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El almuerzo transcurrió normal, sin más acontecimientos inesperados y sin momentos embarazosos.
La tierna florecita de verano se ofreció a llevarme a mi departamento y no me negué, también quedó en que pasaría por mi por la mañana ya que mi pobre Romi quedó en el estacionamiento de la empresa.
Al llegar a mi dulce hogar me dispuse a quitar mi ropa para así entrar al baño a darme una buena ducha.
Hice todo con toda la tranquilidad del mundo, no tenía afán ni carreras.
Al terminar salí a la pequeña sala y saqué de la nevera una botella de vino del supermercado, mi favorito. Servi un poco en una copa y tomé asiento en uno de los sofás.
Busqué mi teléfono en mi bolsa y me dispuse a llamar a mi hermana.
*En La Llamada*
- Pequeña mocosa
La voz de mi hermana de inmediato me hizo sentirme relajada y a gusto.
Solté una risita por lo bajo y le hable:
- Hola tú.. ¿Mocosa yo? Tú naciste después de mí. ¿Dónde está mi querida Alina? ¿Ya duerme?
- Sí, sí... ya duerme. Fueron solo cinco segundos, no alardes.
A pesar de que la calidez que siempre me brinda al hablar con ella estaba presente, no podía dejar de sentir que algo le molestaba.
- ¿Qué sucede Ainara? Sabes que puedes decirme lo que sea. Siento que pasa algo.
- Sí lo sé descuida, no pasa nada. Solo estoy un poco cansada.
Su voz tembló y supe que algo sucedía. Me puse de pie mientras caminaba de un lado a otro preocupada.
- Sí pasa algo Ainara, puedo sentirlo. No quiero que me ocultes nada.
- No es algo para preocuparse, estoy algo cansada ya te dije. Sabes como se pone Alina y hoy no he descansado, además no has pasado por aquí a ayudarme un poco.
- ¿No has dejado que nana te ayude?
- Sabes que disfruto los berrinches de tú sobrina, eso es algo que venía en el paquete de ser madre y no me gustaría desprenderme de ella tan rápido.
- Mentirosa, sé que te mueres por volver a trabajar. Perdóname, por mi culpa no has podido.
Bufó.
- No digas tonterías Agnes, resolveremos esto ya verás. Además como podría mentir con algo respecto a Alina. Los bebés crecen muy rápido y por andar perdida en un trabajo me perdería de muchas cosas.
- Ujummm
- Jajaja boba, además tengo a mi perfecto y enamorado esposo más tiempo para mí. Ohh sí...
- Sí, sí. Guácala, no hacen falta los detalles. Por cierto ¿dónde está el loco ese?
- Está en su despacho hablando con unos hombres que contrató.
- ¿Y eso para qué?
- No tengo idea, me dijo que era por seguridad. Hay algo que quiero decirte...
-¡Sabía que había algo!
- Sí, sí cerebro. Artemis quiere que vengas a la casa mañana a cenar. Queremos decirte algo.
- ¿Estás embarazada de nuevo?
- ¡No! ¿Estás loca? Es un asunto.
- Ya sabrá Dios Padre de la creación que les pasa o que traman. En fin brujicienta te abandono a ti y a tus misterios. Llamaré a mi abogado a ver qué ha pasado. Feliz noche para los tres.
- Igual para ti, viejita prematura.
*Fin de la llamada*
Mi relación con mi hermana siempre es y ha sido excepcional y ahora con Artemis me llevo muy bien también. Ama a mi hermana y a mi sobrina con su vida.
Quisiera algún día poder hacer mi vida y lograr encontrar a alguien con quién formar una linda familia, supongo que algún día alguien llegará.
Antes de que se se me olvide llamaré a mi abogado, quien sabe y quizás está vez salga con suerte y ya me tenga alguna buena noticia.
*En la llamada*
- Buenas noches señor Rodrigo, disculpe la hora. Le habla Agnes.
- Sí sí, querida, sé que eres tú.
- ¡Qué bueno! ¿Ya sabe para qué lo llamo? Necesito una buena noticia.
- Niña, temo decirte que el proceso se tardará un poco más de lo planeado, pero sin embargo sí te tengo una buena noticia. Los documentos fueron aceptados y solo ya toca esperar la entrega que varía de uno a dos meses.
- ¡Dios me asustó un poco! Pero es una excelente noticia. Es más que excelente eso significa que pronto podré retomar mi vida, dónde la dejé.
- Sí sí, también me alegro mucho por ti. Has esperado esto por un largo tiempo. Entonces te dejo para que descanses y nos ponemos en contacto pronto.
- Claro que sí, feliz noche.
*Fin de la llamada*
No puedo explicar con banales palabras lo extremadamente mortificada que me siento. Esto no está bien, no está bien.
Una negrura se extiende en mi cabeza, en mis pensamientos pero intento dejarla pasar.
- Un día a la vez Agnes, uno a la vez- susurro para mí misma.
Antes de irme a la cama por completo coloco mi teléfono a cargar y todo en su sitio para comenzar con mis labores de mañana.
El sonido de una notificación de mi correo me hace debatir si levantarme a ver de qué es o seguir en la cómoda posición que me encuentro.
Una segunda notificación me obliga a acabar con mi comodidad.
Una sonrisa brotó involuntariamente de mis labios al ver de quién se trataba el correo que me había llegado.
-¡La florecita tierna de verano!
Exclame con evidente sorpresa, ¿Que hará escribiéndome a esta hora? ¿Será que no le bastó el día perfecto que pasamos juntos? Entiéndase el sarcasmo por favor.
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Chat (Correo electrónico)
Para: La señorita Ainara.
De: Mateo Amato, El Ceo
Me complace decirle que debido a las cantidades inmensas de trabajo que hay gracias a las respectivas investigaciones que estoy llevando a cabo en mi empresa, tendremos a partir de mañana una extensa jornada laboral. Claro está todo será bien remunerado. Así que prepárese señorita Ainara, se vienen horas extras.
Posdata: Las invitaciones a almorzar desde este momento se convierten en órdenes.
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¿Pero qué le sucede a la florecita? Jajaja no ha nacido el hombre que logre domar a la bestia que llevó dentro.
Mi mamá crió a una Agnes indomable.
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Para: El Señor Amato.
De: Una mujer con vida propia.
Me complace comunicarle señor, que no tengo ningún problema en cumplir con mis horas extras. Amo mi trabajo y por el momento no existe ningún inconveniente que me impida realizar mis tareas asignadas.
Posdata: Una última cosa, soy una mujer con vida propia lo que me da la posibilidad de decidir cuándo y con quién almorzar.
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Para: La Señorita Ainara.
De: MATEO, EL CEO. TÚ JEFE.
Me super complace su convicción Señorita, pero una vez más me atrevo a decirle que yo soy su jefe por lo cuál usted se debe a mis órdenes. En la empresa soy yo quién ordena, puedo recibir sus órdenes si nos encontráramos en otra situación y en otro lugar.
Posdata : ¿Es usted así de mandona siempre? Me encantaría recibir sus órdenes fuera de la empresa.
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Mis mejillas se encuentran en extremo calientes y mis orejas igual, la yemas de mis dedos palpitan.
La parte que no entiendo es... ¿Que hicieron con el hombre obstinado que llegó el primer día a mi sucursal?
¡Dios Padre Santo de la creación! Ayúdame a conservar mi inocencia, no sé mucho de estos temas pero este mensaje conlleva en el, otro mensaje oculto.
Lo sé, mis niveles de calentura con sus antenitas que detectan estas cosas, me lo confirman.
Aceptaré tú invitación a jugar Mateo, hasta ahora no sabes la fiera que llevo dentro, no sabes en qué problemas te metes. Dos podemos jugar el mismo juego.
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Para: Don Mateo.
De: Ainara.
Aceptó esta y todas sus invitaciones señor, sé que algún día me complacerá verle la cara a diario, solo espero que eso sí sea en esta vida, de lo contrario creo que acabaré en una institución mental.
Posdata : Sí, soy así de mandona siempre.
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Coloque mi teléfono en silencio y tome mi cobija y me envolví en ella riendo fuerte.
No sé si haría algún efecto ese correo jajaja pero al menos lo intente. Ya veremos mañana florecita.
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