Capítulo 4 : Etiquetas parte 2

Prometeo

Durante las clases no había encontrado el momento para contarles a mis amigos sobre el divorcio de mis padres, ahora en el recreo es el momento para hacerlo, voy hacia Liam y Camila para contarles finalmente.

-Oigan, tengo que decirles algo muy importante -apenas les digo al verlos.

-Nosotros también tenemos que contarte algo -dice Liam.

-Bueno díganme rápido.

Estaba destrozado por lo de mis padres, necesitaba más que nunca de mis amigos en este momento.

Liam y Camila cruzan miradas y ambos dicen al unísono.

-Nos vamos a ir del país -y con esa sola frase sentí que todo mi mundo se derrumbaba.

La oración que todo amigo teme escuchar en su vida.

-¿Cómo? -los miro atónito. No podía asimilar eso-. No entiendo, ¿por qué?, ¿por qué ambos? -Camila responde.

-Sabes que mi padre está trabajando en Estados Unidos y él es muy amigo del papá de Liam, así que le ofreció trabajo allá -Liam procede a hablar.

-Mi papá está harto de seguir aquí, no soporta otro día y quiere irse lo más pronto posible.

-Su papá aceptó y mi mamá también quiere irse para ver a mi papá, por lo que nos iremos con ellos la semana que viene -comenta Camila.

-¡La semana que viene!, eso es muy rápido -apenas podía procesarlo.

-Lo sabemos -dice Liam, haciendo una mueca.

No puedo creer que esto me esté pasando justo ahora. Debe ser un sueño.

-Lo siento demasiado Teo, Liam y yo no sabíamos cómo decírtelo y por eso te lo ocultábamos -me dice Camila con la mirada decaída.

-¿Desde hace cuánto lo saben? -les pregunto a los dos.

Ellos bajan la mirada y ninguno quiere responder hasta que Liam lo hace.

-Hace un mes.

-¡Hace un mes!, ¿Y hasta ahora me lo vienen a decir? -frunzo el ceño dolido.

-No queríamos que cada día se sintiera como el último y todo fuera muy triste, preferíamos que fuera natural -dice Camila en su defensa.

-Con razón insistieron en salir todos los fines de semana, en ir al cine, al parque de diversiones, a sus casas a jugar -todo tenía sentido ahora.

Ya no quería decirles nada sobre el divorcio, no valdría la pena. Y tampoco quería verlos ahora mismo.

-Tengo que irme.

Me di la vuelta y caminé escuchando cómo me llamaban para no irme.

Sé que no debería molestarme con ellos y aprovechar el tiempo que nos quede, pero sí que estaba molesto y al menos por hoy quería estar solo.

Supongo que tendré que afrontar lo de mis padres solo.

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A Todos alguna vez se nos ha ido un amigo, y si no es así entonces tienes suerte.

Cuando sabes que un amigo ya no va a estar. Quizás a lo que tememos no es tanto al hecho de que se vaya, sino que no vuelva a ser lo mismo, de que esa sea la sentencia de muerte para su amistad.

Y Diangel sentía exactamente lo mismo. Que muy probablemente cuando ellos se fueran, y estén lejos, la comunicación vaya en picada hasta ya no hablarse y convertirse en desconocidos.

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Vega

En el recreo Dannia nos cuenta que mañana deberá irse a otro estado por una emergencia familiar de la que se acaba de enterar.

-Mi abuela está muy mal, mis papás quieren ir a verla antes de...bueno ya saben. No sé por cuanto tiempo me vaya, pero debe ser rápido -nos dice con el celular en la mano donde la acabaron de llamar.

-Espero que se mejore -dice Alessa.

-Igual - asiento.

-Durante el tiempo que no esté te encomiendo a ti Alessa que sigas con la operación desvirginación, ¿ok? -la mira fijamente dándole la mano.

-Prometo hacer todo lo que harías en tu lugar. - se estrechan la mano.

-Pero no todo, no puedes con tanto -ambas se ríen.

Ahora que lo pensaba no estaba muy segura sobre el plan...pero también tenía un poco de curiosidad saber qué es lo que podría pasar.

Supongo que por eso seguí adelante.

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Ya conocen el dicho.

"La curiosidad mató al gato"

Aunque quizás en este caso fue peor.

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Venecia

Mis amigos y yo estábamos sentados en las mesas de siempre cuando de repente Mauricio se sobresalta al ver algo en su teléfono.

-¡Miren esto! -Mauricio nos enseña el celular muy rápido para ver algo.

-¡No vimos nada! -exclama Ailyn

-Hoy habrá una fiesta especial en Luxor, ¡tenemos que ir! -dice entusiasmado.

-No lo sé, tenemos que estudiar para... -Julia es interrumpida.

-¡Nada! Necesitamos esto, tenemos tiempo que no salimos juntos, vamos -su tono era tan suplicante como irritante.

Eliana me miró y dijo:

-Vamos, creo que estaría bien.

-Primero debo preguntarles a mis padres, y sabes que eso es todo un proceso para que me den permiso -le digo.

-Convéncelos, tengo ganas de salir de fiesta -Eliana me jala del brazo como un orangután hambriento- ¿Sí?, haz tu mejor esfuerzo -me mira con ojitos de perrito.

-Lo intentaré, pero no prometo nada.

-Está bien, yo iré -Ailyn se alza se hombros, y Howard le sigue.

-No tengo nada mejor que hacer esta noche, así que sí, me apunto.

-Y yo -reafirma Eliana

-Bueno...está bien, también iré -Julia pone los ojos en blanco cediendo.

Solo faltaba yo, y siempre era el mismo problema para salir.

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Y esa fiesta en la discoteca sería el comienzo del desastre para una persona.

Aquella noche en la que tuvo una mala idea y le pareció buena en el momento...

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Azul

Ya era de noche y me encontraba en el Luxor. Estaba esperando en una esquina a que Cameron aparezca, el chico de 27 años que conocí por Tinder, según él ya había entrado a la discoteca. Estaba atenta por si lo encontraba primero y entonces me di cuenta de que un hombre mayor me estaba mirando demasiado, yo trataba de verlo discretamente a comprobarlo, pero a cada vez que lo veía cruzábamos la mirada en un momento incómodo porque ni siquiera se molestaba en disimular. ¿Por qué lo hacía? Era muy creepy, a menos que él me conozca... ¡Ay no! No, no, no.

Una idea se me pasó por la cabeza y quise rechazarla, pero primero debía comprobarla. Caminé hacia él sin temor y una vez frente suyo le hice la pregunta.

-¿Tú eres Cameron? -la pregunta lo sacó un poco de orbita. Quizás no esperaba a que lo descubriera.

-¿Disculpa?

-Que si eres Cameron, el chico de Tinder, sabes a lo que me refiero -él levantó ambas cejas y soltó una risa nerviosa.

-Creo que me atrapaste -dice con una sonrisa en su intento de verse atractivo... el cual está logrando.

-¡Lo sabía! Eres un pervertido, voy a denunciar tu cuenta.

-¡No, no lo hagas! Por favor, no serías tan mala -une ambas palmas en forma de súplica.

-¿Qué sabrás tú de mí? Puedo ser muy mala y puedo hundirte en este momento si quisiera -no sé cómo pude hablarle sin un pelo de miedo, no me intimidó ni un segundo. La verdad no proyectaba esa imagen.

-Pero no quieres hacerlo, ¿verdad? -alzó una ceja y subió la comisura de su labio viéndose tan malditamente guapo, estaba funcionando lo que fuera que hiciera.

-No lo sé, tal vez puedas hacerme cambiar de opinión -le miré mejor y me di cuenta de lo que tenía enfrente.

No sé cuántos años tendrá exactamente, pero en este momento lo que me importaba era ese físico. Tenía unos brazos grandes y musculosos que querían salirse de sus mangas. Su pecho hacía lucir esa camisa azul marino tan apretada que los botones podían salir volando, tampoco era musculoso tipo esteroides y gimnasio todos los días, todo en extremo no me gusta, pero sí que llamaba mi atención este tipo. Y su cara era otra cosa, tenía expresiones que solo el diablo tendría, con una barba cuidada, dentadura perfecta, cabello negro y peinado...uff, jamás estuve ante un hombre así de cerca y lo que pasó después fue gracias a que me dejé llevar por su apariencia y quedé totalmente perdida en su cuerpo. Lo admito, me declaro culpable.

-¿Un baile te haría cambiar de opinión? -propone tocando mi mano y yo sentí un corrientazo recorrer mi brazo.

Tal vez exagero explicando las cosas, pero es que nunca había estado en una situación similar.

-Ya veremos.

Dejé que me llevara de la mano y me trajera al centro de la pista en donde todos pretendían bailar y él puso sus manos en mi cintura y yo alrededor de su nuca mientras reposaba mi cabeza en su pecho.

Si me estuviera viendo a mí misma no lo creería. O sea estoy abrazada con un hombre que me dobla la edad y no es mi padre... ¡¿Qué?!

Si así se siente el quinto cielo entonces diosito llévame ya.

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Azul la pasó muy bien en la discoteca ese día, pero no imaginó nunca las consecuencias que traería después.

¿Sabes cuando conoces a una persona y a partir de ese día tu vida da un giro completo que no imaginabas?

Este es ese día, recuérdalo bien. Puede ser tanto bueno como malo...

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Los amigos de Venecia entran a la discoteca y se preguntan en dónde estará ella.

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Venecia

Y justo como pensé, mis papás no me dieron permiso de ir. Creo que soy la única chica de familia rica que es tan sometida. Y eso cambiará.

-Por favor mamá, tengo ganas de ir.

-¿Quiénes van para allá? -la pregunta infaltable.

-Eliana, Ailyn, Julia, Howard y Mauricio, ya los conoces, mis amigos.

-¿Eliana irá? -alza una ceja mientras se hace un tratamiento en la cara viéndose al espejo.

-Sí, ella irá -asiento esperanzado.

Mi mamá y la de Eliana se tienen confianza así que, si ella va, yo también podría.

-Lo siento, Venecia, Mañana hay clases, todavía si fuera un viernes.

-Mamá...

-Pregúntale a tú papá -se sale del problema.

Así que yo como un perrito voy hasta donde mi papá que está viendo luchas en la televisión.

-Papá, esta noche mis amigos y yo queremos ir al Luxor y me preguntaba si podía ir.

-¿A esta hora? No lo sé, Venecia, pregúntale a tu mamá -lo mismo de siempre.

Ay, no, ¿saben qué? No iré a ningún lado, en realidad no tenía tantas ganas de ir. No soy mucho de fiestas, pero lo hago por mis amigos, ellos siempre se divierten mucho más que yo. Seguro en este momento ya Mauricio y Eliana estén borrachos porque ellos son los curdos del grupo.

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Ojalá mi vida fuera como en las series adolescentes, donde siempre pueden salir a dónde quieran y cuándo quieran, van a fiestas todas las noches y se embriagan. Pero no, en la vida real para algunos está antes que todo, los permisos de los padres, porque sin el consentimiento de mamá, lamentablemente, no irás a ningún lado, siempre que vivas bajo este techo y sigas sus reglas.

También si viviera dentro de un show de televisión seguramente me escaparía por la ventana de mi habitación y me iría sigilosamente sin que nadie se dé cuenta, pero en realidad en mi caso si yo salto de la ventana me doblo el cuello y muero, así que mejor no imitemos nada.

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Azul

El tipo y yo seguíamos bailando muy juntitos. Yo levanté la mirada y lo vi a esos ojos grises, él mantuvo la mirada fija en mí tanto como yo a él y por un segundo supe lo que pasaría, lo que esa mirada significaba, lo había visto muchas veces, pero justo ahora sentía un nervio en mi corazón que lo hacía acelerar demasiado.

El hombre sin pensarlo más inclinó la cabeza hacia abajo y yo subí mi barbilla para alcanzar sus labios cuando nos besamos. Y de pronto todo fluyó como si no fuera la primera vez que lo hacíamos, sentí una confianza repentina que me dio por besarlo más profundo porque en verdad lo quería.

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Los amigos de Venecia están disfrutando al máximo la fiesta en la discoteca cuando Eliana nota algo que la deja boquiabierta. Ella no desperdicia ni un segundo y llama a Ailyn que se viene rápido y le señala la dirección en donde mirar. Tras sus ojos ubicar el sitio se queda atónita.

Eliana saca su celular y de inmediato empieza a sacar fotos de lo que veía, y con esas fotos ese momento quedó inmortalizado para siempre.

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Azul

Acababa de besar a un hombre adulto, ¡y ni siquiera sabía su nombre!

No sabía si Cameron era su nombre real después del perfil falso.

Wow, ni yo misma me lo podía creer.

Cuando separamos nuestros labios el tipo me llevó de la mano afuera de la discoteca.

-¿Quieres que te lleve a casa? -me dice con esa voz tan gruesa que me hace temblar las piernas.

-¿Si no me llevas a mi casa a dónde más podríamos ir? -¿mi cabeza realmente estaba preguntando esto?

¿Azul qué te pasa? Ni siquiera lo conozco, no sé nada de él. Además del hecho que se creó un perfil falso en Tinder lo que es muy sospechoso.

Pero había algo que me gritaba en lo más profundo de mi interior que quería irse con él, irnos a otra discoteca a beber lo que queramos, bailar, pasar la noche de mi vida rompiendo todas las reglas. Experimentar esa adrenalina me llenaba por dentro y quería hacerlo, cometer todas esas locuras que los jóvenes hacen en las series, vivir mi vida fuera de todo lo que conozco por una noche.

-¿Quieres saber a dónde más podríamos ir a divertirnos? -y su diabólica apariencia era una tentación irresistible.

La curiosidad me carcomía.

-Sí -respondí de simple.

-Entonces déjame mostrarte -estiró su mano y la analicé por un segundo.

A pesar de todos los conflictos en mi cabeza en este momento, pensé en todas las posibilidades de lo que podría pasar y me tentó demasiado.

Así que tomé su mano y me llevó afuera del centro comercial a su camioneta, una Hummer negra impecable.

Me senté en el cómodo asiento del copiloto y una vez que encendió el auto nos llevó a no sé dónde, pero era muy excitante todo.

Una parte de mi cabeza me retumbaba y me decía que debería de comenzar a hacerle preguntas, incluso antes de haberme montado en el carro, pero ya qué. Las preguntas le quitaban el aire misterioso a todo.

Entonces en ese momento mi teléfono vibra y recibo una notificación de Tinder, un mensaje. Al entrar en la aplicación veo que se trata de un mensaje de Cameron justo ahora.

"En dónde estás?? Llevo rato aquí esperando en el Luxor"

Sentí un gran golpe a la realidad en ese momento. Estaba helada...

Le respondí.

"De qué hablas?, estoy aquí contigo en la camioneta"

"Cuál camioneta? No tengo auto, ni siquiera te he visto. Donde estás?"

Mierda, mierda...

Giré la cabeza y vi al hombre que manejaba a mi lado.

Rápidamente comprendí... que él no era el Cameron de Tinder...

No sé quién diablos es ese señor...

Ni a dónde me lleva...

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Continuará...

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En la próxima parte

Kinsey vuelve a sufrir un ataque del Hater pero esta vez es más personal.

Asher habla con sus amigos Freik y Gabriel sobre la pastilla que le entregaron.

Cada vez más Venecia se da cuenta de quienes son sus amigos.

Vega y Alessa dan un paso más en su plan.

            
            

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