Capítulo 4 El poder de la nobleza

-Dios, ¿Porque todo esto es tan complicado? -dijo Jesús, mientras sostenía un pequeño libro en sus manos.

Habían pasado dos días desde que asalto la mansión del barón de la ciudad de Tiniel, Jesús después de haber hecho dicho acto, se fue de la pequeña ciudad, montado en uno de los mejores caballos que la mansión del barón poseía, antes de irse, le dejo una gran cantidad de dinero a su familia, con la cual podrían llevar una vida cómoda libre de privaciones.

En estos dos días, había estado viajando solo, y para poder entretenerse, decidió revisar las cosas que le había robado al barón, encontró varias cosas interesantes, pero lo que más le llamo la atención, fueron una serie de libros, que poseían nombres algo raros.

Al principio, cuando vio estos libros, los empezó a ojear para poder ver cuál era el contenido que posean, y pronto descubrió, que estos libros hablaban sobre el "poder de la nobleza", pero a pesar de darse cuenta de esto, le fue algo difícil entender su contenido, hasta que encontró un párrafo que le ordenaba "inyectar" su "poder de la nobleza" en el libro.

Cuando Jesús, hizo esto, las letras del libro pronto empezaron a iluminarse, y de ellas, empezó a emanar un extraño vapor, que pronto se dirigió hacia la frente de Jesús, y cuando este vapor, entro en su cabeza, un mar de información pronto apareció en su mente.

Toda esa información que de repente de llego a su mente, trataba sin excepción del "poder de la nobleza", y de todos sus misterios, y cuando esa información llego a su mente, Jesús entendió finalmente que era verdaderamente el "poder de la nobleza" y cómo funcionaba.

Al parecer, el "poder de la nobleza" no recibía este nombre por parte de los nobles, en su lugar recibía otro nombre diferente, los nobles y los miembros del ejército, lo llamaban "poder de Dios" o "magia", ya que este es el nombre que los papas de Roma, de los estados pontificios, de la península italiana, le habían dado hace más de mil años atrás, en los tiempos en los cuales todavía existía el imperio romano de occidente.

La razón por la cual los papas de Roma, lo habían llamado así, fue que consideraron que ese extraño poder, que los humanos podrían llegar a poseer, y que les permitía realizar todo tipo de actos espectaculares y maravillosos, solo pudo haberles sido otorgado por Dios, y por eso lo llamaban el "poder de Dios" o "magia", debido a que era un poder que fue creado por Dios, o que estaba más allá de lo físico, y residía en los espíritus de cada persona.

Al parecer, hace casi mil quinientos años atrás, el primer emperador de Roma, Augusto, jerarquizo y categorizo el nivel de maestría y dominio que cada persona podría lograr sobre la "magia", usando su conocimiento y sabiduría sobre la "magia", Augusto estableció 20 "reinos" o "rangos" en los cuales se categorizaría el nivel de dominio, maestría y control sobre la "magia".

El primer "reino" o "rango", era el más débil, en este nivel, las personas solo tendría un control y dominio básico y rudimentario sobre la "magia", mientras más alto fuese el "reino" o el "rango" de control, maestría y dominio de una persona sobre la "magia", mas alto y elevado seria su poder y fuerza.

Los "reinos" o "rangos" en los cuales se dividía el nivel de dominio, control y maestría sobre la "magia", eran de menor a mayor:

Principiante mágico

Iniciado mágico

Maestro de la magia

Gran maestro de la magia

Barón santo

Lord santo

Conde santo

Duque santo

Mariscal santo

Gran duque bendecido

Rey bendecido

Gran rey bendecido

Emperador bendecido

Santo bendecido

Rey mundial bendecido

Emperador mundial bendecido

Soberano bendecido

Gran Soberano mundial bendecido

Hijo de los cielos

Amo del mundo/Dios del mundo

Los nombres de los "reinos" o "rangos", tenían claramente connotaciones religiosas, anteriormente, en los tiempos en los cuales el Cristianismo todavía no se había convertido en la religión oficial del Imperio Romano, los nombres de los diferentes "reinos" o "Rangos" de la "magia", eran diferentes, pero después de que el Cristianismo tomara el control de Roma, los nombres fueron cambiados por unos más acordes a la religión cristiana, exceptuando los últimos dos "reinos", cuyos nombres habían permanecido sin ninguna variación en los últimos mil quinientos años.

Al parecer, cada nombre, indicaba el nivel de fuerza que alguien de cierto estatus político debería tener, de esta manera, el rey de una pequeña nación, debería tener la fuerza y el poder de un "rey bendecido", mientras que por ejemplo, el rey de una de las ocho naciones más poderosas de todo el continente europeo y de todo el mundo mediterráneo, debía tener por lo menos, la fuerza de un gran soberano mundial bendecido, ya que ese nivel de fuerza demostraría que de verdad eran los "grandes soberanos del mundo" que habían sido "bendecidos" por Dios, y su derecho a gobernar, provenía de la "bendición" que este último les había conferido, en resumidas cuentas, reyes por derecho divino, y su fuerza debía alcanzar ese nivel mínimo requerido para que nadie pudiera poner en duda su derecho divino a gobernar una de las naciones más poderosas del mundo.

En cuanto al "reino" de "hijo de los cielos", ese "reino" o "rango" de control, maestría y dominio sobre la magia, solo era alcanzado por los gobernantes de las naciones mejor clasificadas y poderosas de entre las ocho grandes potencias europeas y mediterráneas, ese nivel de poder, era algo que solo el rey o gobernante de naciones como el reino de Francia, o el Imperio Otomano poseerían.

Y en cuanto al "reino" de "amo del mundo/Dios del mundo"... bueno, ese "reino" o "rango", es algo que estaba más allá de los gobernantes de cualquier nación del mundo actual, la razón por la cual ese "reino" recibía ese nombre, era porque aquellos que alcanzaran este "reino" gobernaban naciones que eran tan poderosas, que se podría decir que gobernaban el mundo.

En la historia, los que habían alcanzado este "reino", eran muy pocos, y entre los que lo habían alcanzado, estaban personajes como Gengis Khan, el emperador Augusto de Roma, o el primer emperador de China, hombres que habían gobernado sobre naciones tan grandes y poderosas, que se les podría llamar los "amos del mundo".

Ni siquiera Carlomagno, el emperador del Imperio Franco, logro alcanzar este "reino" de cultivo mágico, él solo había logrado alcanzar el "reino" de hijo de los cielos, y en realidad el nivel que había alcanzado en dicho reino, no era muy alto en realidad, de hecho, en la historia surgieron otros hombres que terminaron por alcanzar su mismo nivel y "reino" de cultivo mágico, o incluso lo habían superado, siendo el caso por ejemplo, del emperador Tamerlan del Imperio Timurida.

Al parecer cada "reino" o "rango", se dividía a su vez, en diez niveles distintos, cuando una persona, lograba sobrepasar el nivel diez de un respectivo "reino", entonces se le consideraba que había logrado entrar al siguiente "reino" de cultivo mágico.

Según las estimaciones de Jesús, el príncipe elector del electorado de Brandemburgo, debía tener una fuerza equivalente al "reino" de los reyes bendecidos, ya que en realidad el electorado de Brandemburgo, ni siquiera era considerado un reino en realidad, y tampoco era un país grande o poderoso en ningún aspecto y no tenía mucha relevancia a nivel continental, siendo el único punto destacable que tenía, el hecho de que fuese uno de los siete electores que elegían a cada emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de turno.

Debido a eso, Jesús considero que el príncipe elector del electorado de Brandemburgo, debía tener una fuerza de solo un rey bendecido común, mientras que el barón que había matado anteriormente, obviamente debió tener la fuerza de un barón santo.

Jesús había aprendido muchas cosas en los últimos dos días, pero todo lo que se refería al cultivo mágico, le era algo complicado de entender, debido a que nunca había entrado en contacto con esta información antes, por lo que le llevaría tiempo poder adaptarse por completo y aprender todo lo referente a la "magia" y al "cultivo mágico".

            
            

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