The Great Demon King I - Libro Primero: El Bosque Oscuro
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Capítulo 9 8 EL INCREÍBLE PEQUEÑO ESQUELETO

Al día siguiente.

Bryan todavía estaba durmiendo, cuando la puerta del almacén se abrió de golpe. El gordito Jack se apresuró a entrar y comenzó a sacudirlo ansiosamente para despertarlo, exclamando emocionado: - ¡Bryan levántate! ¡Tienes que ver esto! -

Bryan tenía la vista borrosa. Hasta hacía unos momentos estaba teniendo un divertido sueño en el que dirigía a su Pequeño Esqueleto para que golpease a Lisa, pero lo habían despertado antes de que pudiera ver el final y se quejó lleno insatisfacción: - ¿Qué diablos sucede para que me despiertes tan temprano en la mañana? -

Los ojos de Jack le parecían frijoles amarillos y la emoción brillaba tras ellos. Empezó a reírse con ganas mientras explicaba: - No estoy seguro de qué hizo Lisa, pero parece que convocó a un extraño esqueleto que no obedece sus órdenes. Nadie sabe lo que está pasando, pero los sonidos de golpes y chillidos han estado saliendo de su habitación toda la mañana.

Ese pequeño esqueleto se escapó corriendo hacia la Facultad de Magia de la Luz, con Lisa persiguiéndolo por detrás. ¡Oh, Bryan! Te juro que nunca he visto un pequeño esqueleto correr tan rápido en todos mis años trabajando para la Escuela de Necromancia. ¡Ah, sí, también tenía siete púas de hueso en la espalda que se movían como alas! -

Al principio Bryan había estado disfrutando con la historia de Jack, pero su expresión se llenó de alarma cuando se dio cuenta de lo que podía estar sucediendo y volvió la cabeza bruscamente para mirar el cubo de madera. En algún momento el agua de múltiples colores se había convertido en un líquido negro uniforme como la tinta y las siete púas de hueso habían desaparecido... junto con el pequeño esqueleto.

"Esto es imposible. ¡Si apenas comencé a refinarlo ayer!". Bryan se puso a pensar desesperadamente y finalmente dedujo que quizá, mientras estaba dormido, emitió una orden inconsciente hacia el esqueleto para que le diese a Lisa una lección, pero ¿no eran necesarios unos 36 días más para que el refinamiento de un tesoro demoníaco se completara? ¿Qué estaba pasando? ¿Era porque había utilizado ingredientes al azar? ¿Quizá por haber usado las púas óseas en lugar de demonios oscuros? ¿O tal vez porque su Esencia Mágica se agotó prematuramente?

Tras estas reflexiones Bryan sintió que le daba un ataque de pánico y se levantó de un salto. No le importaba lo que pensaran de él o si sus amos se daban cuenta de que no estaba dirigiéndose a cumplir con sus tareas matutinas. Sólo tenía en mente llegar lo más pronto posible a la Facultad de Magia de Luz, así que comenzó a correr mientras arrastraba a Jack durante todo el camino.

Mientras avanzaba, la mente de Bryan se llenó de preocupación por el pequeño esqueleto. Él no era un estudiante de necromancia y por eso no sentía la indiferencia con la que todos los magos trataban a sus criaturas invocadas. A ellos no les importaría el destino de estos seres mientras que cumpliesen con su misión, pero para Bryan era diferente. El Pequeño Esqueleto había recogido diariamente la basura por él y le había ahorrado mucho esfuerzo durante todos estos días. Sin darse cuenta había desarrollado un cierto apego por el esqueleto y ahora no quería que le pasara nada malo.

Aparte de Bryan y Jack había muchos estudiantes que avanzaban presurosos hacia la Facultad de Magia de Luz. Todos parecían tener expresiones de desconcierto en sus caras mientras hablaban sin parar en el camino.

- Es tan raro. Era un esqueleto pequeño de color negro y con siete púas de hueso en la espalda. Nunca he visto una cosa. Me pregunto ¿cómo fue que Lisa lo convocó? - Se preguntó en voz alta Amy mientras caminaba.

- ¡Lo sé! ¡Y lo más extraño es que el pequeño esqueleto corre tan rápido! Oh. Dios mío. Nosotras nunca hemos invocado nada parecido ¿Será que Lisa puede convocar diferentes tipos de guerreros esqueleto porque su Fuerza Mental es más grande que la nuestra? - Athena también tenía una expresión de sorpresa extrema y cuchicheaba ruidosamente con Amy mientras se apresuraban hacia la Facultad de Magia de la Luz.

Cuando Bella, que también era una Maga Principiante, oyó lo que Athena estaba diciendo y arrugó la frente mientras bufaba: - Yo estoy al mismo nivel que ella y nunca he convocado un esqueleto tan extraño. Lo más raro es que esa criatura no obedece las órdenes de su invocador. No tiene ningún sentido. -

- ....... -

Bryan y Jack escucharon más conversaciones mientras corrían. Por lo que los estudiantes decían, era evidente que su esqueleto refinado era bastante único.

Embargado por la preocupación, Bryan trató de ponerse en contacto con el esqueleto usando su Fuerza Mental. Se dio cuenta de que podía sentir el nexo entre él y la criatura, pero el esqueleto no parecía escuchar las órdenes que le estaba dando. Tal vez el refinamiento demoníaco al que lo había sometido tendría algo que ver. Todavía estaba corriendo a lo loco como si estuviera en un remolino.

En la Facultad de Magia Luminosa no había disciplinas mágicas con pocos estudiantes como en la escuela nigromántica. Casi todas las escuelas de la Magia de Luz eran reconocidas y populares; por eso producían un gran número de distinguidos graduados todos los años. Tradicionalmente los estudiantes más importantes de la Magia de Luz tenían una relación de competitividad con los estudiantes de la Magia Oscura, quizá porque eran las únicas magias que se oponían directamente de forma natural y porque los hechizos de luz eran particularmente efectivos para defenderse y hasta para neutralizar a la mayoría de hechizos oscuros. Pero su opinión sobre la Necromancia iba más allá de una tradicional rivalidad: Era puro desprecio.

La mayoría de magias de luz eran particularmente destructivas para todas las criaturas oscuras que los nigromantes convocaban. No era exagerado decir que la magia de la luz era la némesis de la necromancia. Después de haber revivido y haber pasado un tiempo escuchando las conversaciones o las actitudes de los estudiantes, Bryan había aprendido un poco acerca de estas cuestiones en su afán por enterarse de todo aquello que los estudiantes de necromancia consideraban sentido común. Ahora sin embargo el saber todo esto solo hizo que su corazón se estremeciera de preocupación: ¡Su esqueleto estaba causando problemas en el lugar más peligroso del mundo para una Criatura Oscura!

Bryan prácticamente avanzó volando durante todo el camino mientras arrastraba a Jack consigo. Iba tan rápido que comenzó a aventajar a algunos estudiantes reconocidos por su físico superior al promedio.

Al verlo correr tan rápido con su cuerpo desnutrido, los estudiantes se quedaron boquiabiertos por la sorpresa, mientras pensaban: "¿Cuándo se volvió tan rápido este idiota? ¿Acaso la locura le dio más fuerza?"

Como Bryan avanzaba arrastrando a Jack a tal velocidad, el pobre quedó completamente agotado. Finalmente plantó el trasero firmemente en el suelo mientras jadeaba pesadamente, sin dejar de quejarse: - ¡No más!... ¡No daré un paso más!... ¡Bryan, corres tan rápido!... ¡Casi me arrastras hasta la muerte y ni siquiera estás sudando! -

Pero Bryan ignoró por completo las quejas de Jack, pues toda su atención estaba puesta en la criatura que corría entre los edificios de la Facultad de la Magia de Luz.

Seguía siendo un esqueleto pequeño, pero ahora su cuerpo era tan negro como la tinta y empuñaba un puñal de hueso que brillaba débilmente cuando lo agitaba hacia adelante y hacia atrás en medio del patio.

El esqueleto en sí emanaba un tenue resplandor gracias al refinamiento de Bryan. Las siete púas de hueso estaban ahora engarzadas en su espalda, fusionadas completamente con la columna vertebral, como si siempre hubieran formado parte de él. Los dos huesos de sus piernas se extendían como resortes cuando se movía y las siete púas de hueso aleteaban enérgicamente al mismo tiempo, facilitando su movimiento. Aunque no era suficiente para ayudarlo a volar, aumentaban su velocidad y movilidad como si fuera un extraño tipo de araña, transformándolo en una criatura extremadamente ágil. Incluso Lisa que corría persiguiéndolo había fallado en acertarle con varios hechizos de necromancia.

En el patio se alzaban numerosos pilares de piedra decorados con relieves intrincados que usualmente se utilizaban para potenciar los conjuros de algunos estudiantes. Todo el lugar estaba repleto de magos curiosos que presenciaban el espectáculo. El Pequeño Esqueleto se desplazaba hábilmente entre los estudiantes y los pilares gracias a su cuerpo extremadamente ágil, dejando a Lisa impotente.

Bryan también estaba aturdido al ver la velocidad del Pequeño Esqueleto, pero rápidamente reunió su concentración para ordenarle que regresara al almacén. Por desgracia, parecía que incluso a esa distancia el Pequeño Esqueleto era incapaz de recibir sus órdenes y este continuó desplazándose rápidamente entre los estudiantes y los pilares, haciendo que todos se movieran de aquí para allá por el pánico.

Se estaba desarrollando el más puro y completo pandemonio.

- ¡Hey Lisa! ¿Cuándo fue que los estudiantes de necromancia se volvieron tan atrevidos? ¿Cómo te atreves a soltar esta inmunda criatura en medio de la Facultad de la Luz? ¿Acaso te duele tanto el recuerdo de la completa derrota que sufriste ante mí y por eso has querido exhibir las habilidades de tu esqueleto? -

Quien le habló de un modo tan despectivo y desdeñoso era una maga de rango Aprendiz llamada Irene. Tenía 17 años y lucía una hermosa cabellera azul claro que ondeaba con la más mínima briza. Un par de hermosos flequillos descansaban sobre su frente y sus ojos azules eran parecidos a dos joyas brillantes. Vestía los pulcros ropajes blancos de los Magos de la Luz y adornaba su cuello con un zafiro tallado que emitía un suave resplandor azul que hacia juego con su cabello y resaltaba el brillo de sus ojos.

"Otra joven belleza" Bryan miró a Irene y de inmediato comenzó a compararla mentalmente con Lisa. Irene la igualaba en casi todos los aspectos estéticos con una clara excepción: ella evidenciaba un pecho floreciente, mucho más prominente que el de Lisa.

- Irene, mantén las narices fuera de mis asuntos. No creas que te tengo miedo solo porque eres de la familia Kámplin. - Lisa hizo una pausa en su persecución para responderle a Irene con furia.

- ¡Hmph! A las sucias Criaturas Oscuras se les prohíbe mancillar los territorios de los Magos de la Luz. Y como parece que ni siquiera eres capaz de enviar a esa cosa lejos de aquí, me ocuparé yo misma de eso. - Irene alzó las manos con una noble expresión y lentamente recitó: - Filos de luz, conviértanse en una espada que purifique el mal, destruyan esta miserable forma de vida... ¡Corte Radiante! -

Una espada larga, hecha completamente de una luz cegadora, apareció después de que Irene terminó su conjuro. La bruja hizo un gesto y la espada salió volando rápidamente hacia el esqueleto. Este había estado jugando al escondite, pero se detuvo en silencio cuando Lisa dejó de perseguirlo. No pareció notar la espada de luz que se precipitó hacia su cuerpo hasta que se clavó profundamente en su caja torácica.

El esqueleto negro resplandeció repentinamente cuando la espada lo impactó y luego... ¡la espada de luz desapareció! El pequeño cuerpo del esqueleto se balanceó un poco por el golpe al mismo tiempo que un poco de humo negro emanaba de su pecho. Cuando recuperó el equilibrio, alzó su daga y miró alrededor como si tratara de descubrir a quién lo había golpeado.

- ¡¿Queee?! ¡Esa criatura oscura no murió inmediatamente cuando la espada de luz lo golpeó! -

- ¡Tampoco puedo creerlo! ¡Esto es tan extraño! La magia de la luz es el enemigo natural de las criaturas oscuras. ¡Su cuerpo debería haberse convertido en polvo al entrar en contacto con la espada! ¡¿Qué está pasando?! -

- ¡Ahh!... ¿Es posible que los estudiantes de necromancia hayan investigado un método para volver a las criaturas oscuras inmunes a nuestra magia? ¿Pero cómo pudieron hacerlo? ¡Si ese es el caso, entonces las criaturas de los Necromantes serán ridículamente fuertes! -

- ... -

Bryan miró a su alrededor y vio que muchos de los estudiantes más veteranos mostraban expresiones atemorizadas. Todos miraban con incredulidad al Pequeño Esqueleto que continuaba moviendo la cabeza en busca de su atacante.

Las Criaturas Oscuras no sólo recibían el daño normal de la magia de la luz, sino que también sufrían lesiones adicionales exclusivas. Una invocación de alto nivel comenzaría a pudrirse al hacer contacto, pero un ser tan elemental como un guerrero esquelético debió ser desintegrado casi al instante. Pero este Pequeño Esqueleto que Bryan había refinado con las técnicas de la magia demoniaca violaba las leyes normales de este mundo y ahora se había trasformado en una existencia inconcebible para los estudiantes de ambas facultades.

Por todo el patio brotaban exclamaciones de sorpresa y desconcierto de las bocas de los aprendices mágicos. Incluso Lisa se quedó allí, muda, sintiéndose nerviosa por este increíble Pequeño Esqueleto.

Pero mientras todos reaccionaban sorprendidos, el Pequeño Esqueleto finalmente descubrió a su atacante. De inmediato se precipitó hacia Irene sujetando firmemente la daga de hueso afilada con sus dedos huesudos y las siete púas de hueso aletearon furiosamente para volver a darle esa velocidad superior a la que nunca habría alcanzado un guerrero esquelético normal. En menos de un parpadeo había llegado delante de Irene para apuñalar ferozmente a la consternada bruja.

Irene soltó un grito asustado y se lanzó hacia la izquierda frenéticamente, ya que sabía que con la velocidad del Pequeño Esqueleto no tendría tiempo de recitar otro hechizo. Un ruido de desgarro sonó al mismo tiempo que chillaba de miedo.

El Pequeño Esqueleto no había conseguido herir a Irene, pero le había roto la túnica desde el hombro derecho hasta el pecho, revelando su suave y hermosa piel. Incluso había un pedazo pequeño de ropa interior blanca como la nieve insertada en la punta de la daga de hueso. El esqueleto se quedó inmóvil de nuevo y no continuó el ataque.

"¡Maldita sea, bien hecho! Bueno, ella fue la que trató de ensartarte en primer lugar. ¡Ja! ¡Ahora es justo que le cortes toda la ropa en venganza!" pensaba Bryan para sí mismo.

Repentinamente sintió que su Fuerza Mental se agudizaba a la par de sus pensamientos y notó que en esta ocasión el Pequeño Esqueleto si lo había escuchado. Rápidamente alzó de nuevo su daga y saltó hacia una avergonzada Irene que trataba de ocultarse desesperadamente. Era obvio que intentaba ejecutar la orden de Bryan... cortar toda su ropa hasta hacerla trisas.

"¡Aaa! ¡Claro! ¡Ahora si escuchas mis órdenes! ¡Pequeño Esqueleto lascivo!"

            
            

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