Capítulo 7 Un hombre apuesto (Primera parte)

Eliana y su hermana gemela vivían con su madre. A los doce años, esta última las llevó a T City para ver a su padre. Sin embargo, antes de que pudieran llegar al destino, sufrieron un accidente. Cuando circulaban por la carretera costera, fallaron los frenos y el auto se precipitó al mar.

La persona que salvó a Eliana fue Julie Mo. No obstante, tanto su madre como su hermana habían desaparecido. Y como no tenía otros parientes ni sabía dónde vivía su padre, se quedó huérfana. Julie tenía una hermana menor, Eliana Mo, quien había fallecido mucho tiempo atrás. Tras salvarla, Julie comenzó a llamarla Eliana y comenzaron a vivir juntas.

Como se parecían, sus vecinos creían que eran hermanas.

Julie era ocho años mayor que Eliana, y la trataba como si fuera su hermana. De hecho, no solo la había adoptado, sino que también le pagaba sus estudios.

Julie se quedó embarazada cuando Eliana cursaba el tercer año de secundaria. A pesar de vivir juntas, nunca reveló quién era su pareja.

Incluso cuando dio a luz, nadie fue a visitarla. La situación tenía a Eliana confundida e impotente. Antes del nacimiento de la niña, le pidió varias veces a Julie que le dijera quién era el padre, pero ella se negó una y otra vez. Fue un secreto que nunca salió a la luz.

Por desgracia, Julie falleció debido a las dificultades del parto. En sus últimos momentos, solo fue capaz de pronunciar una sola palabra en el oído de Eliana. Sin embargo, ello no era suficiente para encontrar al papá de la niña.

Abby sufría de una enfermedad cardíaca congénita, y para pagar los costos de su tratamiento, Eliana había tenido que vender su casa y pedir prestada una gran suma de dinero.

La niña necesitaba tomar medicamentos a diario y visitar el hospital con regularidad. Para cuidarla, Eliana tuvo que abandonar sus estudios y trabajar duro.

En la oficina de Darren.

"Señor Leng, la identidad de esa mujer es falsa. No pudimos encontrar más información", le explicó Saul a Darren.

Su voz temblaba de miedo mientras hablaba. Por primera vez, no había podido cumplir con las órdenes de su jefe.

"Entonces sigue investigando". El empresario no podía creer que la muchacha hubiese desaparecido de la faz de la tierra así como así.

Unos días más tarde, Eliana emprendía su regreso tras haber ganado mucho dinero. Estaba muy emocionada al respecto. De repente, vio a Marcus salir de un lujoso auto deportivo junto a dos bellísimas mujeres. Otros dos autos se estacionaron detrás de él, y de ellos bajaron unos siete hombres con aspecto de vándalos.

A continuación, entraron al restaurante en el que Eliana había estado unos momentos atrás. Ella, que aún podía recordar todo lo que había sucedido la otra noche, observó cómo la figura de Marcus se alejaba y apretó los dientes. "¡Marcus, te haré sufrir!".

El auto de Marcus estaba reluciente, y por ello, supuso que debía ser nuevo. Una idea se abrió paso por su cabeza.

Tras asegurarse de que nadie andaba por los alrededores, tomó una piedra grande de la acera y se acercó al auto.

La alzó hasta por encima de la cabeza y la arrojó directamente al cristal delantero.

Momentos después de que piedra chocara, se escuchó un fuerte rugido a sus espaldas: "¡Perra! ¿Cómo te atreves a destrozar mi coche?".

Eliana se volteó con rapidez y vio a Marcus y a sus acompañantes, los vándalos, quienes corrían a toda velocidad hacia ella.

El miedo hizo que su rostro palideciera. No creyó que fueran a volver tan pronto. Giró hacia el lado opuesto y echó a correr tan rápido como pudo, mientras que los hombres la perseguían.

Sin embargo, sus tacones altos le impedían ir muy rápido. A pesar de que solía ser la campeona de atletismo cuando estaba en la escuela, los tacones no eran lo más apropiado para correr. Tampoco podía deshacerse de ellos, porque le habían costado diez mil dólares. Por lo tanto, su única opción era intentar escapar sin tropezarse.