Días después y en medio de la clase, le llegó a Samuel un papel de parte de Joel: "Te espero en el baño, a las ocho de la noche, el que está cerca al gimnasio. Besos, tu Wilde". Samuel miró a Joel quien desde un puesto más adelante le miró, pero aún estaba un tanto incrédulo de ese "Besos, tu Wilde". Sonrió un poco ante lo cursi de la situación, y además porque sabía muy poco de como comportarse estando metido en ellas. Su vida giró en torno al estricto aprendizaje, a crear junto con muchos colaboradores estrategias de negocios, y obtener más ganancias para la ingrata familia que lo adoptó a él y a su hermanito. Jamás, a parte de la esporádica visitas a una dama muy costosa, había vivido el romance. Y haber tenido sexo con un hombre no se le hizo tan malo, pero la verdad era que le gustó mucho, porque fue Joel con quien compartió esa inmunda cama de enfermería. En ese momento, no se sintió haciendo el amor en ese sitio horrendo, estaba en medio de la más lujos Suite, con champaña y pétalos de rosa que caían sobre su amante.
La cita estaba ya por darse, Samuel se adelantó en el baño, si seguía esperando se terminaría toqueteando frente a todos. Entró de prisa, se encerró en uno de los retretes y esperó paciente a que Joel entrara para darle una sorpresa tirándosele encima.
Como lo predijo, Joel entró pues de inmediato y cerciorándose que no hubiese nadie que lo siguiera lo llamó con un susurro. Pero lamentablemente al parecer alguien más usaría el baño. Joel lo único que pudo hacer fue acercarse a uno de los retretes y fingir que necesitaba usarlo. Alcanzó a llevar las manos al zipper de su pantalón, pero la cara que vio, no se le hizo para nada agradable. Era Trent, quien le miraba casi que atravesándolo con los ojos. Joel se detuvo entonces de inmediato.
-¿Vas a bajar tu zipper, Joel?
-Eso parece ¿no? -respondió con las manos en su cintura esperando que Trent se fuera-. Pero no puedo si hay espectadores. -Trent antes que irse, se recargó en la pared muy junto a él.
-Por favor Joel, déjame ver...
-¡Eres un asqueroso Trent! -espetó Wilde alterándose, la reacción natural sería la de irse, pero en su caso, tenía que esperar pues Samuel seguramente se encontraba escondido en algún baño.
-No me importa lo que pienses, yo sé que eres heterosexual, pero eso no impide que despiertes mi pasión Joel, no puedo tomarte, pero al menos puedo ver.
Fatal. Las cosas estaban subiendo a un tono obsceno que Joel no se esperaba. Aunque no lo sospechaba, Samuel estaba por salir del baño y romperle la cara a ese tipo. Y lo peor se vino luego.
-Anda, Joel, deja que yo baje tu cremallera -Trent se agachó hasta la altura de la cintura de Joel y este se alejó de inmediato.
-Eres un asqueroso y por favor sal de aquí, no quiero verte más.
-¿Por qué Joel? ¿Lo sabes verdad, sabes que me muero por ti?, no tienes idea con cuántos he estado, pensando que eres tú. Por favor, estoy de rodillas Joel, déjame al menos mirarte.
Obviamente Trent empezó a excitarse y podía ver Joel como crecía el bulto entre sus piernas. Vino entonces la jugada maestra, del jovencito que dejó de ser virgen en las piernas de Samuel, pero que debía mantener la ilusión de ser jamás tocado para que Trent no lo matara ni a él ni a su amante de ojos de cielo.
-¿Te das cuenta Trent que tú en verdad no piensas en mí?, ¿Cómo imaginas que me siento yo, si tu me dices cosas tan sucias si yo ni siquiera he besado a alguien?
Trent sintió como un choque eléctrico le recorrió el cuerpo. Todo lo que Joel decía era una completa falacia, pero para el otro hombre eran las palabras de un chiquillo inocente que debía hacer el amor por primera vez en una cama llena de rosas, qué ironía, igual como lo soñaba el joven Raine. Samuel que escuchaba todo esto oculto en un baño, creyó que Joel debía tener mucha sangre fría para engañar a ese sucio de esa manera y que el otro era muy idiota si le creía. Pues sí, el otro era muy idiota y estaba demasiado obsesionado con Wilde y su "virtud" como para no creerle.
-Tienes razón Joel -le dijo mientras se levantaba del suelo-. Siento ser un grosero, y decirte esas cosas. Me voy, pero recuerda que voy a insistir todo el tiempo que me sea posible hasta hacerte mío. -Trent salió al fin y Joel se aseguró de poner tranca a la puerta principal.
-¿Qué demonios fue todo eso Wilde? -le preguntó Samuel saliendo de su escondite -¿Fuiste su pareja o algo así?
-¡Pero qué dices! Me ofendes con tu insinuación, yo solo he estado y estoy contigo. Ese es un tipo que me ha molestado desde que llegué a este sitio, gracias a mi aparente "ingenuidad" -respondió Joel haciendo la señal de las comillas con sus dedos-. Él está obsesionado conmigo, me persigue, me vigila de vez en cuando y bueno ya oíste las cosas que me propone. Yo le he dicho ya muchas veces que no me gustan los hombres, y pues me ha dejado en paz, también debo agradecerle, ya que en varias ocasiones por él no me gané palizas de parte de la pandilla de Kyle.
-¿No te gustan los hombres? -preguntó Samuel cruzando los brazos.
-Me gustas tú, ¿no es eso suficiente?, No, no solo me gustas, creo que me vuelves loco...
Se lanzó al cuello de Samuel y lo besó con furia. Quería quitarse de la cabeza el pavor que le producía Trent, no obstante no quería decirle nada a su Raine, debía disimular todo lo más posible. Ya solo eran meses lo que les faltaba para salir de ese infierno y hacer una vida juntos.
Pasaron varios minutos antes que alguno de los dos regresara a la habitación para dormir. Rob los vio entrar, sospechaba de lo que pudiesen estar haciendo y rogó porque Trent jamás, jamás se enterara que su niño en apariencia virgen, ahora era propiedad de otro, pues entonces los mares de dolor no terminarían.