Capítulo 18
Tras aquella pregunta, el silencio se propago y la paz creció, y los cantos resonaron. La mujer miro al hombre repleto de hierro, esperando la respuesta. Seguido de eso, un pequeño resplandor se vio en los ojos del guerrero, un brillo que emitía una confusión.
– Realmente no tienes una respuesta, ¿No? – susurro Atenea con suavidad, se