Capítulo 10 Capítulo 10

En ese momento, Jessica ya había corrido hacia él, luciendo muy preocupada, y gritó: "¿Qué pasa? General de división, ¿se encuentra bien? Por favor, no se mueva. Iré a buscar el botiquín ahora mismo".

La preocupación de Jessica era real. Mientras hablaba, encontró hábilmente el gabinete médico del segundo cajón debajo de la ventana, ¡lo que demostró que estaba muy familiarizada con esta villa! Su título, "ayudante personal", significaba algo.

"¡Vamos, mayor general, déjeme vendarle la herida!"

"¡Irse!"

Jessica se detuvo inmediatamente y retrocedió unos pasos presa del pánico.

¡Yoel estaba enojado! ¡Nadie se atrevió a acercarse a él cuando estaba furioso!

La gente sólo había oído hablar de la brutalidad de Yoel, pero nunca la habían presenciado. Jessica sabía que nunca debería acercarse a Yoel en ese momento. Los ocho subordinados de Yoel habían sufrido heridas graves, sólo porque estaban demasiado cerca de él cuando Yoel estaba enojado.

Ella no era como esos subordinados leales, que arriesgarían sus vidas para calmarlo.

Había hecho todo lo posible para convertirse en ayudante personal de Yoel sólo por dinero. Quería casarse con Yoel y disfrutar de las ventajas de ser Lady Grant.

"Mayor general, ha perdido mucha sangre. ¡Por favor, déjeme ocuparme de su herida primero!"

Jessica dijo sinceramente. Sin embargo, ella estaba demasiado lejos de él, por lo que no parecía que realmente lo dijera en serio.

Yoel ni siquiera miró a Jessica con el rabillo del ojo. Simplemente fijó sus ojos en Lindsey, la única chica que le importaba.

Si Lindsey hubiera visto este tipo de mirada en su vida anterior, se sentiría como un león mirándola, ¡con un escalofrío subiéndole detrás del cuello! Pero ahora podía leer la preocupación y el pánico en su mirada.

Le dolía el corazón. Su mano todavía sangraba, por lo que estaba lista para vendarle la herida.

"¿Quieres morir?" Preguntó Yoel con frialdad.

Lindsey hizo una pausa. Sí, ella realmente quería morir en este momento de su vida anterior, así que se peleó con Yoel y le dio a Jessica la oportunidad de empujarla y lastimarle la cara.

Recordaba vagamente cómo le respondió en ese momento. ¡Dijo que quería morir y dejó que Yoel la matara!

¡Estas palabras sólo podían empeorar las cosas cuando Yoel estaba furioso!

"Lindsey, discúlpate con el mayor general ahora. ¿Cómo te atreves a llamar al mayor general directamente por su nombre? ¿Quieres morir?" Al observar la actitud de Yoel, Jessica intervino desde la distancia.

Había una pizca de emoción en el tono serio de Jessica. Sabía lo que significaba el enfado de Yoel. Nadie había acabado nunca bien después de irritar a Yoel.

Yoel y Jessica le habían hecho a Lindsey la misma pregunta. Pero Lindsey sabía que querían decir cosas diferentes. Yoel realmente quería saber si Lindsey quería suicidarse. No había absolutamente ningún otro significado en su pregunta.

Lindsey sostuvo al conejito en sus brazos y parpadeó sin comprender. Sus pestañas en forma de abanico revolotearon. Levantó levemente la cabeza y miró a Yoel, con lágrimas en los ojos.

La frialdad y la indiferencia que tenía en sus ojos cuando miró a Jessica habían desaparecido. En cambio, frunció la boca lastimosamente y luego tímidamente extendió sus pequeñas manos, como una pequeña criatura pidiendo ayuda.

"No quiero morir. ¡Yoel, abrázame!"

......

Jessica se burló en su corazón.

¿Cómo se atrevió esta mascota? ¿Cómo se atrevía a ser tan descarada? ¿Cómo se atrevía a acercarse al furioso Yoel? ¡Estaba cortejando a la muerte ahora!

Jessica parecía haber visto a Lindsey caer pesadamente al suelo o romperse las delicadas manos. ¡Contuvo la respiración y estaba tan feliz que su corazón latía rápido!

Sin embargo, sucedió algo inesperado.

Obviamente, Yoel no se había calmado todavía, pero ya estiró sus largos brazos y sostuvo a Lindsey en sus brazos, mientras mantenía con cuidado su mano derecha manchada de sangre lejos del vestido de Lindsey al mismo tiempo.

Jessica estaba tan sorprendida que ahora se quedó totalmente sin palabras. Esta mujer estaba tan cerca del furioso Yoel, y no había pasado nada. ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Esto era imposible!