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Kay esta mirándome en la mesa, estoy sentada frente a él. Hoy varios cubiertos en la mesa. Mientras todo es silenció en la mesa, nadie habla, todos están masticando, Klaus tiene esa expresión de seriedad y tristeza.
-¿Qué tal les fue hoy a todos? -pregunto.
Kay levanta la mirada y niega con la cabeza.
-Disculpen...
-Veo que ciertas cosas no olvidas, quizá sea algo involuntario, será quiza que tú familia hablaba en la mesa, la mía no está acostumbrada ha hacerlo.
Me quedo en silencio, Keyla intenta hablar, pero su padre la miró.
-Me disculpo -les digo dándole una mirada a todos. Terminamos de comer rápidamente.
A las ocho en punto todos dejan sus cubiertos, yo aún no termino de comer.
-Amelia -llama Kay, hace un símbolo para que deje de comer.
-Gracias papá -dicen los tres al mismo tiempo.
El señor Franklin me mira.
-Gracias -es lo único que le puedo decir. Él es el primero en levantarse, luego ellos, yo solo los sigo.
Todo está como cronometrado.
-Me retiro a mi oficina, que tenga una buena noche todos.
Julieta aparece con otras dos chicas más y recogen todos los servicios de la mesa.
Lo veo desaparecer por el otro pasillo de la casa y siento como todos sueltan el aire.
-Me ire a mi habitación -dice Keyla.
Klaus es tomado por la mano de Julieta. Nos quedamos Kay y yo en la sala enorme, mirando hacia la inmensa ventana.
-¿Qué edad tiene Klaus? -le pregunto.
-Klaus tiene once años, Keyla quince años y bueno yo tengo veintedos años.
-¿Tu papá siempre fue así? -le pregunto en voz baja, para que la voz no escuché.
-Cada vez que papá trabaja, apaga al asistente.
Me siento más libre para hablar lo cual me da confianza para sentarme.
-¿Te siente a gusto en este casa? -me pregunta.
-No sé, realmente no sé...
-Llamaron de la clínica y dijeron que mañana vendrá el psicólogo y el terapeuta.
Estamos los dos sentamos juntos.
-Gracis Kay -es lo único que puedo decirle.
Estamos en silencio pero los pensamientos que tuve en mi habitación vuelve ahora. Entonces tomo su mano sin pensarlo.
-Kay necesito que me cuentes cómo me encontraste.
El rostro de Kay palicede rápidamente, me mira, suelta mi mano y se pone de pie.
-No deseo hablar de tema.
-En toda estás semanas nunca me has contado como fue que me encontraste.
Kay se ve nervioso, entonces escucho una melodía. Se que está sonando el celular de Kay.
-Un momento.
Se aparta con el teléfono en la mano y lo escucho hablar, pero luego ya no escucho nada. Siento que alguien me está cargando en brazos.
-Lamento dormir en el sofá -susurro, veo esos ojos verdes y su cabello en su frente.
-No te preocupes -dice.
-Quiero recordar -susurro antes de cerrar completamente los ojos.
El psicólogo me muestra varía fotos, está también con el terapeuta.
-Amelia, ¿Ningún lugar se te hace familiar?
Veo una foto de un lago, o estanque. Hay árboles. Pero ninguna imagen se me hace familiar.
Niego con la cabeza a todas las imágenes que me muestran.
-Kay -llama el terapeuta. Kay se acerca a nosotros.
-¿Cuál de las fotos fue donde la encontraste? -le preguntan.
Kai me da una mirada rápida y luego mira todas las imágenes de la mesa. Señala con el dedo hasta que se detiene en la última imagen que me mostraron.
-Fue en el lago artificial, en el parque a las afuera de la residencia.
-Gracias Kay -dice el terapeuta. Kay se aparta sin mirarme y ellos me muestran la foto.
-Amelia debes enfocarte en la imagen y recordar.
-No recuerdo -vuelvo a decir.
-Quiza funcione si te llevamos al lugar...
-No -grita Kay molesto.
Alzamos ambos la mirada hacia él.
-Puedes ponerte mal.
-Estaremos ahí, para cualquier emergencia.
-Yo iré a donde ustedes me digan -digo segura, lo único que deseo es saber quién soy.
Mis ojos suplican la aprobación de Kay, pero el niega con la cabeza varias veces.
Me levanto y tomo a Kay del brazo con fuerza y tiro de él por el pasillo.
-Kay -digo mirando sus ojos. Lo agarro del rostro con preocupación.
-¿Qué?-dice molesto.
-¿POR QUÉ? -grito.
Me toma de la mano y suelta un suspiro.
-No quiero que recuerdes.
Sus palabras me chocan, mi cabeza comienza a dolerme.
" No quiero que recuerdes"
-Amelia.
Impido que se acerque a mí, comienzo a ver todo borroso.
Las imágenes de un hombre, de un joven alto, de cabello negro, sin polo acercándose a mi.
¿Quién es?
Mi cuerpo se estremece con fuerza.
-Ayuda -lo escucho gritar. No siento cuando mi cuerpo está en el piso, la imágenes de Kay y de ese muchacho se intercalan en mi cabeza.
Siento que se acerca a mi casa vez más.
"Eres muy lista Ami"
Para cuando vuelvo abrir los ojos Kay está en la esquina de mi cama hechado mirándome.
-Al fin despertaste -dice mirándome.
-¿Cuánto llevo dormida? -pregunto.
-Toda la mañana.
Me siento con las piernas cruzadas y miro a Kay. Estiro la mano y tomo su mano.
-Lamento exigirte que me digas la verdad, pero yo necesito saber quién soy.
-Te entiendo.
-Kay -lo interrumpo y sonrió, tocó mis labios por unos segundos y pienso en ese muchacho guapo a quien ví.
Se que no fue un sueño, se que fue un recuerdo, comienzo a pensar en la imagen de ese recuerdo, ese muchacho sin polo algo mojado venir a mi, con algo de arena de playa sobre su pecho y sentarse frente a mi, yo debe haber estado hechada.
-Recorde a un hombre -le digo con felicidad. Él me mira detenidamente -Yo recordé.
La sonrisa de Kay es evidente.
-Recordé un beso -digo. Kay pone en una línea sus labios.
-¿No crees que si fueras importante alguien te estaría buscando?
Me acerco a él y me pongo delante suyo, lo miro a los ojos. Y voy acercándome lentamente hacia él. Quiero ver cómo reacciona. Sus labios rozan los míos y me aparto.
-No puedo con esto -dice levantándose y saliendo de la habitación.
Decido no llamarlo, me quedo en silencio sobre mi cama. Pensando la estupidez que acabo de cometer.