimándose a sí mismos voluntariamente para así acelerar el proceso de fortalecimiento. Curiosamente, este extremo y considerablemente doloroso entrenamiento era el que producía mejores resultados.

Cuando entendió esto, Bryan no pudo evitar hacer una mueca mientras pensaba con ironía: "¡Genial, la única magia que puedo utilizar fue desarrollada por un montón de locos adictos al dolor! Bueno, dado que este cuerpo siempre ha tenido que pasar por cosas muy similares a la tortura, tal vez mi progreso en el Reino Sólido será más rápido cuando regrese a la Academia. ¡Esta es una desagradable ventaja de que me apoderado del cuerpo de un esclavo!"

Después de esta reflexión apreciativa, Bryan decidió que era hora de salir del asqueroso lugar en que se encontraba. Hasta el momento había sufrido tanto dolor que cada movimiento era un auténtico suplicio, pero ahora ya se sentía mucho mejor y no podía soportar pasar ni un minuto más en medio del hedor de esa fosa.

De acuerdo con los recuerdos del difunto esclavo, la basura era llevada a una especie de caverna, al final de la cual había una gran fosa natural. Ahí era donde se encontraba en ese momento.

Todavía le dolía su cuerpo cubierto de cicatrices cuando se puso de pie. Y es que seis años de tormento llevaban mucho tiempo desgastando el cuerpo de Bryan, eso sin mencionar su pobre dieta. Como resultado, estaba desnutrido, delgado y apenas medía un metro cincuenta de altura.

Con mucho esfuerzo se abrió paso sobre los montículos de porquerías que cubrían el húmedo suelo y luchó para trepar hasta la salida con su débil cuerpo. Sus articulaciones crujían, sus músculos protestaban, pero aun así perseveró. Después de un tiempo y unas cinco o seis caídas, finalmente logró salir de la fosa. Cuando llegó a la entrada de la cueva vio los rayos de la luna iluminando la tierra y derramando su luz a través de las nubes.

Frente a sus ojos había un sendero rocoso que descendía hasta un terreno plano donde había hileras de tumbas. Se trataba de un cementerio antiguo, anterior a la construcción de la Academia. Parecía que lo habían empezado a utilizar, pero al final decidieron dejarlo incompleto, porque varias fosas se veían vacías y había sectores sin construir. Aun así, era una visión tétrica para cualquiera. Sin embargo, Bryan estaba demasiado feliz de poder respirar nuevamente y ver el cielo descubierto como para deprimirse e incluso sintió que su corazón se inundaba de una fuerte alegría por estar vivo.

La Esencia Mágica estaba circulando por todo su cuerpo, ya sin necesidad de dirección, reparando muy lentamente el daño de su cuerpo. Bryan entonces pensó con optimismo: "Lo que no te mata, te hace más fuerte. Y además tengo un recurso que puedo utilizar. ¡No estoy indefenso! ¡Voy a sobrevivir!" Sin querer, Chu Cang Lan le había dejado métodos secretos de entrenamiento que podrían resultarle de mucha utilidad y que lo ayudarían a lograr metas u objetivos que nunca se habría atrevido a soñar antes.

Sin embargo, Han Shuo no tenía idea en ese momento de que la Esencia Mágica escondía un secreto maligno en su interior. Porque su verdadera naturaleza era la de una semilla que conforme se desarrollaba no solamente fortalecería su cuerpo sino también afectaría su mente. Antes de llegar a este mundo, Han Shuo ya había estado concibiendo malos deseos y pensamientos, pero nunca se atrevió a intentar realizarlos. Esta semilla intentaría aprovecharse precisamente de esa debilidad en su alma para llevarlo a su perdición y si no tenía cuidado terminaría convirtiéndose en una calamidad para él y para todos los que lo rodearan. Un auténtico monstruo condenado por toda la eternidad.

            
            

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