La mente de Bryan seguía elucubrando a toda velocidad mientras la joven bruja lo golpeaba histéricamente, agregando más dolores a los que ya sentía por todo su cuerpo.
Al principio Lisa realmente se había asustado cuando lo vio balanceándose a fuera de su ventana, pero rápidamente usó su magia para confirmar que no se trataba de un muerto. Entonces el miedo se trasformó en ira e inmediatamente le arrojó un adorno de porcelana con tanta puntería que le atinó en la nariz, siendo ese el primer dolor que experimentó. Instintivamente Bryan se había levantado por el dolor y su cabeza impactó contra una rama encima suyo, lo cual le arrancó varias lágrimas y provocó que se cayese del árbol de un modo bastante patético. Para cuando recuperó el sentido la furiosa bruja ya estaba a su lado, lista para darle una bien merecida paliza. Así que lo único que Bryan pudo hacer en ese momento fue acurrucarse como una pelota en el suelo y presentarle a la joven un objetivo fácil para sus patadas... su culo.
Después de rato sufriendo el miserable castigo, Bryan se dio cuenta de que el pequeño fragmento de Esencia Mágica ya no se desplazaba por todo su cuerpo, sino que ahora se estaba desplazando sobre sus nalgas, aliviando algo del dolor e incluso fortaleciendo la zona que era lastimada. Cuando Lisa volvió a desatar una nueva ronda de patadas, ya no sintió tanto el golpe.
De hecho, todas las partes de su cuerpo, que hasta hace un momento le hacían llorar por el dolor, comenzaron a sentirse bastante aliviadas en el momento en que su Esencia Mágica pasaba sobre ellas y en realidad empezaba a sentirse un poco... cómodo.
Bryan estaba sinceramente asombrado por los poderes de esta misteriosa sustancia, pero también un poco asqueado, porque ahora estaba considerando seriamente su anterior teoría: Las técnicas del "Reino Sólido" debieron ser desarrolladas específicamente por unos masoquistas empedernidos. De pronto la Esencia Mágica comenzó a concentrarse rápidamente en su nalga derecha justo cuando la punta del pie de Lisa se estrellaba nuevamente con esa zona y golpeaba exactamente en el punto donde se acumulaba la sustancia.
- ¡Auuuh! -
- ¡Ouww! -
Ambos soltaron un grito agudo y un gruñido bajo respectivamente. La violenta maga había sentido de repente que la nalga derecha de Bryan se había vuelto más dura que el hierro. Su pie se estremeció de inmediato y ella comenzó a saltar dando gritos.
Por su parte, a Bryan no le había dolido nada la patada de Lisa, en cambio lo sintió como un masaje. La sorpresa por el contraste marcado entre esta nueva sensación con el dolor que había experimentado hasta ahora le había hecho soltar el gruñido involuntario. En honor a la verdad, su grito había sonado ligeramente obsceno... casi como si...
- ¡Maldito seas Bryan, ¿has puesto piedras en tus pantalones, idiota?! -
Lisa se quejó en voz alta mientras frotaba su delicado pie. En ese momento algunas de las estudiantes de la escuela necromántica salieron del edificio atraídas por el escándalo. En poco tiempo llegaron alrededor Bryan y Lisa, cada una mirándolo a él con ojos somnolientos y malhumorados.
La nariz ya había dejado de dolerle y sus lágrimas estaban bajo control. Bryan aprovechó para sacudirse un poco antes de dejarse caer en la hierba. Cuando miró a su alrededor, reconoció a las aprendices Amy y Athena, así como a otra estudiante llamada Bella y por supuesto, la enfurecida Lisa.
"Puedo sentir el peligro en el aire..."
Todas estas chicas eran moderadamente atractivas, pero su belleza palidecía un poco cuando se las comparaba con la apariencia de Lisa. La edad de estas estudiantes oscilaba entre los dieciséis o diecisiete años, pero no eran tan bonitas. También estaban de muy mal humor, ya que su sueño había sido interrumpido y eso no contribuía a mejorar su imagen.
- ¡Oye imbécil! ¡¿Qué estás mirando?! ¡¿Por qué hay piedras en tus pantalones?! ¡Mi hermoso pie tiene un enorme moretón! ¡Ooh ooh... me duele! -
Lisa colocó sus manos en las caderas y habló de forma colérica mientras miraba a Bryan, pero el efecto intimidante se estropeaba un poco porque de tanto en tanto no podía evitar dar saltitos sobre el pie izquierdo.
"¿Se supone que yo soy el imbécil? ¡Tu madre será...! ¿eh? Espera un minuto. Creo que eso me conviene..." Pensó Bryan sonriendo en su interior, pero puso una expresión inocente y respondió con un tono bastante lento: - ¿eh?, ¿eh? - después él mismo se levantó con cierta dificultad y dijo: - ¡Nooo eh, no tengo piedras en mis pantalones! -
Entonces se dio la vuelta para que las estudiantes principales de necromancia pudieran ver directamente su trasero y comenzó a bajarse los pantalones mientras hablaba. Cuatro gritos de pánico resonaron en el aire antes de que terminara de soltar su prenda y poco después escuchó el sonido frenético de varios pasos que se alejaban corriendo.
- ¡Bryan, idiota! ¡Súbete los pantalones de inmediato o te voy a matar! - Le gritó Lisa apresuradamente, pero se podía oír una nota de pánico en su voz.
- ¡Ooh! - Respondió Bryan usando el mismo tono de imbécil, pero por dentro continuaba riéndose siniestramente mientras pensaba: "Sólo son un puñado de florecillas ingenuas, van a ver lo fácil que me encargo de ustedes."
Después de que se hubiese ajustado los pantalones de nuevo, Lisa miró de cerca a Bryan y cuando notó que las cuatro muchachas continuaban paradas a su lado, recuperó su valor para volver a hablarle con ferocidad: - Puedo olvidarme de que hayas escondido piedras en tus pantalones. ¡¿Pero qué planeabas hacer trepado en el árbol de mi ventana en medio de la noche?! -
- Je je - Dos fuertes carcajadas estúpidas fueron la respuesta a la pregunta. Bryan señaló un trozo de tela mugrienta que había quedado enredada en las ramas del árbol y dijo: - ¡Para bajar eso! -
- ¡¿Se puede saber por qué diablos estas buscando basura en medio de la noche?! - Lisa gritó airadamente y parecía a punto de estallar de rabia conforme subía el volumen de su voz.
En ese momento Bella soltó un suave suspiro e intervino: - Hey Lisa, ¿no ves que Bryan se ha vuelto loco? Parece que, en lugar de matarlo, tu Gul terminó descerebrándolo por completo. ¿Para qué pierdes el tiempo enojándote con un demente? -
Athena parecía estar bastante soñolienta y habló mientras se cubría un bostezo: - Oh... todavía tenemos clase mañana. Voy a volver a la cama. ¡Lisa ya es una estudiante superior y puede manejar esto! -
Amy parecía compadecerse un poco de Bryan mientras sacudía minuciosamente la cabeza, pero simplemente suspiró sin decirle nada. Luego murmuró algo y también se volvió para irse a dormir junto con las demás.
Si Bryan no hubiera actuado como el idiota del pueblo, habría enfrentado la ira de estas tres niñas, además de a la iracunda Lisa, pero como había "perdido la cabeza", las tres chicas no pensaban perder su tiempo discutiendo con un loco. Así que lo dejaron solo y regresaron a sus cálidas camas.
Cuando las tres alumnas se fueron, Lisa y Bryan volvieron quedarse estar solos. La joven bruja lo miró ferozmente durante un momento más, pero luego escupió algunas palabras: - ¡Lárgate de mí vista, voy a buscarte dentro de dos días! Ahora estoy muy cansada. ¡Pero si te atreves a perturbar mi sueño de nuevo, no solamente te golpearé hasta dejarte amoratado, sino que voy a torturarte con mi magia hasta que termines más estúpido que una babosa! -
Lisa le lanzó una última llamarada antes de darse vuelta para marcharse. Ahora caminaba cojeando un poco. Antes de que se perdiera de vista pudo escucharla exclamando cuando pasó a través de la puerta: - ¡Ay, esto duele! No puedo creer que ese idiota se haya puesto piedras en los pantalones. Mi Gul definitivamente lo volvió loco. -
El silencio imperó nuevamente después de que la bruja se fuera. Bryan sintió un temblor tardío de aprensión mientras la veía entrar. Fue bueno que esa tal Lisa no hubiese usado su magia sobre él o habría terminado en serios problemas. Las Criaturas Oscuras que los Necromantes comandaban emitían un aura de muerte que no era peligrosa para alguien con algo de entrenamiento, pero en un desnutrido como él podían causar daños irreparables. De hecho, el Gul de Lisa ni siquiera llegó a tocarlo realmente cuando mató al Bryan original, simplemente se mantuvo persiguiéndolo durante un buen rato hasta que naturalmente su proximidad causó que succionase la poca vida que quedaba en el cuerpo del miserable esclavo.
Pero por ahora, esta fatídica aventura se había terminado. Bryan decidió que era hora de despedirse también, así que maldijo entre dientes a la madre de Lisa mientras arrastraba con dificultad su frágil y maltratado cuerpo de vuelta al almacén.
Después de regresar a su "madriguera", tiró al suelo toda la basura sobre su cama y cayó en un sueño profundo bastante confuso, en el que creyó ver la sombra difusa o quizá el contorno de un pequeño niño que lo miraba sonriendo como si estuviese contemplando a un hermanito menor o un hijo travieso que no entendía una lección.
Vio que el niño movía sus labios e intentaba advertirle algo, pero entonces despertó por un momento y cuando se volvió a dormir ya se había olvidado de todo.
*****
Al día siguiente.
Bryan dormía profundamente cuando la puerta del almacén se abrió de forma repentina y un fuerte grito resonó en la habitación.
- ¡AAAH! -
Bryan abrió sus ojos somnolientos y torció su cuerpo para ver a un muchacho gordo que llevaba puesto el mandil de un sirviente recadero. Llevaba los cabellos cortos y el área alrededor de su ojo izquierdo estaba amoratada, como si hubiese recibido un puñetazo directo. Ahora estaba viéndolo con una expresión horrorizada: - ¡Tú!... ¡Tú!... - No pudo terminar su frase.
- Oh, eres tú Jack. ¿Qué haces en mi habitación? -
El gordito de Jack tenía la misma edad que Bryan y era una de las pocas personas en la escuela necromántica que había tratado amablemente al difunto esclavo, posiblemente debido a una sensación de miseria compartida.
Jack provenía de una familia pobre y su padre lo envió a la Academia Babilonia hacía unos dos años para trabajar por unas cuantas monedas de plata cada mes. Pero, aunque fuese un sirviente recadero, el gordito Jack no le "pertenecía" a la Academia. Era una persona libre a diferencia de Bryan. También sufría una buena cuota de maltratos e indiferencia, pero su situación no era tan mala como la de un esclavo. Podían golpearlo, gritarle e incluso llevar a cabo algunos pequeños experimentos sobre él, pero nunca lo atormentarían hasta la muerte como si fuese un animal.
En realidad, el difunto Bryan siempre había envidiado al gordito Jack, porque podía comer comida de verdad tres veces al día y no estaba sujeto diariamente a un maltrato inhumano. Aunque lo que más le dolía era el hecho de que Jack tuviese la posibilidad de tener un futuro, por más difícil que este fuera. En cuanto a Jack, pues consideraba a Bryan su amigo porque con él podía encontrar un poco de esa confianza en sí mismo que tanto necesitaba y no se sentía amenazado por el esclavo. Así que los dos se llevaron fabulosamente.
- ¡Oh, dioses!... ¡Hoo!... Casi me muero del susto. ¡Bryan, no estás muerto, eso es maravilloso! -
- "Maravilloso" y una mierda Jack, me estoy muriendo de hambre. ¿No tienes algo de comer? ¡Por favor dame algo! ¡Te prometo que te lo devolveré más tarde! -
El gordito Jack no respondió inmediatamente. De hecho, se había quedado estupefacto mientras contemplaba aturdido a "Bryan" como si fuese la primera vez que lo veía. Dos ojos pequeños y timoratos, parecidos a granos de frijol, lo observaban con curiosidad. Bryan frunció el ceño y le preguntó con un dejo de impaciencia: - ¿Qué pasa? ¿Te has enamorado de mí o algo así? -
Al oírlo, la mirada de Jack se tornó aún más confusa hasta que finalmente dijo: - Tú nunca antes me habías pedido comida, ni una vez en todos estos años. Sólo te limitabas a comer cuando yo te daba. Tampoco me habías hablado así, de hecho, creo que nunca te oí pronunciar tantas palabras al mismo tiempo. ¡Bryan, estas cambiado! -
Bryan estaba un poco sorprendido porque recordaba claramente que ni Lisa ni sus amigas fueron capaces de notar que había algo diferente en él. En cambio, el gordito y poco avispado de Jack se había dado cuenta de inmediato con tan sólo una frase suya.
Luego de un rato Bryan volvió a concentrarse en los recuerdos del difunto y descubrió que el joven esclavo básicamente nunca hablaba con los estudiantes de necromancia. Se limitaba a hacer lo que la gente le ordenaba que hiciera sin réplica alguna, pero Bryan y Jack ocasionalmente conversaban. Por supuesto, la mayoría de las veces Jack era el único que hablaba y Bryan simplemente lo escuchaba. Los dos habían pasado mucho tiempo juntos, no era de extrañar que Jack hubiese descubierto rápidamente las diferencias.
Bryan pasó por alto su momento de descuido con una sonrisa y dijo: - Bueno, el Gul de Lisa me succionó la vida hasta dejarme agonizando. Supongo que la experiencia ha cambiado un poco la forma en que veo las cosas, pero sigo siendo el mismo. -
Jack exhaló un suspiro de alivio ante la explicación de Bryan y asintió con la cabeza: - Ya veo. ¡Empezaba a pensar te habías convertido en un idiota! -
Bryan: - .... -
- Aquí tienes, esto es un poco de pan negro que me las arreglé para esconder. Adelante, comételo. Me alegro mucho de que aún sigas vivo. Como todo el mundo pensaba que estabas muerto, me dieron todas tus tareas porque aún no han encontrado a un nuevo chico. Por eso he tenido que venir aquí muy temprano esta mañana. Estaba tan apurado que accidentalmente me choqué con Bach y por eso me golpeó muy fuerte. Hasta tengo un moretón en el ojo izquierdo. -
El gordito Jack comenzó a hablar felizmente mientras le pasaba un trozo de pan. Parecía estar encantado de no tener que hacer el trabajo extra.
Bryan mordió la comida con avidez mientras miraba el moretón que tenía su amigo. Entonces habló con cólera: - ¡Así que el imbécil de Bach te golpeó de nuevo! Ese engreído que se cree la gran cosa. ¡Vamos! ¡Vayamos a vengarnos! -
Jack dio un salto por el miedo y luego se apresuró a tratar de contener a Bryan con su enorme peso corporal mientras exclamaba aterrado: - ¡Bryan, ¿estás loco?! ¡¿Acaso no estamos acostumbrados a que nos traten así?! ¡Además, Bach es un aprendiz de necromancia! ¡No es la primera vez que nos golpea! Ya es bastante bueno si conseguimos que nos deje en paz. ¿Qué venganza podemos obtener? -
Bryan se rio fríamente y exclamó con orgullo: - No te preocupes, yo tengo mis medios. Sí, estoy loco. O al menos eso es lo que creen todos los estudiantes de necromancia. ¿Acaso no puedo aprovecharme de esto para salirme con la mía? ¡Ya verás lo que pienso hacer! -
Tras decir esto arrastró consigo al gordito Jack fuera del almacén. ¡La Esencia Mágica dentro de su cuerpo estaba fluyendo a toda velocidad!