Capítulo 5 Por favor, compórtese

Nicole se sonrojó avergonzada apenas se dio cuenta. Incluso podía sentir sus mejillas ardiendo y el corazón acelerado.

"¿Por qué no sigues?", preguntó Damon con su voz ronca por encima de la cabeza de la chica.

Allí, el hombre observaba el suave cabello de la mujer ocultando su rostro enrojecido, riéndose silenciosamente para sí mismo.

"¿Podrías ayudarme con la cremallera?", le consultó Nicole tímidamente después de una breve pausa.

Ante la petición, Damon estaba a punto de bajar el cierre cuando jadeando, ella agarró su mano. "¡Espera!".

Resulta que su cabello se había enredado en la cremallera, tirando dolorosamente de su cuero cabelludo. La pobre chica no se atrevía a moverse por miedo a arrancarse un mechón de pelo.

Con su mano presionando la de él, el hombre sintió una extraña sensación en la boca del estómago.

Posteriormente, Darin le entregó un par de tijeras, que la hizo comprender la situación. Tendría que sacrificar su hermoso cabello para ser liberada.

Las afiladas tijeras brillando bajo la luz provocaron que Darin dudara por algún momento. ¿Era adecuado confiarle una misión tan delicada? El chico se preparó sonándose el cuello, mientras que las manos de Nicole temblaban de nervios.

Tal vez estaba asustada por la intensa mirada que sentía por encima de su cabeza.

Luego, con mucha cautela comenzó a cortarse la melena para finalmente liberarse.

Y antes de que pudiera suspirar de alivio, Damon la alzó pellizcándole la barbilla.

En ese instante, con sus ásperos dedos acariciando la delicada cara de la mujer, la obligó a mirarlo a los ojos.

"¿Hizo eso a propósito?".

La intensidad que Nicole descubrió en sus ojos la sorprendió. Era como si le quemara el alma. La presión era tal que decidió apartarle la mirada. "¡Señor, por favor, compórtese!".

Al notar esa actitud, Damon frunció el ceño.

'¿De verdad no me conoce o está fingiendo no hacerlo?'.

"¿Cómo te atreves a pedirme eso?", replicó, riendo con disimulo. ¿De dónde sacó Nicole el valor para decir tal cosa? "¿Qué hay de ti? Tu cabeza estaba entre mis piernas tan pronto como subiste al auto".

"¿Ah?...". En este punto, las orejas de Nicole eran de un rojo brillante. "¡Oh, lo siento!".

"Las palabras no significan nada. Así que tendrás que encontrar otra forma de disculparte".

Su bocas estaban tan cerca que ella podía sentir su cálido aliento. Acto seguido, él acarició suavemente su oreja, interesándose más en la joven, que se estremeció bajo su toque.

Su vestido de novia perfilaba su figura curvilínea y se aferraba a su fantástico cuerpo. En ese momento, la respiración de Nicole se entrecortó, llevándola a prácticamente jadear en busca de oxígeno.

"Sí que eres una cosita sensible, ¿no?".

"Señor, por favor, no sea así", suplicó Nicole, presionada contra la puerta del auto como un cachorrito arrinconado.

"¿Así cómo?".

Con el paso de los segundos, el interés de Damon en ella solo se intensificó. En cuanto a Nicole, hacía tres años aproximadamente que no actuaba con tanta timidez. De hecho, su expresión fue algo nunca antes visto, reacción que provocó que Damon quisiera burlarse más de ella. Con esto en mente, el hombre la sostuvo de la barbilla, acariciando suavemente su suave mandíbula.

Por su parte, Darin agarró el volante con ambas manos y les lanzó una mirada ansiosa por el espejo retrovisor sin saber qué hacer.

'¿Será que debo darle a mi jefe algo de privacidad, o qué?'.

Sin embargo, un grito de pánico interrumpió su vacilación.

"¡Suélteme!", exclamó Nicole, levantando la mano para golpear a Damon, que ni se movió. La fuerte bofetada retumbó en el auto, dejándolos a todos atónitos por un momento.

Hecho esto, Nicole miró sus dedos como si le pertenecieran a otra persona.

Realmente no esperaba que él no hiciera el intento de esquivarla.

Rápidamente, cinco huellas digitales aparecieron en la piel pálida de Damon, quien se quedó mirando a la chica durante unos segundos, antes de aflojar su agarre y reclinarse en el asiento, sin poder ver su cara con claridad en la oscuridad del coche.