Capítulo 5 V

Tal y como lo sospechaba, sabe que estoy interesado en su hija y no oculta que lo haya descubierto, así que yo tampoco voy a esconder mis verdaderas intenciones con Eir. En la mirada de Clemens puedo notar que está preocupado por la situación de su hija, pero al mismo tiempo parece aliviado de que yo esté interesado en ella.

-Me alegro que lo tengas claro, Clemens.

La conversación se acaba, lo único que se escucha es el chocar de las olas, el aire salado acaricia mi rostro con suavidad, cierro los ojos y aspiro aire de forma profunda. En mi mente solo pasan imágenes de Eir, de cómo se puso su rostro cuando la besé y de cómo sus manos se aferraban a mí con cierta desesperación.

Eir.... que ansias tengo de juntar cuanto antes mi dote por ti y más ahora que tu padre me ha dado su permiso, supongo que, cuando regrese a casa, voy a hablar con mi madre sobre los preparativos de mi boda, espero se ponga feliz de que por fin voy a sentar cabeza, aunque tal vez se moleste un poco porque no he elegido a Dagny, pero no me importa, sé que voy a ser feliz con Eir y es lo único que me interesa.

Eir.

Mi padre junto con un grupo de guerreros se ha ido, como siempre, mi madre se muere de angustia de que él vaya, ya que no es ningún hombre de armas, él simplemente se encarga de curar a los heridos y de sanar a los enfermos, al igual que todos en esta familia y eso nos preocupa bastante, ya que el enemigo podría tomarlo como rehén o hacerle algo por represalia.

Para no pensar en eso, he decidido ocupar mi mente en hacer los recados en la aldea, como siempre lo he hecho además de ayudar en casas con todo lo que me pidan; debido a que soy la más joven de mi casa, me encargo de varias labores del hogar, mientras que mis hermanos son los que se encargan de curar y sanar a la gente, debido a esto, yo no tengo un buen control sobre mis habilidades curativas, pero esto no me importa, ya que cuando sea un poco más grande, mi padre me dijo que me iba a empezar a dar más responsabilidades con los heridos. Mientras ando caminando por el pueblo, mi mente se pierde por unos instantes, recordando con claridad el beso de Ragnar.

No le he contado de esto a nadie, mucho menos a mi amiga Annika, que está completamente enamorada de Ragnar, de hecho, para ella es todo un Dios, perfecto e impecable, para mí, es un bruto más de quien debo tener cuidado, en especial porque ya ha mostrado sus verdaderas intenciones conmigo.

Durante los próximos meses, las cosas han estado tranquilas, dentro de lo que cabe, ya que mi amiga no deja de decirme lo preocupada que está por el bienestar de Ragnar y que espera a que regresen pronto o, mejor dicho, que su amorcito regrese pronto. Mientras estoy terminando con mis recados, mi amiga me ha pedido que le ayude a lavar unas pieles que su madre le dio, lo cierto es que no tengo muchos ánimos, ya que el agua está helada ya que estamos en invierno.

Estando en el río, Annika me dice que se siente muy decepcionada por que Ragnar no voltea a verla, pero que esta vez que regrese, le va a entregar una nueva capa que estuvo haciendo en estos últimos meses, me limito a escucharla mientras lavo las pieles que supuestamente ella debería lavar. De momentos ignoro su conversación, ya que me tiene cansada con su parloteo con respecto a Ragnar.

Nuestra entretenida e interesante charla se ve interrumpida por Dagny y su grupo de amigas, que se mofan de Annika por pensar que ella sería la elegida por Ragnar para ser su esposa, enseguida, ella se pone a discutir con la rubia de forma acalorada, prefiero mantenerme al margen y escuchar lo que dicen.

-No creas que tú y tu amiga serán candidatas para casarse con Ragnar, además, la señora Birgitta me ha elegido como su favorita. - Infla el pecho de forma arrogante.

-A mi poco me importa si Ragnar me elige o si su madre lo hace- Me levanto del suelo mientras sacudo mis rodillas. -No me interesa ese bruto en lo más mínimo, él solo piensa con una sola cabeza y basta con verlo para darse uno cuenta- Río de forma sarcástica mientras exprimo la piel que tengo entre mis manos. -Además, recuerden que se ha ido a una expedición, así que, muy probablemente traiga a una mujer.

Empiezo a alejarme de las mujeres con las pieles recién lavadas entre mis manos, no pienso seguir escuchando sus estupideces ni mucho menos que me quieran meter en todo este asunto, ya que a mí ni me interesa ese bruto. Antes de irme, me giro hacia ellas con el ceño levemente fruncido.

-Así que, en vez que estarse preocupando por saber quién será su elegida, mejor póngase a hacer algo productivo en la aldea, tal vez así logren llamar su atención, en vez de estar paseándose por el lugar como unas idiotas.

Annika al darse cuenta de que me estaba yendo sin ella, parpadea varias veces y corre en mi dirección, para después colgarse en mi brazo apretándolo con fuerza, estando lejos de ellas, me pregunta si de verdad creo que Ragnar traerá a una mujer de fuera, le dije que no se preocupe por eso, que mejor se centre en ser alguien útil para la aldea y si Ragnar no ve lo valiosa que es, pues él se lo pierde, ya que ella es una excelente mujer.

-Gracias por tus palabras, pero me preocupa que él escoja a una mujer que no sea a mí- Un pequeño puchero se dibuja en su rostro y baja la mirada, triste por saber que el hombre de su vida no la quiere.

Durante las próximas semanas, Annika ha estado de un humor horrible, ya que no deja de pensar en la probabilidad de que Ragnar traiga a otra mujer, en lo personal, prefiero que así lo haga si con eso consigo que me deje en paz, honestamente, antes no odiaba a los guerreros, de hecho... me parecían hombres increíbles, pero desde que empezaron con su campaña de acoso e insultos, he cambiado drásticamente de idea.