The Great Demon King I - Libro Primero: El Bosque Oscuro Capítulo 5 4 UN PECHO TAN PLANO COMO UN PAN PISADO
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Los estudiantes de la Escuela Necromántica solían despertarse bien temprano en la mañana, pues la mayoría pertenecía a familias pudientes o aristocráticas, así que la puntualidad y estar correctamente vestidos era algo muy importante para ellos. Tras un rápido desayuno salían corriendo hacia su aula correspondiente en los edificios de la Facultad de Magia Oscura.
En esta ocasión, sin embargo, dos esclavos estaban corriendo apresuradamente hacia el camino principal antes incluso que los estudiantes. Jack estaba a punto de comenzar llorar con tal de no participar en lo que sea que Bryan tuviese pensado hacer, pero sus temores se disiparon cuando escuchó el plan de su amigo y finalmente estuvo de acuerdo, sobre todo después de considerar que a fin de cuentas su amigo estaba vengándose porque lo habían lastimado a él. ¿Cómo podía permitirse ser menos hombre que Bryan?
A lo largo de un camino recto hecho con piedra finamente tallada se habían erigido dos hileras de esculturas que representaban a los alumnos más destacados en la historia de la Academia y que habían llegado a ser personajes prominentes. Estas esculturas eran bastante grandes, pero los rasgos de los retratados habían sido tallados en el mármol blanco de un modo muy minucioso, poniendo gran atención a cada detalle y eran un símbolo indiscutible del orgullo de esta institución.
Una de las tareas diarias de Bryan era limpiar estas enormes estatuas todos los días. Había estado haciéndolo desde que tenía doce años, cuando necesitaba usar una pequeña escalera porque aún era pequeño. Sólo después de completar esta ardua tarea se le permitía tomar un descanso para comer un bocado de harina mezclada con agua.
Mientras sacudía el polvo que se metía en las grietas de la barba de un poderoso Mago Oscuro, Bryan se volvió hacia su amigo y le dijo: - Dime algo Jack, ¿no sería genial que algún día erigieran un par de estatuas nuestras en este lugar? -
- No digas tonterías Bryan ¡sólo somos recaderos! Es suficiente para nosotros obtener una comida completa y evitar que nos golpeen todos los días. ¿Cómo podríamos convertirnos en magos? Oh... Bryan, definitivamente estás diferente. ¡Antes nunca habrías tenido unas ideas tan locas y menos aún las dirías en voz alta! -
- ¿Y se puede saber porque no podríamos? -
- Primero tendríamos que haber nacido con el potencial para usar la magia y luego conseguir un montón de monedas de oro para ser aceptados en una academia, más aún en esta porque es la más famosa e importante de todas. Y eso solamente para tener una "oportunidad" de convertirse en un mago. Luego tendríamos que pasar por innumerables entrenamientos, pruebas, exámenes y grados. Incluso los hijos de las familias nobles necesitan tener mucho potencial e inteligencia para que su familia se arriesgue a invertir el dinero necesario. Eso es imposible para nosotros los plebeyos. ¡Oh, y casi me olvido! ¡Tú eres un esclavo sin libertad, así que tu situación es la peor posible! ¡No hay esperanza para ti en absoluto! -
- Y a pesar de todo pareces olvidar que en este momento ya estamos en una escuela de magia y ni siquiera hemos tenido que pagar la matrícula. Ja, ja, ja ¿Por qué no lo vemos como un gran golpe de suerte? Si no aprendemos algo de magia ahora que estamos viviendo junto con los mejores profesores del Imperio, ¿cómo nos atreveremos a hablar con orgullo cuando luego le digamos a otros que alguna vez asistimos a la Academia Babilonia de Artes Mágicas y Militares? -
- ¡Bryan, no hables de esa manera! No somos estudiantes, sólo somos sirvientes. Eh... y al menos yo podré dejar de trabajar en esta escuela en el futuro, pero tú... ¡Tú nunca podrás irte! -
Jack estaba limpiando distraídamente la estatua de la gran Archimaga Clara sin su habitual atención al detalle y una cara llena de preocupación. El gordito pensaba que su amigo ya estaba actuando bastante extraño, así que le habló con franqueza.
- Bah, mejor no hablemos más de eso... ¡Mira ahí! ¡Lisa está caminando en esta dirección, vamos a poner manos a la obra! - Bryan pudo distinguir a la joven bruja desde lejos gracias al ligero cojeo que mostraba al caminar y agradeció que el difunto esclavo se hubiese preocupado por memorizar exactamente cuáles eran las rutinas diarias de la mayoría de estudiantes y profesores.
Lisa por lo general disfrutaba caminar en soledad durante las mañanas, así que se demoraba desayunando un poco más que el resto de estudiantes y luego se dirigía lentamente hasta las aulas. Hoy no fue la excepción. La joven estaba vestida con una túnica de mago negra, con su rubia, suave y larga cabellera cayendo descuidadamente sobre uno de sus hombros. Parecía que no había dormido mucho la noche anterior, porque bostezaba cada cierto tiempo mientras caminaba.
Era cierto que Lisa era bastante bonita, pero (quizá porque todavía no había terminado de desarrollarse) el área de su pecho no estaba muy bien contorneada a pesar de que ya había cumplido los 16 años. También se rumoreaba que ella estaba muy disgustada por su pecho plano y recientemente había estado buscando soluciones.
Bryan y Jack observaron subrepticiamente a Lisa que se les acercaba mientras seguían limpiando la estatua de la Archimaga Clara con serenidad. Mientras trabajaban iban murmurándose cosas el uno al otro, aparentemente ajenos a su presencia.
- De ninguna manera, Bryan debiste haber escuchado mal... ¡Yo no creo que Bach se atreviese a decir eso acerca de Lisa! -
Los dos habían estado murmurando casi en silencio, pero de repente Jack levantó la voz y exclamó sorprendido. La joven en cuestión había estado caminando medio distraída cuando escuchó que alguien mencionaba su nombre y sus ojos rápidamente detectaron a los que estaban hablando. Luego dio un vistazo cauteloso a su alrededor antes de aproximarse en silencio.
Todas las chicas querían saber lo que la gente decía de ellas a sus espaldas y Lisa no era diferente. Ella caminó disimuladamente para esconderse detrás de otra estatua, donde creía que no podían verla. Sus oídos se ensancharon mientras miraba furtivamente a los dos sirvientes.
"¡Es ese maldito loco imbécil de Bryan!"
La joven bruja todavía estaba molesta con él y tenía muchas ganas de ponerlo en su lugar, pero primero quería escuchar lo que Bach había "dicho" sobre ella.
Bryan sonrió abiertamente y dijo: - ¡Te juró que lo escuché claramente! ¡Cuando iba de camino a la clase, Bach estaba burlándose junto con otros estudiantes, diciendo que el pecho de Lisa era tan plano como un pedazo de pan pisoteado! ¡No pude escuchar nada más por las risotadas que dieron todos! ¡Luego pretendieron que nada pasaba cuando un profesor caminó cerca de ellos! -
Jack tuvo que emplear todas sus fuerzas para contener su risa tan pronto como escuchó esto. Su rostro se puso rojo y su cuerpo empezó a temblar.
Detrás de la estatua, el rostro de Lisa se oscureció inmediatamente. Sus lindos ojos empezaron a lanzar una mirada asesina, mientras sus tiernos labios convulsionaban y sus dientes rechinaban tanto que se podían oír. La joven se quedó temblando de rabia durante unos segundos, pero luego se fue hecha una furia hacia las aulas. Había olvidado por completo cualquier castigo que quisiera darle a Bryan.
Cuando vio que Lisa se iba corriendo en la dirección opuesta con el rostro casi púrpura por la ira contenida, Jack ya no pudo retener su risa y expulsó todas sus frustraciones con una sonora carcajada. Aún seguía riéndose mientras decía: - ¡Bryan, eres demasiado malo! Hasta los sirvientes sabemos que Bach está enamorado de Lisa desde hace años. Y todo el mundo sabe que ella odia a muerte que la gente se burle de su pecho. ¡Ahora realmente está jodido! -
Bryan soltó una carcajada siniestra y empezó a guardar sus cepillos: - ¡Ya olvídate de quitarle el polvo a la cara de Clara! ¡Vamos a ver el espectáculo! -
Con un ademán alegre, el gordito Jack metió todos los cepillos en una bolsa de tela que llevaba atada en la cintura, dispuesto a seguir el consejo de su amigo: - ¡Vamos entonces! quiero ver a Lisa golpear a Bach. ¡Se lo tiene merecido por molestarme esta mañana! -
Los dos sirvientes comenzaron a correr hacia las aulas de muy buen humor. Los estudiantes que alcanzaron a verlos pasar se sintieron perplejos por su extraño comportamiento y muchos pensaron que los dos cobardes habían despertado del lado equivocado de la cama esa mañana.
*****
La Escuela de Necromancia era una sub-categoría de la Facultad de Magia Oscura. Por eso los estudiantes tenían que compartir algunas clases con los alumnos de la disciplina principal bajo la tutela de los maestros. Justo ese día estaba programada una clase conjunta, pero antes de que el profesor llegase ya se había desatado un violento acontecimiento.
Uno tenía que admirar la eficiencia de Lisa, porque cuando Bryan y Jack llegaron allí, ella ya había empezado a dar rienda suelta a su ira y estaba dándole una paliza a Bach.
- ¡Por los dioses Lisa! Todos la Academia saben lo que siento por ti. ¡Nunca habría dicho nada que te perjudicara! ¡¿Qué te dijeron que dije?! ¡¿Quién te lo dijo?! ¡Por favor, tiene que ser una mentira! -
Bach ya tenía un moretón espectacular alrededor de su ojo izquierdo, sus ropas estaban bastante desaliñadas y se agachaba cada cierto tiempo para esquivar un ataque llamado "Flecha de Hueso" el cual materializaba una púa afilada que volaba hacia su objetivo. Bach corría entre los pupitres para mantener toda la distancia posible, pero aprovechaba cada respiro que Lisa necesitaba entre una magia y otra para proclamar rápidamente su inocencia.
Existe una cierta satisfacción en ver cuando una persona regularmente abusiva recibe su merecido. Bach tenía diecisiete años y su familia pertenecía a las filas de la Aristocracia Media, pero apenas había obtenido el grado de Aprendiz Mágico, el más bajo que otorgaba la Academia. Su talento no era sobresaliente, era famoso por golpear a los sirvientes, pero no se atrevía a enfrentarse a personas más fuertes que él. Todo esto lo hacía un combatiente bastante malo, sobre todo contra una estudiante mucho más poderosa como Lisa, que además era de naturaleza colérica y no tenía miedo de nadie. Si esto se le sumaba el hecho de que Bach estaba enamorado de la joven e inconscientemente se contenía, era inevitable que acabase sufriendo miserablemente.
- ¡Cómo me enteré no es asunto tuyo! ¡A demás ellos ni siquiera sabían que yo los estaba oyendo! ¡Así que debe ser cierto! ¡Ahora pagarás caro por no saber gobernar tu lengua! -
Lisa estaba convencida de que ni Bryan ni Jack habían querido que ella los escuchara. Además, en la mente de la joven, Bryan era un completo idiota que apenas sabía repetir lo que le decían. No había manera de que alguien así pudiera inventarse una mentira tan gorda. ¡Un miserable esclavo recadero no se atrevería a calumniar abiertamente de un aristócrata!
Y como el insulto se trataba de un vergonzoso tabú, ella nunca le diría a nadie lo que había escuchado, sobre todo con tantos otros estudiantes a su alrededor. Así que Lisa ignoró todo lo demás y se concentró en hacer su mejor esfuerzo para enseñarle a Bach una lección que ni él ni nadie fuese a olvidar jamás, para que no se atreviesen a burlarse de ella otra vez.
- ¡Almas de los soldados caídos, escuchen la llamada del heraldo oscuro y revelen su existencia! -
Lisa levantó su brazo hacia el cielo y recitó un conjuro. Cuando terminó, aparecieron dos "Guerreros Esqueletos" delante de ella, armados con espadas cortas de hueso. Las criaturas se apresuraron a perseguir a Bach con sus armas en alto en cuanto ella lo señaló.
Bryan observaba todo lo que ocurría con mucho interés. Esta era la primera vez que veía la misteriosa magia necromántica en acción con sus propios ojos. Una inmensa curiosidad se apoderó de él y centró toda su atención en lo que ocurría.
- ¡Oh! ¡La Fuerza Mental de Lisa no está nada mal! ¡Ya puede invocar a dos guerreros esqueléticos al mismo tiempo! -
- ¿Y qué importa eso? Para empezar la necromancia es estúpidamente débil desde un inicio y encima parece que a sus estudiantes les encanta pelearse entre sí como los animales. No es de extrañar que la Escuela Necromántica sea la más patética de toda la academia. ¡Son una desgracia para la Facultad de Magia Oscura! -
- ... -
Los alumnos de las otras disciplinas de magia negra comenzaron a charlar entre si mientras observaban el espectáculo. De sus conversaciones, Bryan dedujo que el criterio para decidir el rango de un mago se encontraba en eso que llamaban "Fuerza Mental". Por ejemplo, en Mago Necromante propiamente dicho debía ser dueño de una mayor cantidad de Fuerza Mental y si empleaba exactamente el mismo conjuro que un aprendiz, podría materializar a una mayor cantidad de criaturas.
Bach estaba extremadamente deprimido y maldecía unas cien veces en su interior a la persona que hubiese empezado ese rumor desconocido. Si hubiera practicado sus encantamientos de magia oscura y tuviese la suficiente concentración, entonces Bryan y Jack no habrían disfrutado de un espectáculo tan divertido como el que estaban viendo actualmente.
Los guerreros esqueléticos siguieron persiguiéndolo frenéticamente por toda el Aula y el desafortunado abusivo tuvo que arrastrase por debajo de los pupitres más de una vez para evitar que las espadas afiladas lo alcanzasen. Finalmente tuvo que usar la misma magia para invocar a un "pequeño esqueleto" que lo ayudase a pelear contra los dos guerreros que Lisa había invocado.
Cuando los estudiantes de las otras escuelas de magia oscura vieron el patético esqueleto que Bach había invocado y el lío en que se encontraba, comenzaron a reírse en voz muy alta y sin ninguna consideración. Bach se sintió afectado por las burlas y perdió su concentración, como resultado uno de los guerreros esqueléticos de Lisa logró acertarle una buena patada en el estómago. Su rostro se volvió púrpura por el dolor y se acurrucó lentamente en el suelo.
Cuando vio que Bach ya había sido golpeado, Lisa se apresuró a detener a sus esqueletos y evitó así que su criatura emplease su arma. Por más enojada que estuviera no iba a matar a un compañero estudiante y de todos modos la academia prohibía los duelos no autorizados. El ver a Bach retorciéndose de dolor en el piso era suficiente para apaciguar la ira de Lisa, así que envió a los esqueletos de nuevo a su dimensión de origen.
El adolorido joven se incorporó en medio de un alud de carcajadas y burlas de todos los estudiantes, así que apretó los puños con furia, pero también envió su pequeño esqueleto a otra dimensión para dejar todo el asunto. Fue entonces que levantó la mirada y sus ojos notaron a Bryan y a Jack, que también se estaban riendo de él... y bastante alto.
La risa de los criados le dio la estocada final al herido orgullo de este joven aristócrata. Bach dio un fuerte pisotón el suelo mientras soltaba una maldición y dijo: - ¡Miserables sirvientes! ¡¿Se atreven a burlarse de mí?! -
En medio de su humillación Bach acababa de encontrar un objetivo para desahogarse, así que comenzó a caminar directamente hacia los sirvientes para darles una paliza. El problema fue que se apresuró tanto y su gesto fue tan orgulloso, que a todos los presentes les pareció que estaba ignorando por completo su paliza anterior, sobre todo a Lisa. La joven estaba a punto de dejarlo ir cuando creyó que la estaban ignorando, así que una cólera fría se apodero de ella y empezó a recitar un terrible conjuro: - Oh eterna oscuridad, concédeme el poder de la muerte para infringir el dolor del espíritu en su cuerpo. ¡Agonía del Alma! -
Una nube oscura parecida a la neblina se materializó frente a Lisa y se fue volando directamente hacia Bach. Conforme la nube negra iba desplazándose por el aire su forma iba cambiando y finalmente se materializó como una llama negra intermitente.
Bach sintió el peligro y se volvió para ver que una maldición de "Agonía de Alma" estaba persiguiéndolo. Al principio su mirada se llenó de miedo, pero de pronto se le ocurrió una malvada idea. Entonces se escapó corriendo directamente hacia Bryan y Jack. Justo cuando la Agonía del Alma estaba a punto de golpearlo, Bach se agachó y rodó por el suelo.
El plan del joven aristócrata funcionó a la perfección. El inconsciente, feliz y totalmente indefenso de Bryan observó con sorpresa cómo Bach de repente se agachó en frente de él y la "Agonía del Alma" cayó sobre su cuerpo sin que pudiese hacer nada para evitarlo.
Los ojos de Bryan se voltearon hacia atrás cuando sintió que su cabeza era invadida por un dolor tan intenso como jamás creyó posible y se derrumbó en el suelo.