Capítulo 7 Inesperado

Nos miramos sorprendidos y nos reímos.

-Si, solo amigos -Jerome susurró ⸺además soy gay, si de alguien me debo enamorar es de ti ⸺Dijo apuntando a Jorge y este se rio.

Asentí y me puse a pensar.

¿Él acaso está enamorado de mí?

No, no creo.

Solo es mera cortesía y cariño... ¿No?

No tengo cabeza para pensar en estupideces, mi corazón le pertenece a Jorge. No estoy bien de la cabeza como para pensar en ello. Además ¿Qué le ofrecería yo a Jerome si en este caso sería que ambos estemos enamorados?

Solo soy un costal de saco emocional... estoy sobrando por dentro y querer con el corazón destruido no me saldrá nada bien. Apenas era un soplo de sueño lo que viví con él. No quiero que Jerome cargue con esto. Tengo miedo de dañar nuestra amistad ahora, imagina una relación. Pero... no siento nada por él, no me voy a preocupar por ello.

¿Además porque ando pensando esto? De verdad que uno piensa estupideces en el hospital.

Por alguna razón, cuando volví a ver los ojos de Jerome yo me reflejaba en su mirada más brillante que antes...

-¿Hey, Jude? -Dijo Jorge -¿Estás escuchando?

-¿Qué? -Dije poniendo atención, estaba en mis pensamientos.

-Jerome es tu guardaespaldas y pasará cuidándote el fin de semana ya que tu esposo va a salir.-dijo Antonia.

-¿Y aceptaste? -Miré a Jerome confundida.

⸺Es mi trabajo -Dijo encogiéndose de hombros.

-Vale, puedo cuidarme sola, por favor -Dije también encogiéndome de hombros.

-¿Qué? -Jorge dijo sorprendido. -¿Estás segura de eso? -Dijo mirándome raro.

Me reí nerviosa.

-No te pongas celoso -dije sonriendo ⸺Soy fuerte y puedo cuidarme sola.

-Bien, como sea Jerome estará contigo, vámonos, necesito llevar a Jude a su cita psicológica, tú tienes que trabajar -Antonia señalo a Jorge -y tú arregla la casa para que sea acogedora para Jude -Señaló a Jerome.

-Está bien señora mandona -Dijo Jorge.

Jerome solo asintió.

Entonces cada quien nos fuimos, yo me encaminé con Antonia.

(...)

-Jude, por si aun de seguro le estas dando vueltas a esto, no fue algo cobarde que hiciste. Cualquiera lo hubiera hecho, eres muy fuerte y tienes que saberlo. -Decía Antonia mientras iba manejando conmigo.

-¿Soy fuerte? -Dije irónica -Ni siquiera puedo aguantar una pelea que tengo que fumar para hacerlo. No creo ser fuerte Antonia.

-¿Qué pasaba por tu mente en ese momento? Es que quiero saber... Jude, estaba contigo hace unos segundos en ese momento ¿Cómo es posible que haya pasado eso?

-Mis sentidos se nublaron, mi corazón se cansó... supongo. -Dije cansada.

-Mira, no te diré que no lo hagas, porque no estoy en tu cuerpo sintiendo lo que sientes, pero déjame ayudarte, por lo menos lucha... porque si te vas, te iras, pero luchaste -Sus lágrimas descendían por sus mejillas.

Se paró de golpe en un estacionamiento, ya estábamos donde la psicóloga.

-Déjame ayudarte en lo que pueda. Espero que sirva de algo lo que haga porque no me lo perdonaría... ¡mierda! -Le dio un golpe a auto y me asusté por ello.

Decidí hablar.

-Quiero salir de esto... te prometo que saldré de esto -Agarré su mano.

Ella me abrazó con fuerza y se limpió las lágrimas.

-Bien dicho campeona. Ahora vamos, tienes a una cita que acudir. -Dijo dándome ánimos.

Gracias Antonia. Me haz mostrado en este momento que me valoras mucho. Gracias.

(...)

Entré al local y luego al despacho según me decía la secretaria. Cuando entre note que había otra persona ahí, era una chica con traje de piloto al parecer, esta se daba un beso con la psicóloga.

¿Qué?

¿El amor acaso anda en el aire? ¿O porque estoy viendo yo tanto beso?

Ellas me ven y se despiden, la chica piloto me saluda con vergüenza. Yo doy una pequeña sonrisa.

-Vaya, verte sonreír es algo lindo -Dijo mi psicóloga.

-No quería interrumpir, perdona...

-No te preocupes, no es nada dejar que todos vean un beso. De hecho, es lo que debería de verse en vez de solo ver caras aburridas y caras amargadas sin vida -Dijo sentándose.

Me acerqué a ella y me senté en la cama.

-Pues, pensé que era algo privado.

-Y lo es, pero no está mal expresar cariño cuando sea. -Dijo respondiendo a mi argumento.

Empezamos una buena charla, mejor de la que hemos tenido estos días. Me preguntó mi estado, como me comporto y que quisiera aprender primero para empezar a cambiar. Hasta que llegamos a la parte de mi último acontecimiento.

-Entonces -Dice ella -Ayer Antonia, la chica que te acompaña, me dijo que tuviste un percance y no pudiste venir, ahórrate lo de decirme que paso porque ya me lo comunico. Lo que quiero saber mi querida Jude es... ¿Qué sentiste después de eso?

-¿Qué sentí después de eso? -Dije pensativa.

-Si, eso pregunto.

-Pues -Dije con sinceridad -Ya no sentía nada, duré un lapso de tiempo estando inconsciente y fue como si estuviera durmiendo, me sentía lejos, lejos de todos, ya no pensaba en problemas, ni en nada. Era "la nada"

Ella estuvo pensando un momento. Luego hablo.

-¿Te arrepientes de hacerlo?

-Si -Dije triste.

-¿Por qué? -Dijo curiosa -¿No es lo que querías?

Su pregunta me desconcertó.

-Vuelvo y repito ¿Segura de que eres psicóloga? Me confundes -Dije sorprendida.

-No cuestiones mis métodos, juzga mi resultado. -Dijo segura de sí misma.

-Entonces -Le iba a responder su pregunta -Tengo tres amigos a quienes les importo. Por ellos tendré que luchar. Me aman mucho y están haciendo un gran esfuerzo para yo estar aquí hoy. No les quiero romper el corazón.

-Me dijiste la semana pasada que quieres salir de todo esto, entonces algo que tienes que hacer es también luchar por ti misma. -Dijo con su voz calmada.

-Está bien, lo intentaré -dije rendida.

La plática con la psicóloga fue muy buena y amena después de ahí. Me dio consejos útiles para aplicarlos a la hora de querer cambiar y que debo de tenerlos siempre presente.

1. Aceptar que las cosas pasaron y asumir una actitud neutral ante esto.

2. Si quieres salir de algo tienes que actuar.

3. No adelantarse a los hechos, sino pensar con mente fría.

4. Perdonar el pasado y seguir viviendo.

Personalmente no voy mucho con el cuarto paso, pero supongo que es algo que aprenderé con el tiempo ¿No?

//

Cuando salí del despacho de la psicóloga me sentí más liviana, con mejor ánimo. Estaba pensativa y me animaba el querer cambiar, el querer mejorar. Estaba en el auto de Antonia y las dos estábamos en silencio, esperaba que ella arrancara, pero no lo hacía. Me miro y yo le sonreí.

-Tienes una sonrisa muy bonita, ¿ya te cayó bien la psicóloga?

-Algo así -Dije pensativa -Me tiene feliz el hecho de que quiero ser mejor persona y comenzar a vivir bien.

-Excelente, me encanta tu vibra ahora -Dijo animada. -Por cierto, mañana nos vamos de fiesta ¿Qué te parece si invitas a Jorge para que me acompañe?

-¿Tan rápido? -Yo estaba sorprendida ⸺No pensé que él y tú se llevaran bien.

⸺Es tu novio y ahora esposo, claro que tenía que llevarme bien con él ⸺Dijo ella riéndose -Así que será mañana, quiero verte tu mejor vestuario, mañana pasaré por ti para arreglarnos antes -Dijo riéndose. -Bien, vámonos a tu casa.

Ella arrancó y deje que la música de la radio ambientara el momento, mire por la ventana ya que me gusta hacerlo. Por un lado, una fuerte incógnita surgió de repente ¿Dónde está Elizabeth ahora? Antonia está ahí, pero... ¿Qué pasó entre ellas dos?

⸺Quisiera preguntarte algo... ¿se puede? ⸺Pregunté nerviosa.

⸺Dime, por favor.

⸺Pues... ¿Qué ha pasado con Elizabeth? Tengo dos semanas que no la veo y la extraño.

⸺Ella está bien, no te preocupes. Solo que como ya serán vacaciones se fue con su familia a España. Sabes como es ella de vanidosa y presumida. No me sorprendería si me llama en este instante para decirme que se enamoró de un español fornido ⸺Dijo riéndose ⸺Aunque bueno, ella no está como antes.

⸺¿A qué te refieres?

⸺Desde que te fuiste alejando poco a poco ella dejó de ser "ella" No sé cómo explicarlo ⸺Dijo confundida.

⸺No creo que yo sea tan importante. La quiero mucho y nunca dejaré de quererla, pero también tenia que darle más cariño a Jorge, ya sabes como son los noviazgos.

⸺Bueno, tienes razón ⸺Dijo riéndose ⸺Ya eres una esposa toda enamorada.

Me reí ante su pensamiento y me bajé del coche. Ella me miró con cariño.

⸺Cuidate mucho mi amor. Cualquier cosa me llamas ¿okay?

⸺Sí. Oye, no me haz dicho que haces en México.

⸺Mañana te digo ⸺Dijo con una sonrisita inocente.

Se fue sin más y bueno ¿Qué más quedaba por hacer? Solo entrar a mi casa. Una vez entré a esta, noté que Jerome estaba sentado viendo la tele. En cuanto notó mi presencia apagó la TV y me miró con una sonrisa.

-Vaya, sí que tardaste en el psicólogo ¿Cómo te está yendo? -dijo enseguida me vio.

-Bien, supongo -Dije tranquila.

Él se levantó y me abrazó.

-Qué bueno que estás yendo. Me hace muy feliz. -Me susurró.

Yo sonreí ante su muestra de afecto. Nos separamos y empezamos a actualizarnos de las cosas que pasaban, sobre mi vida, su vida, su trabajo y un poco de sus gustos. Nunca me imagine verlo como una persona responsable y autosuficiente ya que era muy juguetón e hiperactivo una vez lo conozco.

Me encanta la forma en la que se preocupa por mí, en la que muestra que le importo más que a su vida... Es el mejor amigo que pude pedir. El tiempo pasaba y seguíamos charlando, pronto nos trajeron la cena a petición de Jerome y aquí estamos, cenando una rica lasaña y el contraste entre ambas escenas me deja confusa.

Ayer estaba en un hospital, hoy estoy aquí. Jorge me hace reír con sus pendejadas y yo trato de adaptarme a esta pequeña corta realidad.

-Me encanta la lasaña ¿a ti no te gusta? -Dijo diciendo cosas ramdom.

-Se supone que ha todo el mundo le gusta, a mí también. -Dije encogiendo los hombros.

-Es verdad, es como el chocolate, a todas las chicas les encanta.

Arrugue la cara en señal de asco, odio el chocolate.

-¿No te gusta? -Jerome estuvo sorprendido.

-No, para nada -Dije negando con la cabeza.

-¿Por qué? -Pregunto curioso.

-Bueno, lo que paso es que... -tenía un poco de miedo de decirlo, pero saqué valor para hablar -Tengo un pequeño trauma con los chocolates, casi muero por uno de ellos -mis ojos empezaron a humedecerse.

-No tienes que decirlo tranquila -Dijo Jorge abrazándome -Entiendo.

Deje la lasaña de un lado y dejé que su abrazo me conforte. Después de esto, fui a bañarme, ya tenía sueño y era hora de dormir, Jerome me ayudó a desempacar algunas cajas que Antonia había mandado con ropa.

Salí del baño en toallas y Jerome aun organizaba la ropa, él me miró de repente y se sorprendió porque tenía algunos moretones en mis hombros.

-Jude estas muy delgada ¿de qué son esos golpes? -Dijo sorprendido.

-Mi familia -Me encogí de hombros.

Su rostro se puso triste, no quería que se pusiera así por mí.

-Pasarán algún día así que no te preocupes, ya te puedes ir a bañar, por cierto -le sonreí.

Él también me sonrió y fue a bañarse. Lo blanco de la habitación me cansaba, y como era muy espaciosa y esponjosa no dude en ponerme la pijama e ir a la cama. Estaba muy cómoda y me sentía dormir entre nubes. Reposé un poco aquí mientras escuchaba el agua caer desde el baño. Revisé la mesita de noche para ahí dejar mi gomita para el pelo y encontré condones.

¿¡Pero carajos porque todo el día solo he visto referencias sexuales y besos!?

¿Qué no Jorge guarda esto en otro lado?

Pensé irónica y por un momento pensé:

¿De que forma puedo estar más cerca de Jorge? Lo extraño mucho y está muy ausente últimamente. ¿No hay una forma de tenerlo cerca? Quisiera estar a su lado siempre y ayudarlo en lo que necesite, no me importa el tipo de trabajo que hace, quiero ayudarlo para estar más cerca de él.

Veo que Jerome sale vestido del baño. Vaya, se llevó la ropa al baño. Este se termina de secar la cara y noto que su cuerpo está bien entrenado, de hecho, estoy fijándome en que Jerome es bastante lindo, su cuerpo es fuerte y robusto, su color mestizo lo hace de alguna forma más adorable. Aunque es un poco bajito, lo ha compensado con los músculos en los brazos. Wao. Su pelo rizado mojado cae por su frente y sus hoyuelos me deslumbran en una sonrisa, no me daba cuenta de que lo miraba descaradamente.

-¿Te gusta lo que ves? -Bromeó.

-Solo te miraba, ¿No puedo mirarte? -Sonreí.

-JAJA -Se rio.

Él se metió en la cama y se acercó a mí. Okay, esto es muy raro y sin dudas cuestionable, aunque claramente no me importa.

-¿No te incomoda que durmamos juntos? Ahí hay un sofá, si necesitas que me vaya...

-No te vayas por favor, quédate conmigo -Le supliqué.

            
            

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