Capítulo 3 El accidente automovilístico

"¿Imposible? Entonces, ¿por qué no respondió a tus llamadas telefónicas? ¿Por qué llegó tarde a la boda?", preguntó Peggy.

El aluvión de preguntas hizo vacilar a Nicole.

"Ha estado enamorado de mí desde el principio. Él me eligió como su dama de honor porque puedo ponerme un vestido de novia y caminar al altar con él", dijo Peggy esbozando una sonrisa dócil mientras levantaba el dobladillo de su vestido blanco, que era el mismo que el de Nicole, lo cual pilló a Nicole por sorpresa.

Su rostro se puso pálido, pero la huella en forma de palma que tenía en su mejilla derecha todavía estaba roja e hinchada.

Al ver que Nicole estaba perdida en sus pensamientos, Peggy creyó que había vencido y continuó:

"Thomas sufrió un accidente automovilístico antes de la boda. Eres gafe, estoy segura de que la familia Mo te odia. ¡Ahora nadie se atreverá a casarse contigo!", le espetó.

Esas palabras enfadaron a Nicole, cuyo pecho sufrió una lenta sacudida. Después de unos segundos, agarró el pomo de la puerta de la habitación y dijo: "¡No creo ni una palabra de lo que dijiste! Quiero escucharlo yo misma de su boca cuando se despierte".

Al escuchar esto, la expresión del rostro de Peggy cambió.

"¡No se va a despertar y todo es culpa tuya!", dijo entonces.

"¡Se despertará!", replicó Nicole, que se sentía algo mareada. Se tocó la cabeza y añadió: "El médico dijo que se despertaría en tres días".

"¡No, dijo que esa era solo una posibilidad!", gritó Peggy.

Nicole comentó con expresión indiferente: "Entonces, contemos con esa posibilidad".

Peggy miró fijamente la espalda de Nicole mientras se generaba en ella un sentimiento de temor.

"¿Se despertará Thomas?", pensó.

Aunque la probabilidad fuera inferior al uno por ciento, ella nunca permitiría que sucediera.

La verdad era que Peggy fue quien provocó el accidente automovilístico.

Veinte minutos antes de la boda, llamó a Thomas y le pidió que la recogiera.

En el camino ella le sugirió que se fugaran, pero él rechazó la propuesta.

A Peggy le dolía el corazón porque conocía a Thomas desde que ambos eran niños y, a pesar de eso, ella no era tan importante como cierta mujer a la que solo conocía desde hacía unos meses.

Tuvo una pelea con Thomas y, mientras discutían, ella agarró desesperadamente el volante.

"¡No te permitiré ir a la boda, Thomas, debes amarme solo a mí!", gritó entonces.

Justo en ese momento, un camión se estrelló contra el asiento del conductor de su automóvil.

¡Pum!

Al recuperar el sentido, Peggy lo vio en la UCI.

'No debe despertarse', pensó.

Entonces, abrió lentamente la puerta y entró.

En la villa de la familia Mo

Justo cuando Nicole entraba en la sala de estar, escuchó una voz feroz.

"Nicole, ¿cómo te atreves a volver?".

La chica se quedó atónita. "Mamá...", comenzó a decir.

"No soy tu mamá. ¡Cállate la boca! ¡Me das asco! Aún no te has casado con Thomas y no quiero que seas mi nuera. ¿Cómo te atreves a llamarme mamá?", le espetó Bridget enojándose más a medida que hablaba. Entonces, continuó: "No creas que no estoy al tanto de quién instigó a Thomas a robar nuestro registro familiar y a obtener licencias de matrimonio contigo. Lo único que quieres es el dinero de la familia Mo. ¡Quieres nuestro dinero para poder pagar la altísima tarifa de hospitalización de la loca de tu madre!".

Estaba tan enojada que su pecho comenzó a hincharse y deshincharse. "Betty", dijo.

"¿Sí?", respondió la interpelada.

"¡Llama al director Du del hospital psiquiátrico ahora mismo y haz que se dejen de pagar los gastos de ese psicópata con el dinero de la familia Mo!".

Bridget se apresuró a agarrar el teléfono. "¡Y que alguien eche a esta mujer ahora! ¡No dejen que vuelva a poner un pie en mi casa de nuevo!".

Antes de que Nicole tuviera oportunidad de cambiarse el vestido mojado, dos sirvientes fornidos la empujaron y ella cayó de espaldas torpemente. Entonces, su delicado rostro se contrajo en una mueca de dolor.