Capítulo 8 Se publicó el video

Una hora después, el avión de LX despegó hacia el cielo, dejando atrás los familiares paisajes del país.Elite Lux

Daniela estaba tranquilamente sentada en la opulenta cabina, con la mirada dirigida hacia abajo mientras reflexionaba.

Supuso que, a estas alturas, los titulares y el revuelo en Olisvine estaría difundiendo el audio filtrado y las imágenes del incendio.

Había entregado la respuesta que Alexander había estado pidiendo.

A partir de ese momento, su vínculo se había roto. No compartían obligaciones ni vínculos, absolutamente nada quedaba entre ellos.

Mientras tanto, en la sede del Grupo Phillips, el silencio opresivo de sala de juntas se rompió con un golpe inesperado.

Los ejecutivos volvieron la cabeza con los ojos abiertos ante la audacia del secretario al atreverse a perturbar la solemnidad.

Después de todo, aún recordaban que el secretario anterior había interrumpido la reunión de Cedric Phillips. Ahora estaba padeciendo una terrible reasignación a la Antártida.

Justo cuando todos estaban orando en silencio por el desafortunado, el secretario se acercó confiado al estoico Cedric y le susurró algo al oído.

"¿En serio?". Un breve suspiro de alivio recorrió el rostro de Cedric, formándose una sonrisa.

La sala de ejecutivos se sumió en un silencio atónito. Nadie podía pronunciar una sola palabra.

"Sí, señor Phillips", respondió el secretario con un firme asentimiento. "Ya terminaron los trámites de divorcio".

Todos se mostraron curiosos y quisieron escuchar los chismes de la empresa.

¿Divorcio? ¿Quién se había divorciado? ¿Qué diablos estaba pasando?

Cedric se levantó abruptamente. "Aquí termina la reunión de hoy. Kevin, reserva el próximo vuelo a LX para mí".

Todos los ejecutivos se quedaron conmocionados.

Una vez que Cedric se fue, un ejecutivo, impulsado por la confusión y la curiosidad, extendió la mano y agarró el brazo de Kevin. "¡No puedo creerlo! ¿Una reunión de solo cinco minutos? ¿A dónde está yendo el señor Phillips con tanta urgencia?".

Con una sonrisa pícara, Kevin respondió: "Si todo sale según lo planeado, el señor Phillips estará caminando hacia el altar en poco tiempo".

Los oyentes mostraron expresiones de asombro.

... ...

"¡Sí, amo a Alexander!".

"¡Yo orquesté ese incendio! Le ordené a alguien que rociara el lugar con gasolina y yo prendí fuego a todo. ¡Quería arruinar tu boda con Alexander!".

"¿Y qué si eres la hija biológica de papá? ¡Te arrebataré todo lo que tengas!".

"Daniela, ¿crees que me importa que seas la hija biológica de papá? Mírate, estás arrodillada ante mí. ¿Y de qué servirán tus videos de vigilancia en la nube? ¡De todas formas, nadie te creerá!".

"Arruinar tu boda es solo el comienzo. ¡Espera, toda tu vida estará en ruinas!".

El hashtag #LaVerdadDeLaNoviaDelIncencio se disparó en las redes sociales. De inmediato, circularon grabaciones y videos de las cámaras de vigilancia del incendio.

Joyce estaba en una importante reunión ejecutiva entre el Grupo Bennett y el Grupo Harper cuando el controvertido video llamó su atención.

En un ataque de pánico, presionó el botón de reproducción y su voz mordaz resonó en la sala de conferencias.

Al darse cuenta de su error, alzó la mirada y vio a más de cien ejecutivos de ambas empresas mirándola fijamente.

Sus mejillas se volvieron de un rojo intenso mientras agitaba las manos frenéticamente. "¡Esa no es mi voz! ¡Es una calumnia! ¡Es una trampa de Daniela para destruir mi reputación! ¡Ustedes saben lo malévola que es! ¡Me pondré en contacto ahora mismo con la policía!".

Media hora después, apareció en Internet un análisis profesional del video y el audio. Los hallazgos confirmaron que eran auténticos, sin signos de alteración o manipulación.

Esta revelación fue una reprimenda brutal para Joyce.

Fue entonces cuando Alexander entendió las verdaderas implicaciones de la declaración de Daniela: la gente debía pagar por sus errores.

Pero el precio era demasiado alto. Joyce se vio envuelta en una tormenta de críticas en Internet, y su nombre quedó completamente arruinado.

"¡No puedo creerlo! ¡Nunca había visto a una hijastra tan atrevida!".

"¿Se atrevió a obligar a que la verdadera hija se arrodillara? No sé si es cruel o simplemente ridículo".

"¿Y cómo tuvo Joyce la osadía de iniciar un incendio en la boda de su hermanastra? Entonces, ¿Daniela era la novia del incendio? Pobrecita, ha enfrentado sola toda esa calumnia, todas esas acusaciones... ¡Y ahora sabemos que ella no hizo nada malo! ¡Qué vergüenza para esa familia!".

"Es bastante triste. Tras la muerte de su madre, el padre de Daniela, Caiden, la trataba mal. Seamos honestos, ¿Joyce se habría atrevido a eso si Caiden no la hubiera malcriado?".

"¡No se olviden de Alexander! Su esposa fue injustamente culpada, pero él se puso del lado de la pirómana. ¿Qué está pasando entre esos dos?".

"¡Qué hombre tan despreciable!".

Mientras el odio iba en aumento, alguien compartió una imagen.

Era el certificado de divorcio de Alexander y Daniela.

Debajo de la foto, los comentarios tenían un claro consenso. "¡Se hizo justicia!".

Alexander revisó los temas en tendencia en su celular con una expresión furiosa.

Con un golpe fuerte, lo arrojó sobre la mesa y le gritó a su secretario: "¿Qué está haciendo el equipo de relaciones públicas? ¿Por qué no me avisaron antes de que estallara este escándalo? Estos titulares han dado la vuelta al mundo, ¿y nadie ha intervenido?".

Con la mirada baja, el secretario respondió vacilantemente: "Señor Bennett, esto surgió inesperadamente. Nuestro equipo lo está abordando en este momento. Parece que los hackers lo instigaron, y aún no lo hemos neutralizado. Pero están trabajando para encontrar una solución en breve".

Alexander lanzó una risa amarga. ¿Encontrar una solución en breve? ¿No instantáneamente ni inmediatamente? ¿En breve? Para entonces, todo el país ya lo habría visto.

"Daniela, esta vez de verdad me has acorralado", murmuró apenas conteniendo su rabia.

Ya que se había atrevido a cruzar la línea, nunca tendría su perdón. Y sería mejor que no pensara en volver a estar juntos con él, ya que esa puerta se había cerrado para siempre.

Alexander estaba hirviendo de rabia.

Con una mirada gélida, se colocó junto a la ventana panorámica. Sus cejas se fruncieron amenazantemente.

Estaba a punto de decirle a su secretario que llamara a Daniela cuando su celular empezó a vibrar insistentemente en su bolsillo.

Era su padre.

Con un sentimiento de aprensión, respondió la llamada, solo para escuchar un aluvión de rabia. "¡Alexander! ¿Daniela se ha vuelto loca? ¡Todos me están preguntando si la dejaste para salir con su hermanastra! ¿Dónde diablos está ella? ¡No me importa lo que tengas que hacer! ¡Elimina ahora mismo esas malditas publicaciones!".

"Entiendo", respondió él.

Pero su padre, Richard Bennett, no estaba satisfecho con su respuesta. "¡Dile a Daniela que está loca si cree que algún día la perdonaré!"

La llamada finalizó con un chasquido abrupto, por lo que Alexander frunció más el ceño.

Ahora Daniela había enfurecido a Richard. Parecía querer ocasionar un desastre.

Alexander decidió quedarse con los brazos cruzados. No la iba a proteger, ni ahora ni nunca.

No había duda de que Daniela había desatado una tormenta.

A pesar de que Alexander intentó llamarla, solo le respondió el buzón de voz.

Estaba furioso.

¿A qué juego de mierda estaba jugando?

Quiso enviarle un mensaje, pero se dio cuenta de que lo había bloqueado.

Mientras pensaba su próximo movimiento, su celular volvió a sonar. Era Caiden.

"¡Alexander! ¿Qué carajo le pasa a Daniela? ¡Joyce está en casa llorando a mares!".