Tenía las mejillas encendidas por la manera en la que el me miraba, no sabía que hacer ni que decir.
Solo estaban sus ojos en los míos.
Llevaba media hora haciéndole preguntas pero no respondía mas que tonterías y su respuesta de que ya había encontrado a quien buscaba, me inquietaba en el fondo.
¿Por qué me miraba así? Me preguntaba y al mismo tiempo me asustaba. Era una mezcla de alegría y ternura la que podía ver en sus ojos, me miraba con amor podría decirse.
Una bruma fantasmal que emanaba de él acariciaba mi cuerpo. Ni siquiera me pregunté si estaba soñando, porque si era una fantasía, quería quedarme ahí. Con él mirándome así, de esa manera en que nadie me había visto.
-Te busqué tanto tiempo amada mia. Exclamó esbozando una sonrisa y sus ojos felinos se achicaron de manera tierna.
Una fuerza desconocida cegó mi razón y me hizo levantarme de la silla, y como poseída por un hechizo moví mis piernas en dirección a él.
Estudio mi delgado cuerpo de pies a cabeza con una mirada lasciva.
-Estas bellísima mi amor! Exclamó en un susurro.
Nuestros ojos se encontraron otra vez y yo le sonreí buscando un poco mi cordura.
-Señor se ha equivocado de persona, le juro que nunca lo he visto en mi vida.
-Me has olvidado mi amor y eso me destroza el corazón a cada segundo, pero me e propuesto a que me recuerdes porque no puedo vivir sin que respiremos el mismo aire.
No puedo vivir sin que mi piel sea humedecida por la tuya. Mi boca no puede pronunciar bien las palabras sin que la tuya esté cerca.
¡No puedo vivir sin ti!
Mírame, me estoy muriendo sin tu amor.
Un agujero se me formó en el estómago cuando vi que sus ojos se llenaban de lágrimas.
-¡Por favor Eli! Ven conmigo a casa. Me suplico.
¡Yo no me llamo Eli! Ese no es mi nombre. Tampoco Nefertum, ese me lo inventé cuando él me preguntó mi nombre. Mi nombre es Palmer Taylor, hija única de la familia Taylor, familia que vi morir frente a mis ojos hace un año.
La sociedad me acogió cuando mis padres murieron, los doctores dijeron que perdí la memoria debido al trauma, así que lo único que recuerdo y revivo cada noche, es el momento en que vi la casa de mis padres arder, antes de que una bala atravesara mi pecho.
Desde entonces vivo en una base militar de la sociedad, aquí conocí a Dian, ella me entrenó y en el salón de entrenamiento conocí a Trevor (mi novio), fue amor a primera vista, o al menos eso pensé, hasta ahora.
Estábamos planeando mudarnos a vivir juntos, pero eso no será posible fuera de estas paredes porque Trevor es uno de los agentes de alto rango.
La única manera que eso sucediera es que yo, Palmer Taylor, encuentre la manera de sacarle información al tipo que tengo enfrente. Aunque parece que no lo estoy logrando.
-Dime cariño, ¿de verdad no me recuerdas? Ni siquiera se te hace conocido mi rostro? Me interrogó el tipo con la voz temblorosa.
Su manera de hablar, su lenguaje corporal y sus facciones habían cambiado totalmente. Parecía estar sufriendo.
Las palabras se anudaron en mi garganta y simplemente negué con la cabeza. Estaba muy confundida y no entendía lo que estaba pasando con el.
No me di cuenta en qué momento alguien más entró a la habitación, solo sentí la presión en mi brazo.
-Palmer qué crees que haces? Escuché la voz de Trevor en el fondo y luego el dolor en mi cuerpo por el tirón, pero mi cuerpo no se movió.
La mano de él estaba sujetando mi cintura con firmeza y mis pechos tocando sus pectorales.
Podía sentir su aliento caliente en mi frente y el sutil movimiento de su respiración en mi pecho.
El agarre de Trevor se aflojó y giré mi cabeza lentamente para mirarlo.
La mano del monstruo estaba en la garganta de Trevor.
-Nadie toca a mi esposa y vive para contarlo, hijo de puta Exclamó la bestia. Su voz penetró mi cabeza como si fueran mil dagas y me sentía impotente mientras sus lánguidos dedos se hundían en la garganta de Trevor.
Los ojos de Trevor le suplicaban y sus manos le apretaban la muñeca con desesperación.
Me había engañado, él me había traicionado, y yo que empezaba a confiar en él, hasta tal punto de creer que vi ternura en sus ojos.
Vi como su pulgar se hundió y la arteria de Trevor se rompió, un chorro de sangre salió disparado hacia mi! Mis reflejos me traicionaron, giré mi rostro y lo hundí en el pecho de él, mis brazos rodearon su torso y me abracé a él, mientras subía la mano que sujetaba mi cintura, hasta mi cabeza y evitaba que la sangre de Trevor rociara mi cabeza.
Solo escuché el crujido del cuerpo de Trevor cayendo al suelo, cerré mis ojos lo más que pude y me quede pegada a él, sujetándolo con todas mis fuerzas, abrazada al hombre que le había quitado la vida al amor de mi vida.
Podía sentir los lentos latidos de su corazón y sus manos abrazando mi cuerpo.
Después de todo estaba tibio, tanto que me quemaba la piel y ya no sentía frío.
Había dejado de pensar y mi cuerpo había empezado a tomar el control. ¿Qué era eso que mi cerebro no recordaba pero mi cuerpo sí? Quién era ese hombre?
¿Había estado con aquel hombre? Por que me había llamado Eli, luego se refirió a mi como su esposa? Acaso mi imaginación solo me estaba juntando una mala pasada o qué era lo que realmente había pasado?