Había estado tan cansada, que no tuve tiempo de llorar y dormí como la bella durmiente.
El drama que podía tener en mi mente por simplemente descubrir algo, me tenía agotada y ahora me encontraba más tranquila porque Austin me ayudaría a volver a casa. Tenía miedo, claro que sí. Es normal temer a lo desconocido, pero quedarme de brazos cruzados n