No obstante, la atraigo de nuevo a la pared y procedo hacer lo que hace un pervertido, no porque lo sea, si no porque desde ayer me llama pervertido y quiero mostrarle un poco de perversidad.
Hace un movimiento para volver a golpear mi entre pierna, sin embargo, en esta vez estoy preparado y evito que su rodilla choque con mis genitales, arrimo mi cuerpo más al suyo sin dejarle chance a moverse, seguido tomo sus manos y las coloco tras sus grandes glúteos, la ajusto más a mi para luego clavar mi nariz en su hombro y reír por lo que balbucea-Voy a gritar- Amenaza.
-Inténtalo-la reto y cuando se propone hacerlo cubro su boca con mis labios, la dejo sin aliento lo sé porque no siento su respiración, cuando creí que correspondería a mi beso me relajé, no obstante, la muy infeliz termina mordiendo mi labio hasta sacarme sangre, suelto un quejido a la misma vez sus manos, ni bien me recupero de la mordida cuando una palma de su mano se estrella en mi rostro dejando mi oído zumbando.
-Abusivo-Sus movimientos son tan rápido que no me deja ni recuperar cuando ya está atacando mi creadilla, nuevamente lo hizo, por segunda vez me dio en mi dídimo-eres un maldito pervertido-reprocha y sale corriendo.
-Me las pagarás-digo con dolor, cómo puedo me siento hasta que el dolor se me pase, mientras en mi mente se forman malabares para cobrarme los dos ataques que Kiara Salma me propinó.
Camino hasta el espejo y observo mi labio, suspiro al verlo enrojecido y lastimado, tendrán que pasar varios días para que se recupere, lo peor es que no podré comer mis ensaladas de limón, todo por culpa de Kiara, crujo mis dientes solo de recordarla. Estoy absorto en los pensamientos cuando escucho a mi madre.
-Adi, tienes visita-. Espeta emocionada.
Giro el rostro para encontrarme con Lidia, la observo de arriba abajo y me quedo gélido tragando gruesa saliva por lo guapa que está, a pesar de que ya no es la adolescente que perturbaba mis sueños, sigue siendo tan hermosa como en el pasado.
-Adiel Mohamed, ¡que guapo estás!-. Exclama acercándose y dándome dos beso, uno en cada mejilla-¿Que te pasó en el labio? -Cuestiona y lleva su suave mano a él.
-Nada, es por el frío de Valleral-Trato de ser convincente.
-¿Frio?-Pronuncia y luego sonríe-pero si aquí no hace frío como en Tuntaqui.
-Pues yo si siento frio
-Enante no tenías eso-. Escruta mi madre y suelto un suspiro al recordar como logré obtener esta herida. Ignorando a mi madre dirijo la mirada a Lidia.
-Estas muy bella.
-Son tus reflejos-. Farfulle haciendo un movimiento de mano.
-Yo los dejo solo-. Comunica mi madre y se va.
Una vez solos la invito hasta la alberca y nos sentamos en la mesita redonda que está cerca de la antes nombrada.
-Cuéntame de ti, ¿piensas quedarte?
-Si-. Respondo recordando los labios de Kiara.
-¿Y tu novia o esposa? ¿Ella también está aquí? Hasta donde sabía te ibas a casar.
Soltando un suspiro y bajando la mirada verbalizo
-Ella murió, murió el día de la boda-. Manifiesto
-¡Oh Adi!, yo no lo sabía.
-Mejor hablemos de ti-. Propuse mirándola directo a los ojos.
-¿Que quieres saber de mí?
-No se, dime tu, ¿te casaste? ¿Tienes novio?-Sonríe y se acerca.
-Tenía uno hasta hace un par de meses, un forastero que así como llegó, así mismo se fue.
-¿Y te rompió el corazón?
-Si, pero ya pasó.
-¡Que tonto!
-Tonto ¿por qué? Cuestiona mirando mis labios.
-Por dejarte.
-Dicen que Dios quita lo malo para poner lo bueno, tal vez hay algo mejor que me espera-Declara alejándose.
-Eso si-. Acoto llevando la mirada en la lejanía.
-También soy maestra en el colegio del pueblo.
-¡Que bien!-Enuncio mientras sigo mirando la joven que se encuentra a lo lejos.
-¿Quieres dar una vuelta en caballo?-Le pregunto regresando a verla.
-Claro, recordemos viejos tiempos.
Me levanto y camino hasta donde se encuentra Félix.
-Félix-Pronuncio y ella regresa a verme.
-Joven Adiel ¡Bienvenido! Aprieto su mano y palmamos las espaldas-. Puedes preparar dos caballos, iré a dar una vuelta.
-Claro que si-. Saca su sombrero para retirarse y se dirige a Kiara-Ve a casa, hablaremos después.
-Me gustaría que Kiara me acompañe-. Verbalizo y ella me mira fijamente-¿No te molesta que kiara vaya conmigo, Félix?
-No se si Kiara quiera ir-. Expone y antes que ella pueda acotar algo me adelanto.
-En la noche-. Me quedo con la palabra en la boca porque ella habla.
-¡Si quiero!, si quiero acompañarle, iré por zafiro.
Como lo suponía, Félix no sabe qué su querida sobrina se escapa por las noches para ir a la disco y lo que es peor, golpea hombres y sobre todo luce demasiada hermosa.
-¡Que bien, kiarita!-Farfullo victorioso y ella pone los ojos en blanco-. Te acompaño a ver a zafiro mientras Félix arregla el mío y el de Leila, supongo que zafiro es tu caballo.
-Leila, ¿ella también va?
-Si, serás nuestro cupido como en el pasado-. Comunico mientras alboroto su cabello-. Félix sonríe y se va.
-Pueden ir en la camioneta.
-Tío no es necesario, yo voy sola.
-Gracias Félix-. Pronuncio y me lanza las llaves -¿No vas a subir cupidita?-La veo suspirar y poner los ojos en blanco, luego sube y la llevo a la cabaña donde supongo siguen viviendo.
-¿Aun viven en la cabaña?-Pregunto y al no obtener respuesta me desvío.
-¿Qué hace?-Presiono el acelerador y lo detengo en medio de los potreros alejándonos de la vía principal-. Intenta bajarse y la detengo.
-¿Qué quiere de mí? ¿Por qué no me deja en paz?
-¡Ya vez lo que me hiciste!
-Eso le pasa por atrevido y por robarme un beso
-¿Y no te gustó?-. Le pregunto mirándole fijamente y puedo notar como la saliva gruesa rueda por su garganta.
-¡No!, ahora lléveme a casa.
-¿Qué si no lo hago?
-Pues lo haré yo.
Se suelta de mi agarre y Sonrío, no cabe duda, esta mocosa tiene un carácter de mierda
-¿Piensas caminar? Cuestiono yendo tras de ella.
-Lo hago siempre.
-Esta bien, volvamos al auto.
-Ya no quiero-. Resopla y continúa.
-Has cambiado mucho niña, la Kiara que conocí era tierna y obediente-. Balbuceo al sostenerla del brazo, seguido la atraigo a mi y nos quedamos muy cerca.
-Usted también a cambiado-. Murmura sin quitar sus verdes ojos de los míos-Aléjese si no quiere que le vuelva a dar en ya sabe donde-Amenaza haciendo que su tibio aliento caiga en mi rostro.
-Si es un beso lo acepto-Replico al acariciar su delicada mejilla.
Sonríe y hace un movimiento para volverme atacarme, el cual esquivo porque estoy alerta, a continuación me empuja y sale corriendo de inmediato me levanto para correr tras de ella, una vez que la agarró caemos al suelo quedando yo sobre ella. Nos quedamos mirando fijamente sin importar el tiempo ni el lugar en el que estábamos, mi mente se nubló hasta el punto que ni se como la besé, solo sentí sus labios compactarse con los míos, abrió su boca para profundizar el beso que me dejó sin aliento, no entendía las razones del porque mi corazón latía con fuerzas.
Una vez que solté sus labios, sentí la humedad en mi cabeza, llevando mis manos a ella sentí un poco de estiércol pegado en mis cabellos-¿Que diablos has hecho?-Gruño al tocar mi cabello.
La veo levantarse y correr como una cabra loca, aprieto mis dientes mientras la veo marcharse-. Adiel Mohamed, llevo tres a cero-dice al soltar una carcajada.
Al sentir el olor desagradable en mi cuerpo me dirijo al río, saco mi camisa y mis pantalones para luego lanzarme al río y lavar mi piel.
-¡Maldición Kiara!, juro que me la pagarás-sonrío al recordarla y eso me hace maldecirme-¿Que diablos te pasa Adiel? ¿Por qué no puedes dejar de pensarla?, solo la conociste anoche, bueno, la volviste a ver-ladeo mi cabeza y la expulsó de mis pensamientos.
Me quedo un rato nadando hasta que escucho un sonido tras los árboles, aquello me hizo retirar del río y vestirme, tal vez sea un animal hambriento y no quiero terminar siendo comida de ninguno. A pasos rápidos camino al auto, cuando estoy por llegar veo a kiara subir al caballo-Con que me espiabas mientras me bañaba, y luego dice que el pervertido soy yo.