Capítulo 9 Capitulo 9. Cumpleaños

Capitulo 9. Cumpleaños.

Desde esa noche no he vuelto a ver a Alam. No sé qué es lo que le pudo suceder pero desde entonces me ha estado evitando.

Hoy he mandado a Ruby para que le haga saber que necesito hablar con él.

No ha resultado como esperaba ya que le ha dicho que le dé el recado a ella y él lo escuchará.

Así que le he dicho a Ruby que si por favor puedo salir a la calle porque me gustaría mucho poder visitar a Yami.

No le he dicho que hoy es mi cumpleaños y que me apetece pasarlo con ella y no sola dentro de la casa.

Hace un rato que Ruby se fue con mi recado, estoy demasiado nerviosa no estoy segura de que él me deje salir. Pero desde que volví no he vuelto a intentar nada raro. He obedecido y he seguido las reglas. Así que por otra parte mi corazón alberga esperanza.

Estoy inquieta no dejo de pasear por la habitación. Veo como se acerca Ruby, me fijo en su rostro y puedo notar como ella está muy seria.

Adiós a mi súplica, él no me dejará salir. Me siento en el sillón abatida.

-Luna puede ir a visitar a su amiga...

-¿De verdad? Ha dicho que sí!

-Si, pero...

Claro tendría haber pensado que habría algún pero. No iba ser todo tan fácil.

-Pero dos guardias la acompañarán en todo momento y antes de la cena deberá regresar a la casa.

Me levanto del sillón y sin pensarlo me abrazo a Ruby. Esta parece muy sorprendida y un tanto incómoda por mi gesto de cariño. Pero ahora mismo me da igual, soy inmensamente feliz.

Subo hasta mi dormitorio y cambio mi ropa, no uso nada demasiado especial cojo unos vaqueros y un jersey calentito. Todavía hace mucho frío fuera y no quiero enfermar. Cojo un gorro de lana y me lo pongo.

Bajo las escaleras a toda prisa, llamo a los guardias y espero ansiosa su llegada.

Cuando estos abren la puerta me parece ver que alguien me observa en la distancia.

Esta vez me da igual estoy tan emocionada que no presto atención salgo de la casa y en la calle me quedo parada.

No sé donde vive Yami, por lo que no sé hacia donde tengo que ir.

Uno de los guardias parece darse cuenta y por primera vez desde que llevo aquí le escucho hablar.

-Luna no se preocupe nos dirigimos a la casa del Beta.

Alfa, Beta, como sigan usando palabras griegas va ha parecer que estoy en Grecia y no en Alaska.

No entiendo muy bien porque usan estas palabras al igual que no entiendo porque todo el mundo está empecinado en llamarme Luna cuando me he cansado de repetirles que mi nombre es Abi.

Camino detrás de ellos a una distancia prudente, ni muy lejos ni muy cerca. No entiendo porque se empeña en seguir poniéndome protección.

De verdad que ya no voy a intentar escapar, lo pasé tan mal la última vez que he aprendido la lección. También he aprendido durante este tiempo que si obedezco y me porto bien puedo conseguir cosas.

Así que igual me deja ver a mi madre pronto, y quién sabe si quizás me deje terminar mis estudios... Y porque no cursar estudios universitarios. Sé que no me dejará salir de aquí pero quizás online.

"Sigue soñando Abi" soñar es gratis y eso me devuelve la ilusión.

Por el camino nos hemos encontrado a varias personas todas y cada una de ellas han agachado la cabeza a mi paso. De verdad que soy tan desagradable, de verdad que no pueden ni mirarme.

Dejo de pensar en eso y me enfoco en que hoy pasaré mi cumpleaños con mi mejor amiga.

Llegamos hasta su puerta. Uno de los guardias toca la puerta mientras otro parece reconocer el terreno.

Yami abre la puerta con una sonrisa en sus labios y me invita a pasar, su casa es notablemente más pequeña que la mía, me he dado cuenta de que no dispone de servicio ni de guardias. Esto de verdad me confunde.

Bueno lo de los guardias lo puedo comprender porque si ella no intento escapar entiendo que no los necesite pero lo del servicio aún no lo entiendo.

Los guardias nos dejan solas en la casa pero puedo ver como hay uno en la puerta principal y otro en la puerta trasera de la casa.

-¿Por qué tú no tienes chicas de servicio? Además tu casa es más pequeña que la mía.

-No todas estamos emparejadas con el rey Alfa, querida.

-¿Rey Alfa?pregunto curiosa.

-Perdóname no quería decir eso olvida lo que te he dicho por favor, de verdad no se lo digas a nadie me puedo meter en un buen lío.

Le prometo de corazón que no se lo diré a nadie, pero no entiendo nada de esto.

Bueno claro que sé lo que es un rey, pero no sé lo que es un rey alfa. Si he escuchado que mucha gente se refiere a él como alfa pero no sé lo que significa.

¿Será que se trata de un rey de verdad?

Pasamos el día entre conversaciones amenas y me doy cuenta de que tiene una marca debajo de la clavícula.

No recuerdo habérsela visto antes, bueno no es como si hubiera estado con ella toda la vida, solo pase dos días y el día que la vi en la casa de mi captor.

-¿Te ha mordido algún animal?

Ella parece nerviosa y se cubre la marca. Supongo que dicho algo inapropiado, quizás la tiene hace mucho tiempo y esto le cause un trauma.

-Perdóname es que paso tanto tiempo sola que me fijo ya hasta en los pequeños detalles.

-No importa. Ella se levanta y me dice que espere que tiene algo para mí.

Vuelve con una pequeña cajita entre sus manos, está envuelta en un papel plateado y tiene un gran lacito rojo adornando el paquete.

-¿Cómo lo has sabido? Siento no haber traído un pastel. Olvidé pedirle dinero, pero prometo que la próxima vez traeré un gran pastel.

-Todo el mundo aquí sabe que es tu cumpleaños, creo que cuando vuelvas a casa te encontrarás un montón de regalos.

-¿Cómo saben que es mi cumpleaños? Y además no conozco a nadie mas aparte de ti, Ruby y los guardias no he conocido a nadie más en este lugar.

-He hablado demasiado, por favor no comentes nada con nadie. Si quieres que nos sigamos viendo tienes que guardar discreción.

Yo asiento con la cabeza y cuando voy a volver a hablar veo que los guardias entran al interior de la casa.

Vaya mi tiempo aquí se ha acabado, me acerco hasta Yami y le dejó un abrazo. Un abrazo incómodo ya lo sé, pero es que necesito tanto alguna muestra de afecto que no me importa robarlas.

Es hora de volver a mi jaula de oro...