En fin, mis pies hacen su camino hasta el armario y saco algunas prendas que Chanyeong me ha regalado, me muevo de aquí para allá para escoger el vestuario que usaré durante el día, sujeto entre mis dedos una camiseta rayada que de inmediato lanzo al suelo porque está fuera de temporada, además de no quedar con el clima helado, una vez más sujeto otra prenda pero esta vez se trata de una camisa un poco larga, me lo pruebo externamente y me miro al espejo, suspiro cansado porque no me gusta, rebusco entre todo lo que tengo y me enfurezco ya que no son mis gustos, nada de lo que hay aquí es mi estilo.
Nada, absolutamente nada.
-¿Qué sucede, cariño?- ese grandulón viene y me abraza de la cintura por atrás acercándome a su cuerpo, ¡Dios! Su aroma me enloquece, este hombre usa un perfume realmente delicioso.
-No tengo ropa.- me cruzo de brazos y me alejo de su lado, río internamente al escucharlo gruñir por lo bajo, en definitiva, molestarlo es mi diversión.
-Pero te he regalado como veinte conjuntos.- él sujeta entre sus manos una prenda para mostrármela.
-¡Pero ninguna me gusta! ¡Nada es mi estilo! ¡Esta ropa parece más de una vieja solterona o de un solterón! ¡Soy joven, Chanyeong! ¡Necesito lucirme! ¡Quiero ropa nueva!
Wow, qué bien se siente sacar todo de adentro, lo veo fruncir el ceño antes de caminar hacia mí.- ¡¿Y tú?! ¡¿Por qué carajos te quieres lucir?! ¡Ya estás casado!- me estremezco ante su gruesa y seria voz.
-¡Es mi pinche cuerpo el que se vestirá, tengo y quiero verme bien!
-¡¿Por qué?! ¡Antes mis ojos te ves bien con lo que sea!- me confiesa aquello y mi corazón da un ligero respingo de alegría, Dios ¿Por qué estoy así?
- Claro, como tú te vistes tan a la antigua no te importa nada.- me cruzo de brazos y camino enfurecido hasta la cama.
Escucho la respiración agitada de ese árbol pero lo ignoro olímpicamente.- Le ordenaré a Zhoumi que vaya al pueblo a comprarte algo.- abro enormemente los ojos al escuchar el nombre de aquel lobo, sonrío alegremente porque...
-¿Puedo ir con él?
-Ni en un millón de años.- ¡Mierda!
-¡Ves! ¡A esto me refiero! ¡Llevo menos de una semana aquí y ni siquiera puedo salir! ¡Soy un prisionero!- sinceramente, no tengo ganas de llorar pero veré si mis lágrimas pueden ser un punto débil para este vampiro bastardo.- ¡No merezco esto!- reúno mucha fuerza en mis pulmones y empiezo a llorar. Vaya, creo que debí ser... ¿Cómo es que se llaman? ¡A sí! Actor, eso, debí ser un actor, un actor de teatro aclamado, ¡Baek al punto! ¡Llora que ya casi lo tienes!, mi conciencia me habla y tiene razón, me distraje brevemente de mi objetivo, volvía a ver a Chanyeong con la cara cubierta de lágrimas y chillando como un pequeño niño, sin embargo, ese vampiro parece un maniquí, ¡Idiota! ¡¿No ves que estoy sufriendo?!- ¡Mi marido es un desalmado! ¡Aaaaa! ¡Esto es tan doloroso!- digo para luego disimuladamente abrir un ojo, pero él parece ni inmutarse.
-Ay, mi querido esposo.- su potente voz se escucha más cerca.- Qué sería de mí, sí me dejara llevar por las manipulaciones de las personas a mí alrededor, si lo hiciera, lo más probable es que en estos momentos ya estaría muerto.- siento su grande mano acariciar mi mejilla derecha, ¡Maldita sea!
-¡No me toques!- me aparto con brusquedad y seco mis lágrimas de cocodrilo.- Está bien, en ese caso.- sonrío maliciosamente porque soy un hombre muy caprichoso, y me revienta que este se salga con la suya, me acerco a la mesa de noche dónde vi una tijera, la saco y camino hasta el armario, saco toda la ropa que él me regaló y lo cojo amenazadoramente con toda la intención de cortarlos a pedazos.- ¡Andaré desnudo, idiota! ¡Tu esposo andará desnudo para que todos me miren!- le grito a la cara muy furioso y sin pena corté uno de los pantalones.
Volteé a ver su rostro solo para ver cómo miraba descolocado mi accionar.- ¡Deja de hacer eso!- Me gritó y mi corazón saltó de alegría porque he logrado cabrearlo incluso más.
-¡¿Dejarás que vaya con Zhoumi al pueblo?!
-¡Nunca!- él se acercó a mí e intentó arrebatarme las tijeras pero no lo logró.
-¡Entonces destrozaré toda esta basura!- volví atacar la ropa.
-¡Te lo advierto, Baek! ¡Si lo cortas todo, no te compraré más!- mis manos se mantuvieron quietos por unos minutos pero sin importarme nada volví a cortarlos, sé que es un idiota posesivo, y nunca permitiría que otros hombres me vean desnudo.
-¡Jódete!- se lo grito a todo pulmón.- ¡Quiero ir con Zhoumi!
-¡He dicho que no! ¡¿Por qué no lo entien...- repentinamente calló sus gritos y todo se quedó en silencio, frunzo el ceño y lo volvían a ver, él tiene los brazos cruzados sobre su pecho.- ¿Por qué tanto afán en ir con ese lobo, Kim Baek?
-¿No es obvio, Chanyeong? ¡Sólo quiero un poco de ropa A MI GUSTO! ¿Para qué más querría ir?- ruedo los ojos.
-¿Crees que soy estúpido? ¡Maldita sea, cuando mencioné el nombre de Zhoumi tus ojos brillaron!- ¡¿Qué?!
-¡Déjate de pendejadas Chanyeong!
-¡Tú déjate de tus malditos berrinches!
-¡No soy berrinchudo!
-¡¿A no, entonces por qué carajos cortas tu ropa?! ¡¿Por qué?!- ese gigante me arrebató las tijeras de la mano.
-¡No me gusta! ¡Es horrible!
-¡Malagradecido!
-¡Idiota, incomprensivo! – Chanyeong me miró realmente hecho una fiera y su mirada quemaba contra mi pecho, sujetó la tijera y sin decir palabra alguna, empezó a cortar y romper mi ropa completamente desquiciado, mi corazón se aceleró al ver como lo hacía, estaba furioso, me tapé la boca sorprendido, sentí verdaderas lágrimas mojar mis mejillas.
No sé por qué mierda me siento tan jodidamente mal, creo que todo el mundo tiene un límite, ya sea un humano o un vampiro y realmente Chanyeong ha llegado al suyo por mi culpa.- ¡Si tanto quieres andar desnudo, pues lo harás! ¡No me importa!
-¡Chanyeong, para! ¡Basta!
-¡Ni te me acerques, Baek! ¡No lo hagas!- él continuaba cortando mi ropa y mi pecho dolía mucho.- ¡Y si tanto quieres irte con Zhoumi! ¡Lárgate! ¡No me interesa!
-¡Soy tu esposo, maldita sea! ¡Me casé contigo!- le grité sujetando su brazo sin importarme que me pueda hacer daño, continúe llorando aferrándome a él para tratar de que pare, verlo así, me asusta, luego de un ligero forcejeo, él se quedó quieto, entonces aproveché y lo abracé fuertemente, sé que es un vampiro y se supone que está muerto pero podía sentir su corazón latir.
Mi llanto hacía eco en toda la habitación pero ni la vergüenza, ni el pudor e inclusive, ni siquiera mi orgullo se hizo presente en este momento tan íntimo con este ser tan curioso con quién entrelacé mi vida entera.
-Dimitte me, diligit me.- él me abrazó y susurró aquellas palabras en mi oído, sin siquiera saber su significado asentí, sentí como apoyó todo su peso contra el armario y me acercó incluso más a él sentándome en su regazo, su aroma una vez más me cautivaba, cerré los ojos botando las últimas lágrimas que quedaban en mis cavidades y me abracé incluso más fuerte a su cuello, los minutos que pasamos en esa posición se sintieron eternos, me sentía muy cálido al estar en sus brazos.
Poco a poco me fui separando de su cuerpo, nos miramos fijamente a los ojos como si a través de ellos quisiéramos dejar en constancia todos los sentimientos que estamos sintiendo en estos momentos, nunca me he enamorado pero bien dicen que no lo puedes hacer de la noche a la mañana, bueno, al menos eso me decía yo mismo, y llamaba ridículos a las personas que creían en aquello, sin embargo, el palpitar de mi corazón me restriega que aquel amor existe porque realmente lo siento.- Perdóname.- susurré plenamente sumiso a él, no soy así, nunca lo he sido pero con él estoy dispuesto hacerlo aunque mi carácter luego me juegue una mala pasada.
-Perdóname, mi amor.- mi esposo se acercó a mi cuello y exhaló mi aroma para luego decirme aquellas palabras sobre mi piel.- Dimitte me, diligit me.
Sin más me besó, de inmediato cerré los ojos para disfrutar de su contacto, nuestros labios se movían con lentitud disfrutando nuestro momento de intimidad, entrelacé mis brazos detrás de su nuca y lo aproximé a mi cuerpo, nuestro beso cada vez aumentaba su intensidad y profundidad, mi piel desnuda de inmediato se puso caliente, este hombre me hacía sentir sensaciones inexplicables, sus grandes manos apretaron mi trasero pero un horroroso sonido por poco y nos deja sordos...
-¡Aaaaaaaaaaaa!- ambos nos separamos rápidamente para tapar nuestros oídos.
-¡Mierda!- Chanyeong gritó en mi costado y se paró alzándome con él.
-¡Hemos vuelto para llevarnos lo que nos pertenece!- en medio de todo ese sonido ensordecedor, pude escuchar aquellas palabras.
-¡Princesa, ponte esto!- ese gigante me lanzó un par de prendas, los sujeté y me di con la sorpresa de que era aquella camiseta de rayas con un pantalón negro, estaba por abrir la boca para decir alguna cosa, pero luego recordé lo sensible que se pone mi marido así que callé cualquier comentario, me vestí rápido y me puse un grueso abrigo encima por el frío.- ¡Escucha Baek, por nada del mundo quiero que te apartes de mí lado! ¡¿Entendiste?!- Chanyeong tuvo que gritar para que lo pueda oír con tremendo sonido de afuera.
Asentí repetidas veces, sujetó mi mano y salimos de la habitación en dirección de aquellos desconocidos.
Luego de correr por todos los pasillos que tiene la casa, llegamos a la puerta principal y salimos, pude ver como la nieve cubría todo a nuestro alrededor.- ¡Maldita sea! ¡¿Qué mierda quieren?!- Chanyeong ni bien salió gritó aquello extremadamente furioso, tal y como me lo advirtió, no me separé de él.
El horrible pitido cesó y todo se quedó en un silencio sepulcral.- Ay, Chanyeong, sabes muy bien lo que queremos.
-No me hagas reír, Leeteuk, ¿Luego de ciento treinta años lo quieres de vuelta?- tragué duro al ver la mirada tan desafiante que esos dos se daban, él hombre que estaba parado frente a nosotros era más bajo que Chanyeong, sin embargo, se veía realmente muy intimidante.
-Es parte de nosotros, su lugar es estar con su pueblo.- aquel hombre se acercó un tanto y justo allí es cuando pude ver que detrás suyo habían muchos más hombres.
-¡Déjate de rodeos y dime para qué lo quieres de vuelta!- la voz de Chanyeong se escuchó extremadamente fuerte ante mis oídos.
- Mira vampiro, este asunto no te incumbe...
-A él no pero a mí sí.- una tercera voz se escuchó tras nuestro y abrí los ojos sorprendido ya que era la primera vez que escuchaba la voz del esposo de Yiying.
-Yifan no te metas, este maldito lo único que quiere es jodernos.- mi alto esposo trató de pararlo pero aquel hombre lo único que hizo fue esquivarlo.
-Lo siento Yeol, pero ya me cansé de estas mierdas.- el esposo de Yiying tenía una mirada realmente decidida.
-Pues te casaste con una de estas mierdas.- estoy tan confundido que si me pidieran que narre cómo se siente la atmosfera en estos momentos, no sabría cómo describirla.
FIN POV.
POV. JUNGSOO.
Desperté y la sensación de angustia y temor se apoderó de mi piel, no sabía lo que pasaba con él, sus grandes ojos me observaban cual lobo feroz hambriento. Sentía mis párpados pesados porque no soportaba tenerlo tan cerca.
Tenía muchas ganas de salir huyendo de su lado, tenía tantas ganas de saltar por la ventana porque el corazón me punzaba de dolor, ni siquiera me di cuenta en qué momento mis ojos se habían vuelto goteras, estaba llorando, desvíe la mirada de sus felinos ojos pero él con su mano hizo que lo volviera a mirar, sus ásperas falanges me causaban escalofríos, recordar lo que sucedió ayer me hace sentir una vez más muerto en vida.
Siento mi corazón latir a mil por hora, no quiero que me vuelva a maltratar, no lo quiero, ¡No quiero!
-No sé qué decir.- dijo agachando la mirada para luego volver alzarla.- Soy consciente de que una simple disculpa no borrará el desastre que causé ayer.- él se alejó un tanto de mi lado y se puso de pie, estaba completamente desnudo, podía ver su piel canela pasearse por delante de mis ojos.
Jongin ingresó al baño para luego de escasos minutos salir de él con un látigo en la mano, abro enormemente lo ojos al ver aquel objeto.
¡No, no, no! ¡Oh, no! ¡Dios mía! ¡No puede ser! ¡Tengo miedo, realmente tengo mucho miedo! Mis manos tiemblan.
Se aproxima a la cama y lo único que hago es alejarme.- ¡Por favor, no me lastimes!- grito desgarradoramente llorando.
Él trata de sujetarme pero pataleo tanto como puedo, le grito una y mil veces improperios para que no me lastime.- ¡Ayuda! ¡Por favor, ayúdenme! ¡Jongin no me hagas daño! ¡Por el amor de dios, no lo hagas!- lucho tanto como puedo, con todas mis fuerzas por mi vida, mi cuerpo aún me duele por lo que me hizo ayer, estoy muy débil pero lucharé.
Sin embargo, mis intentos son en vano ya que él logra sujetar mis muñecas.- ¡Tranquilízate! ¡Jungsoo no te voy hacer daño!- grita pero estoy tan cegado por el miedo que continúo llorando pidiendo que no me lastime.
-¡Mentiroso, me vas a pegar!- grito señalando débilmente el látigo que tiene junto a él.
-¡No es para ti!- dice antes de abrazarme, me resisto tratando de apartarme pero él me inmoviliza con su habilidad, debí suponerlo.- Es para mí.- dice en voz baja y me sorprendo.
Mi respiración está agitada pero poco a poco me tranquilizo, él deja mi cuerpo libre para poder moverme con voluntad propia.- ¿Q-qué dices?
Jongin respira profundo y se sienta dándome la espalda.- Soy un animal y estoy consciente de ello, lo que hice ayer no tiene nombre.- trato de tocar su hombro pero en el camino me arrepiento.- sé que lo volveré hacer Jungsoo y lo siento, lo siento mucho pero no puedo controlar lo que soy, por eso te pido que me lastimes tanto como yo te he lastimado.- él volteó solo para entregarme el látigo.- Esta es la única manera que conozco para enmendar mis errores.
Tengo tantas ganas de decirle que no es así, sin embargo, aún me duele su maltrato, las lágrimas no dejan de fluir por mis ojos ya que él abusó de mi ayer y eso me dolió mucho.
Jongin sin decir palabra alguna se inclinó un poco más hacia adelante dejando toda su espalda frente a mí.- Dame todos los latigazos que creas necesarios.
Cada segundo que pasa siento mi corazón afligirse incluso más por su pedido, sé que hizo mal, pero este no es el camino que debería de tomar para corregir sus errores, no sé porque es ésta su única opción de arrepentimiento, ¿Por qué eres así? ¿Por qué Jongin? ¿Por qué?
Mi mano sin pensarlo ya se encontraba en lo más alto, le tiré tres latigazos con los ojos fuertemente cerrados, mis lágrimas no dejaban de salir, odio esto, ¡Lo odio!, Jongin gemía de dolor pero no se quejaba, mi vista estaba nublada, traté de darle uno más, pero no pude, no soportaba ver su piel lastimaba, no lo soportaba, no lo soporto.
Más que ser una tortura para él, lo era más para mí.
No me resistí a la presión, por ello lo abracé por la espalda, lloré contra su piel arrepintiéndome de haberlo lastimado, sé que se lo merece pero no soy un ser inhumano, no lo soy, nunca lo he sido.- Perdóname, Jungsoo.- él volteó y me devolvió el abrazo, nuestras pieles desnudas se rozaron, pero no me importó.
-Por favor, no me hagas volver hacer esto.- dije llorando desconsoladamente.
-Lo siento, pero no puedo prometerlo, Jungsoo.- lo miré a los ojos fijamente viendo una profunda tristeza en ellos.
-¿Qué sucede, Jongin? ¿Por qué eres así?
Él agachó la mirada para luego mirarme resignado.- Prometo contártelo cuando sea el momento adecuado, por lo ahora, confía en mí.- él besó mi mano pero me tensé.
-No puedo.- dije firme.- No puedo hacerlo porque tú no lo haces.- él me quedó mirando, me bajé de la cama para vestirme, él hizo lo mismo sin decir palabra alguna.
-Jungs...- un horrible sonido nos ensordeció a ambos, prácticamente nos arrodillamos tratando de soportar tremendo chillido, escuchamos el sonido de ventanas rotas, Jongin frunció el ceño y me sujetó cerca suyo, me dio un abrigo y me arrastró hacia fuera de la habitación.- ¡Mierda! ¡Esos malditos brujos me las pagarán!- gritó enfurecido y sus ojos se pusieron completamente blancos.
Ambos salimos de la casa y nos encontramos a Baek y a Chanyeong junto al esposo de Yiying afuera discutiendo con un hombre de mediana estatura.- Jungsoo no te muevas de aquí.- un tanto descolocado por la imagen frente a mí asentí.
Mi primo estaba junto a su pareja y realmente tenía mucho miedo de lo que le pudiera pasar si se quedaba allí junto a todos ellos.
-¡Qué cojones vienes hacer aquí, Leeteuk!- Jongin gritó ni bien llegó junto a los demás.
Me costaba respirar, no estaba muy lejos de la puerta de entrada, realmente, pensaba entrar pero Jongin me dijo que no me moviera de mi lugar, miré a todos lados y pude ver que habían varias personas detrás de ese hombre a quién Jongin le gritó.
Me quedé atónito viendo todo el panorama, recorrí mi vista por todo el lugar pero fruncí el ceño al ver a una mujer que me miraba fijamente, traté de sostenerle la mirada tratando de reconocerla porque aquellas facciones en su rostro se me hacían conocidas.-Jungsoo, ¿Estás bien?- sentí una mano posarse sobre mi hombro, voltee a ver tras de mí y vi a mi primo mayor, sin pensarlo dos veces y sin importarme nuestra situación actual, me arrojé a sus brazos y lloré sacando todo el dolor que aún estaba conteniendo en mi interior.
FIN POV.
POV. SEOKMIN.
Se me rompía el corazón al ver a mi primo sufrir de esta manera, no pude detener mis lágrimas pero sabía que tenía que ser fuerte por él, mi primo menor estaba sufriendo por algo que yo también presencié, ¿Por qué a él? ¿Por qué?
-Todo estará bien, ¿De acuerdo?- acaricié su cabello como cuando éramos unos niños, mi primo asintió y poco a poco sus sollozos se fueron calmando.
Cuando la ventana fue rota y aquel horrible sonido nos ensordeció, tardamos unos minutos en recuperarnos, Yiying está embarazado por lo que rápidamente corrí ayudarlo a pararse, gracias a dios no le pasó nada, él se descolocó un tanto y llamó a Yifan, cuando él llegó le susurró algo a Yiying, quien de inmediato se puso a llorar pidiéndole que no lo hiciera, no entendía el motivo de su aflicción pero luego vi como Yifan salió de la cocina sin titubear.
Yiying lloró desconsoladamente por largos minutos hasta que llegó un alto muchacho que se presentó como Teo, él llamó a Sejun y éste alzó a Yiying llevándoselo a saber dios dónde, quise ir con ellos pero Lujan me detuvo, trayéndome hasta aquí.
-Quédate con Jungsoo.- Lujan me dijo antes de darme un beso en la frente y caminar hasta dónde se encontraban los demás.
A lo lejos pude ver a Baek, él se veía como un cachorrito perdido, quería gritarle para que viniera con nosotros pero probablemente su esposo no se lo permitiría.
De un pronto a otro vi como Lujan se acercó a Chanyeong y le habló al oído, el alto abrazó a Baek y lo encaminó hacia nosotros.
Gracias...
Susurré en mi mente hacia mi esposo que me guiño un ojo.
Por favor, ten cuidado...
Dije una vez más en mis pensamientos recibiendo un simple asentimiento de su parte.
-¡Minnie, Jungsoo!- mi primo llegó con los brazos abiertos hacia nosotros y los tres nos abrazamos como si no nos hubiéramos visto desde hace mucho.
-Lo mejor es que entren.- Sejun habló desde atrás.- vayan a la última habitación del pasillo en el lado izquierdo, allí están Yiying, Teo y mi hijo.- Sejun nos sonrió.- por favor, esperen por nosotros allí y traten de tranquilizar a Yiying.
Sin más él se alejó dejándonos solos para unirse a los otros.
Sin esperar más nos adentramos a la casa y caminamos hacia dónde nos indicó Sejun, la puerta estaba abierta así que entramos, Yiying no paraba de llorar, gritaba llorando y llamando a Yifan.
-Yiying, por favor cálmate, él estará bien.- Teo le alcanzó un vaso de agua para luego acercarse y alzar en sus brazos a un hermoso bebé de cabellos castaños, un pequeño idéntico a Sejun, ambos son muy parecidos.
-¡No puedo! ¡Él dijo que lucharía hasta la muerte por mí! ¡Teo, tengo mucho miedo!- Yiying no dejaba de llorar al igual que el pequeño bebé en los brazos de Teo que estaba muy inquieto.
-¿Lo puedo cargar?- pregunté, Teo me miró por unos minutos antes de asentir.
-Solo ten cuidado porque aún no puede controlar su poder.- asentí sin preguntar más.
Mis primos se sentaron al lado de Yiying tratando de calmarlo con palabras de aliento, también me unía de vez en cuando a ellos.
-¿Tienes alguna idea del por qué volvieron Yiying?- Teo le preguntó luego de varios minutos, no sé si fue suerte pero el bebé que estaba en mis brazos se durmió rápidamente, lo acosté en la cama y puse atención a la conversación.
-Ellos probablemente se enteraron de mi embarazo.
-¿A qué te refieres?
-A pesar de ser un vampiro, una parte de mí sigue siendo la de un brujo, por lo tanto mi bebé será mitad brujo, ellos seguramente quieren llevárselo para venderlo, por eso me quieren de vuelta, ya que los pequeños mitad brujos y mitad vampiros son muy solicitados en el mercado negro por sus fuertes rasgos.- me horroricé por sus palabras.
-Ellos no te quieren a ti, sino a tu bebé.- Jungsoo afirmó.
-Sí, por eso Yifan...- Yiying no pudo más y se desmoronó una vez más.
-¡Tenemos que hacer algo!- Baek saltó y se puso de pie.-¡No podemos permitir que ellos se salgan con la suya!
-En estos momentos lo único que podemos hacer es no estorbar.- Teo señaló, pero al ver la expresión de mi primo estoy más que seguro que algo trama.
-Pues yo no me quedaré aquí angustiado preguntándome si el grandulón de mi marido sigue con vida o no.- mi primo dijo y de alguna u otra forma sentía que tenía razón.
-Esta casa es grande y estoy seguro de que hay algún lugar por dónde podamos ver lo que está pasando allá afuera.- Teo nos miró para luego negar con la cabeza repetidas veces, sin embargo, finalmente respiró derrotado.
-Sí Sejun pregunta yo tengo nada que ver con esto, ¿De acuerdo?
-No sé por qué, pero me huele a pisado por aquí.- Baek hizo un gesto con la boca antes de salir, estoy seguro de que Teo se mordió la lengua para no mandar a buena parte a mi primo.
Teo alzó a su hijo en sus brazos, Jungsoo ayudó a Yiying a pararse para luego los seis dirigirnos hacia aquel lugar dónde podremos ver todo el panorama que en estos momentos se está suscitando allá afuera.
Lujan, por favor vuelve con bien. Pensé aquello en lo más profundo de mi mente.
Lo haré, cariño.
FIN POV.