AVA
La veo marcharse, la veo irse dedicándome una mirada de odio que me oprime el pecho y son las manos de París que me consuelan mientras pierdo a una de las personas más importantes de mi vida.
-Ya volverá -escucho a mamá -se atrevió a llamarme Amanda no puedo creerlo-habla con indignación- pero Dios castiga a los hijos rebeldes y su rebeldía
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