-¡¿Quién te dio permiso de cocinar para otros?!- estaba conversando con Seokmin luego de que Baek y su esposo salieran de la cocina hasta que sentí como sujetaban mi muñeca con fuerza logrando que voltee mi cuerpo en su dirección.
-J-Jongin, me lastimas.- siento un dolor punzante en mi muñeca provocado por su agarre.
-¡Responde!- me mira realmente furioso.
-S-Solo me ofrecí ayudar a mi primo, ¡Ah!- ahora sujeta mi otra muñeca con la misma intensidad.- ¡Por favor, suéltame!- grito sintiendo las lágrimas bajar por mis mejillas, esta mañana cuando desperté estaba solo en la cama, él no estaba, me dirigí al baño para bañarme y cuando salí, él estaba sentado en la cama cruzado de brazos y con el ceño fruncido, me dijo que no lo volviera hacer, no entendí a qué se refería, iba a preguntarle pero Yiying me llamó.
-¡Jongin, Suéltalo!- Yiying viene corriendo y posa su mano sobre la de Jongin pero él no cede, volteo la mirada porque me da mucho miedo verlo de esa manera, mi primo Seokmin nos mira aterrorizado sin moverse.
-¡Ya te dije que no te metas en mis asuntos, Yiying!- él suelta una de mis manos y empuja lejos de nosotros a Yiying, su actitud me confunde y aterroriza.
-¡Ayuda! ¡Vengan, rápido! - el vampiro grita con mucha fuerza, Jongin me acerca a su cuerpo y me estruja entre sus brazos.
-Al único que servirás será a mí, Kim Jungsoo, te lo advierto ahora me perteneces y no abuses de la libertad que te doy.- sus palabras ponen mi piel de gallina, escucho el suelo resonar y de inmediato tres hombres aparecen en la cocina.
-¡¿Qué pasó?!- esa es la voz de Sejun, lo reconozco por su siseo.
-¡Jongin, ha vuelto a recaer! ¡Está loco!
-¿Loco? ¡Aquí nadie está loco! ¡Dejen de meterse entre mi esposo y yo!- mi cuerpo tiembla al escuchar su profunda voz.
-¡Yifan, sujétalo!- ese gran hombre viene y lo obliga a soltarme sujetándolo de los brazos, mi esposo grita como demente mientras patalea, trato de alejarme pero mis pies en vez de irse se acercan incluso más a él, Yiying viene y le inyecta algo en el brazo derecho, Jongin poco a poco va cerrando los ojos y una vez más tengo el control sobre mi cuerpo.
-¿Seokmin?- vuelvo la mirada hacia Lujan que está abrazando a mi primo, trago duro sintiendo las lágrimas bajar una vez más por mis mejillas preguntándome, ¿Qué pasó?
-¿Jungsoo, estás bien?- Yiying me abraza lo más que puede contra su cuerpo y me arrulla en sus brazos, me aferro a él porque en estos momentos lo único que quiero es un abrazo reconfortante.- Jongin suele tener ataques como ese, es posesivo, cree que todo es suyo y no soporta que no le presten atención.
-¿Por qué me hace esto?- me separo de su cuerpo y él me lleva de la mano hacia mi habitación.
-Él hace mucho tiempo sufrió una pérdida, lo traicionaron y no ha podido superarlo, por eso, te tratará de esa manera pero no te preocupes que mientras yo esté aquí él no te dañará.- me sonríe cálidamente.
Asiento sentándome en la cama, me acuesto y él se va cerrando la puerta tras suyo.
Al parecer me quedé dormido porque cuando abro los ojos estoy completamente solo una vez más sobre la cama, pero como todo está oscuro afuera, no logro saber qué hora es exactamente, no sé qué hacer, no quiero ver a Jongin en estos momentos, no después de cómo me trató y algo me dice que no será la última vez que lo haga.
Me levanto y camino hacia la puerta, la abro, pero una vez más me quedo clavado en la piso, trato de moverme pero es imposible para mi hacerlo, mis piernas no se mueven, reúno tanta fuerza como puedo tratando de salir pero no puedo, en su lugar mis pies únicamente vuelven a entrar a la habitación, camino hacia dentro y me siento sobre la cama.
-¿A dónde crees que vas?- abro enormemente los ojos al escuchar la voz de Jongin dentro de la habitación.- ¡No te he dado permiso para salir! ¡Tienes que respetarme porque soy tu puto marido!- no sé de dónde salió pero él se aproxima hacia mí, sujeta mi cuello fuertemente y lo aprieta muy duro, trato de alzar las manos para liberarme pero no puedo, no puedo hacerlo, es imposible para mí.
-¡S-suéltame, J-Jongin, no puedo r-respirar!- como sea logro hablar pero él no me suelta, siento que en cualquier momento perderé la conciencia.- ¡Jongin!- digo débilmente, sus ojos están rojos y siento que podría morir en cualquier momento.
Él me mira fijamente y hace su agarre cada vez más fuerte, moriré, sí, moriré. - ¡Tienes que obedecerme! ¡Soy tu marido! ¡No te irás de mi lado, nunca!
-¡Maldita sea, Jongin! ¡¿Qué mierda haces?!- débilmente escucho como la puerta es abierta bruscamente pero no puedo mantenerme despierto, poco a poco mis ojos se cierran dejándome inconsciente una vez más.
Abro los ojos y todo a mi alrededor es blanco, no puedo ver nada porque es como si una tela blanca tapara mi visión, no sé si estoy muerto o vivo, no sé dónde estoy, pero de lo que sí estoy seguro es que Jongin trató de matarme, no sé por qué lo hizo, no he hecho nada malo, no le he dado motivos para hacerlo.
Cierro una vez más los ojos sin levantarme del lugar donde estoy, tal vez, de esta manera si pueda morir en paz. - Es el segundo ataque que sufre Jungsoo en menos de un día.- aquellas palabras pasan a través de mis oídos pero estoy tan cansado como para abrir los ojos.
-¿Dónde está ese idiota? ¡Es como si tuviera dos hijos!- ¿Hijos? ¿Quién está hablando?- ¡Le voy a dar un golpe en la cabeza!
-¿Cómo está?- mi piel se estremece al escuchar la voz de Jongin, tengo miedo pero mi cuerpo está tan debilitado que no puedo moverme.
-¡¿Cómo crees que está?! ¡¿Todavía tienes cara para venir a verlo?! ¡Lárgate, Jongin, lárgate antes de que te corte las bolas!- escucho un sonido estruendoso resonar dentro de la habitación.- ¡Me importa una mierda que seas mi hermano! ¡¿Qué tienes en la cabeza?! ¡Por poco y lo matas! ¡Es un humano, por dios! ¡Nuestros padres estarían muy decepcionados de ti!- ¿Nuestros padres? ¿Eh? ¿Qué significa todo esto?
-Teo, cálmate, no le pasó nada o ¿sí? - su voz parece estar más tranquila pero de igual forma me aterra.
-¡Descarado! ¡Tengo un hijo, Jongin! ¡No puedo estar cuidando tus pasos, no puedo hacerlo!- de un momento a otro escucho nada más que silencio a mi alrededor hasta que la puerta se cierra fuertemente.
-Haz decepcionado a tu hermano.- la voz de Yiying se escucha en la habitación.- Él te ha cuidado desde siempre, no entiendo por qué te empeñas en decepcionarlo.
-¿Tú también, Yiying?
-Tienes que entender que...
-¡No puedo controlarlo! ¡Hace unos momentos quise apartar mis manos de su cuello pero no pude lograr que mis manos me obedecieran! ¡Esa maldita bruja me ha lanzado un hechizo muy fuerte! ¡La maldita no quiere verme ser feliz!
-Sabes que todo está en tu mente, eres tú quién tiene que luchar contra eso pero lamentablemente estás perdiendo ante ella.
- ¿No tienes que ir a servirle a tu esposo?
-Te advierto que no te dejaré solo con Jungsoo.
-¿Así? ¿Quieres ver cómo te obligo a salir?
-Y tú, Jongin, ¿Quieres ver cómo te parto la cara?
-No te metas, Yifan, que esto es entre tu esposo y yo.
-A Yiying lo respetas, no me importa lo que hagas con el tuyo pero al mío no le hablarás así.- una serie de voces se hacen notar e intento abrir los ojos pero no puedo por el momento.- Vámonos, Yiying.
-¿Yifan, quieres que te recuerde quién tuvo la culpa de que conociera a esa bruja?- una vez más todo a mi alrededor se queda en silencio.
-¿Eres tan cobarde que le echarás a culpa a Yiying? No me hagas reír, fuiste tú quién la eligió, pero la hija de puta te dejó con los crespos parados, hazte un favor y olvídala.
-¡Yifan, no quiero que peleen por mi culpa!
-Déjalo, Yiying, tiene razón, tengo que superarlo y lo haré con mi esposo así que les agradecería si se fueran. - lo escucho y de inmediato la puerta se cierra estruendosamente, me estremezco, trato de respirar profundo y quedarme inmóvil para que él no se dé cuenta de que estoy despierto.
Siento su peso establecerse a mi costado, trato de respirar tranquilamente pero me aflijo al sentir sus manos sobre mi cuerpo.- Sé que no estás dormido, así que es mejor que despiertes.
Boto todo el aire que tenía contenido y abro los ojos, siempre he sido un muchacho fuerte y no sé por qué me dejo dominar por él, ni bien abro los ojos puedo ver su rostro a pocos metros de mí. - Por favor, apártate.
-No lo haré, así que es inútil que pelees contra mí.
- ¿Por qué te comportas así conmigo?
-Me perteneces, no eres más que un objeto para mí.- ¿Eh? ¿Escuché bien?
-¿A qué te refieres?- frunzo el ceño.- Ayer todo era diferente...
-Para conseguir un poco de sexo una persona puede incluso santificar a su madre, te dejaré las cosas claras, Jungsoo, yo te doy protección y tú me das placer, ¿Qué te parece eso?
-¡Estás demente!- grito antes de bajarme de la cama.
- ¡No he terminado de hablar!- trago duro y paro mis actos, ¡¿Qué hago?! ¡Si no hago algo rápido él me podría matar!
-¿Qué quieres, Jongin? Ya lo tengo claro, te tengo que servir, ¿Qué más quieres de mí? - lo miro resignado, no puedo hacer más, no ahora, no puedo, tengo que hallar alguna forma de librarme de él, pero como dijo, si lo hago, él me obligará a volver.
Me mira acercándose a mí, trago duro y me estremezco cuando posa una mano sobre mi mejilla.- Desnúdate, te haré mío.- ¡No puede ser!
-¿Q-qué?- digo tembloroso sintiendo las lágrimas bajar por mis mejillas.
-Cuando regrese del baño quiere verte desnudo sobre la cama.- bajo la mirada, mis manos tiemblan pero hago lo que él me dice.
¡No quiero hacerlo, no quiero!
Él sale de la habitación y hago lo que me dice, me desnudo, me acuesto sobre la cama y lo espero, sale del baño y camina hacia mí, lo miro como si él fuera el mismísimo demonio, trato de acallar mis sollozos, pero no puedo, él se aproxima y se sienta a mi lado.
-Me gusta que seas dócil.- acaricia mi cabello y me mira fijamente a los ojos.- además, eres inteligente, veo que haz comprendido de que no puedes contra mí.- tan solo lo escucho preguntándome qué hice mal, ayer parecía todo estar, en parte bien, pero ahora su verdadero ser ha salido, desvío la mirada porque no quiero verlo, me aterroriza demasiado, su cabello gris y ojos del mismo color además de sus colmillos me ponen la piel de gallina, en estos momentos no veo nada atractivo en él.
Sujeta mi cuerpo y me pone sobre su regazo, desvío la mirada pero él me obliga a mirarlo.- No me tortures más y hazlo de una vez.- digo casi sin voz.
-Satis est dolor meus.- lo miro confundido y suplicante a la vez, siento una aflicción en mi corazón por lo que me espera, no quiero hacerlo, tengo mucho miedo como para hacerlo.- Tu dolor es mi satisfacción.- está loco, es un demente.- En el pasado me hirieron mucho así que ver sufrir a las personas me emociona.- dice antes de besarme bruscamente, muerde mis labios, grito de dolor pero él no se aparta, ¿Pero, qué puedo esperar? Nada, no puedo esperar nada de él.
Me avienta contra la cama y abre mis piernas bruscamente, se acuesta sobre de mí y muerde mi cuello, siento sus caninos perforar mi piel y grito fuertemente, lame la sangre que brota de mi cuerpo y el dolor que siento es insoportable, rápidamente se quita la ropa y nuevamente se posa sobre mí, parezco un maniquí, no me muevo, tan solo dejo que haga conmigo lo que se le plazca, porque él claramente me lo ha dicho, solo me quiere para darle placer, me penetra sin prepararme, no me duele como la primera vez pero de todas maneras hay un dolor punzante, se mueve desde un principio bruscamente, juro que si tuviera una flecha en la mano me la clavaría en el pecho por el dolor que siento, no dejo de llorar, me duele que me trate así, me duele ser frágil ante él, realmente creí que él me cuidaría pero no, es un ser perverso que le gusta el dolor.
De sus labios sale un sonido ronco antes de sentir su esencia dentro de mí, rápidamente sale de mi cuerpo y se acuesta a mi lado, le doy la espalda porque me niego a verlo luego de lo que me ha hecho, veo en dirección de la ventana pudiendo observar que ha empezado a nevar, sonrío tristemente sintiendo mis silenciosas lágrimas mojar mi rostro porque amo la nieve, me quedo de esa manera por lo que parecen ser horas hasta que pienso que he perdido la razón porque puedo ver a través de la ventana a una mujer observándonos.
Le resto importancia a ese hecho porque debo estar imaginándomelo, así que cierro los ojos hundiéndome en mi miseria.
Fin Pov.