Mes 08, día 20/4.109
- ¡Que pasada! Debes estar feliz, siempre hay promociones para poder comprar uno, pero nunca tienes el dinero suficiente para eso –Jackeline da un pequeño chillido histérico y luego aplaude mientras Sofía, Jake y yo observamos su momento histérico- Es genial que tengas una.
-Si no me equivoco, tu madre te dio una –Jackeline hace una mueca y termina con toda la alegría que tenía. Gracias Jake, siempre tan buen novio.
-No me interesa lo que ella me dé. Los regalos no compensan su falta, no soy tan fácil de comprar –Jake la fulmina con la mirada a través de la pantalla. Bueno, ese fue un golpe bajo.
Ellos se enfrascan en una discusión en donde ella sostiene que, a diferencia de él, no se deja comprar por su padre ausente, que los regalos no le importan y que lo único que a ella podría importarle no lo tiene. Jake no se queda corto y le responde diciéndole que, si el hecho de aceptar los regalos hace que su papá se sienta bien, él los seguirá aceptando. Ellos tienen una clara diferencia de opiniones aun cuando están en la misma situación, sus padres viajan horrores y casi nunca los ven.
-Agradezco no ser como tú que no eres más una niña malcriada que desagradece todo lo que tu madre te da –Sofía me hace una señal y entendiéndola a la perfección cortamos la comunicación con ellos y abrimos una llamada solo para nosotras.
-Es mejor que no se terminen matando o las dos vamos a estar en medio.
-Ni que lo digas.
-Bueno, cuéntame, ¿Lo has usado? ¿Te gusta?
-Lo use esta mañana para ver que tal.
- ¿Y?
-Ya sabes, muy lento y nada que ver con el Mac, tengo que ocuparme de ella.
-Seguro que quedara fantástica.
- ¿Crees que podrías traer la tuya y juntas trabajamos en ella?
-Seguro, no hay problema, coordinemos el horario y los cambios que vamos a hacerles –El frio envuelve mi cuerpo de forma inesperada haciéndome dar un respingo y frente a mí, Xander en ropa oscura se cruza de brazos mientras me observa. - Anahia ¿Estás bien? –Xander hace un gesto señalándome la portátil y fijo mi vista en Sofía.
-Estoy bien, no te preocupes. Tengo cosas que hacer, ¿Qué te parece si comenzamos mañana temprano?
-Sí, perfecto. ¿Vienes o voy?
-Voy, llevare las herramientas y la portátil.
-Claro, pero recuerda que para el satélite necesitamos la conexión con el central que es la portátil de tu papá.
-Primero encarguémonos de la nueva portátil y el BNL, luego nos encargamos del enlace.
-Bien. Hasta mañana.
-Nos vemos mañana, Sofía –Le doy finalizar y centro mi atención en Xander- Hola.
-Hola
- ¿Qué tal? –Rasco la parte trasera de mi cuello sin saber qué decir.
- ¿Incomoda?
-Un poco, cuando me miras así. –Sus ojos me estudian con detenimiento y a mi mente viene que él puede leer mis pensamientos. Trato de no pensar en nada, de tener la mente en blanco mientras sus ojos negros brillar de forma extraña.
- ¿Qué hacías? –Pregunta de pronto cambiando el tema.
-Hablaba con Sofía sobre modificar esto –Levanto la placa de acero y el BNL.
- ¿Estudias tecnología?
-No, estudio antropología, pero soy buena con los números y la tecnología, y Jake y Sofía estudian Sistemas Tecnológicos y me ayudan con las dudas que tengo.
-Si eres buena con los números y la tecnología, ¿Por qué antropología?
-Me gusta la historia de la humanidad y el desarrollo de la misma –Me encojo de hombros- Es una profesión bonita.
-Que no ayuda en nada.
-No voy a defender mi profesión ante ti –Refunfuño y me cruzo de brazos- ¿Tú qué estudias?
-Edafología y Biología.
- ¿Edafología?
-Estudio del suelo y sus componentes, junto con su relación con las plantas.
-No sabía que eso existía.
-Pues ahora lo sabes.
- ¿Y qué provecho le sacas a eso? –Pregunto altanera. Xander sonríe y se acerca a la ventana.
-Ven a ver –Dudosa y desconfiada, me acerco hasta la ventana.
-Todo se ve igual.
-Espera y veras –Xander se quita los zapatos y los calcetines quedando descalzo. Tiene pies elegantes. Mueve los dedos de sus pies y los afirma en el suelo. Los observo sin entender que hace hasta que sus ojos se vuelven de un negro más intenso y brillante. Desvío la vista hasta la ventana y veo como la tierra del patio comienza a abrirse, como si se estuviera erosionando. Sorprendida, pego mi cara a la ventana y veo como se levanta una porción de tierra del jardín y queda suspendida en el aire.
-Wow, eso es increíble –Murmuro fascinada viendo el pedazo de tierra flotar en el aire. Xander sonríe y la tierra empieza a descender hasta quedar en su lugar.
- ¿Es de provecho? –Pasmada, dejo escapar una risa y alterno la vista entre el jardín y él.
-Es increíble, estoy sin palabras, pero dudo que sea de provecho para alguien que no seas tú.
-Ahí es donde te equivocas, lo que sé, me permite hacer crecer las plantas en un entorno saludable, puedo reunir en una porción de tierra todos los elementos que necesito para que las plantas crezcan sanas y fuertes.
-Manipulas el suelo –Asombrada, dirijo mi vista nuevamente hasta la ventana y contemplo el pedazo de tierra que luce como si no hubiera sido arrancado hace un momento- ¿Qué más puedes hacer con eso?
-Hay cosas que creo que puedo hacer, pero no he intentado hacerlo.
- ¿Cómo cuáles?
-Hacer crecer las plantas. –Lo observo fijamente aun sin creer que alguien pueda hacer todo eso.
-Si haces eso, ¿Por qué no hacerlo en todo el mundo? Podrías hacer que la naturaleza volviera a ser lo que era y
-No es tan sencillo como parece.
- ¿Por qué? –Frunzo el ceño, decepcionada.
-Imagínate que vamos al desierto, siguiendo tu idea, plantamos una semilla, de lo que sea. En el desierto no hay las mismas propiedades para que crezca un árbol como lo hay en tu jardín, entonces me toca manipular el suelo y robarle esas propiedades a algún otro lugar, lo que significa que, si yo tomo los nutrientes de tu patio para hacer crecer esa semilla, tu patio no será el mismo.
-Vale, tienes razón, no es algo tan simple.
-Por eso son cosas que no he intentado hacer. –Asiento estando de acuerdo con él. Son cosas que no deberían hacerse. Aun así, es fascinante que él haya pensado en estudiar algo como eso para hacer cosas buenas.
-Es buena tu elección.
-Sí, lo supuse desde que la vi.
- ¿Tenias alguna otra carrera en mente?
-Honestamente pensé que medicina ayudaría mucho más que edafología o biología.
- ¿Y qué paso?
-Hice un trato con Jeremy y mi hermana hace años. Sacarle provecho a lo que sea que estudiara y compartir el conocimiento con los demás.
-Eso no responde por qué no escogiste medicina.
-Mi hermana y Jeremy estudiaron medicina. Jeremy es neurólogo y ortopeda y está estudiando una maestría en traumatología.
- ¿Cuántos años tiene? –Xander me muestra una pequeña sonrisa burlona antes de responder.
-Tiene veinticuatro. Empezó a estudiar medicina a los dieciséis, pero saco la carrera en cuatro años y luego las dos especializaciones juntas, en dos años.
-Eso es –Me detengo a media frase. No puedo imaginar el tiempo y el esfuerzo que debió haber empleado para todo aquello. - ¿Qué hay de tu hermana? –Sus ojos se oscurecen de una forma opaca y suspira.
-Murió –Jadeo y llevo las manos a mi boca. Todo este tiempo yo he estado preguntando por su hermana e intentando que hable de ella y ¡Dios! ¿Por qué tendré que ser así?
-Lo lamento, Xander, yo no tenía idea de que había pasado algo como eso y por eso preguntaba por ella. Lo lamento tanto.
-Descuida, nunca te di un indicio en realidad –Se encoje de hombros y se deja caer en el suelo, recostando su espalda en la pared. Imito su postura y nos mantenemos ahí, en silencio hasta que él habla nuevamente- Jeremy sufrió mucho, como no tienes idea, pero mataba ese dolor estudiando, no le quedaba tiempo para nada más, incluso pasaba grandes periodos de tiempo sin dormir y ahora yo hago casi lo mismo, él trata de enseñarme lo que sabe y yo hago lo mismo, solo dormimos unas pocas horas en realidad.
- ¿Y cómo es que sacas tiempo para estar aquí?
-Jeremy está de guardia en el hospital, así que aprovecho para estudiar lo mío o para venir a verte como últimamente hago –Mis mejillas se sonrojan pensando que le estoy quitando tiempo valioso.
-Puedes estudiar lo tuyo, no es necesario que nos veamos todos los días.
-No, no lo es, pero hay algo extraño que me pasa contigo.
- ¿Algo extraño?
-No se explicarlo –Se queda en silencio un momento, perdido en sus pensamientos. Me gustaría tener la habilidad que tiene para saber qué pone esa mirada pensativa y perdida en su rostro- Creo que podríamos ser buenos amigos –Dice finalmente, aunque en su tono detecto cierta duda.
-Seguro que sí.
- ¿Qué te parece si ratificamos esta amistad invitándome mañana a ver lo que harás con Sofía? –Entrecierro los ojos y luego suspiro. Que alguien me vea en esas no es algo que me maraville, pero qué más da.
-Seguro. Pero tendría que hablar con Sofía y luego –Vuelvo a detenerme en mitad de la frase dándome cuenta de que no tengo su número de celular o su dirección de correo electrónico- Oye, amigo, ¿Qué te parece si mejor ratificamos esta amistad dándonos los números de teléfono? –Por un momento creo que ver que no sabe de lo que hablo y luego sus ojos se agrandan con sorpresa y sonríe como si se estuviera burlando del hecho.
-Lo siento, que mal empezamos –Estira sus piernas y saca de uno de sus bolsillos la placa de vidrio y acero. Me sorprendo al notar que el acero está pintado de negro y el vidrio es oscuro- Es un buen color, me he acostumbrado a él –Se encoje de hombros- Ahora, dicta tus dígitos, amiga.
Mes 08, día 21/4.109
Estoy terminando de meter mis cosas en el morral que llevare a casa de Sofía cuando la puerta de mi habitación se abre y William asoma su cabello violeta por ella. No lo he visto en dos días y ya era hora de que se dejara ver.
Sus ojos rojos miran hacia mi cama y luego a mí, pidiendo permiso para entrar y asiento. Mi hermano termina de abrir la puerta de mi habitación y se adentra en ella, aun lleva los pantalones de pijama y sus ojos están medio cerrados todavía, pero eso no le impide arrastrarse hasta mi cama y desplomarse en ella.
-Deberías dormir un poco más.
-Buenos días a ti también, hermanita –Resoplo y camino hasta él ayudándolo a subir sus largas piernas en el colchón- Gracias, por eso eres mi número uno, la mujer que más amare
-La que cuidare toda mi vida y bla, bla, bla –Me burlo- Ya he escuchado eso, hermanito, y normalmente después de eso, tú y una señorita terminan dañando mi día, así que no quiero escándalos esta vez.
-Esta vez fue mamá la que se llevó la sorpresa –Se burla y se acomoda con la espalda sobre el colchón- Vieras que entro en la habitación como si fuera la de ella y ¡Bum! He sido pillado dándole un buen masaje bucal a las hermosas mamas de Stella –Lo fulmino con la mirada por la imagen que ha puesto en mi cabeza.
-No necesitaba saber en detalle qué estabas haciendo, Iam, no seas cochino –Tomo una almohada y la aviento con rabia a su rostro. William se ríe y rueda por mi cama como si fuera un niño chiquito. Tomo otra almohada y comienzo a darle de golpes, lo que solo hace que él se ría más y más.
-Ya, ya, detente que voy a orinarme en tu colchón
- ¡William Altermayer Hoggins! –Soy interrumpida a medio almohadazo cuando la puerta se abre y mamá, roja de cólera, entra en la habitación, seguida de papá en su pose de "no puedo hacer nada, ella manda"
-Wendy, cariño, primero dejemos que se vaya Anahia tranquila y sin problemas donde Sofía, y luego arreglamos esto con William –Mamá parece pensarlo un momento y aun llena de rabia se gira hacia a mí y trata de darme una sonrisa que parece más una mueca espeluznante.
-Anda, Anie, ve con Sofía. En la cocina hay unas galletas que puedes llevarte –Su repentino cambio de humor me pone los pelos de punta y no queriendo presenciar la que se va a armar, asiento, tomo mi mochila y salgo por la puerta en absoluto silencio.
Pobre William.
Al llegar a la cocina, Coquí ya tiene un recipiente con galletas de chispas de chocolate y coco esperándome en la encimera.
-Come tu desayuno y luego te iras –Se gira hacia mí con un plato de avena cocida y una porción de fresas picadas.
-Gracias, nana.
-De nada, mi niña, pero anda, come rápido antes de que todo se salga de control –Asiento y me apresuro a terminar mi desayuno, tomo las galletas, me despido de Coquí y salgo por la puerta justo cuando los gritos histéricos de mamá se escuchan.
Me apresuro a caminar por la calle mientras saco mi celular del bolsillo de mi short y lo reviso. Lo primero que veo es la respuesta de Xander.
Estaré ahí a las nueve en punto. Gracias.
No respondo. Guardo mi celular nuevamente y me apresuro a llegar a la casa de Sofía.
-Así que –Sofía me mira expectante dejándose caer en la gran manta acolchada que hemos tirado en medio de un grupo de árboles que hay en su patio.
- ¿Qué? –Pregunto sin entender todavía a que se refiere.
-Te gusta Xander –Declara, más no pregunta. Por un momento no digo nada mientras busco en mi mente algún indicio de algo que la haya hecho pensar eso, pero no encuentro nada raro o nada fuera de lo normal.
-No, no me gusta –Sé que no estaba preguntando, pero igual le respondo. Nos sostenemos la mirada por al menos un minuto en el que le doy el tiempo de que me mire y vea si miento, cosa que no hago regularmente porque después el ataque de mi conciencia es fatal y termino hablando, aunque respecto a las mentiras que involucran a Xander todavía no he dicho nada.
-Si no te gusta, ¿Por qué pasan tanto tiempo juntos?
-Se siente bien. No es como si no pudiera vivir sin ello.
- ¿En serio no te gusta?
-Tengo pensamientos raros con él, pensamientos que me hacen pensar que me gusta y luego está la reacción instantánea que provoca en mi cuerpo su sola presencia, pero solo somos amigos, así que estoy dejando pasar eso.
-Te estas contradiciendo.
-Ya lo sé –Resoplo y apoyo la espalda sobre la manta- Dejémoslo en que somos amigos y ya está, no quiero pensar en eso ahora.
-Bien, como tú quieras, pero tarde o temprano tendrás que enfrentar lo que sea que pase por tu cabeza.
-Prefiero no hacerlo –Sofía resopla resignada y comienza a sacar las cosas que vamos a utilizar. Me siento y también hago lo mismo.
Pasamos al menos una hora revisando las BNL y haciendo anotaciones en una tableta. Nos mantenemos en silencio durante todo el proceso hasta que terminamos y juntamos las notas.
-Lo de tu nueva portátil esta fácil, solo necesitamos modificar el código fuente de algunos programas y la tendremos disponible y lista para dejarla como la otra, o mejor.
-Pensé lo mismo. ¿Qué me dices del BNL?
-Que es un objeto sin ningún sentido –Ambas giramos cuando Xander aparece de pie, detrás de nosotras. Nos sonríe y luego camina hasta quedar frente a nosotras- Buenos días, señoritas.
-Buenos días, Xander –Respondemos ambas cuando él se sienta en el extremo opuesto de la manta.
-Por favor, no vuelvas a decir lo mismo del BNL, al menos de los nuestros, estamos tratando de mejorarlos –Sofía lo fulmina con la mirada mientras dice cada palabra. Xander sonríe burlón y luego asiente.
-Estoy aquí para aprender –Lo miro confundida y creo que Sofía hace lo mismo- ¿Qué? Quiero ver lo que hacen y ver si puedo aprender algo.
-Eres extraño –Murmura Sofía, pero no le da más vueltas al asunto y toma su tableta- Pensé que podíamos mejorar la presentación, hacer que no se ocupe todo tu campo visual con la pantalla.
-Pensé diferente –Sofía deja la tableta a un lado y me mira con atención. Sabe que mis ideas son un tanto radicales- Pensé en configurar el dispositivo de tal manera que anulemos la pantalla de inicio y pongamos un menú con varias opciones. El manual dice que el BNL transmite la información directamente a los sentidos, así que, si te da una imagen de la pantalla de una computadora, junto con un teclado y el cliceo táctil, puede darte fácilmente una conexión con el oído que podría servir para la opción de incorporar el celular.
-Estás hablando de no solo estimular la vista y el tacto, sino también el oído.
-Puede hacerse. El BNL envía las ondas de transmisión para estimular la parte del cerebro que maneja la vista y el tacto, podemos ampliar el radio de las ondas hacia el oído.
-Suponiendo que hagamos eso, ¿Qué hacemos con el sistema?
-Primero pensemos en como ampliar la transmisión –Xander carraspea llamando nuestra atención. Ambas lo miramos de reojo y él, aunque luce apenado, tiene un aire decidido.
-Conozco a alguien que puede ayudarles con eso.
Aparecemos en un estacionamiento subterráneo atestado de autos y ambulancias, lo que me hace pensar que estamos en un hospital.
-No estamos en el Imperio del Sur –Sofía pasea la mirada por los alrededores al igual que yo. El suelo es de color blanco, un blanco impoluto que hace juego con las paredes de ladrillos y algunas secciones donde las paredes no son de ladrillos, sino de vidrios.
-Estamos en Specialized Medical Development Center o SMDC, el hospital donde Jeremy hace su maestría.
- ¿Estamos en el Norte? –Pregunto tratando de no entrar en pánico, porque es de noche y estamos solos, en un estacionamiento y en un imperio que definitivamente no conocemos.
-Sí, pero tranquila, las devolveré antes del anochecer del Sur a casa de Sofía.
-Deberías estar dormido –Espeto aun sin creerme que cuando este chico ha ido de día al Sur, debería estar acostado en una cama y durmiendo.
-Tranquila, Hia, estamos en el Distrito de Aqua, al oeste del imperio, por lo que el horario es diferente. Yo y los chicos vivimos en el Distrito de Félix, en la parte más cercana al Sur, por lo que el horario es casi el mismo de ustedes, solo tenemos una hora y unos minutos de diferencia, no es gran cosa.
-Pero, si ustedes viven en un distrito diferente, ¿Qué hacemos en este?
-Ya te lo dije, Jeremy hace su maestría en este hospital. Es el más avanzado y el mejor y debo decir que es justo lo que a Jeremy le gusta, lo mejor, lo más avanzado y lo más exigente –Sonríe como si no solo hablara del hospital. Decido no hacer más preguntas y mantenerme en silencio a su lado, como ha hecho Sofía. No esperamos mucho cuando una enorme puerta de vidrio tintado de verde claro se abre y Jeremy sale por ella. Inmediatamente nos ve y frunce el ceño. Claramente no entiende que hacemos aquí y yo tampoco.
-Hola Anahia, Sofía –Respondemos el saludo con un movimiento de cabeza y luego él dirige su atención a Xander- Tengo receso de veinte minutos, será mejor que los aproveches y de paso expliques por qué las has traído hasta acá, sabes que si notan que no son de este imperio no te libraras tan fácil de tu padre.
-Ya lo sé, ¿Puedes dejar de regañarme por dos segundos y escuchar lo que tengo que decirte?
-Habla.
-Ellas tienen un BNL
- ¿Y eso qué? Varias personas tienen uno, si tu quisieras podrías tener uno, no actúes como un niño.
-Cállate y escucha –Gruñe Xander y por un momento creo que van agarrarse a golpes si Jeremy no lo deja hablar. Yo también quiero que hable para saber por qué nos ha traído aquí. - Ellas quieren modificarlo, ampliar el radio de estimulación hasta el lóbulo temporal y pensé que podrías ayudarlas y que a cambio ellas te ayudaran a ti. –Jeremy voltea a mirarnos con curiosidad, nos estudia como si fuéramos algo raro.
- ¿Qué estudian?
-Antropología y Sofía estudia sistemas tecnológicos. –Me apresuro a responder.
- ¿Edad? –Resoplo. He sido castigada con la misma pregunta que le formule a Xander.
-Diecisiete, ambas.
- ¿Y cómo es que piensan hacer eso? –Lo fulmino con la mirada cuando esa mirada de incredulidad y superioridad aparece. La he visto antes, y es una de las cosas que más detesto.
-El BNL emite ondas que estimulan la parte del cerebro que se encarga de la visión y el tacto, podemos ampliar la longitud de onda y hacer que estimule también la parte del cerebro que se encarga del oído.
- ¿Y qué quieres hacer con eso? –Pregunta, escéptico. Resoplo y me cruzo de brazos. No veo en que pueda ayudarnos Jeremy y su actitud me molesta.
-Anahia, él puede ayudarlas, pero debes decirle. –Vuelvo a resoplar y descruzo los brazos.
-Está bien. La idea es incorporarle las mismas funciones del celular, una antena y un micrófono servirán para eso, pero también necesitamos que la voz o el mensaje sean dado directamente al cerebro, sin un audífono, por eso queremos ampliar la longitud de las ondas.
- ¿Qué más puedes hacer? –Ahora Jeremy parece genuinamente interesado en lo que tenemos que decir. Recuerdo que Xander dijo que podíamos hacer un intercambio, lo que significa que él necesita algo de nosotros.
-Necesito también conectar una especie de sensor de movimiento, para desplegar un menú con un movimiento en concreto, supongo que eso se hace con los nervios, así que aquí está la cosa, si puedes ayudarnos a que lo que queremos se haga, nosotras te ayudaremos a hacer lo que quieres –Xander sonríe por mi propuesta, es casi una sonrisa incrédula, como si no se lo esperara. Jeremy lo mira un momento, luego su atención a Sofía y a mí, que permanecemos atentas a saber si obtendremos su ayuda.
-Espero que sean tan buenas en acción como lo son hablando.