Recuerdo el primer día que vine a verlo, fue fácil encontrarlo, lo encontré por Facebook. Él tiene una cafetería pequeña, el local lo alquila, pero mola, y un día me presenté allí.
Nada más me vio supo quien era. Supongo que fue como verse a él mismo en versión femenina y quince años más joven.
Yo no me parezco a Selena, pero extrañamente soy igual a él. Recuerdo como si ese momento se hubiese grabado para siempre en mi corazón. Como salió de la barra, me miró a los ojos y comenzó a llorar como un niño de cinco años. Incluso me abrazó con fuerza contra su pecho y me llamó pequeña.
_¿Qué quieres para merendar?
_Un zumo tropical y patatas de bolsa.
_Mejor te prepararé un bocadillo.
_¿Sabe tu madre que estás aquí?
_No, creé que estoy en baloncesto, pero me salté el entrenamiento.
_No deberías saltártelo.
_Te echaba de menos papá.
Dani, mi padre, me miró como si fuese su debilidad, que es lo que era para él y aceptó aquello sin decir nada en mi contra.
_Cerraré pronto hoy, haz los deberes, luego iremos a casa, podremos jugar a la Play Station y pediré pizzas.
_¿Vegetarianas?
_De lo que quieras Danae. Pasaremos antes por casa de tu abuela que te ha comprado un regalo.
_¿Qué es?
_Creo que te cogió un skate de Decathlon.
_¡Que guay! _ dije emocionada. _ También tengo muchas ganas de ir a la casa y ver a los perros.
Mi padre vivía a las afueras del barrio, en un gran chalet, sabía que no tenía mucho dinero, lo contrario a mamá. Pero irónicamente él alquilaba una casa muy grande con huerto y piscina privada, mientras que mamá tenía su propia casa pero era pequeña. Quería a mi padre y estaba feliz de estar con él, pero mi madre no podía enterarse de que lo había encontrado y que lo veía.
Me gustaba tanto estar con él que me había saltado dos entrenamientos, a pesar de que era principalmente donde veía a Julia. Incluso la había mentido a ella. Me había enviado varios WhatsApps preguntándome dónde estaba y le había mentido diciéndole que no me encontraba bien.
Ella era especial y en verdad deseaba contarle la verdad , pero era demasiado amiga de Silvia y no quería arriesgarme.
Por fin había besado por primera vez y mi primer beso había sido con ella, hacía dos semanas me había invitado a dormir a su casa y habíamos hablado de como sería besar.
_¿Por qué no practicamos juntas ? Así cuando tengamos novio sabremos como hacerlo.
Me encantó practicar con ella, sus labios eran suaves y nos besamos despacio, incluso su lengua de terciopelo rozó la mía durante unos instantes y me hizo cosquillas.
¿Habría sentido lo mismo por mí? Quizás ella estaba solo experimentando pero yo sentía mariposas en el estómago, me gustaba, estaba enamorada de ella ¿Qué otra cosa podrían ser aquellas sensaciones?
Había imaginado muchas veces como sería que ella sintiese lo mismo por mí que yo sentía por ella. A Julia parecían gustarle los chicos, no como a mi que me gustaban ambos, chicos y chicas.
Cuando se lo conté a Selena no me juzgó , al contrario, me animó a que lo viese normal, y eso me hizo confiar aún más en ella y perdonarla un poco por alejarse de mí cuando aún era joven y pobre.
Mi padre es más divertido que ella, tiene más tiempo pero extrañamente a él no le cuento estas cosas, tengo menos confianza en este sentido.
Dos horas después, los dos estábamos en el salón comiendo pizza de champiñones, con los tres perros a los lados mientras jugábamos una partida de GTA.
_Terminamos y voy a coger el autobús.
_Está oscuro, mejor te llevo.
_Que va, que va ¿Estás loco?
_Al menos te dejaré en la entrada de tu zona.
_Entonces vale.
_¿Pero tu madre no va a ir a buscarte y verá que no estás?
_No, hoy estará trabajando en su consulta hasta tarde. Además, si tardo un poco le diré que he dado una vuelta con mis amigas del equipo.
_¿Entonces si llegas un poco tarde no pasa nada?
_No creo... _ dije mientras intentaba liquidar a papá en la partida.
_Bien, entonces hacemos la revancha y después me acompañas a sacar a los perros.
Mi padre era genial, me encantaba estar con él, jugaba conmigo y tenía tiempo de sobra, no como Selena... ella siempre estaba ocupada y hasta cuando veíamos una película miraba el móvil por trabajo, porque muchos pacientes la contactaban en momentos de crisis.
Ella aún hablaba con ese novio italiano que tuvo, creía que no me daba cuenta, pero una vez la escuché llorar mientras estaba en la bañera. Yo sabía que aún le dolía recordarlo, aunque dijese siempre que ella estaba bien sola, solo conmigo. Solo ella y yo.
A veces me sentía mal de ser tan fría con ella, de ser borde o incluso maleducada... yo sabía que se había sacrificado muchísimo, que había sufrido y que me quería. Si, realmente sabía que me amaba y que intenaba hacer el papel de una buena madre, intentando ser mejor en eso cada día, y yo no se lo solía poner demasiado fácil, culpándola por el pasado, por haber estado lejos de mi demasiado tiempo. Pero en realidad, sabía que ella había hecho todo lo que estaba en su mano, lo mejor que podía para obtener una buena vida no solo para ella si no para ambas, y que había a vuelto a por mi cuando por fin lo había conseguido.