AVA
No mido mi reacción cuando al quitarme el vestido lo arrojó a su rostro y ahora su mirada oscura me acribilla poniéndome a temblar, le temo tanto a Dracco que me arrepiento de mi repentino impulso, pero el sentirme utilizada y acorralada por personas que no pueden ver otra cosa en mi que solo ser la carne de cañón para sus deseos sacan lo peor de mi.
Lo único que deseo es poder con tranquilidad pasar esta pena por la muerte de mi esposo, del amor de mi vida, que aun busco una explicación lógica que me permita entender el porque me oculto tantas cosas que ahora utilizan en mi contra.
Dracco no es el tipo de hombre al cual quieras despertarle la furia, tiene un aura demasiado intimidante que me vuelve pequeña ante su porte cruel, se ve a simple vista al tensar su mandíbula un hombre despiadado que no le importa pasar por encima de las personas para conseguir lo que desea.
Su mirada hace un escaneo completo a mi cuerpo encendiendo mis mejillas, mi mano derecha cubre mis senos y el izquierdo mi intimidad mientras desvío la mirada para no llorar, ante mi marido nunca me mostré de esta forma.
Cuando teníamos intimidad la ropa sobraba, pero nunca utilice exhibicionismo para despertar su lujuria, el siempre venía a mí y yo nunca lo rechace, el deseo por el era genuino, su toque era mágico porque lo amaba y deseaba siempre reflejarme en sus ojos claros.
-Ven -palmea su pierna indicándome que me siente en ella, pero no quiero, no es correcto, como tampoco debo hacerlo porque el recuerdo de mi esposo está muy vivo en mi mente y tengo tanto miedo por lo que pueda hacerme, tanto miedo de eso que desea de mí.
Su mirada se clava con rabia en la mía de una forma tan severa que me pone a temblar, observo que, su dedo pulgar trona sus otros dedos dándome un claro mensaje y es que esta controlando su estado natural de animo.
-Ava.
-No quiero-expresó con mi labio temblar, «ayude señor, ayúdame»
-Lo sé princesa-sigo mirando la pintura el paraíso perdido, aterrándome al ver la posición en que la tiene, ángeles y demonios en una interminable batalla, donde los demonios están encima de los ángeles, es un monstruo, es un claro ejemplo que vivimos en guerra con nosotros mismo despertando nuestro propio infierno-prometo no hacerte nada.
-Usted es un tramposo-le digo temiendo por su reacción.
-Y uno de los peores, así que te recomiendo que obedezca o te irá muy mal y no sólo a ti.
-¿Porque a mí?
El pecho me duele cuando se carga con tantos sentimientos encontrarnos, dejó salir las lágrimas que intentaba reprimir, tampoco quiero mostrarme débil, pero él es más fuerte que yo.
-Ven aquí y te lo diré-susurra con un tono que no sé cómo definir-ven princesa.
¿Qué más opción tengo? cuando no hay vías alternas de escapatoria, tengo miedo, mi cuerpo tiembla, temo por mi integridad, sin embargo, doy el primer paso aún con mis brazos cubrir mi desnudez, ojalá pudiera tapar la vergüenza que conlleva el acceder a sus caprichos de niño rico.
Abre sus piernas al tenerme cerca, esto solo lo hacía con mi esposo, en momentos de intimidad, al darle de comer, hablando, besándonos, nunca antes me había sentado en las piernas de un hombre que no fuera Cristóbal, «mi Cristóbal» y me imagino que de niña en las piernas de papá..
Es incorrecto, pero, aun así, mis nalgas se posan en su pierna que se siente gruesa, fornida y trabajada en el gimnasio, no busco su mirada, pero puedo sentir la suya quemarme.
-No te cubras -sus manos atrapan mis muñecas donde me niego a ceder-que niña tan difícil eres Ava, deberías darte cuenta que resistirme es inútil, esta es una lucha perdida, así que entrégate a tu cazador princesa.
Me niego a ese destino, sin embargo, no muevo de su pierna con las lágrimas empañar mi rostro, no dejo de temblar sintiéndome menos que nada ante un hombre que me demuestra que solo soy su juguete,
Lleva mis manos atrás y dispara los latidos de mi corazón cuando su mano libre intenta liberar la trena de su pantalón «¿me va a mostrar su?» ladeo mi cabeza evitando mirar llena de vergüenza, en un solo movimiento se saca la trena que utiliza atando mis manos dejándome imposibilitada de una defensa.
-No me hagas daño por favor-sonríe dejándome en el sillón donde apoyo mi cabeza en el brazo de este, me observa completa tiñendo mas mis mejillas de rojo.
Sin medir palabra su mano enciende mi piel al tocarla, delinea mis senos tomando el pezón de mi seno derecho en sus dedos donde aprieta, estira y enrolla, hasta que se endurecen, me muevo inútilmente queriendo alejarme de eso que provoca, solo quiero alejarme de eso que hace en contra de mi voluntad, pero ignora las señales de mi cuerpo y realiza el mismo trabajo con el otro pezón que obedece al estimulo traicionando mis propias órdenes.
-Hermosas.
Escucho sus palabras con mis ojos cerrados, negándome a eso que desencadena y que trato de ocultar cerrando mis piernas reprimiendo el azote que impropio que provoca su toque perverso.
Como si se estuviera deleitando, lentamente su tacto desciende por mi abdomen erizando mi piel que responde a la delicadeza con la que me explora, me siento cautiva, prisionera en un juego sádico que desde luego solo yo pierdo, porque estoy aquí, amarrada siendo tocada por un hombre después de haber enterrado hace solo un día a mi esposo.
Juega con mi ombligo por unos segundos donde aprieto más mis piernas, mis ojos y mis manos que duelen al predecir sus claras intenciones, lucho conmigo misma soltando lo sollozos cuando sus manos intentan abrir mis piernas que me niego a abrir por vergüenza.
-Abre-demanda-abre los ojos Ava-dice acariciando mi rostro-no me hagas repetirte las cosas que no me gustan, me haces enojar y enojado puedo ser muy malo.
Lentamente obedezco parpadeando varias veces, veo borroso por la presión ejercida, la luz que me incomoda y las lágrimas acumuladas que baja por mi piel, perdiéndose por detrás de mis ojeras.
Anclo la mirada después de unos segundos a sus ojos oscuros que brillan llenos de pura maldad, me estremezco toda con la falta de oxígeno que me toma al percibir nada más que deseo en su mirada torneada violenta.
-Abre las piernas que quiero ver lo que me voy a comer.
Sus palabras me descompensan, siento el rostro hervir cuando no tiene filtro para dirigirse a mí.
-Eres tan grosero-musito apartando la vista, sostenerla es imposible cuando solo me siento insignificante ante todo lo que el significa.
-Aun así abre las piernas-muerdo mi labio contrayéndome toda-si tengo que repetir de nuevo las cosas me vas a conocer.
Su amenaza es solo que le necesito para que mis piernas cedan abriéndose solo un poco, su fuerza las abre completamente y ante tal acto aprieto mis ojos queriendo abandonar mi cuerpo.
-Estas limpia-pregunta y solo asiento sin abrir mis ojos-¿por qué? -reprimo el sollozo-¿a Cristóbal le gusta así, sin pelos?
Que lo mencione es como si me cortara el paso del aire, un dolor se instala en el pecho tan fuerte que me cuesta respirar, siento mis pulmones quemarse e hiperventilo como si sufriera de asfixia cuando siento su dedo pasarse por mi clítoris descubriendo lo que quise ocultar a toda costa.
-Estas tan mojada princesa.
No debería, no quiero responder a eso que simplemente hace, pero mi cuerpo es traicionero con su cálido toque, me avergüenzo con el sofoco que toma mi cuerpo y el oprobio a la memoria de mi difunto esposo.
-Abre los ojos es la ultima vez que te lo digo-mas lagrimas resbalan al abrir mis ojos y espantarme al tenerlo en medio de mis piernas ´¿a que horas se subió? No me da tiempo a procesar nada cuando ya lo tengo encima mío devorándose mis senos.
-Dracco por favor-susurro arrollada por el calor que sube y que me hace sentir mal, el no debería despertar esto que solo Cristóbal provocaba, metido entre mis piernas puedo sentir algo tan grande aporréame mi sexo que no solo me asusta, aviva un calor jamás antes experimentado.
-Son tan ricas Ava-chupa mis tetas, las magrea a su antojo y así amarrada como estoy, simplemente puede hacer conmigo lo que quiera-tu eres tan deliciosa.
Mis senos reciben una atención que apenas logro soportar, chupas y las aprieta tan fuerte que nuevamente dejara marcas en mi piel, chupa una, luego la otra, muerde, estira, lametea y vuelve a pegarse como un niño chico mientras que muerdo mi labio conteniendo los gemidos que rasgan mi garganta en tanto paulatinamente estoy perdiendo mi poder de razonamiento.
Tira por ultima vez de mi pezón entre sus dientes, causándome un dolor que me fue imposible domar y grito arqueando mi cuerpo estremeciéndome al saber que mi sexo se moja cada vez mas.
-No reprimas tus gemidos-me dice posando su mirada leónica en la mía-son míos, yo los provoco así que no tienes derecho a negármelos.
Asiento cohibida ante su manera de amedrentarme con solo mirarme, por unos segundo me permito controlar mi miedo y sostengo mis ojos ante los suyos tratando de no morir en el proceso, pero ante este reto de mirada, Dracco se impulsa hacia mi donde rápida rápidamente esquivo sus los labios que pretendían tomar los míos.
-Besos no-susurro apenas audible con el miedo que eso que hay entre mis piernas salga de su escondite, nunca había sentido algo tan grande, me aterra pensar que hoy llegue el momento de tener que verlo, tocarlo o que llegue a invadir mi intimidad.
Moriría Dios, moriría
-¿A no? -sollozo presa del miedo sintiendo como toma mi rostro con fuerza.
-No quiero besarte, no me obligues a esto por favor
-Pero tu eres mía-me hace sentir más su erección helándome en segundos.
-No soy un objeto-me atrevo a responder.
-No le veo diferencia-su tono es frio- así que bésame como si fuera tu marido Ava, porque si no mañana mismo estarán en la calle.
-Cobarde-me armo de valor-lo que haces no es de un verdadero hombre, chantajearme como lo haces es un acto bajo.
-Y cual es el punto si siempre obtengo lo que quiero-responde acariciando de nuevo mi cuerpo, me estremezco toda-te tengo aquí en mi casa-aprieta mi seno que parece hecho apenas para su mano grande-desfrutando de tus tetas princesa-hace círculos con se dedo en mi aureola-vas a besarme y mas te vale que respondas.
Mi labio tiembla cuando estampa su boca contra la mía en un beso posesivo que me cuesta responder, su lengua descarada me invade provocando que involuntariamente gima con su boca sobre la mía, el sabor a licor explota en mi paladar y lo peor es que no sabe mal, de hecho, siento que mi cuerpo se calienta de forma tan indebida despertando un instinto feroz que me carcome las venas.
Su mano se desliza por mi cuerpo ansioso, el calor de su cuerpo, sumado a su ávida lengua desencadena un ardor en mi sexo que levemente es apagado por eso duro que yace, justo ahí donde el fuego amenaza con despojarme.
Llega donde el clamor es inmoral y sus dedos son la cura para un enfermo el cual pide al creador un poco de clemencia, la piel se me eriza desencadenando el peor de los desesperos con su dedo moverse entre mis pliegues húmedos mientras que sus labios continúan succionándome la vida en cada jadeo que le regalo pegada a su boca.
¿Quien soy? No me reconozco cuando el placer me hace sudar y clamar por más, mi mente se pierde llevada por placer que significa tener su dedo moverse así descaradamente por mi sexo que esta siendo dominado por las llamas del infierno.
Me cuesta respirar y que pase de mi boca a mi cuello tampoco me da la pausa que necesito para reorganizar mis ideas, siento que me quemo, que ardo y me extingo mientras algo se aglomera en mi vientre, sus dientes se clavan en mi piel y sus dedos se hunden en mi canal donde ya no puedo reprimir eso que aruña mi laringe, dejo escapar un jadeo lleno de puro deseo.
-Así te quiero-besa mi cuerpo, me remuevo, pero no queriendo apartar sus labios de mi piel-gime para mi princesa, solo para mí.
Mi cuerpo grita que si, hazlo, lámeme ahí, pero mi mente me grita lo sucia que soy al sucumbir al deseo que despierta un hombre que no es mi marido, uno que no amo, que no esta casado conmigo y que no es de mi religión, pero para el pecado no existe principios y yo caigo en ellos sin poner resistencia.
-Voy a disfrutar esto..
Me contraigo esperando que su lengua me toque ahí, pero su celular suena interrumpiendo el momento, agradezco a todos los cielos, pero el bufa enojado ignorando el llamado, fija su mirada en mi sexo, lamiéndose los labios, me sonrojo cuando sonríe al llevar su dedo a mi intimidad introduciendo el dedo que me hace recular.
-Estate quieta-el sonido insistente lo desconcentra y junto mis labios mientras que el temblor de mis piernas no puedo contenerlo-Pero que mierda.
Se enoja cuando ahora es el teléfono de su pent-houses que suena y se levanta furibundo dándome un respiro para tomar el teléfono que estalla contra la pared, sigo sin poder moverme, creo que no solo he perdido la vergüenza, si no la fuerza porque aunque trato de sentarme capaz no soy.
Toma su celular pasando su mano por su cabello observando su móvil, después de unos segundos fija su mirada oscura en la mía y me estremezco nuevamente al tenerlo cerca, sus manos en mi cintura me ayudan a sentarme y una vez así, me libera de la atadura, acaricio mis muñecas con la mirada en la alfombra mientras siento el cosquilleo cuando la sangre vuelve a circular por mis venas.
-Alístate-me dice tomando mi cuello-iremos a una reunión.
-¿Qué? no-exaltada digo-quiero ir a casa.
Musito rezando por un si, vamos a casa, pero solo lo escucho reír, apagando todas mis ilusiones.
-No te estoy consultando-se levanta-te estoy informando.
Me toma del brazo metiéndome a la fuerza a su recamara disparando los latidos de mi corazón, solo pienso lo peor, pero se limita a soltarme, al frente de su cama doble hay un aparador que abre buscando un no sé qué, mientras lo observo me abrazo a mi misma con las lagrimas salir porque solo quiero irme de aquí.
Busca, piensa y corre varias prendas hasta que encuentra uno de color negro que deja en la cama, vuelve corriendo la puerta encontrando unos zapatos que hacen juego con la prenda y en una caja que esta en la parte superior toma algunas joyas que también deja en el mismo lugar para después mirarme.
-Tienes 15 minutos para estar lista-se acerca, retrocedo, pero me toma de la cintura pegándome a el-te recomiendo que te apures, no me gusta esperar, ahí está el baño-lo señala-apúrate princesa, no quiero ingresar por ti.
Besa mi cuello perdiéndose al cerrar con fuerza la puerta, me limpio las lagrimas e ingreso sin tener más opción al baño para asearme solo un poco, al tocar mi intimidad me asusto de lo mojada que estoy y mas lagrimas salen con el sentimiento de culpa que azota mi pecho.
Observo el vestido que ha dejado para mi en la cama, pero no deseo ponerme una prenda como esta, es demasiado reveladora y aunque busco algo mas en el aparador esta es la mejor opción, lo deslizo por mi cuerpo escandalizándome mucho más, es un vestido ajustado a mi cuerpo sintético efecto cuero, con espalda descubierta y alto que descubre mis piernas.
Los zapatos de tacón son alto pero que no me cuesta dominar, las joyas no las utilizo porque ya bastante mal se siento usando la ropa de alguien.
Aliso mi cabello con la mano sacudiendo la cabeza al ver mi reflejo en el espejo, esta no soy yo, sin embargo, me armo de valor y salgo de la pieza al terminar, porque no quiero hacerlo enojar.
Al salir de la habitación que al parecer solo tiene una, esta en el teléfono mientras se sirve un trago, siente el sonido que hace los zapatos al caminar y se gira encontrándose con mi mirada, me sonrojo al ver como me observa de arriba a bajo y me indica con su dedo que espere.
Asiento abrazándome a mi misma y prefiero mejor observar su espacio personal porque sostener su mirada por mas tiempo causa un no sé qué, que me estremece.
Los pent-house son considerados espacios elegantes y, pero este es impresionante con una pared de vidrio que nos permite ver una terraza que alberga una extensa, pero a su vez, hermosa piscina, zona de estar y una tumbona que me encantaría disfrutar.
Por otro lado, este lujoso apartamento dispone de un minucioso y sublime diseño de interiores donde se combina un sobresaliente estilo que imprime confort, elegancia y lujo, un espléndido amueblamiento y los accesorios más sofisticados para hacer del lugar un sitio único.
Estos apartamentos son normalmente lujosos, costosos y están asociados con una forma de vida de lujo total. Así, muchos ricos disfrutan de estos apartamentos tanto como su residencia habitual como su segunda vivienda, con una casa o alguno de los accesorios que tiene de lujo, mi familia viviría tranquila por varios años.
Esto me recuerda que deje mis estudios de arquitectura y diseño de interiores, era mi pasión, pero al casarme tuve que escoger, ser ama de casa, dedicarme a mi hogar y esposo o tener una vida independiente donde claramente mi religión no permite ambas, al casarte la mujer se debe al hogar, a su familia cuidando así que su matrimonio nunca fracasa, no me arrepentí de mi decisión, tampoco me arrepiento ahora, solo que siempre he pensado que sería de mí, si hubiese cumplido mi sueño.
-¿Te gusta? -me estremezco al sentir su cuerpo junto al mío, su perfume tiene ese efecto como si hubiese recibido un izquierdaso.
-Este lugar es muy hermoso-mi mano se posa en la suya que se mantiene en mi vientre bajo.
-Aquí vendremos varias veces a follar-la saliva se me atora con sus palabras-pero después hablaremos de eso princesa-susurra en mi oído-estas muy hermosa.
-Gracias-intento controlar el jadeo que amenaza con dejarme en evidencia cuando vuelve a mi cuello lamiendo mi piel, de nuevo siento la temperatura de mi cuerpo subir sintiendo su falo duro puntear mis nalgas-¿Por qué no utilizaste las joyas?
-No estoy acostumbrada a utilizar joyas, lo siento mucho-finalizo para que no se enoje, lo que menos quiero es desatar ira en el.
-El negro te sienta bien-sus palabras claramente esconden una intención que me hace doler el corazón-para que veas que si estoy siento empático con tu sufrimiento.
Es tan malo, tan cruel utilizando esas expresiones que m e hacen recordar mi duele, sus manos viajan a mis nalgas para darle un apretón que me hace cerrar los ojos y empuñar mis manos, juro que no deseo que me toque, pero decirle que no, es incurrir de nuevo en el mismo error, recibiendo una amenaza como respuesta.
-Vámonos-dice tomando mi mano-si no lo hacemos ahora, nunca saldremos de aquí y terminare follandote como tanto lo deseo.
Todo el camino acaricia mis dedos con una mano y con otra teclea en su celular, mientras que yo solo pienso en como le diré a mi familia el haberme perdido por horas, salí como loca del negocio de mis padres que deben estar preocupados, me da vergüenza pedirle que me deje llamar, pero solo me limito a respirar hondo cuando el auto estaciona y el me ofrece su mano para ayudarme a bajar.
Es un hotel impresionante, camino tomado de su mano, sintiéndome tan extraña, pero me concentro en no caerme con estos zapatos tan altos, los domino, pero no estoy acostumbrada a utilizarlo.
En el evento hay demasiadas personas, pero todas desconocidas para mí, todo aquel que ve a Dracco lo saludan con una amabilidad que raya lo hipócrita, pero él también les sigue el juego sin soltarme de la mano y presentándome como una amiga.
Esto no es para mí, mucho menos cuando miradas masculinas se posan en mi cuerpo que muestra mas de lo debido, «me iré al infierno» de seguro por todo lo que este hombre me obliga hacer, mi cabello lo tiro hacia adelante ocultando las marcas que me ha dejado el caníbal este.
-Así que es ella-una rubia de ojos azules impresionantes se acerca a nosotros, viste un traje rojo que resalta su belleza y sus senos que están a nada de salirse-que gustos tan pobres hermanito-abro mis ojos-tanta mierda por esto.
Me escruta de arriba abajo con una copa de Champaña en la mano como si fuera un fenómeno, una basura.
-No te metas en mis cosas Cruella te lo advierto-no me suelta, pero la mirada de la hermana me hace sentir insignificante-ándate a follar a cualquiera, déjame en paz.
-No lo dudes que lo hare hermanito-da un paso hacia mi-y tu dale lo que quiere, detestaría tener que ver tu cara de mosca muerta-sus senos prácticamente los tengo en la cara-demasiado poca cosa para tus gustos sofisticados-se burla-¿desde cuanto te gusta la comida de pobres?
-Te vas-la toma del brazo apartándola de mí, respiro otra cosa que no sea su perfume caro-largo porque si no..
-A mi no me amenaces idiota-lo enfrenta y no pensé que una mujer se atreviera a tanto-no soy ninguna de tus putas.
Se va dejándome helada.
-Que no se te ocurra imitarla-me dice tomándome de la cintura pegándome a el-porque te vuelvo mierda.
-No tienes que decirlo-respondo-no soy nada tuyo.
Iba a decir algo más, pero un hombre se acerca sonriente golpeando su hombro.
-Buenas noches señorita-dudo en responder su saludo, me ofrece la mano, pero temo por la reacción de Dracco-no le tengas miedo, soy Demian Mac Donald-hermano-así que soy de los pocos que se te pueden acercar.
-Que alivio saberlo-respondo con sarcasmo, estrechando mi mano con la suya, deja un beso en mi mano y luego me muestra sus perfectos dientes blancos en una sonrisa deslumbrante.
-Acompáñame que tenemos algo importante que hacer.
Me siento incomoda, bragas puestas no tengo y las miradas de los caballeros me hacen sentir demasiado expuestas.
-Hazlo tu-le dice bebiendo, afianzando mas su agarre en mi cintura.
-Te recuerdo que la empresa es tuya, no mía, así que deja respirar por unos minutos a la señorita y ven conmigo.
-No te muevas de aquí.
Se aleja dejándome sola en medio de toda esta gente que desconozco, pero lo bueno es que ya no lo tengo encima mío queriendo siempre manosearme, me quiero ir, me escapatoria, pero este lado de la ciudad no la conozco, inclusive es la primera vez que escucho el nombre de este hotel.
Una columna es mi refugio mientras escucho los murmullos de personas hablando en varios idiomas, de grandes cantidades de dinero, negocios importantes, viajes, fiestas y autos de ultimo modelo, este no es mi mundo, no me siento bien en medio de estas personas, la cabeza me va a estallar y opto por salir de aquí pero..
-¿Ava?-una voz varonil me detiene en seco-¿Ava Lauless?-me giro encontrándome con los ojos verdes penetrantes de un antiguo compañero de la universidad.
-Ava por el amor de Dios mujer-me abraza tensándome, deja un beso en mi mejilla y me sorprende que no ha cambiado esa forma de saldarme-que bueno verte por aquí-se aparta de mi y me escruta completa avergonzándome-estas muy hermosa, ¿Dónde está tu esposo Cristóbal?
-Falleció hace dos días-las lágrimas se me salen,
-Lo siento tanto Ava-me abraza en medio de la sala-de verdad hermosa, ¿pero ¿qué haces aquí, por qué?
-Tengo que irme Novak-lo aparto de mí, tengo miedo que Dracco aparezca y se desquite luego conmigo-no puedo hablar..
-Espera-toma mi mano-Ava-sus ojos verdes me observan con preocupación-necesitas ayuda.
-Lo que ella necesita es que la sueltes-me pasmo escuchando la voz ronca de Dracco-o tendremos problemas.
-¿Quién eres tu para decirme que hacer con ella?
-A ti no tengo porque darte explicaciones-tira de mi pegándome a el-y no vuelvas a ponerle una mano a mi esposa porque te vas a arrepentir.
Sus palabras hacen corto circuito y no solo para mí, Novak me observa anonadado porque solo dos minutos atrás le confesé que mi esposo murió hace dos días.
-¿Ava que sucede aquí? -pregunta Novak
-Dracco no vayas a formar un escandalo aquí-le dice el hermano que esta a mi lado.
-No te metas donde no te han llamado-no me deja responder, tampoco quiero hacerlo, las lagrimas no me lo permiten-te lo advierto Novak, te acercas a mi mujer y te mato.
-Ava búscame-lo ignora-yo puedo ayudarte si este señor te está haciendo algo.
Se va dejándome una esperanza que rápidamente desaparece con la mirada fría que me dedica Dracco, tiemblo bajando mi cabeza esperando ahora lo peor de un hombre que ahora se cree mi dueño, no he firmado ese contrato y ya me cree suya.
-Nos vamos.
-No la trates así hermano.
Me saca a empujones y así mismo me sube al auto donde se come mi boca mientras este avanza no sé a dónde, una mano rodea mi cuello y con la otra masajea mis senos desesperados bajando la tela del vestido de cuero negro perteneciente a no sé quién.
Deja mi boca hinchada para comerse ahora mis senos de forma áspera, chupa, muerde, tira, realizando una mezcla de movimientos que suben el temple de mi cuerpo, la seguidilla de besos y toqueteos provocan que me moje rápidamente, me doy latigazos mentales, me flagelo subjetivamente al caer en su efecto a macho.
Mi mente es una nube de gas con el dedo que ahora acaricia mi clítoris en tanto su boca cliente sigue pegado de mis senos, chupa y chupa sin control mientras su dedo sigue inquieto en mi sexo provocando más humedad que nunca.
-Son tan ricas-me sienta en su regazo quedando encima de su dura erección-me encantan tus tetas.
-Dracco por favor-necesito detener esto-no es correcto.
-Es verdad-desliza las tiras del vestido por mis brazos erizando mi piel-lo correcto sería metértelo ahora mismo-sus manos recorren mi espalda, enterrando sus yemas, luego baja por mis piernas, sube sintiendo la piel suave y termina el recorrido agarrando mis glúteos con fuerza para luego abrirlos de forma descarada-necesito follarte Ava-confiesa-necesito partirte.
-¿Y después que pasara? -mis dedos se enredan en su cabello mientras el lame mis senos-¿me dejaras en paz?
-¿Después de los cuatro meses? -sus manos continúan en mis nalgas, las acaricia, las atrapa estirando la carne que agita mi corazón culpable-no me obligues a demoler las casas Ava-otro golpe de culpabilidad-firma y hazlo rápido que soy muy impaciente cuando deseo tener algo.
Gimo cuando me hace sentir mucho mas su erección, lo siento tan grande que me espanta, sus manos en mi cintura me obligan a mover mi cadera de atrás hacia adelante originando una fricción de nuestros sexos que desencadena una fuente de humedad.
Me siento, tan, pero tan, no sé, creo que hiervo encima de él, se siente bien, no lo puedo negar y eso me hace llorar, no debería estar disfrutando de algo como esto cuando soy viuda.
El auto se detiene, pero el no, continua ahora devorándome los labios con un hambre que apenas logro saciar, todo en el es tan agresivo que me cuesta seguirle el paso, recuerdo las palabras de Novak y cualquier ayuda es buena con tal de alejarme del pecado, lo hago en contra de mi voluntad, respondo por miedo, pero eso no quiere decir que mi cuerpo y mente no me traicionen al sentir rico con todo lo que Dracco me hace.
-Un auto vendrá por ti en las horas de la mañana-dice separándose sus labios de los mío-espero obedezcas y firmes.
-Dame hasta las horas de la tarde-pido-tengo que hablar con mis padres-es solo para darme tiempo de hablar con Novak, si estaba en una reunión como esa, debe ser importante-por favor, no puedo irme así no más.
-Bien-parpadeo varias veces, pensé que seria mas difícil-no me mires así, solo es porque en la mañana estaré ocupado.
-Gracias.
Musito bajándome de su regazo, organizo el atuendo con las mejillas encendidas y al bajarme del auto me toma de la mano, estampando un beso que me pone a temblar las piernas, agradezco que es de noche y a esta hora los vecinos duermen porque si se enteran de esto, sería una vergüenza para mi familia.
-Pórtate bien Ava.
Asiento con su amenaza sin chistar, ¿Qué más puedo hacer si me tiene en sus manos? cierro la puerta del auto encaminándome a mi casa, subo los tres escalones y busco debajo del tapete las llaves, que me periten el acceso, todo lo deje en la cafetería de mis padres y el auto solo se va, hasta que me ve ingresar, sierro la puerta apoyándome en esta, todo está a oscuras al igual que mi futuro, respiro profundo tranquilizando mi corazón y mis pensamientos que me golpean una y otra vez con una culpa que suma un peso a mi pecho.
La luz se enciende y es mi hermana que se acerca rápidamente con un aura peligrosa.
-¿Lo disfrutas? mentirosa pecadora-su tono no me gusta y mucho menos su manera de acercarse a mi.
-Arya que...
No me da tiempo a reaccionar porque de nuevo su mano impacta mi rostro tirándome al piso.
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Nota; esta novela será gratis mis lectores, son dos libros que tengo planeado escribir....
ayudenme con sus me gusta y les dare maraton esta semana...
quiero escuchar sus comentarios... esto apenas comienza... Ava con el tiempo ira tomando caracter... no queiro que se decepcionen del personaje pero siempre ha vivido en una caja de crital...
DE: MI
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ADELANTOS, EXTRAS Y FOTOS DE MIS PERSONAJES, VIDEOS Y DEMAS EN;
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Los leo siempre; quiero saber que piensan.... besos
boten por la hstoria si les gusta..