¡Es abominable!
Atenta contra todo lo que predica nuestra fe. A pesar de que es hermoso tiene muy mal carácter, es mal genioso , prepotente, tiránico incluso. Manda a azotar a sus sirvientes por las infracciones más simples.
Con todo, las demás muchachas del servicio desfallecen de admiración al verle. Yo por mi parte debo andarme con cuidado. Desde que llegó, hace dos días no parece quitarme sus enormes y malignos ojos verdes de encima.
Rezo por no haber despertado el interés de un hombre que se comporta más como un demonio que como un ser humano.
Ciudad de Ithaca, estado de Washington, USA, julio de 2021
Eleni:
Puedo considerarme privilegiada. De los miles de millones de humanos que deambulan libremente sobre la Tierra, soy una de los pocos que sabe la verdad. Los vampiros son reales existen y mi familia ha servido al más antiguo y poderoso de todos desde hace siglos.
Los Amíntoros cumplimos esa noble labor, desde que en el siglo tercero antes de Cristo, el general Amintor juró su lealtad a Filipo II de Macedonia, su hijo mayor Hefestión se crió con el hijo de Filipo. Convirtiéndose posteriormente en la mano derecha y general estratega predilecto de Alexandros III, conocido como Alejandro Magno.
Lo que la humanidad desconoce es que éste Alejandro no murió, sino que fue convertido en vampiro por una hechicera y hoy día es el Mégas de la raza sobrenatural que comenzó con él. El hermano menor de Hefestión tuvo hijos y los hijos de sus hijos han sido los sirvientes humanos de nuestro Kyrios por generaciones. Actualmente nuestro patrón se hace Alexander Philipides.
Adaptarme a la vida aqui no fue tan difícil como creía. Llegué aquí en mayo, lo cual me ha dado tiempo suficiente a aclimatarme y a hacer sufriente turismo como para saber dónde quedan los restaurntes y cómo llegar al campus de la Universidad de Cornell. El patrón de mis abuelos pagó mi beca para que estudie administración de hoteles. Mi abuelos no cabían dentro de sí de la felicidad. Yo por mi parte interpreté sus actos como lo que son. He sido desterrada.
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- Sé lo que hiciste y sé el motivo que te llevó a ello. - Kyrios Alexandros me contempla con una expresión de odio que me asusta.
- Kyrios, yo...
Eleva su mano izquierda imperiosamente. Es un gesto que conozco perfectamente. Significa que ya ha decidido lo que será de mí futuro.
- Te he inscrito en una Universidad norteamericana. Irás a estudiar allá y cuando termines tendrás un puesto asegurado en uno de mis hoteles. ¡Ahora, empaca tus cosas y lárgate de mi vista!
- ¡Cállate!- grita colérico. Se pone en pie y me traspasa con sus ojos enrojecidos de cólera.
- Hago esto por consideración a tus abuelos quiénes me han servido tan lealmente durante tantos años, si por mí fuera...¡ te estrangularia con mis propias manos y te daría de comer a los buitres!- ruge mostrando sus colmillos.
- Eres una perra malagradecida, eso es lo que eres.
Lloro a mares, silenciosamente.
- Tus actos revelan un nivel de maldad que francamente supera lo esperado en una joven de tu edad. Desobedeciste mis órdenes deliberadamente, llevaste a mi huésped hasta esa franja de playa y la abandonaste allí ... ¡sabiendo que podrían asesinarla!
Toma aire fuertemente y aprieta el puente de su nariz. Bufa exasperado y recupera su asiento.
Seco mis ardientes lágrimas con mis manos.
- Empaca todas tus cosas, el jet los llevará a ti y a tus abuelos a Atenas. En unos días sale tu vuelo hacia Estados Unidos. Espero no volver a verte nunca más.
Salí de aquel despacho cambiada. Nunca más volvería a llorar.
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La única justificación que tengo para lo que hice es que estaba enamorada. ¿Cómo no estarlo? Kyrios Alexandros parece un ángel caído del cielo. Mujeres mucho mayores y experimentadas que yo han sido víctimas de sus irresistibles atenciones y han sufrido el desengaño de su abandono.
Reproduzco en mi celular la canción Happier than Ever de Billie Eilish. Su primera parte melancólica y suave describe exactamente como me siento. Triste por la separación forzada con mis abuelos, triste por la destrucción total de mis estúpidos sueños pero más feliz que nunca por estar lejos de él.
Simplemente malinterpreté los acontecimientos. Comencé a trabajar para él tres años atrás, entonces tenía quince. Me desempeñé como sirvienta en su mansión de Atenas. Cuando mis abuelos me presentaron ante él, dijo que yo era realmente bonita y siempre me trató con la mayor cortesía, me sonreía directamente cada vez que estábamos juntos.
Lugo comencé a escuchar los comentarios de los demás sirvientes. Estaban sorprendidos de que nuestro patrón había dejado su conducta de mujeriego de la noche a la mañana y había mandado a construir una inmensa Villa en el extremo sur de la Isla de Spiros, lugar en el que planeaba asentarse con su futuro esposa.
A medida que pasaron los años me convencí a mí misma de que el Señor Alexandros estaba enamorado de mí. Todo parecía encajar, el cambio en su conducta sexual, su obvio afecto hacia mí, la orden de construcción de Villa Philipides, incluso me cree la ilusión de que no me reclamaba porque me consideraba demasiado joven y que por respeto a mis abuelos esperaba a que yo cumpliera la mayoría de edad. Cuando nos envío a buscar a mis abuelos y a mí para que fuéramos a vivir a la Villa pensé que finalmente estaba sucediendo.
Fui una ciega. Todo se vino abajo cuando cumplí dieciocho.
Días antes me había llamado a su despacho y me había encargado la compra de ropas, zapatos y otros artículos. Pensé que eran para mí, por lo tanto ignoré el pedazo de papel que tenía escrito tallas de ropa que no coincidían con las mías. Lo justifiqué pensando que se había equivocado.
La noche en que cumplí dieciocho años le esperé desnuda en su cama. Al ser vampiro no duerme pero conocía muy bien sus costumbres y siempre se da un baño antes de beber su copa de sangre a las nueve. Estaba ansiosa por hacerle saber que conocía sus sentimientos e intenciones y que estaba dispuesta a ser suya. Me envolvió en el edredón, me tomó en sus fuertes brazos y ...Me dejó caer de nalgas fuera de la puerta de su habitación.
Me llamó...algo que no repetiré y amenazó con contarle a mis abuelos lo que yo había hecho...Tres días después le escuché hablar por teléfono. Gracias a esa conversación descubrí que su guardaespaldas Patrick había ido a Cuba a buscar a la mujer que realmente había despertado su interés.
Se apoderó de mí tal nivel de celos que me dediqué a molestar a la intrusa en cuanto llegó.
La canción cambia su ritmo y el mensaje de la misma se torna abiertamente agresivo. Canto a todo pulmón junto con la enfurecida Billie. Yo no me trataría a mi misma como si fuera una mierda, como él hizo, me ha hecho odiar esta ciudad no, este puto país completo. No diré nada en internet aunque los detalles sobre su misteriosa nueva mujer harían una historia bien pagada por las revistas de chismes ni le contaré a nadie lo peor...su mayor secreto, porque eso sería vergonzoso y una venganza infantil, nadie me creería.
En cuanto aterricé aquí en el aeropuerto de Itaca tomé una decisión. ¡Al carajo la tradición familiar! Dijo que no quiere volver a verme nunca más, se equivocó. Soy yo quien no quiero volver a verlo mientras viva. En cuanto me gradúe solicitaré un empleo en cualquier hotel aquí mismo en U.S o en cualquier otro lugar del mundo.¡ Púdrete Alexander Philipides!