Capítulo 6 Albuquerque

Keyla ingresa a mi habitación y se sienta sobre la cama.

-Te vi muy mal en la mañana.

-Debi dar miedo.

-Pues realmente si -dice ella, agacha la cabeza y luego la vuelve ha alzar.

Se pone de pie y se pone de pie frente a la ventana de mi habitación, mira hacia afuera.

-Realmente llevas dos días en casa. Kay está impaciente por todo, no quiere que nadie se te acerque, porque...

-No quiere que recuerde, ya me lo dijo.

-Mi hermano tiene sentimientos por ti, quizá para ti esas semanas en el hospital son pocas, pero realmente ha pasado un año, un año donde Kay cambio demasiado, iba a la universidad y luego a verte...

¿Un año?

Mi cabeza comienza a darme vueltas. Quiero hablar pero ella sonríe y se acerca a mi.

-Papá dice que Kay cambio ese día que te encontró en el lago.

-¿Tu sabes dónde es? -le pregunto.

Asiente con la cabeza.

-Me puedes llevar.

-Si Kay sabe que te lleve perderá la cabeza.

-¿Me imagino que debes saber lo que me pasó? -le pregunto poniendo de pie y caminando hacia el balcón.

Niega con la cabeza, el viento le da en la cara moviendo su cabello negro de un lado al otro.

-No realmente, pero eres una de las razones por las cuales mi padre no deja que salgamos sin nuestra madre.

¿Madre?

Ella me muestra su reloj.

-¿Ella se tu mamá? -le pregunto sorprendida.

-No todo era como lo has visto, papá era feliz y sonreía muy seguido, un genio hasta que un día mataron a mi mamá -dice en voz baja.

Anuncian la hora del almuerzo y ambas salimos rápidamente hacia el comedor, pues si está el señor Franklin se enojara. Vemos a Julieta y a varias muchachas servir el almuerzo.

-Niños hoy su padre no podrá venir a almorzar, tiene mucho trabajo.

Kay me da una mirada rápida y nuevamente la vuelve a bajar.

-Uf es un alivio -dice Klaus, se sienta a mi costado.

-¿Cómo te sientes? -le pregunto.

-Bien, ya no me duele mucho el brazo, las piernas tampoco.

Le desordeno el cabello y él me muestra una dientes. Los empleados colocan primero una sopa roja delante de nosotros.

-Coman niños -dice la voz.

Kay se siente algo incómodo, pero comienza a tomar.

-Amelia -llama Klaus. Lo miro y él deja de tomar su sopa.

-Klaus termina rápido, sino le dirán a papá.

-Yo no diré nada -dice la voz.

Kay comienza a reírse, Klaus también y Keyla igual es la primera vez que veo reír a Kay, siempre sonríe.

-¿Sabes si tienes familia? -pregunta.

Keyla y Kay lo miran y niegan con la cabeza.

-Me imagino que debo tener familia. Quiza también tenga hermanos o hermanas...

-Lamento que no recuerdes. Se que papá te ayudará.

Keyla inclina la cabeza y mira con cierta curiosidad a Klaus.

-Papá es uno de los hombres más inteligente del mundo, es un genio, el programara a mamá para que te busque de manera fácil.

Kay suelta su cubierto y mira a Klaus.

-Anoche lo escuché hablando en una junta.

Lo que acaba de decir Klaus hace que sonría de la felicidad, siento la esperanza.

-No sabía que papá estaba planeando eso.

-Preguntale.

-Se molestará -dice mirando a su hermano menor.

La tarde pasa rápido mientras estamos jugando los cuatro a la pelota. Cuando llega la noche es una cena en silencio como era de esperarse.

Cuando todo están dormidos salgo de mi habitación para estar un momento en la sala.

-Amelia -escucho la voz llamarme.

-Dime.

-Ve a tu habitación, enciende la televisión.

Hago todo lo que ella dice, con cada paso que da va encendiendose la luz.

Cuando estoy en mi habitación la puerta se cierra sola.

-Ahora estamos las dos solas -dice ella.

-Pues si -es lo único que digo. Aún no me acostumbro a hablarle.

-Sientate en la cama, te mostrare unas imágenes.

-Kay...

-Mi hijo está enamorado de ti.

Del escritorio emerge una televisión y se enciende sola. Enamorado de mi. Por un momento pienso que es una idea loca, pero él se ha comportado como los chicos de las películas.

-¿Qué te pasó a ti? -le pregunto para cambiar el tema de conversación

-No tengo recuerdos al igual que tú, yo nací el 11 de agosto del 2018...

-Eres muy joven -le digo.

-No se me permite desarrollar sentimientos por ellos, se que son mis hijos.

En la pantalla se visualiza una imagen de los cinco en el lago.

-Pero...

-Los ritmos cardíacos de Kay son anormales, no duerme mucho siempre se despierta sudando en medio de la noche.

-¿Cómo puedes saberlo, si te apagan? -le pregunto.

Veo una imagen de ella sola, con un vestido rojo y un collar de perlas, su cabello al igual que la de sus hijos de un color castaño y esos ojos claros.

-Yo nunca duermo, siempre cuido de mi familia por eso yo sé quien eres.

Aparece una imagen mía, con un perro negro al costado sonriente, con un vestido Blanco.

-Amelia Albuquerque, desapareciste hace un año y medio de tu residencia vacacional en Bhali.

Ese perro... imágenes aparecen en mi cabeza, relacionadas a él. Una pequeña recibiendo una caja y sorprendiéndose de ese perro.

Mi corazón comienza a latir con fuerza.

-Amelia controla tus emociones,sino no podré continuar hablando contigo...

Intento controlarme.

-¿Tu creador, el señor Franklin sabe de esto? -le pregunto. Ella aparece en la pantalla y niega con la cabeza.

-Mi esposo es un genio, pronto lo descubrirá.

Sonrió y ella también.

-No quiero que Kay se quede solo.

No entiendo por donde va.

-Nunca dejaré Kay -lo afirmó muy segura de mi decisión.

-No puedes dejarlo Amelia, tú estás en peligro.

Da un sacudon la casa, luego otro.

-ALERTA, ALERTA INICIEN EVACUACIÓN.

La puerta se abre y la televisión comienza bajar.

Kay está en la sala con sus hermanos, los empleados también está en la sala.

-Inicien evacuación, se ha detectado desplazamiento en las ...

Kay y los niños salen corriendo. Todo estamos en el estacionamiento mientras vemos la residencia moverse por unos segundos que parecen ser eternos, veo a los empleados asustados con sus teléfonos en la mano llamando a sus familiares.

-Kay...

Su hermana lo aparta de nosotros.

Veo al señor Franklin salir con las manos negras, llenas de grasa.

-¿Papá?

-La computadora principal sufrió daños por el movimiento. Mañana haré que vengan los técnicos.

Asentimos con la cabeza todos.

-Julieta dile los empleados que pueden tomar sus cosas e ir a ver a sus familiares si lo desean, yo cubriré sus viajes y sus días que no vengan a laborar.

-Gracias señor.

            
            

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