Encontrando el amor
img img Encontrando el amor img Capítulo 10 Rechazando candidatas
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Capítulo 11 Problemas y un bebé img
Capítulo 12 Mi novia img
Capítulo 13 Una conversación con verdades img
Capítulo 14 Metiendo la pata ante su padre img
Capítulo 15 Salir para despejar img
Capítulo 16 La invitación luego del beso img
Capítulo 17 Visita inesperada para conocernos img
Capítulo 18 Provocaciones img
Capítulo 19 Discusión acalorada img
Capítulo 20 Propuestas y condiciones img
Capítulo 21 Cambios de humor img
Capítulo 22 Conversación en casa img
Capítulo 23 Llevando regalos img
Capítulo 24 Boda en diez días img
Capítulo 25 Nueva clausula img
Capítulo 26 Escogiendo el anillo img
Capítulo 27 Conversación entre mujeres img
Capítulo 28 El vestido de tus sueños img
Capítulo 29 Tomar decisiones juntos img
Capítulo 30 Amigo en problemas img
Capítulo 31 No te enamores de mí img
Capítulo 32 Decisión segura img
Capítulo 33 Nuestros votos img
Capítulo 34 Contrato sin firmar img
Capítulo 35 La verdad de todo img
Capítulo 36 Fuerte discusión img
Capítulo 37 Grave error img
Capítulo 38 La cena img
Capítulo 39 La luna de miel img
Capítulo 40 Incidente en el avión img
Capítulo 41 Brillo y sonrojo img
Capítulo 42 Di que eres mía img
Capítulo 43 Reencuentro no deseado img
Capítulo 44 Un cambio img
Capítulo 45 Pasión en la pista img
Capítulo 46 Esposa tierna, sexy y borracha img
Capítulo 47 Nueva decisión img
Capítulo 48 Tocar el cielo img
Capítulo 49 Pelea y reconciliación img
Capítulo 50 Amanecer contigo img
Capítulo 51 Visita al cementerio img
Capítulo 52 De lo bueno a lo malo. img
Capítulo 53 Conversación en la cena img
Capítulo 54 Madre he hija img
Capítulo 55 Preguntas sin respuesta s img
Capítulo 56 Accidente en la escalera img
Capítulo 57 En realidad no fue un accidente img
Capítulo 58 Confesión y sorpresa img
Capítulo 59 Cuidar lo que se ama img
Capítulo 60 Epílogo img
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Capítulo 10 Rechazando candidatas

Capítulo 9

Damon

Decir que quiero despedir a media empresa en este momento es decir poco, ya que luego de que el jefe de recursos humanos llegar a mi oficina, de inmediato le reclamé por el hecho de que Daniela se autonombró trabajadora de esta empresa solo por tener algunas acciones. A lo que este me dijo que no tuvo otra opción más que cumplir su capricho, debido a que ella lo había amenazado con despedirlo a él también y entiendo perfectamente al hombre. Nadie se jugaría su puesto de trabajo de esa manera y mucho menos por llevarle la contraria a alguien que tiene acciones de la empresa como también fue el caso de Rebeca que también tuvo que hacer lo que ella dijo.

Sin embargo, aunque yo traté de echarla de aquí en cuanto esta llegó a mitad de la mañana. Por mucho que tuvimos una fuerte discusión en donde casi toda la empresa se enteró de eso por nuestros gritos, se me hizo imposible sacarla, debido a que alegando el hecho de que ella tenía acciones de la empresa gracias a mi padre. Fácilmente podía ocupar una oficina y un cargo en esta empresa sin ningún problema o de lo contrario convocaría una junta de accionistas para exponer el caso y que así hubiese problemas legales que posiblemente no nos llevarían a ningún lado. Por lo que sin mas salida me vi obligado a ceder en esta ocasión, aunque eso no quita el hecho que di instituciones específicas de que nadie la ayudara o todo el que lo hiciera sería despedido. Estaba seguro de que muy pronto se aburriría de estar aquí porque ella solo está tratando de embaucarme en su juego de nunca acabar para acostarse conmigo y con el viejo a la misma vez.

Unas fuertes punzadas en mi cabeza me anuncian una terrible migraña que esta a punto de llegar y descuelgo el teléfono de mi oficina para llamar a Rebeca. Necesito que me traiga urgentemente alguna pastilla que me duerma el cerebro por completo y me evite tener que pensar en todos los problemas que tengo y en los que seguramente voy a tener por la presencia de Daniel en esta empresa.

– ¿Se te ofrece algo jefecito? – pregunta la muy descarada en tono burlón, pero como ella no quiere dejar de decirme jefecito entonces yo haré mi parte del juego.

– Necesito una pastilla para el dolor de cabeza pequeño Minion. Así que por favor consígueme una antes de que esta me explote.

– Si le explotara la cabeza, ese sería el menos de mis problemas, pero para que vea que no soy tan mala persona le daré una aspirina. Creo que con eso podrá relajarse y se le pasará el dolor rápidamente.

– Está bien, dame lo que quieras, pero por favor que sea urgente.

Verla en esas sandalias tan bajitas, pero que la hacen lucir hermosa enfundada en su ropa formal. Me hacen desviar mi mirada hacia su perfecto y redondo trasero, ese que ahora recuerdo perfectamente y ya sé dónde había visto yo antes a esta mujer tan loca. Además, su comentario de anoche me hizo un clic en el cerebro y luego me acordé de todo como por arte de magia.

Cuando Rebeca llega con las pastillas para mi dolor de cabeza, me fijo que detrás de ella viene caminando Mateo. El cual trae una carpeta en su mano y supongo que ahí están las supuestas candidatas a convertirse en mi futura esposa, por lo que luego de tomarme la pastilla, le hago una seña a mi asistente para que esta nos deje completamente solos.

– ¡Vaya! Veo que no estás en condiciones para nada en este momento – me dice Mateo al sentarse frente a mí y ver cómo estoy.

– Ahórrate las bromas y los comentarios que estoy que reviento del dolor de cabeza. Necesito que me traigas buenas noticias y candidatas prometedoras, ya que necesito el control total de todo lo que poseía mi abuelo. Más ahora que tengo a la zorra de Daniela trabajando directamente aquí y no la soporto ni un minuto más.

– ¿Se instaló a trabajar aquí? Desde cuándo esa mujer trabaja si lo único que hace es pararse delante del espejo y decirse a sí misma lo buena que está supuestamente.

– Pues eso mismo quisiera saber yo, pero, en fin. Por más que traté de sacarla de la empresa la muy desgraciada me dio batalla y no estaba para reunir a la junta para discutir un tema que al final traería más problemas.

– Pues está bien, aunque puedes volver a intentar comprar sus acciones haciéndole una nueva y mejorada oferta.

– Si claro y hasta crees que me las va a querer vender. Esa mujer lo único que quiere es ser el centro de atención y como sabe que tengo nueva asistente y que esta es distinta a las demás, por eso está aquí.

– Bueno entonces estás bien jodido, pero en fin, aquí te traigo la carpeta de las candidatas y espero que alguna sea de tu agrado. Fue bastante complicado reunir a esas mujeres según tus gustos.

Reviso minuciosamente cada una de las hojas que me ha dejado Mateo, pero ninguna de estas mujeres llama mi atención. Todas gritan a viva voz que son iguales que Daniela y no quiero otra copia de ella a mi alrededor. Seria muy tonto de mi parte si hiciera eso a estas alturas luego de todo lo que pase.

– ¿Dices qué esto fue lo mejor que encontraste? A simple vista se ve que estas mujeres solamente están interesadas en el dinero y de seguro me traerán problemas con la prensa creando un montón de escándalos.

– Bueno, no creí que fueras tan quisquilloso, cuando desde un principio solo estamos buscando una mujer que finja ser tu esposa por dinero. Así que interesadas o no, al final vas a darle una buena compensación por el servicio que están cumpliendo.

– Tal vez tengas razón en lo que me estás diciendo, pero no busco a una mujer que quiera sacarme más de lo que estoy dispuesto a darle. Necesito a alguien que sea discreta, alguien que no vaya a hablar de más y que a simple vista no se le vean en la cara que es una cualquiera. La prensa destruiría mi imagen solo con esas cosas y la verdad no estoy dispuesto a tanto.

– Pues eso estará difícil, ya hoy por hoy casi todas las mujeres son casi iguales. Así que no sé dónde sacaremos a esa maravilla pérdida de la arquitectura que tanto estás buscando – dice este dándose por vencido y dejando su cuerpo caer hacia atrás.

– Lo mejor será no desesperarnos, ya verás que pronto aparecerá la candidata perfecta y cuando eso suceda me casaré enseguida. Necesito deshacerme de mi padre y de Daniela cuanto antes, así que esfuérzate un poquito más que al final lo conseguirás.

...

Desde la última visita de Mateo ya ha pasado un mes completo y cada vez que me trae la foto de alguna candidata decido desecharla porque ninguna cumple mis expectativas. Sin embargo, esta mañana me había levantado con otro terrible dolor de cabeza y estaba pensando en que seriamente tendría algún problema de salud. Estos dolores de cabeza no pueden ser normales tan seguido, no obstante, mi querido amigo Víctor solamente me dice que debo de bajarle el nivel de estrés a mi vida para que esos dolores desaparezcan. Como si fuera tan fácil hacer eso sabiendo todo lo que sucede a mi alrededor.

Esta mañana llegué demasiado temprano a la oficina y como estaba algo cabreado le contaba minuciosamente el tiempo a mi asistente. Al parecer había olvidado su horario de su entrada y ya quería decirle un millón de cosas solamente para discutir con ella.

El que estuviese llegado tres minutos tarde, me hace bajar al primer piso en busca de alguien que pueda hacerme un café y para ver cuándo se le ocurre a esta llegar. Sin embargo, me sorprende profundamente lo que ven mis ojos y ya hasta sin palabras me he quedado como para poder reclamarle algo a esa mujer.

Para no ser descubierto por ella mientras la observaba, disimulo para no ser visito acercándome a uno de los ventanales de cristal del recibidor y ella pasa por mi lado mientras lleva en sus brazos a un pequeño bebé. Uno que está vestido bastante gracioso, ya que trae un disfraz de dinosaurio bastante verde y hace ruidos con su boca como si imitara ser uno. Así que sigo de cerca a Rebeca para ver hacia dónde se dirige, aunque ya lo sospecho por lo obvio que se ve y en cuanto veo a que piso va su ascensor.

Cuando por fin doy con ella entre tantas personas, era obvio que Rebeca traía al pequeño niño a la guardería, pero me pregunto si será su hijo o el de alguna amiga. Tal vez podría ser su hermano porque dudo mucho que una chica tan joven como ella ya sea madre y si lo es me imagino que esté casada.

En el momento en el que ella intentó dejarle el pequeño bebé a una de las encargadas de cuidarlos para poderse ir, este se aferró a su cuello y se negaba rotundamente a soltarla. Al parecer no quería dejarla ir por algún motivo, pero luego de susurrarle algo al oído este simplemente se desprendió de su cuello y se fue plácidamente con la mujer que lo intentó cargar anteriormente.

De inmediato y antes de que mi asistente se diera cuenta de que la estaba espiando, regreso a mi oficina y me encierro en ella hasta que llegara. Necesito dar tiempo para que ella se acomodara en su escritorio y después le podría preguntar exactamente quién era ese pequeño niño y que relación tenía con ella.

                         

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