Ice Heart
img img Ice Heart img Capítulo 8 Noche Roja:
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Capítulo 11 S.O.S de un terrícola en angustia: img
Capítulo 12 Inapropiada: img
Capítulo 13 Placer: img
Capítulo 14 El juego: img
Capítulo 15 Juguetes y lazos: img
Capítulo 16 Alondra roja: img
Capítulo 17 Olímpico: img
Capítulo 18 L'Masquerade: img
Capítulo 19 La torre: img
Capítulo 20 Intervención: img
Capítulo 21 La guarida del Dragón: img
Capítulo 22 Sumisa: img
Capítulo 23 Jaque: img
Capítulo 24 Disciplina laboral: img
Capítulo 25 Tepes: img
Capítulo 26 Drácula: img
Capítulo 27 Mégas y consorte real: img
Capítulo 28 Beati Belicosi: img
Capítulo 29 Petición matrimonial: img
Capítulo 30 En subasta: img
Capítulo 31 Copy cat: img
Capítulo 32 Joyas sangrientas: img
Capítulo 33 El cobarde: img
Capítulo 34 Verdades rojas: img
Capítulo 35 Perdón: img
Capítulo 36 Terceras oportunidades: img
Capítulo 37 Epílogo: img
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Capítulo 8 Noche Roja:

Eleni:

Estoy sentada sobre la hierba más verde que he visto en toda mi vida, a mi alrededor hay rosales de todos los colores imaginables. El sol hace que el rocío del amanecer centellee como diminutos diamantes sobre los pétalos cerrados de las rosas. Visto un vestido azul celeste, de una tela ligera, el vestido tiene un estilo antiguo, con muchos vuelos y mangas excesivamente largas.

Unos pantalones entran en mi campo de visión, son negros, los recorro elevando el rostro muy lentamente, un par de piernas fuertes, una cintura varonil, un pecho ancho cubierto por una camisa blanca, un cuello grueso, unos labios...y unos pómulos, y unos ojos verdes que... El hombre se arrodilla a mi lado toma mi rostro entre sus manos y me besa como si fuera el fin del mundo

-He vuelto a casa, palomita. ¿Me echaste de menos?- ronronea en mi oído.

Despierto sobresaltada.¡ Horror!

¡No puede ser, lo que me faltaba, ahora parece que voy a empezar a tener sueños húmedos que involucran a mi jefe!

Vlad:

-La Noche Roja es en dos días. ¿Has hecho tu elección?- me pregunta Olenka.

Miro desinteresadamente a través del enorme ventanal de cristal, Bucarest está despertando y el tráfico en la ciudad comienza a tornarse espeso. Olenka me pone al día sobre los eventos en mi agenda para los próximos días.

-Imagino que tendrás tus... sugerencias- mascullo sin siquiera voltearme a mirarla.

-Bueno, las hermanas Torrens, las Brasileñas, te han solicitado personalmente, al igual que otras doce huéspedes VIP. De todas, creo que Justine Sziláy es la única que cumple un poco con tus estándares, además la mujer lleva tres años jadeando por subir a tu cama.

Frunzo los labios.

-¿Me ha solicitado alguien del personal?- pregunto abriendo el microondas y calentándome una bolsa de O negativa, necesitaré al menos cuatro copas para quitar este sabor amargo de mi boca.

-No. Por supuesto que no. Los del staff no se atreverían, todos conocen las reglas. Excepto...-

Elevo una ceja y la miro. Abre sus ojos cómo un par de platos.

--Entonces es eso...Vlad Tepes desea que la nueva mánager lo solicite para la Noche Roja...- deja escapar un chiflido.- realmente debe gustarte esa humana.

- No digas tonterías Olenka.- respondo entre dientes.

- Vamos Vlad, a otros puedes engañarlos pero a mí no. Durante la cena de los VIP no dejabas de mirarla , cuando ese camarero le derramó el champán encima no sé cómo no le arrancaste la cabeza y luego desapareciste por unos veinte sospechosos minutos, así que...

- Alguna vez te he dicho lo increíblemente entrometida que eres.- gruño.

Sonríe de oreja a oreja.

- No. Pero esto será interesante. Según lo que vi la otra noche, el señor Corvin está interesado en ella también. Estoy segura de que no le han explicado a la señorita Amíntoros de qué va el evento, pero puede que si se le da a escoger, ella y Corvin se elijan mutuamente.

Siseo y muestro los colmillos.

Olenka me mira perpleja.

- Hombre, si no te conociera bien...diría que estás medio enamorado.

Eleni:

- Entonces es básicamente una orgia.

- Bueno, no. A ver si me explico...- Jeremiah se rasca la cabeza un momento. - es...una noche especial, nuestros huéspedes disfrutan de experiencias sexuales exóticas y el dinero se dona a alguna buena causa.

Le miro ceñuda.

- Sigue siendo una orgia.

- Que no, los invitados acuden mayormente por curiosidad, desean experimentar sexo con vampiros, se dice que es muy placentero cuando te clavan sus colmillos a mitad de un orgasmo. La mayoría de los asistentes prefieren el uno a uno o los tríos. Además, gran parte de las mujeres, solo viene por la oportunidad de jugar con Vlad, el hombre es un amo muy demandado en el mundo del BDSM.

Pongo los ojos en blanco.

Vlad es un amo...obvio, el hombre tiene toda la pinta.

-Sin embargo el salón principal ha sido acondicionado para los que deseen sexo grupal. No vas a convencerme de lo contrario Jerry, esto es una orgia.- observo.

Bufa exasperado. Jeremiah es uno de los empleados humanos del hotel, hoy funge de portero. Tiene veinte años de edad, es rubio(pero pinta las puntas de su puntiagudo peinado de diferentes colores) y cuando sonríe se le hacen hoyuelos en las mejillas, además sospecho que es gay.

- Lo que tú digas. ¿Y bueno qué?¿ Le entras?

Niego con la cabeza.

- No. No tengo ningún interés de manosearme con desconocidos.

- Ay, por favor. No seas aguafiestas. Será divertido.

- Qué no, Jerry. Por suerte la asistencia al evento no es de carácter obligatorio. Puedo dejar a Geoff a cargo de las cosas e irme a dormir temprano. Lo estoy necesitando, estos días de trasnochar están matándome, ¡mira que par ojeras!.- protesto poniendo en mi rostro mi más teatral expresión.

- El aburrimiento es lo que va a terminar matándote. Mírate, no tienes amigos con los salir, no tienes vida social de ningún tipo, tus días libres los pasas encerrada en tu depa, aquí en el complejo del hotel. - niega con la cabeza.- Tienes alma de anciana, en vez de disfrutar de una noche de sexo bestial con un desconocido o dos, o tres, o cincuenta...quieres pasarte la noche leyendo alguna tontería.

Sonrío, Jerry se ha propuesto ser la (pervertida) voz de mi conciencia.

- Cuando sea grande quiero ser como tú, cariño.- digo despeinando sus cabellos puntiverdes.

- Lo sé, soy un paradigma.- infla su pecho orgulloso y reímos juntos.

Vlad:

Finalmente ha llegado el gran evento. Las invitadas se han decepcionado grandemente cuando anuncié que no tomaría a ninguna de ellas, la señorita Sziláy fue particularmente vocal en sus protestas.

He optado por encerrarme en el penthouse del Hotel, me he traído a Yelena y a Yainni, las vampiresas que se desempeñan en la recepción del hotel. En otros tiempos contemplarlas mientras se complacen una a la otra sería enormemente placentero, pero desde hace un tiempo no encuentro placer en nada.

Conozco ésta sensación...hastío. Es como cuando un humano se deprime, pero en nosotros los inmortales es peor, mucho peor. Es una de las mayores contradicciones de nuestra existencia, llega un momento en que simplemente no le encontramos sentido a la vida, y sin embargo estamos condenados a vivir eternamente.

Dejo a las vampiresas entretenidas en lo suyo, abro la puerta y salgo. De las habitaciones a ambos lados del pasillo provienen sollozos, gemidos y hasta gritos de placer. Sí, por todo el hotel se respira un ambiente cargado de lujuria y deseo. Sospecho que a éstas horas Olenka está torturando a su nuevo sumiso. Se ha encaprichado con un chico de veinte que pinta las peliparadas puntas de su peinado, cada semana las trae de un color diferente.

Conociendo como conozco a Olenka, seguramente le ha introducido algún juguete sexual en el trasero al muchacho , debe tenerlo amarrado y ahora debe estarle dando una montada bestial. No por gusto la rusa era la concubina favorita del sultán otomano Mehmed II. Tiene un arte y una maldad para el sexo que descontrola y domina a los humanos.

Me materializo en la entrada del salón principal, Geoff se encarga de que el evento marche sobre ruedas.

- ¿Cómo va?- pregunto.

- Espectacularmente, señor. Hace veinte minutos comenzaron la cuarta sesión de sexo grupal.

Elevo las cejas. Bueno, esto es un nuevo récord.

- ¿Y la señorita Amíntoros? ¿Reclamó a alguien?- mascullo entre dientes.

- No señor. Me dejó a cargo del protocolo y se fue al depa. Jerry me dijo que estaba cansada. Hay que tener en cuenta que estos eventos desvelan mucho a nuestros compañeros humanos.- sonríe Geoff.

Respiro aliviado. No está con alguien, ha decidido irse a dormir. Una sonrisa se apodera de mi rostro. Quiero verla. Son las tres de la madrugada y debe estar profundamente dormida.

Las habitaciones de los trabajadores humanos del hotel, están en un edificio contiguo al mismo, así se evita que lleguen tarde a sus labores debido al tráfico o alguna otra tontería. Me materializo junto a las escaleras que conducen al segundo piso del edificio de los trabajadores, sé muy bien dónde está su habitación. Subo las escaleras en un suspiro, giro a la derecha y paro en seco.

Está de pie, en la puerta de su habitación, su cabello está revuelto, sus labios enrojecidos, su bata de casa visiblemente estrujadas y lo peor es que no está sola. De pie en el pasillo dándome la espalda y susurrándole demasiado cerca está el señor Corvin.

Puedo olerla, el aroma de su orgasmo es evidente incluso a la distancia en que estoy, las ropas de Corvin están estrujadas y su cabello también revuelto. Han tenido sexo. Es la conclusión más lógica. Cierro mis manos en puños y rechino los dientes.

Quiero matarlo. Le odio. Quiero bañarme en la sangre de ese tipo y juro por los clavos de Cristo que uno de estos días lo haré.

Y a ella...Oh a ella...¿qué le haría a ella? Las posibilidades son infinitas...¿Debería encerrarla en mi penthouse del hotel? ¿Debería encadenarla desnuda a mi cama?¿Debería follármela hasta que caiga muerta de cansancio, estrangularla o aún mejor azotarla con un látigo hasta que su espalda sangre?

Maldita cobra, lo sabía. Sabía que volverías a hacerme sufrir.

            
            

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