Era medianoche cuando Bryan se despertó. La Esencia Mágica volvía a circular por su cuerpo de forma aleatoria, pero parecía haber algo extra dentro de su cerebro. Entonces miró a su alrededor y descubrió sorprendido que todo su entorno parecía mucho más claro en comparación con antes.
"Algo ha cambiado en mi interior." Pensó sorprendido, entonces tuvo una idea repentina y cerró los ojos para ponerse a meditar siguiendo el método que había aprendido en "Los Fundamentos de la Necromancia". Luego de unos momentos confirmó con asombro que cuando la Esencia Mágica entró en contacto con la Agonía del Alma, de algún modo forzó su cerebro de tal forma que había desarrollado una cierta cantidad de "Fuerza Mental".
- Jajajaja... ¡Definitivamente soy un genio! Ni siquiera ha pasado un mes, pero ya tengo las bases para convertirme en un mago. Je, je, tal vez es hora de probar algo nuevo. ¡Vamos a ver si puedo convocar a un guerrero esquelético! -
Entonces abrió apresuradamente el libro mágico y comenzó a explorar las páginas, pero después de un buen rato revisando capítulo por capítulo, seguía sin encontrar el encantamiento para convocar a un guerrero esquelético. Entonces recordó que "Los Fundamentos de la Necromancia" era simplemente un libro de introducción sobre conocimientos básicos y no contenía encantamientos ni hechizos.
Bryan frunció el ceño mientras pensaba en una solución y recordó el conjuro que Lisa había utilizado con un poco de esfuerzo. Extendió uno de sus brazos con la palma abierta, concentró en su Fuerza Mental y recitó: - ¡Almas de los guerreros caídos, escuchen la llamada del heraldo oscuro y revelen su existencia! -
Cuando terminó, sintió que la pequeña cantidad de Fuerza Mental que hasta hace un momento tenía en su cabeza se desvanecía rápidamente. Luego comenzó a sentirse mareado como si llevase varios días sin dormir.
Se dirigió dando traspiés hacia su camastro y aduras penas alcanzó a dejarse caer sentado sobre el montón de paja. Casi al mismo tiempo, una sombra negra se desplazó por su pequeño almacén y entonces vio a un pequeño esqueleto blanco, que tenía la mitad de altura en comparación a los que Lisa había convocado.
Bryan sintió que una gran alegría lo embargaba mientras miraba a su Pequeño Esqueleto, blanco como la nieve, sosteniendo un puñal de hueso y mirándolo fijamente con sus vacías cuencas oculares. A pesar de su menudo tamaño, seguía siendo una Criatura Oscura y era la prueba de que su hechizo necromántico había tenido éxito.
El problema era que su agotamiento era tanto que no lo dejaba moverse, pero recordó lo que estudió en "Los Fundamentos de la Necromancia" en un capítulo que explicaba el contragolpe que un mago experimentaba si agotaba por completo Fuerza Mental. El autor mencionaba que ese era uno de los principales riesgos a la hora de hacer magia, pues si no se tenía cuidado, podía quedar inconsciente en medio de una batalla.
"Eso debe ser lo que me ocurre ahora." Pensó irónicamente Bryan sonriendo agotado. "Eso o me drogué por respirar la peste de tanta basura. ¡Bah, como sea!"
Mientras estaba tirado en la cama, sintió que tenía una extraña conexión mental con el Pequeño Esqueleto frente a él, pero en ese momento no tenía poder alguno con el que emitir una orden y mucho menos devolverlo al inframundo donde pertenecía. Así que se quedó contemplándolo sin poder hacer o decir nada.
Así fue como un ser humano y un esqueleto se quedaron mirándose inexpresivamente durante un buen rato. Nadie vendría al almacén de Bryan de todos modos y el Pequeño Esqueleto no podía hacer nada si su invocador no se lo ordenaba, así que daba lo mismo si estaba ahí.
Finalmente, Bryan emitió un suspiró agotado y se rindió al cansancio que lo embargaba. Sus pesados párpados finalmente se cerraron para dejarlo caer en un sueño profundo.
*****
Al día siguiente, cuando despuntaba el alba.
Bryan ya se había despertado y planeaba limpiar la basura como de costumbre antes de que los estudiantes se levantaran. Estaba a punto de empezar la misma rutina de siempre, cuando su mirada se posó en el pequeño esqueleto que seguía de pie junto al montón de basura.
Su Fuerza Mental parecía haberse recuperado un poco después de una noche de sueño, pero aun no era suficiente para enviar al pequeño esqueleto devuelta al inframundo. Sin embargo, parecía bastar para darle una sola orden y en ese momento se le ocurrió que podía pedirle que botara la basura por él.
Apenas había pensado en la instrucción, cuando el Pequeño Esqueleto estiró las piernas y lentamente extendió sus cinco dedos huesudos para recoger un montón de desperdicios a su alrededor. Luego abrió la puerta y salió.
- Je je, La magia sí que es conveniente y facilita la vida. ¡Gracias a este amiguito podré dormir unas cuantas horas más a partir de hoy! -
Bryan notó que todavía tenía tiempo antes de que amaneciera y se arrojó de vuelta a la cama para perderse en los brazos de Morfeo. Desde que había llegado a este mundo, esta fue la primera mañana que pudo dormir tranquilamente.
Cuando volvió a abrir los ojos, descubrió que el pequeño esqueleto había regresado y el almacén estaba limpio. Así que salió a lavarse la cara y entonces notó que casi todos los moretones de la paliza que recibió la tarde anterior habían desaparecido milagrosamente gracias a la Esencia Mágica e incluso algunas de las cicatrices en sus brazos parecían estar desvaneciéndose. A parte del ligero aturdimiento debido usar toda su magia por primera vez, su cuerpo parecía estar en muy buena forma.
El objetivo del entrenamiento en el "Reino Solido" consistía en la reconstitución del cuerpo físico, aumentando su fuerza y resistencia hasta llegar al nivel necesario para soportar los poderes que tendría en el futuro. Una vez que terminara de dominarlo, todas las heridas y cicatrices de su cuerpo deberían borrarse y también podría soportar heridas que matarían a una persona normal. En ese momento los ataques de los Guerreros Esqueléticos de Bach o Lisa ya no serían una amenaza para él.
Bryan permaneció inmerso en sus propios pensamientos mientras salía de su almacén y observaba cómo los estudiantes de necromancia se apresuraban para asistir a clase. Entonces cogió sus cepillos y rápidamente se dirigió a limpiar uno de los muchos pasillos de piedra bellamente decorado con columnas en el tercer piso.
- ¿Sabes qué, Athena? Hoy día fui al baño antes de que el sol se levantara y vi a un pequeño esqueleto arrastrando dos sacos con basura lentamente hacia el vertedero, ¡qué extraña visión! - La Aprendiz de Magia Amy charlaba con Athena mientras caminaban hacia el edificio donde se impartían las clases de magia oscura.
- ¡Que extraño! ¿Quién estaría tan aburrido como para convocar a un esqueleto y hacerle recoger la basura? ¿Ese no es el trabajo ese esclavo que se volvió un chiflado? Ya sabes, el tal Bryan. Debes de haber estado medio dormida y te habrás confundido. -
- ¡Es verdad, realmente vi a un pequeño esqueleto llevando dos sacos llenos de basura! Y también, me siento mal por Bryan. Su vida diaria ya es bastante dura. ¡Y ahora está sufriendo los efectos secundarios de la maldición de Lisa, además de ser golpeado por Bach todos los días! -
- Solamente es un sirviente que hace recados y encima es un esclavo. Ya ha tenido mucha suerte con tener un medio para sobrevivir. ¡No necesitas preocuparte por los de su clase! -
Las dos chicas fueron alejándose hasta que dejó de escuchar sus voces. Después de un rato Jack también llegó y se puso a limpiar las columnas con Bryan. Mientras los dos trabajaban minuciosamente, Bryan notó que de vez en cuando Jack lo miraba sorprendido, hasta que finalmente le dijo: - Bryan, creo que has ganado un poco de peso. ¿Y acaso Bach no te golpeó ayer? Tu rostro todavía estaba magullado cuando nos despedimos, ¿por qué se ve bien ahora? -
- Seguro que Bach debe haber estado haciendo algo de ejercicio antes de golpearme y se quedó cansado. Puedes ver en su expresión de idiota lo débil que en realidad es. ¡No tiene ninguna fuerza! - Después de esa declaración, Bryan sintió que su estómago estaba particularmente vacío y le dijo a Jack: - Mi apetito es más grande estos últimos días, invítame un poco de la comida que estás escondiendo. -
- ¿Eh? ¿Cómo supiste que estaba escondiendo comida? -
- Todos los recaderos de la escuela saben que tienes el hábito de esconder raciones en tus bolsillos. Eres el único que cree que sigue siendo un secreto. Deja de perder tiempo y dame un poco de pan. ¡Te lo devolveré en el futuro! -
Jack a regañadientes sacó un pedazo de pan después de escuchar a Bryan. Luego echó un cuidadoso vistazo a su alrededor y partió un pedazo para su amigo.
Bryan dejó su trabajo de lado para sentarse en el suelo y devoró el pan con avidez, pero apenas había dado unos bocados cuando de repente Jack le dijo: - ¡Escóndete!... ¡Ahí viene Bach! ¿Eh?! ¡Lisa también está con él! -
En efecto ambos personajes avanzaban por el pasillo de piedra sin prestar mucha atención al entorno. Bach sujetaba dos exquisitas cajas blancas en cada mano y caminaba detrás de Lisa con una sonrisa aduladora. Parecía que aún no se rendía en su intento de conquistarla. - Lisa, estos son bocadillos especiales que me envió mi familia y son increíblemente deliciosos. Todavía no has desayunado, ¿verdad? Por favor, prueba un poco. -
El día anterior cuando Bach estaba golpeando a Bryan, este se las arregló para darle un único puñetazo en el rostro, que hizo pasar por un accidente. Al joven mago todavía le quedaba la sombra de un moretón sobre la mejilla derecha y por eso sufría un espasmo involuntario cada vez que trataba de reír, convirtiendo su sonrisa en una mueca.
- ¡Umph! No tengo hambre. ¡Y no intentes ese acto conmigo! ¡Odio a la gente como tú, que me halaga cuando me mira a la cara y luego dice improperios sobre mí cuando le doy la espalda! -
Lisa continuó caminando sin mirar a Bach. Pero cuando pasó junto a Bryan y Jack, les lanzó una mirada despectiva y se detuvo un instante para decir: - ¡Bryan, vendré a buscarte para que me sirvas como objetivo de práctica la próxima semana. Para entonces la "Agonía del Alma" habrá terminado, ¡así que no aceptaré excusas! -
No fue hasta que Lisa mencionó esto que Bryan cayó en cuenta de que no había sufrido ningún ataque de la Agonía del Alma desde esta mañana. Seguramente la maldición habría sido destruida cuando desarrolló con éxito su Fuerza Mental, de lo contrario ya tendría que haber tenido algún ataque de dolor.
Lisa hizo un ademán para marcharse, pero Bach por otra parte lanzó una exclamación de sorpresa cuando vio el aspecto de Bryan: - ¿Eh? ¿Por qué te ves sano? Recuerdo que ayer te cubrí de moretones en toda la cara, ¿por qué ya no tienes ninguno? -
"¿Quién lo diría? El hijo de puta tiene buena memoria". Bryan miró a Bach con una expresión estúpida ya había practicado muchas veces, luego soltó una risita loca: - ¡Je je je, uso buen maquillaje para ser bonito cada día! -
Lisa soltó una pequeña risotada cuando oyó la respuesta de Bryan y detuvo sus pasos. Ya no parecía tener prisa por marcharse. Sus mejillas se sonrojaron de un modo adorable cuando sonrió.
"Este idiota se ha vuelto mucho más interesante ahora que está loco", pensó Lisa. "Antes sólo se dejaba golpear en silencio, pero ahora suelta unas respuestas de lo más divertidas."
Jack sabía que Bryan solamente se hacía el loco y que se estaba aprovechando de esto para burlarse de Bach. Trató de contener su risa, pero no lo consiguió y dejó escapar una ligera carcajada. Cuando se dio cuenta de su error, era demasiado tarde.
Bach ya estaba enojado. En su interior se sentía indignado de que el moretón de su mejilla derecha aún no se hubiese curado, pero la cara del esclavo idiota ya parecía restablecida. No se atrevió a decir nada cuando Lisa rio, pero la carcajada del sirviente lo descontroló por completo. Así que se acercó a Jack y le gritó muy alto: - ¡Miserable criado, ¿cómo te atreves a reírte de mí?! ¡Te golpearé hasta la muerte! -
Jack sabía que estaba en serio peligro, pero el miedo no le dejaba moverse. Sólo se quedó ahí parado, sin aliento, mientras Bach se preparaba para darle una paliza. Fue entonces que Bryan de repente se agarró la cabeza y gritó: - ¡Duele! - Y se colocó delante de Jack. Cuando Bach vio que la persona enfrente de él había sido reemplazada se encogió de hombros porque realmente no le importaba mucho a quien tuviese que golpear con tal de desahogarse. Así que llevó el brazo hacia atrás y arrojó su puño hacia la cara de Bryan.
"¡POWN!" El golpe resonó hasta su cerebro cuando el puñetazo se le encajó en la cara, pero el puño de Bach no parecía dolerle tanto como lo había hecho ayer. Bryan incluso logró mantener el equilibrio con su frágil cuerpo y evitó caerse. Así que continuó fingiendo que sufría y movió violentamente sus brazos hacia adelante, como si fuera presa de un enloquecido ataque. "¡PLAP; POWN; PA!" El sonido resonó cuando Bach recibió tres golpes consecutivos en la cabeza y en el vientre. Su ojo izquierdo se ennegreció para formar un moretón y se agarró el estómago con las dos manos mientras daba saltos de dolor: - ¡Esclavo miserable, ¿cómo te atreves a golpear a un aristócrata?! ¡Voy a matarte con mi necromancia, aunque sea lo último que haga! -
- ¡¿Bach, ya estás metiéndote con Bryan de nuevo?! ¡Es hora de empezar la clase, así que date prisa y regresa al aula! -
De repente, la dulce voz de una mujer comenzó a amonestar al iracundo mago con firmeza, pero de un modo bastante gentil. A lo lejos, como una diosa entre los mortales, venía caminando una mujer hermosísima, alta y esbelta con una hermosa cabellera ondulada de color purpura.
Parecía tener 24 o 25 años. Tenía una nariz firme, era dueña de un bello rostro ovalado donde destacaban unos atractivos labios rojos. Su piel ligeramente aterciopelada parecía muy saludable y llevaba puesta una túnica ajustada, con adornos de oro que la identificaban como una maestra. Sobre su túnica lucía un ligero escote, que sin embargo era suficiente para aproximar la forma de sus pechos perfectamente redondeados. Cuando se movía, sus ropas se ondulaban dejando que uno pudiese adivinar la belleza de sus largas piernas.
La voz de esta mujer era tan hermosa que podría estar gritando y maldiciendo, pero aun así sería un placer de escuchar. Lo único extraño era que, aunque sus palabras se referían claramente al comportamiento de Bach, se estaba dirigiendo a Bryan.
- Eh... Maestra Fanny, olvidaste tus lentes de nuevo. ¡Ése no es Bach, estás mirando a Bryan! - Dijo Lisa sonriendo, pero con cierta resignación.
- ¡Odio como se me ven esas cosas! ¡Tampoco es que tenga que usarlas todos los días! - Respondió Fanny sonriendo. Luego enfocó su mirada y finalmente localizó a Bach, entonces alzó el báculo que sostenía en su mano derecha como si fuese a golpearlo en la cabeza, pero solo le dijo con severidad: - ¡Vuelve a la clase inmediatamente o enfrentarás las consecuencias! -
Después de esa amonestación, una suave sonrisa volvió a nacer en el rostro de la maestra Fanny y se volvió hacia Lisa: - Tú también tienes que apresurarte a clase. Las tardanzas frecuentes no hacen a un buen estudiante. Bueno, ahora necesito prepararme para la lección de hoy, ¡nos vemos después! -
Fanny volvió la cabeza para mirar a Bach una vez más, luego se deslizó hacia adelante con sus piernas esbeltas, caminando con una gracia sin igual. Las curvas de sus caderas se balanceaban con cada paso que daba, creando una silueta seductora.
- Eh... ¡Maestra Fanny! ¡Por ahí no se va a las aulas! ¡Estás caminando en la dirección equivocada! ¡Por los dioses, ponte las gafas! -
Lisa ya estaba a punto de irse para ayudar a la Maestra a orientarse, pero se detuvo un segundo para espetarle a Bach con una sonrisa despectiva: - ¡Qué hombre sin valor! ¡Ni siquiera puedes golpear a un chico de los recados! - Luego Lisa miró una última vez a Bryan y se apresuró a perseguir a Fanny.
La rabia de Bach se encendió de nuevo y les lanzó a los esclavos una mirada cargada de malas intenciones: - ¡Sólo esperen, par de desgraciados! ¡Ya me encargaré de que reciban lo que se merecen! - Parecía que la amenaza de la maestra había tenido un gran efecto sobre él, porque comenzó a correr hacia su clase con prisa.
Bryan miró con anhelo en la dirección por la que Fanny se estaba marchando hasta que quedó fuera de su vista. No prestó atención a la amenaza de Bach y en cambio comenzó a murmurar para sí mismo después de que desapareció por completo: - Esa maestra Fanny es una criatura demasiado hermosa. No es de extrañar que el tontuelo de Bryan, que en paz descanse, estuviera enamorado de ella. ¡He descubierto que su gusto para las mujeres es muy similar al mío! -
- Bryan, deja ya de mirarla. Sé que te ha gustado a la Maestra Fanny durante mucho tiempo y es cierto que muchas veces te ha defendido cuando los estudiantes abusaban de ti; pero no olvides que sólo eres un chico de los recados y ella es una Maga Adepta altamente posicionada en la Academia. ¿Sabes lo poderosos que son los Adeptos? Aunque la Maestra Fanny es miope y no parece darse cuenta, hay demasiados hombres poderosos e influyentes que están enamorados de ella. ¡Despiértate ya de esa fantasía! -
Jack agitó sus dos manos regordetas delante de Bryan mientras seguía tratando de convencerlo de que aceptase su lugar y se resignara a¬¬¬¬¬ la realidad.
- ¡Pues me temo, mi querido amigo, que ya es demasiado tarde y no puedo despertar! - Dijo Bryan con una mirada maliciosa. Luego hizo una pausa y proclamó: - ¡Algún día ella será mía! -