Sus manos estaban por todo mi cuerpo, recorriendo centímetro a centímetro cada porción de piel. Sus caderas se movían sin parar, profundizando en mi interior cada estocada, dejándome casi sin aliento.
Todo era tan confuso.
Como si tocara el cielo y el infierno al mismo tiempo sin abandonar la tierra.
-- ¿Lo sientes, Saith?. Sientes como tu cue