LA ESPOSA DEL CEO
img img LA ESPOSA DEL CEO img Capítulo 5 Es un egoísta prepotente
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Capítulo 6 Debería estar molesta img
Capítulo 7 El robo img
Capítulo 8 Almuerzo con su jefe img
Capítulo 9 Ella es una mujer casada img
Capítulo 10 Me ignora, me provoca, me vuelve loco... img
Capítulo 11 Ninguna mujer lo había enfrentado así img
Capítulo 12 Descubriendo al ladrón img
Capítulo 13 Mátame a besos img
Capítulo 14 Viaje a Londres img
Capítulo 15 Cuidando de ella img
Capítulo 16 Nueva secretaria img
Capítulo 17 Ataque a Emiliano img
Capítulo 18 Geraldine img
Capítulo 19 Tensión en Emiliano img
Capítulo 20 Preocupado por su esposa img
Capítulo 21 Demanda por acoso y amenaza img
Capítulo 22 La casa de campo img
Capítulo 23 Emiliano es el chico que fue su primer amor img
Capítulo 24 ¿Quieres divorciarte de mi hijo img
Capítulo 25 Fiesta de despedida img
Capítulo 26 Adiós Emiliano Riva img
Capítulo 27 Buscando a Elizabeth img
Capítulo 28 Su vida en Moscú img
Capítulo 29 Elizabeth acepta a Andréi img
Capítulo 30 No firmaré el divorcio img
Capítulo 31 La Liza que amé es Elizabeth mi esposa img
Capítulo 32 Regresa conmigo por un mes img
Capítulo 33 Elizabeth huye de nuevo img
Capítulo 34 Nuevo comienzo en Estocolmo img
Capítulo 35 Está embarazada, señorita Mancini img
Capítulo 36 La decisión de su amiga Jessia img
Capítulo 37 De nuevo Geraldine img
Capítulo 38 Flores de...¿A.L. img
Capítulo 39 Adrián Larsson img
Capítulo 40 Siento que Elizabeth tendrá un hijo mío img
Capítulo 41 No tengo vida sin Elizabeth img
Capítulo 42 El hijo de Geraldine no es mío img
Capítulo 43 Emiliano no debe saber sobre su hija img
Capítulo 44 Te he buscado por años Elizabeth img
Capítulo 45 Emiliano conoce a su hija img
Capítulo 46 Estoy para apoyarte img
Capítulo 47 El padre de Orlena no es falso img
Capítulo 48 He cambiado por ti img
Capítulo 49 Paseo en familia img
Capítulo 50 Orlena conoce a su abuelo img
Capítulo 51 Te adueñaste de mi corazón y de todos mis sentidos img
Capítulo 52 Jessia versus Emiliano img
Capítulo 53 Elizabeth le pide explicaciones a Jessia img
Capítulo 54 Jessia sedujo a Emiliano img
Capítulo 55 Alguien quiere venganza img
Capítulo 56 Secuestraron al padre de Emiliano img
Capítulo 57 Sofía img
Capítulo 58 Espero encontrarme con Emiliano img
Capítulo 59 Dudando de nuevo img
Capítulo 60 Te amo papito img
Capítulo 61 Cerraré mi ciclo en Estocolmo img
Capítulo 62 Rescatado el padre de Emiliano img
Capítulo 63 Elizabeth salió con Adrián Larsson img
Capítulo 64 Volveremos a Italia img
Capítulo 65 ¿Quieres casarte conmigo img
Capítulo 66 Los padres de Elizabeth img
Capítulo 67 Yo estoy felizmente casado img
Capítulo 68 La de Finanzas es la esposa del CEO img
Capítulo 69 Elizabeth está viva img
Capítulo 70 Orlena salva a su madre img
Capítulo 71 La familia Riva-Mancini img
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Capítulo 5 Es un egoísta prepotente

Llegaron a la sala de reuniones y por mucho rato se enfocaron en analizar las propuestas que tenían sobre la mesa, todas eran altamente beneficiosas para ambas empresas, por lo tanto, Emiliano Riva y Trevor Williams estaban a punto de convertirse en socios, solo faltaba un detalle que Emiliano quería aclarar antes de firmar cualquier acuerdo y esperaba ansioso la hora de salir a comer para poner todas las cartas sobre la mesa.

–Señor Williams quise que viniéramos a comer solos porque necesito aclarar algunas cosas antes de establecer algún trato con usted.

–Siéntase en libertad de preguntar lo que realmente quiere saber señor Riva.

–Usted dijo que Elizabeth vivió con usted en Londres, ¿puede decirme en calidad de qué?

–Antes de responderle necesito saber en qué se basa su interés.

–Elizabeth y yo nos casamos el viernes pasado.

–¡¿Qué?!, ¿mi pioja ya es una señora casada?

–Todavía estoy esperando la respuesta a mi pregunta señor Williams.

–Beth estudió con mi hermana en la universidad, sabíamos que estaba sola en Londres, así que mis padres le ofrecieron alojamiento, la quiero y la considero una integrante más de mi familia. No hubo nada romántico entre nosotros, pero me siento obligado a decirle que ella puede contar conmigo incondicionalmente. No conozco las circunstancias de su matrimonio, pero de haber sido producto de un romance, ella nos hubiera invitado a su boda, así que supongo que ustedes no llegaron a eso en buenos términos.

–Nada que no tenga solución a corto plazo.

–Dese un tiempo para conocerla y la adorará, se lo aseguro.

–Ahora hablemos de negocios señor Williams –cortó Emiliano, desviando el tema.

***

Cuando regresaron a la oficina, se centraron en revisar los términos del acuerdo, Elizabeth no supo de Trevor hasta el final de la tarde y al encontrarse lo primero que le dijo fue:

–Felicidades por tu boda pioja.

–Así que Emiliano a ti sí te dijo que estamos casados.

–Creo que estaba celoso por la forma en que hablé de ti.

–¿Celoso?, solo es un egoísta prepotente.

–¿Tienes tiempo para salir conmigo un rato?

–Claro que sí, vamos.

Ya en el estacionamiento le envió un mensaje a su suegro.

Elizabeth: Buenas noches señor Riva, vino un amigo de Londres y saldré con él a cenar, llegaré un poco tarde.

Suegro: Disfruta hija y cuídate mucho.

***

Emiliano estaba en el estacionamiento con una de las secretarias, a punto de salir de juerga, cuando vio a su esposa caminando junto a Trevor Williams, los vio subir al auto de ella y salir del estacionamiento. Sin saber por qué y sin querer descubrirlo, se dirigió a su acompañante:

–Linda, acabo de recordar que debo ir a otro lugar, ¿lo dejamos para otro día?

–Sabes que otro día no puedo, hoy es la única oportunidad porque mi marido está de viaje.

–Lo lamento mucho, pero no puedo atenderte hoy.

–Tú te lo pierdes.

–¡Ajá!, exactamente.

"No los voy a seguir, pero estaré en casa, a ver a qué horas se digna llegar mi esposa, eso será motivo suficiente para pedirle el divorcio".

***

–Muchas gracias por la cena Trevor, de verdad pasé un rato muy agradable.

–Me alegro pioja y no te preocupes, con lo que me contaste de tu boda, te doy la razón para no decirnos nada. De verdad espero que Riva se dé cuenta de lo maravillosa que eres.

–Gracias Trevor, te quiero, nos vemos mañana.

–Buenas noches pioja.

Apenas cruzó la entrada, Emiliano apareció en un rincón con un vaso en su mano, y con tono irónico le dijo:

–Una esposa decente le avisa a su esposo si no va a cenar en casa.

–Un esposo de verdad asiste a la boda, duerme en su casa y no es infiel. Que duermas bien.

Emiliano soltó el vaso y apretó los puños mientras la veía subir las escaleras, tuvo una lucha interna para no seguirla. "Esa mujer no se calla, ¿a todo tiene una réplica?"

***

Elizabeth bajaba las escaleras de la mansión bajo la atenta mirada de Emiliano quien se encontraba al pie de las mismas, la desnudaba con los ojos, o al menos eso sentía ella, llegó al primer escalón y pasó a su lado, murmurando un "buenos días" mientras continuaba camino hacia el comedor donde ya estaba servido el desayuno.

–Buenos días señor Riva –saludó cariñosamente a su suegro.

–Buenos días Elizabeth, ¿dormiste bien?

–Como un bebé –respondió sonriendo.

–Buenos días padre, Elizabeth.

–Buenos días hijo, supe de tu trato con la firma inglesa, felicidades.

–Sí, hoy finiquitamos los detalles y Trevor Williams regresará a Londres para hacerme la antesala, espero reunirme con él la próxima semana. Elizabeth, ¿quieres ir conmigo a Londres?

–No hay forma de justificar que la asistente del CFO viaje con el CEO, no sería bien visto.

–Bueno, alguna otra asistente estará feliz de acompañarme.

–¡Hijo!, no te pases.

–¿Qué?, necesito una asistente en ese viaje, si Elizabeth no quiere acompañarme otra lo hará, es así de simple.

Elizabeth untaba mermelada en una tostada, aparentemente tranquila, aunque por dentro deseaba estamparle el tarro por la cabeza al arrogante de su esposo, pero por nada del mundo le daría a demostrar su verdadero sentir, ella no alimentaría el ego del hermoso hombre que la veía con una sonrisa ladina en sus perfectos labios.

"Sé que te estás haciendo la indiferente esposa mía, a ninguna mujer le agrada que su esposo salga de viaje con otra, pero tú te negaste a ir, aunque encontraré la forma de subirte a ese avión".

***

Emiliano convocó a una reunión con los directores de su empresa, para enterarlos sobre el último acuerdo que había logrado y presentarles al nuevo socio de la empresa.

El CFO Conti asistió con su nueva asistente Elizabeth Mancini quien todo el tiempo estuvo sonriéndole a Trevor Williams, haciendo que el jefe máximo se lastimara las palmas de sus manos de tanto que apretaba los puños.

–Conti, como nuestro director de Finanzas, debes adecuar el sistema para la incorporación de las divisiones londinenses, me gustaría que lo tuvieras listo a la mayor brevedad.

–Ya está hecho Emiliano, Elizabeth se encargó de eso desde ayer y lo terminó justo antes de que viniéramos aquí, así que solo falta la activación del enlace desde la oficina de Londres.

–En ese caso usted o su asistente deberían acompañarme la próxima semana para iniciar el sistema e instruir a las personas que lo manejarán desde allá.

–Yo puedo ir con mucho gusto señor Riva –expresó Conti.

–Pero, ¿quién hizo la adaptación del sistema para integrarlos?

–La hizo mi asistente, la señorita Mancini.

–¿Entonces?

–Perdón que los interrumpa, señor Riva, yo solo seguí las indicaciones del señor Conti, él conoce perfectamente el sistema, recuerde que yo acabo de ingresar.

–¿No se siente capacitada para hacer la adaptación?

–Por supuesto que estoy capacitada.

–Bien, prepárese entonces porque el próximo martes estaremos viajando a Londres.

Elizabeth lo miraba con los ojos entrecerrados, había caído en su juego y terminó accediendo al viaje, todas las miradas de los asistentes a la reunión estaban en ellos, así que hizo un gran esfuerzo para mostrar una calma que estaba muy lejos de sentir.

Por su parte Emiliano, sonreía muy satisfecho por el resultado de su estrategia, presentía que su esposa no soportaría una provocación con respecto a sus capacidades y eso fue lo que usó para unirla al viaje.

–Esta vez caí en su juego, pero no se acostumbre –le dijo cuando todos se retiraban y consiguió un momento para acercarse y hablarle entre dientes.

–Te había invitado de muy buena manera y me rechazaste, deberías saber que a mí no se me niega nada.

–Eso está por verse señor Riva –giró y salió del salón de reuniones.

                         

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