Sorpresa En Mi Vida
img img Sorpresa En Mi Vida img Capítulo 7 Chico listo
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Capítulo 16 No temas img
Capítulo 17 Sushi para Harry img
Capítulo 18 Arrestada img
Capítulo 19 Me has tendido una trampa img
Capítulo 20 No llores img
Capítulo 21 Harry se sintió agraviado img
Capítulo 22 Borrador del acuerdo de divorcio img
Capítulo 23 Damon la encontró img
Capítulo 24 Mi mujer img
Capítulo 25 Expuesto img
Capítulo 26 Experiencia de crianza img
Capítulo 27 No tengo mamá img
Capítulo 28 Desnuda img
Capítulo 29 Su voz es muy dulce img
Capítulo 30 Acompaña al señor Mo img
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Capítulo 7 Chico listo

Era solo un niño, por lo que Nicole suspiró aliviada al saber que no estaba en peligro. Entonces, se agachó a su nivel para preguntarle suavemente: "¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está tu madre?".

El pequeño la miró sin decir una palabra.

"Dime, ¿estás perdido?", continúo ella, ahogándose en la profunda mirada del chico con dolor en el corazón.

"¿Te sabes el número de teléfono de tus padres? Puedo llamarlos para que vengan por ti".

Aún sin reacción, el chiquillo seguía sin abrir la boca.

Ligeramente desesperada, Nicole se dio cuenta de lo terco que podía ser el chico. En este punto sabía que él no diría nada a menos que quisiera hacerlo. Un par de minutos después, ella lo tomó de la mano, ofreciéndole: "Ven, te llevaré a mi casa".

Ella vivía en un departamento bastante simple que contaba con un dormitorio y una pequeña sala de estar, ambos decorados de forma minimalista. A decir verdad, la mujer no tenía muchas posesiones.

Al llegar, Nicole fue a buscar una toalla nueva para limpiar el rostro cubierto de tierra del niño. Una vez hecho esto, se descubrió un blanco rostro de mejillas regordetas y ojos brillantes.

En seguida, el estómago del pequeño emitió un gruñido contundente.

"¿Tienes hambre?", le preguntó ella pellizcándole la naricita. "No puedes llevarte las cosas de otras personas incluso si estás hambriento, ¿de acuerdo? En el futuro, recuerda que siempre debes pagar".

Haciendo una mueca de abatimiento, el chiquillo saltó del sofá, sacó una bolsa del bote de la basura, la abrió y se la mostró a Nicole.

De inmediato, ella entendió lo que le estaba tratando de decir cuando vio la fecha.

Se trataba de un producto vencido.

Aparentemente habían muchos productos expirados detrás del supermercado listos para desecharse. Con esto, el chico dio a entender que no había tenido la intención de robar nada de valor, por lo que con una punzada de lástima, Nicole sacudió la cabeza y se frotó la frente. "Vamos, te cocinaré unos fideos. Si comes alimentos vencidos, te puedes enfermar".

Unos minutos después, la joven puso un cuenco humeante de fideos frente al niño.

Habían tallarines blancos, vegetales, tomates confitados y un huevo escalfado.

Allí, apenas el niño percibió ese aroma, sus ojos se iluminaron. Acto seguido, estaba a punto de agarrar la comida con las manos, cuando ella intervino:

"Cuidado, está caliente. Necesitas usar palillos".

Con torpeza, el chico tomó los palillos para tratar infructuosamente de llevarse los fideos a la boca.

No fue hasta ese momento que Nicole se dio cuenta de que él no sabía cómo usar los utensilios.

"Bien, déjame darte de comer".

Francamente, enseñarlo a usar los palillos les tomaría demasiado tiempo ahora, así que optó por alimentarlo ella misma.

Tras unos bocados, el chico observó pensativo la mano de la mujer. Luego, tomó los palillos y los examinó con mucho cuidado. De hecho, los agarró correctamente, dejando a Nicole sorprendida. "Inténtalo", lo instó.

Sin pensarlo dos veces, el pequeño recogió los fideos con los palillos y se los comió sonriente con mucha destreza, claramente orgulloso de sí mismo.

"¡Guao, eso fue increíble! ¡Eres genial!", dijo Nicole, acariciándole el cabello con cariño.

Ahora el jovencito se valía por sí mismo sin restricciones.

Por su lado, con la barbilla apoyada en las manos, Nicole lo observó atentamente. El chico tenía rasgos faciales delicados y su piel era clara y suave. Sus ojos lucían familiares, como si los hubiera visto en alguna parte.

Con esa idea en la cabeza, le preguntó dónde vivía una vez más, sin éxito.

"¿Tienes los números de teléfono de tus padres? Tengo que llamarlos o se preocuparán por ti".

Una vez más, el chico de repente saltó del sofá para tomar el teléfono de Nicole y marcar un número.

Después de varios intentos, finalmente una voz masculina se escuchó al otro lado de la línea.

"¿Harry?".

Ese instante, el chico le entregó el celular a Nicole.

"¿Hola? ¿Usted es el padre de este niño?".

Al escucharla, Damon se sacudió por sorpresa. ¡Esa voz! Recuperando la compostura en función de no traicionarse a sí mismo, respondió: "Sí".

Aunque Nicole pareció recordar ese tono, no pudo ubicarlo.

"Al fin, bueno, su hijo está en mi casa. Déjeme explicarle, yo estaba en...".

Pero antes de que pudiera terminar su oración, fue interrumpida. "¿Podría darme su dirección?".

El extraño había sido bastante brusco con ella, aun así, la chica le dio la información.

"Pasaré por él más tarde. ¿Cuál es su nombre?".

"Soy la señorita Qiao", respondió ella colgando la llamada, un poco confundida. A continuación, miró su reflejo en la pantalla, pensando: '¿Eso es todo?'.

Por otra parte, el chico estaba extasiado, sonriendo de oreja a oreja y aplaudiendo emocionado.

Mientras tanto, ella le puso una caricatura en la televisión al tiempo que iba a lavar los platos.

Al regresar a la sala, lo vio acostado en el sofá abrazando una almohada. Su cabecita somnolienta se balanceaba sin control tratando de mantener los ojos abiertos.

Ante la escena, Nicole lo acostó en su cama, dándole unas suaves palmaditas en la espalda, totalmente conmovida.

Si su hijo todavía estuviera vivo, tendría la misma edad que este niño.

Pasado un rato, alguien llamó a la puerta.

'¡Debe ser el papá!'. La chica se puso de pie a toda prisa para ir a abrir la puerta.

"¿Qué está haciendo usted aquí?", exclamó al ver de quien se trataba.

            
            

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