Capítulo 10
- Hm....
Fue lo único que salió de su boca, observando los montes, llenos de árboles, caminando por un sendero de arena, y a sus lados estaban los pastos, flores, etc. Incluso enormes árboles. Sin detener su caminar, se mantuvo cauteloso, observando siempre disimuladamente sus costados y frente.
De pronto, en su camino, se topó cara a cara con una persona, un caballero, puesto que era concedido por la realeza, la familia real. Aunque eran solo estupideces, ser un caballero no era un puesto necesariamente otorgado, si bien los caballeros nacieron de las necesidades de proteger los dominios feudales contra cualquier clase de enemigo u amenaza, incluso defender los intereses de quien dependía; es decir, los señores que lo mantenían, los nobles. Aquellos que le ofrecían armas, mantenimientos a cambio de protección.
No obstante, Khao dejo de pensar en aquella información que su mente interior le proporciono como un recuerdo perdido, aunque más bien era una información "innecesaria" que su cerebro oculto hasta lo más profundo de su mente, en la basura. Y silencioso, observo a la persona que tenía delante.
Su apariencia era igual que él, la única distinción era que poseía un mandoble, empuñándola ahora mismo con sus dos manos, sin embargo, no lo apuntaba, solo estaba viéndole al igual que él.
-.....
-.....
El silencio inundaba lentamente el lugar, cada resonante ruido desaparecía de su entorno, a medida que su concentración entre ellos aumentaba, hasta tal punto que el lugar pareció no sonido, solo estaban ellos, callados, gobernado por el silencio calmado.
- Ha pasado tiempo, Khaos – hablo en voz baja aquel guerrero que portaba el mandoble, observando a través de ese yelmo cristiano, lentamente se dio la vuelta, y para comenzar a deambular entre la naturaleza.
Nada salió de su boca, sus ojos bien abiertos, vieron sorprendido al hombre que tenía enfrente, al salir de su trance, rápidamente quiso seguirlo, pero cuando hizo aquellas acciones, aquel hombre ya no estaba, era como si... fuera un fantasma o alucinaciones de los recuerdos olvidados.
Aquella chispa de esperanza, aquella que le mantuvo en esa creencia de que algún día, su identidad recuperaría, se había disipado, rota. Pero, aun así, no desistiría antes el cruel destino, haría todo lo posible para recuperar sus memorias.
Aun así, de algo estaba seguro, aquel hombre no fue una ilusión de su mente. No, no lo fue, las sensaciones fueron reales. las palabras se sintieron llenas de vida, su caminar produjo sonidos, inclusos sus movimientos.
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Una fuerte risa se escuchó por la habitación de la princesa, la persona que reía se limpió aquellas lagrimitas que le salieron por sus cuencas a causas de las risas, para seguidamente ver a su amiga, quien era la princesa, la hija mayor del reino Dhira.
- ¿De qué te ríes? – pregunto molesta, viéndole con un ceño fruncido y brazos cruzados.
- es que... no es creíble que una paloma haya entrado por el reino y le haya cagado en la cara al rey mientras dormía- comento burlón la pelinegra, viéndole con gracias, para seguidamente alejarse paso a paso, preparándose para huir de su amiga, la princesa.
- tsk... - intento calmar su ira, pero tan pronto como sucedió, su rostro se puso colorado de la ira, y salió corriendo a perseguir a su amiga, la misma que salió corriendo al ver su acción, pues su padre no fue el único afectado, pues ella sin querer había tragado la caca liquida de otra paloma, por solo querer abrir la boca, no pudiendo bostezar pues se atraganto en el proceso, se lo había tragado rápidamente de manera involuntaria, aunque nunca le contaría eso a su amiga, no, no iba a soportar sus burlas. Y así paso, persiguiéndola por todo el castillo.
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3 días después.
Tras caminar 3 días por un bosque lleno de oscuridad, terminando aquellos largos caminos que tuvo recorrer, haciendo que no fuera en vano no dormir por 2 días, al llegar los más rápido de los esperado. Aunque este tercer día había dormido 6 horas, las suficientes horas que un cuerpo necesitaba descansar y reponer su energía.
Mientras caminaba por el pueblo, de la cual su nombre desconocía, observo los alrededores sin detener su caminar, a través de sus ojos, pudo divisar varias figuras de bajo mundo, intentado robar para sobrevivir, a los costados, específicamente pudo ver como algunos hombres intentaban violar algunas mujeres que parecían tener entre 16 y 18 años.
Sin embargo, el no pudo ignorar eso, unos de los principios de todo guerrero caballero era la protección, proteger a los indefensos antes todo mal, quizás él no era una deidad, un dios de la muerte, el tomaría decisiones crueles, puede ser que a las personas que eran violadores no eran malas personas con otras, pero al fin y al cabo eran violadores, seres que saciaban su apetito sexual sea de la forma que sea.
Algo que había aprendido de manera inconsciente, o al menos aquella perspectiva que tenía, era lo único que quedaba de él, las únicas migajas de su yo verdadero, sus recuerdos. Era que el mundo no poseía un color, simplemente eras tú, el que le daba aquel color de rosa y negro, que el bien y el mal era relativo, sin embargo, los hechos existían, asesinar personas tampoco era bueno, más si no mataba por supervivencia, pero aquí en este mundo. Solo el más fuerte sobreviviría, el más inteligente entre las sombras manipularía, el astuto jugara sucio siempre sobreviviendo con los engaños, y los débiles con poca fuerza de voluntad inevitablemente morirían o simplemente se harían cada vez más fuerte con su perseverancia.
Sin esperar, desfundo su espada y la empuño contra los violadores, amputándole el brazo izquierdo a uno de ellos, ocasionado que gritara del dolor y la sangre salpicara violentamente sobre su caparazón de hierro, seguidamente, falto de piedad corto el cuello de aquel hombre, quien inevitablemente cayó al suelo ahogándose con su propia sangre.
- P-piedad, piedad, ¡¡Piedad!! – chillo repetidamente otro hombre lleno de pavor, lagrimas escaparon de sus ojos azules, luego escupió una gran cantidad de sangre por un rodillazo que le propino en su estómago, lo que hizo que se pusiera de rodilla retorciéndose del dolor, pero lastimosamente no tuvo tiempo para experimentar su dolor, porque fue decapitado sin compasión algunas. Si, así de cruel era Khao. Y así continúo masacrando a tres hombres más de maneras diferentes.
En silencio observo la cabeza decapitada, alejada de su cuerpo luego de aquello, su mirar se fijó en una joven herida, su ropa estaba desgarrada supuso que fue causado por algunas de sus víctimas asesinadas también noto la aterrada mirada que tenía sobre él, no la podía culpar, después de todo no todos los días ves a un hombre asesinando y desgarrando a otros como si de un monstruo se tratase.
- No temas mujer... estas a salvo... - expreso áspero, tranquilo.
-.... – la mujer solo le veía atemorizada, intentando controlar su respiración agitada, mientras se cubría el cuerpo, especialmente sus pechos.
- Ten... esto te servirá – se acercó cuidadosamente hacia la mujer, seguidamente se sacó la capa que cubría su armadura y luego se la dio a la mujer, tapándola en el proceso, para después alejarse de ella.
- Si deseas hacerte fuerte, búscame. – corto, alejándose del callejón y de la mujer, mientras se alejaba, la mujer veía como su figura cada vez se perdía entre la multitud hasta finalmente desaparecer.
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- Oye hermana ¿Cuándo volverá el hombre? – pregunto una niña, de la cual con sus pequeñas manos sostenía un peluche.
- No lo sé, estoy seguro que algún día volverá – respondió la otra niña que era más grande y parecía ser su hermana mayor.