Capítulo 7 Capítulo 7

¡Eso la hizo llegar directamente a los extremos después!

Incluso cortó locamente la cara de Yoel cuando descubrió que su propia cara estaba arruinada y dejó un par de heridas horribles en la cara de Yoel. Sólo recordó que Yoel no se resistió ni lo esquivó. Tenía el rostro cubierto de sangre y se limitó a mirarla con tristeza.

"¡Es realmente el comienzo de todas las tragedias!"

Yoel no sabía lo que Lindsey estaba pensando ahora. Al mirar la expresión apagada de Lindsey, sintió que su corazón se ponía tierno. Había estado dispuesto a hacer todo por ella incluso cuando Lindsey lo trataba con frialdad en el pasado, sin mencionar que ella incluso le mostró una gentileza poco común hoy.

¡Se levantó y fue a la mesa del comedor para servirle una taza de leche caliente!

En ese momento, el ama de llaves, el tío Zack, entró corriendo con una mujer encantadora. Al verla, Lindsey sonrió. ¡Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron!

¡Esta mujer era Jessica Wecks, la ayudante personal de Yoel!

Todavía estaba vestida de rojo como solía estar en la vida anterior de Lindsey, segura y deslumbrante. Sus encantadores rasgos faciales eran extravagantes y hermosos.

Pero ella era tan malvada como el diablo y había contribuido mucho a los amargos conflictos entre Lindsey y Yoel en ese momento a través de la instigación. Sin embargo, esta vez, Lindsey no iba a hacer lo que deseaba.

"Mayor general, toda la información que recopilé ayer está aquí. ¿Dónde está Lady Bell? Por favor, déjela bajar. ¡Se lo explicaré!" Jessica caminó hacia Yoel y le dijo.

Los ojos de Jessica siempre habían estado fijos en Yoel. Ni siquiera se dio cuenta de que Lindsey estaba sentada en el sofá.

Después de todo, debido al autismo, Lindsey rara vez bajaba las escaleras después de haber sido enviada a esta villa en los últimos años.

Aunque Jessica estaba muy familiarizada con esta villa, nunca antes había visto a Lindsey. Además, el segundo piso de la villa era un área prohibida, y no era un lugar al que ella pudiera subir.

Yoel sostuvo un vaso de leche con su delgada mano y dijo con voz profunda: "¡Está bien!".

Luego caminó hacia Jessica. Jessica se sintió halagada y sorprendida. Sabía que Yoel no tomaba leche, así que debía estar dándosela. "¡Quizás el mayor general se sienta atraído por mí!" ¡Este pensamiento hizo que su corazón latiera salvajemente!

Sonrojándose levemente, levantó suavemente su mano derecha y ¡estaba lista para tomar la taza!

Sin embargo, al segundo siguiente, ¡Yoel pasó directamente junto a ella!

......

Jessica se quedó paralizada por un momento y su rostro se puso rojo. Antes de sentirse avergonzada y enojada por su engaño, giró la cabeza para mirar. Si no fuera por ella, ¿quién tuvo el honor de tenerlo?".

Yoel se acercó al sofá y le dijo a una mujer sentada en un rincón del sofá: "No desayunaste. ¡Bebe un poco de leche primero!".

¡Su voz era tan suave que Jessica incluso pensó que era una ilusión!

Después de mirar más de cerca a la mujer, sus ojos se abrieron como platos.

Las palabras le fallaron ahora. No sabía cómo describir a esta mujer. Confiado, pálido o débil. Lo más importante era que era muy bonita. ¡Jessica nunca antes había visto semejante clase de belleza, que era pura y explícita y hacía que la gente se perdiera en ella! Los ojos de Jessica se entrecerraron y finalmente se dio cuenta de que esta mujer era exactamente la mascota escondida de Yoel durante mucho tiempo.

¡Sí, la identidad de Lindsey era solo una mascota!

Una mascota que había sido abandonada sin piedad por su familia cuando era pequeña y luego fue entregada a Yoel. Esta fue también la cicatriz en su corazón que no se curó en su vida anterior.

Lindsey, que había estado observando a Jessica todo el tiempo, naturalmente vio la sorpresa y los celos en su rostro.

¡Lindsey arqueó levemente las cejas y luego miró a Jessica con gracia!

Ella tenía bastante clara su propia belleza. Con ese rostro extraordinariamente hermoso, a pesar de que no podía hacer nada y tenía autismo severo, Yoel todavía la deseaba. Aunque ella era sólo una mascota para él, todavía se sentía muy afortunada.

No importa qué identidad tuviera, este hombre era suyo.