Capítulo 10 IX

Trato de no vomitar cuando Jeremy pone ante nosotras una masa de color rosa muy, muy pálido, lo que rápidamente identifico como un cerebro humano.

- ¡Iug! –A mi lado, Sofía cubre su boca rápidamente como si fuera a vomitar. Asqueroso. Jeremy rueda sus ojos y Xander parece divertido con la situación.

-No iba a ir hasta la parte de atrás para conseguirles uno tieso y duro, este –Dice moviendo su mano, lo que ocasiona que el cerebro se mueva como si fuera gelatina. Siento la bilis subir por mi garganta y me apresuro a tapar mi boca y tomar una bocanada de aire. Voy a necesitar de todo el aire para poder aguantar esto- Escuchen, presten atención porque este receso es de cuarenta minutos y voy a aprovecharlo para comer y explicarles esto –Deja una placa de vidrio en la mesa y pone encima el órgano. No debo vomitar, no debo vomitar.

Jeremy acomoda un poco el cerebro de tal forma que, si no me equivoco por las clases de biología, la parte trasera del cerebro da hacia nosotras y la frontal hacia Jeremy.

-Muy, ahora, atención –Saca lo que parece una delgada varita de su bata color verde, junto con una barra de granola. La abre y comienza a comerla mientras remueve el cerebro con la varita- Aquí –Señala la parte de atrás del cerebro- Este es el lóbulo occipital, que no voy a preguntar si recuerdan o no por sus clases de biología, esta parte es a la que llega el BNL, es la más cercana al lugar donde se ponen esa cosa y es la encargada de la recepción visual, lo que significa que todo lo que ven, es interceptado e interpretado por esta parte del cerebro –Hace una pausa y vuelve a comer como si no estuviera escarbando en un órgano- Esta de aquí –Vuelve a señalar, esta vez un poco más abajo- Es el cerebelo, que en palabras más, palabras menos, se encarga de la coordinación muscular; por lo que ustedes dicen, y corríjanme si me equivoco, el BNL estimula el lóbulo occipital y capta la información que recibe el cerebelo en cuanto a los movimientos para poder ejecutar una orden, ¿Voy bien? –Asentimos.

-Lleguemos a lo que quieren ustedes. Esta parte de aquí – Señala un punto delante del cerebelo- es el lóbulo temporal, el que se encarga de la audición, por consiguiente, la parte que deben estimular, como ven, está detrás del cerebelo lo que significa que no es tan fácil llegar a él –Sofía y yo contemplamos el cerebro delante de nosotros, pensando cómo llegar hasta esa área.

-Si tomamos las ondas que llevaran la información del sonido y lo hacemos pasar por el cerebelo hasta llegar a esa parte, podremos poner el audio en el cerebro.

-Sí, suena bien –Jeremy se encoje de hombros y continúa comiendo de su barra- Me gustaría verlo cuando terminen.

-Claro, no hay problema. Y, ¿En qué te podríamos ayudar nosotras?

-Es complicado, pero cuando hayan terminado les diré.

Aparecemos nuevamente en el jardín de Sofía, sentados en la manta como hace unas horas. Miro el reloj en mi muñeca y apenas es pasado el mediodía, lo que significa que tenemos tiempo para intentar hacer algo.

-Bueno, yo me voy –Giro mi cabeza y veo a Xander poniéndose de pie- Tengo cosas que hacer con Jeremy y los chicos, así que las veré luego.

-Xander –Lo llamo antes de que desaparezca- Gracias –Asiente y se despide con un gesto de su mano antes de desaparecer.

-Entonces ¿Comenzamos? Estoy segura que tú tampoco tienes estomago para comer después de lo que paso allá –Asiento y nos ponemos manos a la obra.

Dos horas después, Jackeline aparece junto con Jake y nos ponemos a trabajar sobre el sistema operativo de la máquina. Jake se asombra de lo que tenemos en mente y nos ayuda en todo mientras deja a Jackeline sentada a un lado de la manta y ella no hace nada por mirarlo, sospecho que la pelea de ayer está en su máximo apogeo y decido no hacer ningún comentario al respecto.

A las cinco de la tarde, la moto todoterreno de William entra en el jardín delantero de los Duncan y se detiene a unos metros de donde estamos. Por su gesto, intuyo que no le fue muy bien en la mañana y que algo lo ha tenido molesto todo el día. Me hace señas para que me acerque y como ya lo conozco, comienzo a recoger mis cosas y guardarlas.

-Tengo que irme, Iam me necesita.

-Ve tranquila, continuaremos con esto mañana o si lo prefieres cuando llegues a casa nos enlazamos y trabajamos un rato más –Asiento agradeciendo la ayuda de Jake y termino de acomodar todo en el morral.

-Te tomare la palabra, apenas pueda les escribo y continuamos –Me despido de cada uno de ellos y me dirijo hacia mi hermano. Sin decir nada, me tiende un casco y toma el morral de mis manos poniéndolo delante de él. Ato el casco en mi cabeza y una vez que he subido a la parte trasera de la motocicleta, pongo las manos en su cintura y William arranca y sale de la propiedad de los Duncan.

Sé que no vamos a la casa cuando pasamos por la entrada y William no ingresa en el camino de entrada, sino que sigue de largo y pronto estamos saliendo del área poblada de Surthia y dirigiéndonos hacia la parte costera, donde el océano arriba en la hermosa y blanca arena. Nos detenemos en una parte desierta y bajamos de la motocicleta, William se apresura a guardar el morral en el baúl entre los asientos y me hace señas para que lo siga.

- ¿Tan mal fue? –Me atrevo a preguntar cuando llegamos a la orilla del agua. Su gesto de enfado me desconcierta porque nunca lo había visto así, por más que mamá y papá lo reprendieran, él nunca se había mostrado de esa manera.

- ¿Nadas conmigo? –Pregunta entonces ignorando totalmente mi pregunta. Asiento y me despojo de la blusa quedando en top, dejo el short puesto en mi cuerpo y me adentro en el agua. Poco después, William en bermuda y sin camisa ingresa al agua y me pasa nadando. No sé qué le ocurre a mi hermano, pero decido acompañarlo y nado junto a él.

Mientras nado, me tomo el tiempo para despejar mi mente de las sensaciones que siempre están presente cuando Xander está cerca, como el frio envolviendo mi cuerpo, que se siente justo como el agua se siente en este momento. Xander puede hacer cosas que no he visto hacer a nadie más y lejos de preguntarle o alterarme por eso, lo tomo como si fuera algo normal, algo que cualquiera puede hacer, cuando repentinamente sé que no es así, no todos pueden hacer lo que Xander hace, solo él.

¿Sera que él recibe ayuda de algún tipo? No puede ser normal que solo él haga esas cosas. No. Debe haber algo, alguna explicación y voy a averiguar que es ese algo.

La luna está en el cielo cuando William y yo tocamos nuevamente la arena de la playa. Esta vez, lo noto más relajado y eso me alegra, pero no digo nada, en lugar de eso, tomo mi blusa de la arena y me la pongo.

-Stella está embarazada –Doy un respingo en mi lugar y miro a mi hermano como si le hubiera salido otra cabeza. Voy a ser tía, santa madre.

- ¿Cómo? Creí que tú te cuidabas –William resopla y comienza a ponerse el pantalón.

-Yo me cuido, Nahia, el hijo no es mío. Ella simplemente estaba buscando a quien ponérselo de corbata, mamá lo sabía y por eso se puso tan furiosa cuando me vio con ella, no quería que fuera yo el ingenuo.

-Y si es así ¿Por qué el cabreo?

-Porque el hijo es de Magno y ahora yo me acosté con su mujer.

-Detente, detente. Acabas de decir que Stella buscaba a quien ponerle el niño y ahora dices que es de Magno, no entiendo. –Mi hermano suspira fuertemente y se deja caer de espaldas en la arena.

-Stella me lo dijo, y me dijo que no quería que ese hijo fuera de él porque Magno ya tiene su complemento y no quiere interponerse entre él y ella.

-Nadie sabe quién es el complemento de Magno, Iam, ni siquiera Ethan, tú o yo que somos sus mejores amigos, vale, no debería incluirme, pero entre los tres siempre hablan conmigo y me cuentan sus porquerías –Mi hermano sonríe por primera vez en un rato y me aplaudo mentalmente por ello- A Magno no le importa quién sea su complemento, nunca le ha dado importancia, así que ¿Por qué dársela ahora?

-Es Lilian –Mis ojos se abre por la sorpresa y me dejo caer a su lado- Magno no siente nada por Lilian, pero sabe que es desleal haber dejado embaraza a su hermana, no sabe qué hacer. Hablé con él esta tarde y no sabía nada hasta que yo se lo dije, está hecho un caos y sabes que Magno es como un hermano para mí, así que esto también me afecta porque no se me ocurre nada para ayudarlo, nada –William resopla frutado y fija su mirada en el mar.

-Encontraremos la manera, Iam, entre los tres encontraremos la manera. Sabes que Magno también es un hermano para mí.

-Lo sé y gracias, Anahia, tú piensas más que nosotros, así que gracias.

Mes 08, día 22/4.109

Intento con todas mis fuerzas arrancar las botellas de las manos de William y Magno, pero estoy a punto de darme por vencida cuando Magno, aun con mi mano todavía sosteniendo firmemente la botella de, por lo que se lee en la etiqueta, Snake Venom, toma un trago de esta y vuelve a bajarla. ¡Dios! ¡Dame paciencia o te los mando!

Los fulmino con la mirada y tiro nuevamente de las botellas. No sé de dónde sacaron estas cosas, pero solo llevan seis entre los dos y ya están como para recoger con cucharita. Si mamá los ve, seguro se los manda a Dios.

-Vamos, Magno, suelta la botella –Vuelvo a tirar de la bendita botella, pero nada, no funciona- Iam –Cambio de táctica y espero que mis ojos violetas sean tan grandes como para conmover a mi hermano- Vamos, Iam, ayúdame con Magno.

-Lo estoy ayudando –Balbucea, pero habla claramente. No como Magno que solo dice incoherencias- Si él quiere tomar, yo voy a tomar con él. –Resoplo y me dejo caer en la hierba al lado de mi hermano, quien interpreta mi gesto como si los fuera a acompañar y me tiende la botella.

Suspiro y me encojo de hombros ¿Por qué no?

Tomo la botella llevándola hasta mis labios y

- ¡Puaj! –Empiezo a escupir el amargo líquido que quema sin ninguna piedad mi garganta. Arde y no de una fea manera, arde de una horrible manera. Ahora comprendo porque esa mierda se llama veneno de serpiente.

Los que se supone deberían cuidarme, ríen a carcajadas mientras me ven escupir el pequeño trago de licor. Estoy tentada a incluso inducirme el vómito con tal de que ese sabor a nada bueno desaparezca de mi boca.

-No vuelvas a darme eso –Refunfuño poniéndome de pie y escupiendo aún. Necesito comer algo para que este sabor se vaya- No se muevan de aquí –Le ordeno, a lo que ellos llevan sus manos a su frente como un saludo militar. Resoplo y molesta me dirijo hacia la casa.

-No deberías intentar cuidarlos, los guardias saben que no pueden dejarlos salir –Papá sale a mi encuentro justo cuando estoy llegando a la entrada trasera. Me observa y sonríe como si estuviera orgulloso de mi- Eres varios años menor que William y aun así lo cuidas.

-Es mi hermano, no voy a dejar que sea más alcohol que persona.

-A veces, princesa, es necesario que seamos más alcohol que personas.

- ¿Por qué?

-Bueno –Me hace un gesto para sentarnos en la entrada y lo hago junto con él- a veces los problemas nos superan y necesitamos un pequeño escape, algo que nos dé un poco de felicidad antes de la tormenta que se avecina. Algunos buscan esa felicidad en el alcohol, otros en los dulces, fiestas y así, no es algo que se deba hacer, pero, como están las cosas, si no permito que tengan su momento de felicidad en la propiedad, bajo mi vigilancia, lo buscaran en otro lugar y no es lo que más me gustaría en este momento teniendo en cuenta que lo que aflige a Magno es repugnancia por sí mismo.

>>Por lo general, las personas con ese sentimiento solo buscan problemas y si él busca problemas, William y Ethan buscaran los problemas junto a él –Observo detenidamente sus ojos iguales a los míos mientras pienso sus palabras y en cuan ciertas pueden ser.

Volteo mí vista hacia Ethan que cruza el jardín con más de esas cosas en la mano y se deja caer junto a Magno. Tres hombres juntando sus cabezas, dos de ellos acompañando a uno en su pequeña tragedia personal.

Supongo que papá tiene razón y lo mejor es que se embriaguen aquí porque si Magno se mete en problemas, dos más lo seguirán.

-No puedo creer que estés dejando que hagan eso, Wendell –Mamá sisea parándose detrás de papá, con su ceño fruncido y los brazos en sus caderas- Van a terminar vomitando a diestra y siniestra, eso suponiendo que no nos toque llevarlos al hospital por intoxicación –Papá suspira y apoya sus codos en las piernas.

-Déjalos, Wendy, ellos necesitan esto. Magno está a punto de hacerse cargo de un bebé junto a la que debería ser su cuñada y William y Ethan tuvieron sexo con esa niña, si alguien iba a ser el padre de ese bebé, era alguno de esos tres cabezones, necesitan asimilar eso.

-Embriagándose.

-O comiendo dulces, como sea la forma, ellos lo necesitan.

-Eres permisivo –Papá suspira y se pasa las manos por la cara. Estoy presenciando algo que no debería presenciar, pero no me pienso mover de aquí por si los tres ebrios necesitan ayuda para soportar la histeria de Wendy Altermayer.

-Wendy, hay esta tu hijo y hay dos chicos más que también son como tus hijos, los estoy cuidando de que salgan a un bar a hacer desastres, estoy evitando que esto sea más grande, que no les pase nada, así que permíteme ser permisivo si dejo que se embriaguen en el jardín, te guste o no –Sentencia papá y antes de decir algo más, se pone de pie y camina hacia los chicos. Mamá suspira y se deja caer a mi lado.

-Te ayudare a cuidarlos, vas a necesitar mi ayuda.

Mes 08, día 29/4.109

No tienes muy buena cara, Anahia, definitivamente no la tienes.

Suspiro y observo mi reflejo en el espejo. Tengo grandes ojeras, mi piel está más pálida que de costumbre e incluso mis labios se miran resecos, quebrados.

Suspiro arrojándome en mi cama al lado de mamá y dejando el espejo en la mesa de noche. Llevo aproximadamente una semana sin poder dormir del todo bien porque mi hermano y sus amigos se han embriagado todas las noches, mamá está molesta desde la tercera noche y no hace más que gritar a todos, vigilarlos y no descansar. La he acompañado todas las noches para evitar que alguno de sus zapatos amanezca en la frente de alguno de ellos, por lo que yo tampoco he podido dormir y ya estoy empezando a sufrir los grandes estragos.

Tengo sueño, dolor de cabeza y ganas de matar a alguien. Que se intensifican cuando la fuerte y ronca voz de papá se escucha en el pasillo.

- ¡Muy bien, esto se acaba aquí y ahora! ¡No más! –Intento ponerme de pie, pero literalmente me arrastro hasta la salida.

- ¡Papá, bájanos! –El sonido sordo de algo cayendo me hace ponerme de pie y correr hasta la puerta. En el pasillo, papá está de pie mirando desde su metro noventa y dos a tres chicos en el suelo, gimiendo.

-Pap

-No –Me detiene antes de que incluso tenga tiempo de pensar que decirle- Ya fue suficiente. Me van a escuchar, los tres me van a escuchar muy bien –Con un gesto de su mano, un manto violeta cubre a mi hermano y sus amigos y los alza en el aire. No puedo evitar asombrarme de que mi papá pueda hacer algo así, no lo había visto haciendo eso nunca- Es hora de que dejen de actuar como niños, son hombres.

>>Hay una chica embarazada de uno de ustedes y en vez de apoyarla a ella, lo que veo es a tres hombres volver a ser niños y convertirse en idiotas. ¡No más! Desde hoy, no hay cerveza para ninguno de los tres, se van a bañar, desayunaran algo y cuando estén presentables los tres irán a la casa de esa jovencita y presentaran su apoyo, no me importa la forma en la que lo digan, solo díganle que van a ayudarla y ya está ¿Queda claro? –Los ojos de papá se intensifican junto con el aura y me estremezco cuando los tres gritan ¿Qué fue eso?

-Wendell –Mamá aparece aterrada y mira a su esposo como si esto fuera algo normal, esto no es normal, papá no hace estas cosas- Detente –Una simple palabra y la mirada de papá vuelve a ser normal, suspira y los tres chicos caen de manera brusca al piso del pasillo.

-Tienen una hora para estar en el comedor, limpios –Sin decir más, papá pasa por nuestro lado dirigiéndose hacia su estudio.

Mamá lo observa caminar con el ceño fruncido y cuando se pierde tras la puerta del estudio suspira y mira a los tres hombres sentados ahora en el suelo.

-Ya escucharon, vayan a prepararse. Y tú, Anie, sal por ahí mientras arreglamos esto, ¿De acuerdo?

-Sí, mamá –Aun preocupada me dirijo hacia mi cuarto. Ya sé a dónde voy a ir, necesito respuestas y sé justo quien puede dármelas.

Xander se mantiene en silencio viendo hacia un punto fijo en un árbol mientras yo lo único que hago es observarlo. Su gesto serio me da la respuesta que necesitaba; lo que papá hizo no es algo que todos puedan hacer; sin embargo, no me causa miedo, sé que papá no haría algo con eso, solo me causa curiosidad.

Quiero saber que se necesita para poder hacer algo así.

Quiero entender.

Xander quita su mirada de donde sea que la haya tenido y me observa, lo que se siente justo como si buscara en mi algo, algo que no tengo ni idea de que puede ser.

-Anahia, no soy bueno explicando estas cosas, pero, supongo que deberías saber un poco de lo que te rodea –Eso casi se siente como un insulto, como si me llamara ignorante. Lo fulmino con mis ojos- No me mires así. Te diré algo –Se voltea en la rama y me mira de frente. Casi quiero decirle que la posición es un poco arriesgada, teniendo en cuenta que estamos a varios metros del suelo- Hay un manejo diferente de la información en cada imperio, hay cosas ocultas, cosas que algunos líderes consideran que no debes saber y es por eso que ver algo como lo que dices que tu padre ha hecho, te sorprende, así que aquí está la cosa, no sé mucho de las costumbres de ustedes, pero mi papá sí, él puede explicarte las cosas de una mejor forma que yo, así que si quieres, puedo llevarte ante él.

-Depende –Ladea la cabeza y me observa intrigado.

- ¿De qué?

-De si tu papá va en verdad a decirme la verdad o si va solo a inventar mentiras tras mentiras –Sus ojos se entrecierran a la defensiva mientras me observa.

-Puedo asegurarte que mi papá no es un mentiroso.

-No, pero acabas de decir que algunos líderes ocultan cosas.

-Buen punto –Resopla y casi quiero jadear porque él se ha puesto de pie en la rama- Te garantizo que mi papá te dirá la verdad –Me extiende su mano, igual que otras veces cuando está a punto de llevarme a otros lugares. Extiendo la mia y sin saber por qué, de repente siento un ataque de pánico por mi apariencia.

-Espera –Miro mi pantalón azul oscuro con atención buscando algún indicio de que este mal, luego, miro desde todos los ángulos posibles la blusa beige.

- ¿Qué haces?

-Viendo que este presentable –Respondo como si fuera lo más obvio. No voy a ir por ahí desarreglada a conocer personas.

-Estás bien, no te preocupes –Voy a discutir cuán importante es preocuparme cuando su mano toma la mia y ya no estamos en el árbol.

Estamos frente a una casa que parece estar construida de piedras y paneles de vidrio. Observo con asombro la casa de dos pisos con grandes ventanales y paredes de piedra que la hacen ver entre rustica y moderna, algo poco común actualmente y lo que más me asombra es el gran jardín frontal lleno de flores de toda clase y de todos los colores, lo único que no tiene flores son dos caminos de piedra que dan hasta la gran casa.

-Es impresionante –No puedo evitar admirar con gran pasión la cantidad de flores que hay en este jardín. Suelto la mano de Xander y voy hasta una flor roja y violeta que llama mi atención. Me recuerda a mi hermano y a mí y eso pone una sonrisa en mis labios.

-Tiene tus colores –La observo de cerca y no puedo evitar llevar mi nariz hasta ella e inhalar. Huele fantástico, como una explosión de dulce fuerte y una vainilla muy suave.

-Es preciosa –Casi quiero tomarla y llevármela para mostrársela a mi hermano.

-Es igual a ti –Mis ojos van directo hacia Xander y lo que encuentro es a él mirando en otra dirección, como si no hubiera dicho nada- Vamos, le diré a mi mamá que te gustó la orquídea que tanto le gusta a ella, estoy seguro de que te dará una –Mi rostro se ilumina, por lo que ignoro su comentario justo como él quiere y lo sigo por el camino de piedra hasta que estamos frente a una puerta de acero con un panel y un timbre a un lado, Xander pone la palma de la mano en el panel y la puerta se abre revelando un recibidor con un escalón en tonos claros con muebles de madera y suelos de lo mismo. Voy a poner un pie dentro cuando Xander me detiene- Espera aquí, voy a traerte algo –Frunzo el ceño y lo observo ir hasta una pequeña puerta del lado izquierdo y sacar lo que parecen dos pares de pantuflas, unas negras y otras de color crema- Aquí las costumbres son diferentes, normalmente cuando llegas a una casa en este lado del imperio, te quitas los zapatos de andar por fuera y los cambias por estos –Me tiende las pantuflas color crema- se llama surippa y es una costumbre que en casa andes con ellas –Ladeo la cabeza observando las zapatillas en mis manos.

-Así que debo ponérmelas.

-No te sientas ofendida, es una costumbre que

-Tranquilo, no pasa nada, me las pondré –Creo escuchar un suspiro de alivio y miro a mi alrededor buscando algo donde apoyarme para quitarme las botas de tacón que traigo puestas.

-Puedes sentarte en el escalón para quitarte tus zapatos, toda la casa está limpia, es más si quieres puedes andar descalza –Sonrío internamente porque él luce tan empeñado en que esto no sea un problema para mí y se ve... adorable.

Sacudo la cabeza y le sonrío para tranquilizarlo. Me siento en los escalones y él hace lo mismo, así que pronto estamos quitando nuestros zapatos cuando los pasos rápidos y casi silenciosos se escuchan cerca.

-Xander, ¿Eres tú? –La voz de una mujer se escucha en la estancia, casi suena cargada de amor cuando ha dicho su nombre.

-Sí, mamá, soy yo y traigo visita –Como si eso fuera un detonante, los pasos se escuchan más rápidos, me apresuro a ponerme las pantuflas y Xander me ayuda a ponerme de pie justo cuando una mujer con cabellos y ojos beige da vuelta en la esquina del recibidor y se detiene frente a nosotros.

A pesar de que su tez es pálida, sus mejillas y labios se ven rosados, parece una mujer de treinta y tantos años. Tiene una mirada limpia, pura y amigable. De inmediato me agrada.

-Mamá, ella es Anahia. Anahia, ella es mi mamá, Roan –Mamá. Él ha dicho mamá, pero ella se ve extremadamente joven y bien conservada.

-Un placer, cariño –Voy a estrechar mi mano cuando noto que ella inclina la cabeza junto con su torso. Miro a Xander sin saber qué hacer, él suspira.

-Mamá, ¿Recuerdas la chica que los chicos te mencionaron? ¿La del Sur? –La señora mira a Xander mientras busca comprender las palabras que le ha dicho. Ella asiente y dirige sus ojos beige ahora hasta mi- Es ella –Evito taparme los oídos cuando la señora chilla alegremente y se abalanza sobre mí. Soy rodeada por sus brazos con fuerza y luego un beso es dejado en mi mejilla.

-Lo siento, yo debí notar que no eras de por aquí. Es un verdadero gusto conocerte, Anahia, Fabiano y Christopher hablan de ti todo el tiempo, y Xander no se queda atrás, eres la primera amiga que esos chicos tienen que hace todo lo peligroso que ellos hacen –La señora toma mi brazo y soy arrastrada hasta un pasillo que parece llevar hasta la cocina- Me han dicho que eres inteligente y

-Mamá –La voz de Xander se escucha molesta y cuando volteo esta fulminando a su madre con la mirada- No la agobies.

- ¡Ay pero que cosas dices, Xander! –La señora le devuelve una mirada fulminante y soy arrastrada hacia la cocina nuevamente mientras escucho la impresión que Xander y sus amigos han dejado en su mamá de mí.

            
            

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