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Cuando una foto privada es difundida entre varios, deja de ser privada para convertirse del dominio público.
Una vez que esas fotos fueron vistas por casi todo el cuarto año, nadie paró de hablar de ello.
Ya se imaginarán lo que la gente decía de Azul al ver las fotos...
"Es una perra"
"Le gustan mayores"
"Es una prostituta seguramente"
"Pero que fácil es"
"No me sorprende, siempre supe que era una zorra"
Las personas dicen lo que quieren sin saber nada.
Todos suponían algo de Azul e incluso lo daban por hecho, las fotos eran suficiente evidencia.
Y si te preguntas cómo fue que las cinco secciones del curso se enteraron de eso si Azul eliminó los estados a poco de haberse subido. Pues Elaiza, su supuesta amiga se encargó de tomarle un capture a las fotos y enviarlo a todos sus contactos contando el nuevo chisme.
Fue el tema del momento.
Y quien peor la pasaba era la pobre de Azul.
Ella podía sentir los ojos de todo el mundo enfocarse en ella cuando caminaba por los pasillos. Esa presión todos los días sumándole los comentarios que escuchaba a sus espaldas en voz baja, cada murmullo y cada mirada juzgante la llevó a un límite que no pudo seguir soportando.
Hasta que se cansó.
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Diangel
Estaba hablando con Brooklyn de mi mayor preocupación en este preciso momento.
-Si no paso este examen...repruebo la materia y entonces estaré muerto, será mi fin. Mis papás me matarán.
-Eso te pasa por no estudiar para los anteriores exámenes -me dice ella en tono de reproche.
-¡Eso es lo peor! Yo sí estudié, pero aun así no pasé, no lo entiendo. Odio esta estúpida materia, la química no nos servirá de nada en la vida.
-Díselo a los que estudiarán Farmacia.
En eso llega el mismísimo diablo, el profesor Marcelo disfrazado de verdugo para mí ejecución.
-Cierren los cuadernos, la evaluación comienza ya mismo -es lo primero y único que dice.
Pone su portafolio sobre el escritorio sacando los exámenes.
Por suerte yo había estudiado muchísimo, estaba preparado, horas y horas estudiando hasta la noche valdrán la pena. Esta prueba tiene una ponderación de 30% es lo único que me puede salvar de pasar la materia, y no desperdiciare esta oportunidad.
Coloca los exámenes en el primer puesto de cada fila y afirma que pueden pasarlo hacia atrás. Los primeros toman el suyo y pasan los demás para atrás sin voltear, así fue sucesivamente hasta que me dieron el mío y comencé a llenar la hoja.
Conforme fue corriendo el tiempo pude notar que unos cuantos se estaban copiando como es usual, ellos son unos maestros, pero yo no podía. Tenía mucho miedo de ser descubierto y podría arruinarlo todo. Había unos que tenían papelitos entre sus piernas, otros los guardaban en los bolsillos de su suéter o cartuchera, y los más arriesgados usaban el celular o el mismo cuaderno.
Respondí todo lo que me sabía, hice los cálculos necesarios, los procedimientos, todo. Solo me faltaba una pequeña cosa que no recordaba de la teoría y me negaba a no sacar un 20 por eso, así que me arriesgué a pedirle ayuda a Azul que estaba delante de mí.
-Pff, Azul...Azul...pásame la 6, por favor -dije en un susurro.
Pero ella ni se inmutó, quizás no me oyó bien.
-Azul, Azul... ¿Tienes la 6?, por favor, ¿me la puedes dar? Es solo esa lo prometo, no te seguiré molestando.
De repente ella me asombró no solo a mí sino a todos en el salón cuando se giró hacia mí gritando histérica.
-¡No tengo la maldita respuesta del 6! -quedé paralizado ante lo enojada que se veía y no era solo por eso. Azul había llamado la atención del profesor Marcelo.
Él se acercó frunciendo el ceño.
-¿Qué pasa aquí? -pregunta mirándonos y yo estaba helado del miedo.
-¿Usted que cree? Diangel trataba de copiarse, eso pasa.
Estoy muerto.
-Con que así, Diangel -pone una cara de desaprobación-. Es una lástima en verdad. Pudiste haberlo hecho de la forma correcta -agarra mi examen y se lo lleva-. Te suspendo la evaluación sin derecho a recuperación.
-¡No! Espere, por favor, ¡yo no estaba copiándome! -le suplique, pero fue inútil.
-De hecho, profesor -dice Azul-, todos aquí están copiándose frente a sus narices y no se da cuenta -los copiones suben las cabezas, nerviosos.
-¿Qué dices? -da un paso hacia ella.
-Que le están viendo la cara de estúpido. Mire -ella señala a Freik que estaba ocultando un papel en su bolsillo, pero es visto-, y él -señala a Mauricio con el celular en la mano-. Y a todos estos -indica las filas cercanas-. Revise sus bolsillos y cartucheras quizás se encuentre con unas cuantas sorpresas.
Todos la veíamos boquiabiertos por como delató a nuestros compañeros de esa manera. Se supone que es una regla no escrita que entre nosotros no nos delatamos en los exámenes.
El profe Marcelo no sabía qué hacer con la bomba que le acababa de lanzar, pero sí que les hizo lo mismo que a mí al comprobar que efectivamente sí estaban haciendo trampa. Suspendió como 12 exámenes en un momento, era casi la mitad de nuestro salón. Eso enfureció a muchos, en especial a mí. Azul acababa de destruir mi única oportunidad de pasar esta materia, esa infeliz me arruinó, y no iba a quedarme de brazos cruzados mientras ella se sale con la suya.
Me las iba a pagar.
Y estoy seguro de que no soy el único que quería vengarse.
Los que habíamos perdido el examen la veíamos con un profundo odio.
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Y fue de esta forma que Azul se ganó nuevos enemigos, lo que provocó el comienzo de la próxima tragedia que llegaría a su vida.
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DRAMAAA
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Artemis
Caminaba por el pasillo principal de la entrada cuando Eliana se para frente a mí de repente.
-Hola, Artemis, ¿Cómo estás? -pone la mayor sonrisa que le he visto.
-Bien -respondo dudosa de su repentina aparición, la cual se debía a una razón.
-Me alegra. Oye -se pone a mi lado y me lleva del brazo mientras caminamos-. Me he dado cuenta de que tú y Venecia se han hecho muy amigas, y cómo sabes, ella y yo somos mejores amigas y nada cambiará eso -no me gustaba por donde iba esta conversación-. Así que si por algún motivo piensas que podrás tomar mi lugar estás muy equivocada -subimos las escaleras al segundo piso-. Venecia y yo tenemos una amistad de años irrompible. Por lo que te recomiendo que te alejes de ella porque eres un mosquito en mi cara molestándome a cada rato, ¿estamos de acuerdo corazón? -llegamos a la puerta del salón de computación.
Yo no sabía qué decir. Prácticamente Eliana acababa de intimidarme.
-Ehh, sí, creo -asiento, dudosa.
-Qué bueno que nos entendamos -me lanza un beso y entra al salón-. Que pases un lindo día.
Entré después de ella y me encontré con Venecia que me abraza al verme.
-Hola, hermosa -sonríe al verme
-Hola, Venecia -respondí algo nerviosa.
En ese preciso momento se me vino a la mente lo que Eliana acababa de decirme.
-Debido a un recorte en las computadoras tendrán que trabajar en parejas hasta que lleguen los nuevos monitores -avisa el profesor-. Siéntense para comenzar con la actividad de hoy.
Venecia me mira pícara.
-¿Quisieras...tú y yo, ya sabes...ir al baile juntas?
-¿Baile? -la miro sin entender.
-Me refiero a compartir computadora -se ríe-. No te lo tomes todo tan en serio.
Antes de responderle veo que detrás de ella está Eliana sentada mirándome fijamente.
-Tú...ya tienes pareja -le digo.
-Sí, tú. Te lo estoy pidiendo solo a ti -me sonríe.
-Alguien ya te apartó...hace muchos años. Ve con tu mejor amiga -me doy vuelta con pesar y camino en busca de alguien más.
Ya todos tenían a su pareja, hasta que él me llamó.
-Artemis -lo veo sentado en su silla- ¿Quieres ponerte conmigo?
-Sí. Gracias -me quito el bolso y me siento junto a él.
-De mis amigos eres la única que trabaja y que hace algo que valga la pena.
-¿Así que ya somos amigos? -alzo una ceja.
-Bue...bueno eso creo, ¿lo somos? -me mira con esos ojos azules tan profundos como el mar.
-Lo somos, pero no me gusta que me elijas solo por conveniencia.
-Oh, yo no, no era solo por eso. No me refería a que por eso tú... -se pone todo nervioso y empieza a balbucear.
Pongo mi dedo índice sobre sus labios callándolo y me mira perplejo.
-No importa porqué me elegiste. Solo hagamos esto.
Asher me mira fijamente y asiente a lo que digo.
Veo al frente hacia la pantalla y el hace lo mismo sin decir una sola palabra más.
Fingí que me importaba mucho la actividad que tuviéramos que hacer, pero en realidad estaba muriendo por dentro de lo guapo que es. Solo tenía que controlarme por un rato más antes de perder la postura y quedarme embelesada como una tonta.
Una pequeña sonrisa se esbozó en mi boca mientras abría el Word para comenzar el trabajo.
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Venecia
Me senté con Eliana, pero tenía una sensación extraña, lo que me dijo Artemis no sonó como a algo que dijera ella. Pasó algo y no sé qué es.
-¿Todo bien? -me dice Eliana.
-Sí. Es solo que noté rara a Artemis.
-Tienes que darle espacio, Venecia. También tiene el derecho de hacer otros amigos ¿no?
-Tienes razón.
Quizás Artemis quería conocer otras personas. No tiene por qué estar siempre conmigo y es entendible.
Entro en Google para buscar lo que nos pedían en la pizarra y me encuentro entre las búsquedas más recientes nombres de páginas pornográficas.
-Wow, la gente aquí está muy desesperada -dice Eliana al leerlo.
-Quizás no tengan internet.
-¿No se supone que hay una restricción a ciertas páginas?
-La plataforma es nueva tal vez no han configurado eso.
-Ya me estoy preguntando quiénes han usado esta computadora antes que nosotras.
Que asco. Pensé. No sobre el porno, sino que hay que estar muy desesperado para usar las computadoras del colegio para ver pornografía, a menos que haya sido una broma, lo cual dudo mucho.
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Ahora entraremos en temas un poco más adultos.
Es un hecho que actualmente todos ven porno, y cuando digo esto lo primero que se te viene a la cabeza son los hombres masturbándose frente a sus teléfonos con la boca abierta y con caras de idiotas, pero no es así en un 100%. De hecho 6 de cada 10 mujeres consumen pornografía, tal vez les sorprenda o tal vez no.
Existe todo un estigma social sobre que las mujeres no ven pornografía, siempre se piensa que los hombres son los únicos que disfrutan de éste, sin embargo, la realidad es distinta.
Incluso se han hecho estudios que demuestran que las mujeres prefieren el porno lésbico o gay antes que el heterosexual independientemente de su sexualidad. Esto se debe a que las mujeres tienen un rechazo al porno heterosexual porque se sienten explotadas.
"La invisibilidad del placer femenino, el hecho de que se identifiquen con la actriz y que el acto sexual ocurra desde una perspectiva masculina hace que no disfruten del erotismo de verlo" Aseguró la profesora de la Middlesex University (Londres) Lucy Neville.
Claramente no todas son el caso. Pero es un hecho que hay mujeres que ven pornografía, al igual que sucede con la masturbación, los hombres no son los únicos que lo hacen.
¡Mundo abran sus mentes ya no es el siglo XV!
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Vega
Todavía recordaba lo horrible que me había ido con el chico de Facebook. Era algo que no me podía sacar de la cabeza.
Él y yo fuimos a comer helado y luego de comprarlo caminamos por el parque que estaba cerca. Hablamos de muchas cosas que tenemos en común, era muy loco como podíamos coincidir en todo. Entonces nos sentamos en un banco. Yo solo no paraba de verlo porque en verdad me parecía lindo, él volteó a verme y me sonrío lo cual para mí pensé que era una señal. Y como una tonta lleve mis labios hacia los suyos, pero se alejó de pronto mirándome confundido. Estaba tan avergonzada, creí haber actuado en el momento incorrecto, pero luego me di cuenta de que nunca iba a ver un momento correcto, él era gay y nunca lo pensé por un segundo.
Él solo buscaba una amiga y básicamente yo vine buscando un...no sé en realidad. Se fue molesto porque creyó que solo lo buscaba para tener sexo con él y en parte así era y me hizo dar cuenta de que me veía muy desesperada.
-No creo poder seguir con el plan -le dije a Alessa.
-Solo porque te fue mal la primera vez no quiere decir que será así con los demás.
-Es que parece una locura. No estoy tan desesperada.
Alessa me ve con la mirada baja y me toca la barbilla.
-Esto no solo se trata de que pierdas la virginidad, sino también de buscar al amor de tu vida. - sus palabras me calman un poco.
-¿Cómo harás eso? -suena a un trabajo muy complicado.
No sé si alguien pueda llegar a amarme como quiero, tener un amor de película con final feliz...no como bajo la misma estrella.
-Ya verás -dice Alessa confiada-. Tenemos una computadora frente a nosotras y según sé, no hay restricción de páginas. Así que entremos a tu Facebook.
Poco después de iniciar sesión Alessa se puso manos a la obra.
Primero comenzó entre las personas que quizás conozca, juzgó a cada uno por sus fotos de perfil como siempre hacemos todos, es como la portada de un libro que no sabes lo que pueda contener y muchas veces las apariencias engañan. Pasó como dos veces que ella entro a los perfiles de chicos que parecían lindos, pero al ver el resto de las fotos esa imagen cambió.
Luego pasó a encontrar personas con quienes pueda tener gustos en común, y esta vez se aseguró de que fueran heteros. Vio las publicaciones en las que yo había dado me gusta y comenzó a ver el resto de las personas que también lo hicieron, por descarte redujo la lista a cinco perfiles. Revisó cada uno minuciosamente, llegando desde el momento que se crearon Facebook y toda su actividad desde entonces.
Dos de ellos fueron descartados porque uno tenía novia y el otro es un gamer y no sé nada de juegos.
Los tres que quedaron eran potenciales opciones, teníamos los mismos gustos, pero uno de ellos vivía muy lejos, así que fue eliminado. Ahora eran dos los que quedaban, ambos parecían muy buenos solo tenía que tomar una decisión.
-Este -señalé en la pantalla al chico de nombre Rafael Peña.
-Perfecto, encontramos a tu pareja. Ahora tienes que hacer el resto -dice Alessa entrando al Messenger.
-Okey, aquí voy.
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Azul
Como fue de esperar estaba sola, sin pareja. Y tampoco es que la necesitara, podía hacer la actividad yo sola. Pero en eso se sienta la persona más inesperada a mi lado.
-¿Qué haces aquí Santiago? -le veo confusa.
Santiago pertenece al grupo de Diangel, Brooklyn y Jorge. Personas con las que apenas me hablo.
-Vine a ser tu pareja -dice sin más.
-Tú siempre te pones con Jorge.
-Pero esta vez no, ahora estoy contigo -no podía descifrar bien su rostro, pero había una razón por la que está aquí.
-¿Por qué? No nos conocemos, no tiene sentido que quieras estar conmigo, a menos que sea para burlarte como todos los demás hacen -pongo la mirada en la pantalla del computador.
-No vine a burlarme de ti. Solo noté que estabas sola y quise acompañarte.
-Claro -no me lo creía del todo.
Se formó un silencio incómodo el cual Santiago quiso romper sacando otro tema.
-Estuvo intenso lo que pasó en el examen de química. Muchos te odian ahora. -dice en un tono gracioso para restarle el peso de lo que pasó.
-Gracias por mencionarlo no lo había notado antes.
Ya entiendo lo que pasa. Él quería acostarse conmigo, seguro pensaba que era una fácil y por eso era amable. De todas formas, dejé de preguntar y de darle importancia al tema.
-Como sea, hagamos esto rápido -digo de una vez.
Fui a poner mi mano en el mouse y él hizo lo mismo poniendo su mano sobre la mía. Fue un toque rápido y fugaz porque de inmediato él quitó la mano disculpándose.
-Lo siento -ni siquiera me miró de lo apenado que estaba.
Me pareció raro, pero aun así seguí y abrí el Word para transcribir el texto en la hoja que teníamos.
-¿Comienzas tú o yo? -le pregunté.
-Yo comienzo -quite la mano del mouse diciéndole el paso y él lo tomó.
Agarré la hoja del texto y le comencé a dictar.
-Título: Calentamiento global. El calentamiento global hace referencia al incremento de la temperatura tanto de la atmósfera como de los océanos pertenecientes al planeta Tierra... -de repente Santiago me interrumpe mientras teclea.
-Yo no creo en ninguna de las cosas que la gente dice, sé que no lo harías. No he visto las fotos y tampoco voy a hacerlo. Lo que ocurrió en ese momento no lo hiciste con la intención de ser fotografiada. La persona que las tomó estuvo muy mal en hacerlo. Y por lo que pasó en el examen de química...yo no te odio por haberme delatado.
Me quedo viéndolo sorprendida porque no tenía idea de que a él también le habían suspendido el examen por mi culpa, y a pesar de eso. Me entendía y no me juzgó como los demás hicieron.
Todo eso lo dijo mientras escribía en el teclado con la vista enfrente.
-Bien, ¿qué sigue? -gira a mirarme con una sonrisa.
Y por una extraña razón también le sonreí.