Capítulo 5 Deseando más.

Nunca he sido una santa y siempre lo demuestro explorando en mi día a día y más que nada en mi sexualidad.

Le sonrío al espécimen que tengo debajo y bajo mis caderas despacio logrando tenerlo dentro de mi, gimo cuando lo siento completo.

-Pues espero que esta versión de Kama no esté comprometida - me burlo recordando el tema anterior.

Él me toma de la nuca y me pega a su boca como si fuera el último vaso de agua en el desierto.

Me muevo sobre él con firmeza y sensualidad mientras gimo cada que entra y sale, él se toma mis pechos cada que le da la gana a la vez que succiona, lame, muerde y chupa donde quiere. Mientras yo lo monto como si mi vida se fuera en ello, me ayuda levantando su pelvis para que el encuentro sea fuerte y placentero.

Mis manos arañaban su espalda y pecho sin importarme si es demasiado fuerte, pues los gruñidos que suelta hace que mi excitación se eleve aún más, lo beso y muerdo sin dejar de cabalgar, la nalgada que me suelta me hace soltar un pequeño jadeo.

Me quita de encima y se levanta, me pone en cuatro sobre el sofá y de una sola estocada entra en mi haciéndome soltar un grito. Entra y sale de forma constante y ruda sosteniéndome de las caderas con una sola mano y con la otra soltando leves cachetadas a mi culo.

-Fuerte - pido en medio de un gemido cuando noto que solo siento un leve picor en mi trasero.

¿Qué? Si quiero recordar a este hombre que sea al menos porque me dejó inválida luego del mejor sexo de mi vida.

-Así que te gusta duro, preciosa koshechka -dice y pongo mi culo en pompa dispuesta a recibir otro azote.

Agarra mi cabello y lo jala hacia atrás de forma brusca a la vez que suelta su mano contra mi trasero haciéndome saltar y jadear a la vez. Un par de azotes extra le dan paso a gemidos, jadeos y un bombeo que me hace temblar las piernas, toma una de ellas y clava sus dedos en mis muslos abriéndome un poco más para follarme con más fuerza.

El sonido indecoroso que nuestros cuerpos provocan al hacer contacto hace que se me forme un nudo en el estómago, y el que me penetre como lo hace logra que el orgasmo me tome tan fuerte que termino desplomándome en el sofá.

Tomo aire antes de poner mis últimas fuerzas en mantener la posición y hacer mi trasero hacia atrás para que él semental que me estaba follando se corra y pueda caer sobre mi sin aplastarme por completo.

Un jadeo brota de mi garganta cuando lo siento salir de mi interior.

Lo siento sacarse el preservativo y muevo mi cabeza para observarlo cuando siento su aliento en mi rojo trasero. Un mordisco de su parte me hace reír.

-Tengo miedo de levantarme y parecer un lienzo - confieso con una sonrisa cuando lo veo ponerse el pantalón y la ropa interior.

-Pues déjame decirte que si te veías hermosa mientras bailabas ahora te ves aún mejor - dice acercándose a mi.

Me da un beso posesivo antes de tomarme de la cintura y sentarme, saca de su bolsillo un pañuelo y me saca la tanga limpiándome los residuos de nuestro encuentro. Lo dejo hacerlo sin sentirme incómoda, mientras lo hace un rubor tiñe mis mejillas al detallarlo.

Tiene chupones en el cuello y marcas de arañazos en el pecho, en los brazos y en lo poco que veo de su espalda, algunos de ellos se ven con pequeñas gotitas de sangre. Sin contar que su labio tiene una pequeña cortada a causa de las mordidas que le di.

Si, soy una salvaje.

-Yo.. - titubeo y aclaro mi garganta antes de volver a hablar - lamento eso - señalo las marcas.

Sus ojos vuelven a recorrerme y la sonrisa que desencadenó todo vuelve a aparecer haciéndome desear más encuentros como este.

-Eres una koshechka salvaje - es lo único que responde antes de pasarme el vestido e intentar ponérmelo.

-¿Qué significa eso? - pregunto ante la palabra desconocida mientras me visto por mi cuenta.

Él solo levanta una ceja y se pone la camisa.

-Hey, mi tanga - pido al notar que no está donde debería.

-Dijiste que me la dabas de recuerdo - dice tomándome de la cintura y metiendo las manos bajo el vestido, agarrándome las nalgas.

-Era un decir, monsieur - respondo aprovechando la cercanía para volver a besarlo.

Dios, creo que es el mejor día de mi vida.

-Nunca me había gustado tanto que me llamen señor - sus ojos detallan mi rostro y una de sus manos acaricia mi mejilla - eres la mujer más hermosa que me encontré en la vida.

Su confesión me hace dar un paso atrás.

-Fue la mejor noche de mi vida - le confieso - pero no creo poder ilusionarme con una persona que probablemente solo vea una vez en toda mi vida.

Él me observa un momento de arriba a abajo y toma mi mano, se quita el anillo y me lo pone a la vez que vuelve a acercarme.

-Espero me lo devuelvas kosheshka - dice antes de dejar un beso cargado de posesividad y deseo en mis labios - Mi nombre es A...

Lo interrumpo sellando mis labios con los suyos en un último beso, beso que demuestra el deseo de que la noche no termine y el anhelo que tengo de volver a encontrarlo. El sabor metálico que surge de la cortada de su labio me hace lamerla antes de separarme y mirarlo a los ojos.

-Si nos volvemos a ver me lo dices - digo en un susurro y vuelvo a alejarme - Fue un gusto poder disfrutar de la noche con usted, monsieur.

Y antes de que diga algo salgo por donde entré con un anillo en el dedo y dejando ahí dentro al hombre más impactante que vi en mi vida con mi tanga y mis ganas de volver a encontrarlo.

            
            

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