Navidad en Greensfield Capítulo 1 Diciembre está a la vuelta de la esquina
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Capítulo 10 Llegada sorpresa
Capítulo 11 Deseo ser una niña
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Mi corazón latía con fuerza mientras nadaba con intensidad. Por suerte, a pesar del clima, la piscina era climática. Solo de esa forma podía relajarme por completo. Mi jefe me había exigido una historia impactante para las fiestas o de lo contrario me mandaría a la sección de noticias rápidas.
Lo menos que quería en estos momentos era reducir mis horas de trabajo y mi paga.
-¿Quieres ir a las olimpiadas Abby?- Mi amiga Max me observaba desde la banca mientras sostenía un vaso de chocolate en sus manos.
-Muy graciosa.- Salí del agua y ella se levantó para darme una toalla.
-¿Entonces? ¿Ya tienes una idea?
-No la tengo. Patrick quiere que haga una nota periodística que valga la pena.
-Piensa amiga, Greensfield tiene muchas historias. Después de todo, parece que la Navidad nació aquí. - Sonrió levemente y yo mené la cabeza divertida. Aunque lo negara, la verdad es que tenía razón. Greensfield era como la capital navideña. Desde noviembre se volvía Navidad. Debido a desde el primer día de ese mes caía nieve, la gente se entusiasmaba mucho con las decoraciones.
-No lo sé. Tendría que recorrer cada zona y Greensfield no es tan pequeño.
-¿No has hablado con Jude, Hanna o Tania?
-Les escribí, pero las tres deben estar ocupadas. Ya ves que dos de ellas son madres y una odia la Navidad y vive fuera de acá. - La rubia soltó una carcajada y luego sacó su celular ya que este vibró.
-Maldición.
-¿Qué pasó ahora?
-El doctor Phillips quiere que cubra su turno hoy.
-¿No turnaste hace dos días?
-Lo hice. Quería ir a ver a mi hermano. Supongo que tendré que posponerlo.
-Es una lástima. Tu hermano debe de estar muy triste. - Soné un poco sarcástica. Mi amiga soltó un gesto burlón.
-No entiendo cómo es que se odian tanto. Quiero decir, soy su hermana y tu mi amiga y aún así no se llevan bien.
-Son las cosas de la vida, ni yo me creo que la hermana de mi enemigo sea mi amiga.
-Deben de quererse al menos un poco, ¿no? - Hice una mueca y ella soltó una enorme carcajada. -Sal ahora, voy a esperarte y vamos a desayunar, luego iré al hospital.
Un par de horas más tarde me encontraba caminando hacia la oficina. Necesitaba buscar una historia digna para la editorial que me dejara en mi puesto o al menos me diera un aumento. Era una pesadilla pensar en algo bueno para la navidad.
-Tengo algunas ideas. - Denise, mi compañera de trabajo me dio una lista.
-Hay una actividad para familias con temática navideña.
-Bien.
-También está la fiesta anual navideña. - Asentí y le indiqué que me diera más información.
-Solo eso.
-¿En serio?
-Es lo que encontré. - Hice una mueca, pero le agradecí el gesto. Debía seguir buscando algo.
Le di una vuelta a las actividades de la alcaldía y otros eventos. Terminé mis notas pendientes y las horas pasaron como agua. Eran más de las diez y la oficina estaba vacía, en ese momento recibí una llamada de Max.
-¿Qué pasó?
-Te tengo buenas y malas noticias.
-Habla. - Coloqué mis pies sobre la mesa.
-Te conseguí una buena historia.
-¿De qué se trata?
-Es la remodelación de la antigua villa navideña.
-¿La Villa Greensfield? ¿No se suponía que estaba abandonada?
-Lo estaba, C&O Company compró el terreno y quiere reavivar esa villa. Si sigues la historia podría hacer un reportaje y bueno, darle una excelente promoción. - Eso sonaba genial, era una noticia de impacto para la comunidad.
-Es genial, pero... ¿dijiste C&O Company? ¿No es donde trabaja tu hermano?
-Esa es la mala noticia. Él es el director y encargado del evento.
-Oh no.
-Vamos Abby, no seas berrinchuda, necesitas de esto.
-Pero...
-Abby, es tu problema. No el mío. Ya te di la noticia. Te enviaré el número de mi hermano y ya verás tu si aceptarás o no. - Solté un suspiro y asentí.
-Bien, gracias Max.
-Okay, nos hablamos luego. - Con eso dicho, cortó la llamada y en segundos recibí el mensaje de mi amiga con el número de Thomas, su hermano.
Lo medité un momento, la verdad es que lo necesitaba. Pero mi relación con Thomas no era tan buena. Era... no lo sé, un chico chiflado y odioso. Conocía a Max desde la infancia, en ese entonces su hermano no vivía con la madre de Max hasta unos años después. Yo tenía diez y el doce.
Recuerdo que lo encontré saliendo de casa de Max, me di un golpe contra él y lo primero que pensé fue que era un chico atractivo, cabello desordenado, rubio, ojos avellana y una sonrisa infantil. Fue mi crush por unos segundos hasta que abrió su torpe bocota.
-¿Qué te pasa niña fea? - Me había dicho. Desde ahí, nuestro odio fue mutuo. Me lancé contra él por haberme dicho niña fea. Peleé contra él hasta que le arranqué un mechón de cabello dejándole una zona calva. Mis padres tuvieron que alejarme de su persona para que no le hiciera más daño. Desde entonces, los insultos y las discusiones formaron parte de nuestra relación.
Creí que con el tiempo lo superaríamos, pero de adolescentes fue peor. Arruinó dos de mis citas, mi primer beso, mi vestido de graduación e hizo que una profesora me odiara. Aunque, bueno yo tampoco fui una santa. Arruiné tres de sus citas, lo dejé calvo al agregar crema para rasurar en su champú y casi incendio su auto por accidente. Como sea, no era una relación sana.
Pero no podía negarme, me estaba quedando corta de tiempo y necesitaba la historia.
Así que lo hice, agregué el numero de Thomas y le escribí.
"Necesito hablar contigo"