Grité. Grité como a quién el diablo arrastraba hacia los infiernos y a poco de galopar detuvo su caballo en un claro sembrado de rosas. Me bajó de su cabello , volví a intentar huir y se lanzó sobre mí. Tumbándome de espaldas sobre la verde hierba. Temí lo peor.
-Es increíblemente divertido ver lo asustada que estás, palomita. Anda no te hagas de rogar y dime tú nombre.
-Sabe mi nombre perfectamente, Señor. Preguntó por mí hace dos días al ama de llaves del castillo y ésta me abofeteó por - trago en seco- ... coquetear descaradamente con los invitados de nuestro Amo.
Gruñe entre dientes.
-¿Cuál de tus mejillas sufrió la ofensa, palomita? ¿Esta...- besa mi mejilla derecha.- ...o ésta?- besa mi mejilla izquierda.
Me retuerzo incómoda debajo de él.
-Déjeme en paz, Señor. Busque a otras con quienes entretenerse. ¿Que no ve que no tengo interés en sus juegos y para colmo me ha hecho perder las fresas que me encargó la cocinera? - sollozo empujándole, intentando quitármelo de encima.
-Recuperarás tus fresas, yo mismo te ayudaré, pero reclamo un precio por tu libertad.
Le miro paralizada de miedo. Toda la sangre de mi cuerpo ha abandonado mi rostro. Sonríe de oreja a oreja y susurra a una distancia demasiado inapropiada de mis labios.
-Un beso. Un pequeño beso es el precio que demando por devolverte la libertad, palomita.
Giro mi rostro alejando mi boca de la tentación de sus pérfidos labios.
-Déjeme ir ahora, Señor, se lo suplico.- susurro.
-Vamos, no es mucho pedir. Vale la pena el trueque, si lo piensas. Serás libre y yo mismo te ayudaré a juntar más fresas de las que perdiste. Anda, será solo un instante. Sólo un beso, lo prometo.
Me giro a mirarle , extiendo mi rostro hacia él y espero el roce de sus labios.
Ésta tarde, Vlad Dragulia ha robado mi primer beso.
Ciudad de Ithaca, estado de Washington, USA, julio de 2021
Eleni:
- ¿Estás segura, abuela?- miro el rostro desencajada y lloroso de abuela Cosima a través de la pantalla de mi laptop.
-Si. Lo estoy. Kyrios Alexandros ha desaparecido y esa mujer también. Al parecer nuestro Señor no pretendía desposarla , sino convencerla de que le otorgará el descanso.
Estoy estupefacta de asombro.
-Patrick cree que ha muerto. Cree que ambos lo han hecho. Los miembros del consejo están inquietos. Llevan semanas deliberando pero no se ponen de acuerdo en elegir un sucesor.
-¡Horror!
-Eso mismo digo. Fácilmente podríamos caer todos en manos de esa Cleo o del otro, el terrible Drácula. De pensarlo me dan palpitaciones.
Me muerdo las uñas.
-Recemos entonces porque Dios sea misericordioso y elijan a alguien más. Creo recordar que Gracie Mallet es una mujer muy bondadosa.
-Al igual que Georgia Spence, es una lástima que ambas estén tan lejos en la línea de sucesión al trono.
-Lo es.
-¿Cómo va tu verano? ¿Te divierte mucho?¿ Tienes amigo? ¿Te interesa algún chico?
-Mi verano va bastante bien, en cuanto a lo demás...no,no,y no. Me la paso encerrada aquí en el apartamento leyendo. Quiero comenzar las clases con algo de ventaja sobre mis compañeros.
Abuela me mira por encima de sus espejuelos.
-Es bueno que te esfuerces, hijita. Pero diviértete un poco también. ¿Ne?
- Ne, abuela.
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He decidido seguir el consejo de abuela. He dividido mi horario, por las mañanas salgo a explorar las principales atracciones de Ítaca, y por las noches estudio.
Las cascadas que pertenecen al parque nacional de la ciudad de Ítaca, son bastante bonitas. No son monstruosamente altas o imposiblemente caudalosas pero se puede disfrutar de un ambiente fresco mientras se les contempla ya que la mayoría se encuentran a la sombra en diferentes áreas cubiertas de árboles.
En el mercado se pueden apreciar alrededor de 160 vendedores los cuales producen y venden sus propias mercancías en un pabellón que ocupa treinta millas, se puedeencontrar una amplia variedad de productos, atendiendo a las más variadas necesidades. Comidas preparadas al momento, múltiples vegetales, frutas, quesos, carnes, vinos, piezas de repostería y suvenires artesanales.
Compré un delantal nuevo y un par de guantes para hornear a abuela.
De todos los lugares nuevas que he conocido, el jardín botánico de la universidad es mi favorito. Tomo mis libros y me siento a estudiar con mi espalda pegada a un tronco mientras el viento azota los cultivos de rosas, siempre me han encantado las rosas. Me gusta bañarme con jabones y aplicarme perfumes que huelan a rosas.
En cuanto comiencen las clases me mudaré del apartamento a la residencia estudiantil, ya que el patrón de mis abuelos desapareció y no se sabe a ciencia cierta quién tomará su lugar, considero que lo mejor es que abandone el piso. No sea que el nuevo Mégas de los vampiros considere mi permanencia en el lugar un irrespeto de mi parte y meta a mis abuelos en problemas.