Capítulo 10 Ines

En ese instante, Cheryl sintió como si un rayo la hubiera golpeado, y la verdad era que nunca esperó ver eso de él. De hecho, parecía un joven enamorado, lleno de dulces sentimientos.

Sin embargo, eso se lo había provocado otra mujer, y eso era como veneno para ella y su alma.

De todos modos, con la cabeza gacha, y con el cabello largo tapando su rostro, no se podía ver su expresión con claridad. Ella solo esperaría a que Jarred contestara la llamada.

"Detén el auto", le ordenó este al conductor con dureza.

El Rolls-Royce Phantom se detuvo a un lado de la carretera.

"Bueno, al menos trata de terminar la avena".

Dicho eso, Jarred se puso sus lentes de montura dorada y salió del auto.

A pesar de que el plato de Cheryl se mantuvo firme en sus manos, sintió que le estrujaban el corazón.

De pie en la acera, Jarred contestó.

Él parecía muy cariñoso y hablaba en tono suave, pero no era ella quien estaba al otro lado de la línea.

'Cheryl, contrólate', se regañó ella para sus adentros.

Su rostro lucía pálido y su pecho se sentía sin aire mientras sostenía la cuchara con firmeza.

Ya que se había divorciado de Jarred, era natural que Ines interviniera y recuperara todo lo que alguna vez había sido suyo ¿Qué pasaría con ella entonces?

¿Qué había hecho mal ella? ¿Por qué era tan sencillo reemplazarla?

¿Porque no era ella quien había capturado el corazón de Jarred?

Poco después, este colgó y se acercó.

No obstante, no subió al auto, en cambio, dio unos golpecitos en la ventana del asiento delantero.

El conductor bajó la ventana usando el control en el volante.

"Llévala de regreso primero", ordenó, y su voz suave y cálida llenó el auto. "Acaba de surgir algo importante, y debo ocuparme de ello".

Su mirada se fijó en Cheryl mientras decía eso último.

Pese a eso, ella miraba hacia abajo, hurgando el cuenco que sostenía y sin siquiera molestarse en verlo.

Frunciendo el ceño, el hombre dio instrucciones al conductor, pero no dijo nada más.

El auto arrancó y se unió al tráfico.

Jarred no dio media vuelta para irse hasta que lo perdió de vista.

Cheryl comió mecánicamente y se frotó suavemente la parte inferior de la barriga.

Y es que no tenía apetito, pero no podía poner en peligro su salud por el bien y la seguridad de su bebé.

Ese era su primer embarazo, y ella estaba nerviosa por ello.

Lo cierto era que también le preocupaba que su vida se complicara más con el paso del tiempo.

Al ver las delicadas sandalias de plataforma en sus pies, frunció el ceño ligeramente, e instantáneamente marcó el número de Sheila.

"¿Tienes algo de tiempo? Voy al centro comercial a comprar zapatos planos", dijo la mujer.

El otro extremo de la línea se escuchaba bastante ruidoso.

La voz de la mujer sonaba áspera y seductora al mismo tiempo. "Cheryl, lo siento, pero estoy algo ocupada hoy. Todavía tengo que hacer un par de sesiones de fotos más antes de terminar. Supongo que terminaré con esto a medianoche".

Sheila era atractiva y estaba en excelente forma, por lo que hacía mucho tiempo, una agencia la había seleccionado y fichado como modelo.

Ella se había situado en la cima de la lista, y muchas personas envidiaban sus logros.

Cheryl estaba al tanto de su esfuerzo para conseguir su puesto actual, por lo que no insistió en invitarla a salir.

Luego de intercambiar algunas palabras, colgó.

Mirando al conductor, Cheryl susurró: "Primero vayamos al centro comercial Scape Plaza".

"De acuerdo".

Rápidamente llegaron a su destino.

Cheryl no tenía interés en permanecer ahí durante mucho tiempo, así que tomó el ascensor que la llevaría directamente a la tienda de la famosa marca que ella frecuentaba.

"Señorita Naylor, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vino", comentó alegremente la gerente.

Si bien Cheryl nunca se había identificado como la señora Fuller ante nadie, era generosa y nunca miraba los precios a la hora de comprar.

Si algo les gustaba, ella y Sheila simplemente se lo llevaban, y naturalmente, el personal de la tienda era muy cortés con ese tipo de clientes.

"Vine a comprar unos zapatos planos", dijo Cheryl con una pequeña sonrisa.

Los ojos de la gerente se iluminaron, y la instó a que la siguiera. "La colección exclusiva de esta temporada acaba de llegar. Por favor, sígame".

Cheryl lo hizo, y cuando pasó por el vestidor, vio una cara familiar.

Una mujer acaba de salir del probador, con un vestido de noche marrón oscuro de hombros descubiertos. Su cabello rizado estaba ligeramente recogido hacia atrás y atado en una cola baja de caballo, y su discreto maquillaje iba bien con su atuendo, el cual la hacía bastante recatada. Estaba muy arreglada, y parecía complacida y orgullosa de sí misma con incluso un toque de arrogancia que no iba mucho con la forma en que la que iba peinada.

"Ines...", murmuró Cheryl con el corazón encogido.