Capítulo 10 Un hombre apuesto (Cuarta parte)

"Pensaré que se ha enamorado de mí, si sigue mirándome de esa forma", bromeó él.

Eliana comenzaba a sentirse atraída por él, pero su arrogante actitud acabó con la buena primera impresión que le había dejado.

"Sé que no es mudo. No necesita decir tonterías para demostrar que puede hablar", murmuró Eliana molesta, antes de continuar andando. Al caminar por la playa, las imágenes del pasado volvieron a surgir en su mente.

No le agradaba el océano, ya que era ahí donde se encontraban su difunta madre y hermana.

"Está bien, pero dígame algo entonces. Si ya es linda, ¿por qué usa tanto maquillaje?".

"¡Ese no es su problema!". Sus palabras solo la enfurecían.

Aunque estuviera enojada, a él le seguía pareciendo tierna. "Vale, no le molestaré más. Mi nombre es Clark Quan. ¿Cuál es el suyo?".

"No quiero decírselo". ¿Por qué debería decirle su nombre?

Clark sonrió complacido por su respuesta. "No importa. De igual forma lo sabré".

"¡Hola, Clark! No esperaba verte aquí".

En ese momento, corría hacía ellos una joven en traje de baño.

Tenía un cuerpo de infarto y unos senos enormes.

Cuando se acercó, envolvió el cuello de Clark con sus brazos. Para luego acercarse y darle un beso en la mejilla. Por la manera en que estaba apoyada contra él, era evidente que no quería dejarlo ir.

"Clark, anoche fue inolvidable. ¿Podemos repetirlo hoy?", preguntó con una seductora voz.

Eliana la miró y entendió al instante a qué se refería. De hecho, eso demostraba que tenía razón acerca de él, era un playboy.

Clark la alejó de su pecho y le dijo con frialdad: "Hoy no puedo".

"¿Es por ella?".

Desvió su atención a Eliana, la observó de pies a cabeza para al final posar sus ojos llenos de desprecio sobre el pecho de Eliana.

Soltó un bufido antes de envolver de nuevo sus brazos alrededor de él, y le dijo en voz baja, "Clark, ella no es tan linda, tampoco tiene buen cuerpo. De ninguna forma se puede comparar conmigo".

'Esta mujer no tiene vergüenza. ¿Cómo puede decir eso en mi cara?'. Eliana se sintió frustrada.

"Bueno, debería dejar de molestarte, Clark. Gracias por ayudarme. Me iré ahora. Adiós.

Espero no volver a verte nunca más", dijo Eliana antes de dar media vuelta e irse.

Clark forzó una sonrisa. Jamás había conocido a alguien como ella. Ni siquiera estaba impresionada por su apariencia, lo que le sorprendió.

Eliana caminaba con dificultad, ya que uno de sus tacones se había partido. Así que hizo lo mismo con el tacón del otro zapato. De esa manera era mucho más fácil caminar.

La otra mujer estaba contenta de ver a Eliana marcharse. Ahora Clark no tenía motivos para rechazarla. Ella se acercó y se puso de puntillas para besarlo. Pero antes de que pudiera hacerlo, él la apartó.

"Clark, ¿qué pasa?", preguntó confundida.

Éste frunció el ceño y dijo pausadamente: "Recuerda, nunca me acuesto dos veces con la misma mujer.

Ya te pagué esta mañana. No vuelvas a buscarme más".

Tras decir eso, se retiró sin vacilar.

La mujer se quedó de piedra, todavía sin comprender. Él era rico y bastante generoso cuando se trataba de gastar dinero. Solo deseaba pasar un poco más de tiempo con él. Pero nunca imaginó que la iba a rechazar. Después de todo, ya no tenía el valor necesario para volver a molestarlo. Ya que sabía muy bien que no debía ofender a un hombre como él.