Capítulo 8 Inesperado II

No sé porque lo dije o porque accedí, simplemente quería compañía esta noche. Y quien mejor que Jerome, una de las personas que me han brindado su apoyo y comprensión.

Jorge sonrió y se quedó acostado conmigo. Se sentía un poco incomodo porque no sabía que tema de conversación ponerle. Así que me acorde de algo que no hemos hablado hasta ahora.

-Oye... ¿Es verdad que eres gay? -Dije tocando su hombro.

⸺Pues no lo diría así, Jorge saca todo de contexto. Soy bisexual. Él es un idiota.

⸺No puedo negarlo. A veces él se pasa ⸺Dije riéndome ⸺Perdona por la pregunta incomoda.

⸺Por favor, trátame de tu. Somos muy cercanos y seguiremos siendo más cercanos así que tenme confianza para lo que quieras ⸺Dijo mirándome con cariño ⸺y para que sepas, mi orientación sexual no es lo que me define como persona.

Sonreí y él me miró a los ojos. Es un chico muy agradable la verdad.

-Tu sola presencia me hace feliz -Le susurré. No sé porque carajos le dije eso. Solo lo dije.

-Tú me haces feliz cariño -Me respondió.

Yo sonreí ante sus palabras y el solo hecho de estar tan cerca de él me daba mucha tranquilidad. Me acurruqué en sus brazos y ahí, miré hacia su rostro. Él paso sus manos por mis mejillas. Esto parecía irreal. Tenía una sensación en mi estomago indescriptible. Él se acercaba lentamente mientras mi corazón latía rápidamente. Sus labios se acercaban peligrosamente a mi boca, dando paso a un beso lento, tierno y muy sorpresivo.

Ya para este punto no sentía mi corazón. Estaba asustada porque no sabía que hacer o cómo actuar. Pero, su mano en mi mejilla me relajaba. Deje que el beso fluyera porque me hacía sentir bien. Mis sentimientos estaban a flor de piel y mi mente me indicaba que siguiera.

Era la sensación más gloriosa que pude sentir. Sus labios se movían en un buen compas, pero yo apenas le seguía el paso. Pero no toda buena sensación dura para siempre. De pronto, mi mente me hizo una mala jugada.

Sentía que estaba haciendo lo incorrecto, se supone que amo a Jorge, pero ¿Qué demonios hago besando a Jerome? Tengo que cortar esto rápidamente. Me despegué de él y lo miré confundida, demandándole una explicación.

-Jude lo siento... yo -Dijo Jerome captando lo que pasaba -Perdón por pasarme...

Volví en mí y lo interrumpí rápidamente.

-Perdóname a mí, yo no sé qué paso... solo olvidemos esto ¿sí?-Dije casi al llorar.

No lo puedo creer, engañé a Jorge.

Me siento muy mal por ello.

Jerome me abrazó y su abrazo me hizo sentir mejor.

-Vamos a dormir, ya has tenido mucho por hoy -Dijo Jerome besando mi cabeza ⸺Vamos a dejar esto en el olvido.

Él apago las luces y nos acurrucamos otra vez en la cama, rápidamente el sueño me venció y deje que mi mente soñará lo que quisiera.

(...)

Ya era de mañana, por el gran ventanal nos dábamos cuenta. Al menos yo me daba cuenta, pero no podía moverme. Veía todo, pero estaba inmóvil.

Ya he pasado por esto antes, es una parálisis de sueño. Borrosamente, veía como mis pesadillas cobraban vida, mientras gritaba y luchaba por salir de aquí. Jerome aun dormía. Ni siquiera podía mover un musculo para que me despierte. Entre lucha y lucha, logré mover mis piernas, pero aún no despertaba. Necesitaba otro impulso. Ya estaba muy cansada de luchar y aun no despertaba.

Esta parálisis ha durado más de lo normal.

Cerré mis ojos y respiré profundo, trataría de mover mi pierna para que Jerome se despierte. Mientras mis pesadillas normales se hacían realidad, yo luchaba por levantarme. Afortunadamente Jerome se había levantado en el momento justo, vio que no podía moverme y empezó a gritarme. Mis ojos se sentían cansados y los cerré un momento. Luego desperté de golpe, cuando sentí que Jerome me movía.

Empecé a reaccionar y Jerome se pasaba la mano por la cabeza, el suspiraba de alivio.

-Jude pensé que te perdía, no me des estos sustos por favor. -Dijo abrazándome.

-Estas parálisis de sueño cada vez están más peores -Dije cansada.

Pero veremos qué pasa. Él iría a resolver unos asuntos así que estaría sola por un buen rato. Después de desayunar, cada quien tomo un rumbo diferente, no mencionamos lo de anoche, ni siquiera sé si estaba lista para ello.

Me lavé la cara y dejé de la televisión hiciera el trabajo de distraerme, pero sonó el celular y contesté.

⸺Hola amor, ¿Cómo estás? ¿Cómo sigues? ⸺Oí la voz de Jorge al otro lado.

⸺Estoy bien mi amor, mucho mejor. ¿Cómo estás? ⸺Pregunté preocupada.

⸺Todo va bien. Fíjate que Antonia me llamó para que vaya contigo hoy a una velada que va a armar, veré si puedo ir ¿está bien? ⸺Dijo inseguro.

⸺¿Crees que no podrás ir?

⸺Si termino esto hoy sí, sino pues nada se puede hacer.

Y colgó de repente. Tendré que hablar con él de eso más adelante. No puedo estar varios días sin tenerlo conmigo. Sentí unos toques en la puerta seguido de alguien abriéndola. Eran Antonia y Jerome.

⸺¡Hola! ¿Cómo estás? ⸺Dijo Antonia abrazándome.

-Estoy mejor ¿y ustedes? -Dije confundida.

-¿Qué no te acuerdas? Hoy es día de celebrar -Dijo Antonia riéndose. -Iremos juntas al salón y luego a mi armario. Jerome ahora se va a trabajar, pero vino a verte.

-Qué bonito de ustedes de verdad, gracias por preocuparse por mi -Dije sonrojada.

-Bueno ¡No hay tiempo que perder, vámonos! -Dijo Antonia alentando a que me vista con otra ropa para irme con ella.

Dicho y hecho, me levanté y me fui con ella. Me despedí de Jerome y fuimos al salón, allí nos trataron como reinas y Antonia decidió poner su cabello completamente liso, yo me sentía media incomoda por la situación, ya que nunca había asistido a un salón de belleza. Mi pelo estaba maltratado y largo, apenas tenía brillo. Opté por cortarlo hasta el cuello, ya que lo tenía por los hombros y así se me hacía más fácil peinarlo. Dicho y hecho me lo hicieron, quedando completamente como otra persona muy diferente.

Me veía bonita.

Me gustaba el cambio y Antonia me sonrió.

-Paso a paso vas cambiando ¡mira cómo te sienta el corte! -Dijo celebrando mi corte de pelo.

Yo reí al respecto, pero si, estaba muy bonita.

Salimos del salón y estaba curiosa, porque nunca había visto la casa de Antonia. Si el carro era así de costoso, me imagino como será su casa. Aunque no se si iremos a su casa específicamente. Antonia prefirió volverse pelirroja y con su cabellera bastante larga.

-¿A dónde vamos? ¿Y qué celebraremos hoy? -Dije curiosa.

-Hoy preciosa, tendremos una cena familiar en casa. Contigo y con Jerome. Le enseñaré a mi familia las personas que me hacen feliz. Además, después de eso celebraremos que Jerome y yo seremos pareja oficial y todo será espectacular.

¿Qué?

¿Estoy oyendo bien? ¿Qué demonios?

¿Qué carajos?

¿Jerome y ella son...?

⸺¿Qué? ¿Cómo pasó? ⸺Dije sumamente sorprendida.

⸺Oh ¿No te lo imaginabas? Es que bueno, estaba por aquí en México ya que él vino a trabajar con tu novio y vine a acompañarlo aprovechando que son vacaciones y también mis padres andan por aquí. ¿Qué te parece esa coincidencia? ⸺Dijo emocionada.

Esas coincidencias simplemente son inexistentes y justamente anoche me besé con él...

⸺Vaya, es sorpresivo. Me alegro mucho por ti ⸺Dije aun sin poder creérmelo.

Llegamos a una casa, que digo de casa, era una mansión enorme.

¿Esta es la mansión del senador?

Ya era al medio día cuando llegamos.

Pasamos por el gran sendero de cemento en donde se veía unos grandes jardines y unas grandes piscinas. La mansión era de color crema y simplemente era majestuosa, parecía un palacio.

-¿Tu vives aquí? -Dije sorprendida.

-Obvio wey, es la casa de verano de mis padres -se rio.

Lo decía con tanta naturalidad que me había sorprendido. Llegamos al gran parqueo y de ahí, subimos unas escaleras hasta una habitación enorme, aun Antonia no abría la puerta.

-Bien, mandé a poner unas escaleras directo a mi habitación porque así es más fácil caminar por esta enorme casa. -Dijo tranquila.

Yo estaba agotada por subir todas esas escaleras. Ella abrió la puerta de su habitación y quede sorprendida. Es algo que no puedo explicar a simple vista, su habitación era muy grande y hermosa y muy llena de cosas, tanto que se parecía a la del hotel. Pero esta tenía el toque característico de Antonia. Muchas cosas pasaban por este momento en mi cabeza que no sabía explicar, Antonia es bastante rica.

-Bonito ¿no? Sabía que te gustaría -Dijo riéndose.

Entramos a su habitación y yo quede mirando muy asombrada.

-Vamos, necesitamos medirnos unos vestidos -Dijo jalándome para su closet.

Que también era bastante enorme.

A este paso era evidente que moriría por tanto asombro y lo que más me sorprende es que Antonia se ve tan sencilla y alegre que no podría imaginarla como una persona multimillonaria.

Nos medimos varios vestidos, ella me eligió un vestido largo de gala color azul marino. Era muy bonito y encajaba bien con mi cuerpo. Me sentía muy formal. Ella por su parte eligió un vestido de gala rosa muy atrevido, con cortes reveladores en sus pechos y muy ceñido a su cintura. Parecía una modelo de revista.

Antonia me maquilló un poquito y ella se maquilló completa, parecíamos unas mujeres de gala completamente. Me vi al espejo y sonreí. Esta podría ser yo si nada hubiera pasado antes, sino estuviera tan rota por dentro.

Ya daba la hora de la noche y estábamos más que listas para bajar. Antonia me miro y sonrió una vez más.

-Olvida todo por esta noche, esta es tu noche para gozar -Dijo animada. -Ya quiero que conozcas a mis padres.

-Está bien -Dije nerviosa.

Salimos por otra puerta que tenía Antonia, esta puerta nos llevaba a otras escaleras y no entiendo que tantas escaleras tienen los ricos joder. Rei ante esa estupidez y seguí bajando con Antonia. Ya estando en la planta baja, me di cuenta de que Jerome estaba ahí, vestido de traje, hablando con Jorge quien también estaba vestido de traje, a su vez también vi que detrás de nosotras bajaba un señor y una señora que se veían bastante elegantes, reconocí de una vez al senador, su cabello canoso y su sonrisa alegre bañaban toda la ciudad. La mujer a su lado era igual a Antonia, solo que se veía que era mayor. Supongo que era su madre.

Terminamos de bajar y vi que Antonia se volteó para saludar a sus padres. Estaba nerviosa, no sabía cómo actuar ante esta situación.

-Hola padres -Dijo Antonia alegre -Vengan, estoy feliz porque pudieron estar aquí.

-El gusto es de nosotros querida. -Dijo su madre.

Yo me acerque a los chicos y ellos me miraron de pies a cabeza, estaban sorprendidos.

-Entonces...-Oí una voz detrás de nosotros -¿Son los amigos de mi hija? -Dijo el senador refiriéndose a Jerome y a mí.

Estaba nerviosa y no sabía que decir porque yo si era amiga de Antonia, pero Jerome era su novio.

-Si señor, somos sus amigos -Dije dándole la mano, salvándole el pellejo a Jerome.

Porque imagino, que aún no se le ha presentado como novio. Jerome estaba nerviosismo. El senador saludo a Jorge con agrado, cosa que me sorprendió y bueno, eso lo sabré más adelante.

Ellos mantuvieron una conversación por 10 minutos hablando de muchas cosas. Mientras tanto, la mamá de Antonia nos llamó a sentarnos para esperar la cena. Esto era mucha clase, era una gran mesa como en las películas, todo era elegante, todo era bastante caro. Me sentía que no encajaba de ninguna manera en este sitio. Mi mente decía gózalo, nunca tendrás otra oportunidad para estar así y en efecto.

Me gozaré esta noche como nunca.

Jerome me habló susurrándome, él estaba a mi lado sentado y Antonia estaba a mi otro lado.

-Oye, gracias por lo hace rato, aun no sé cómo presentarme a sus padres -Dijo susurrando.

-No hay de que, mírate pareces hasta un santo con ese traje y ese peinado bien aplastado con gel -Me reí por debajo, ⸺Pero me debes una explicación.

-¿Cuál explicación? ⸺susurró confundido.

-¿De que hablan? -Dijo Antonia metiéndose en la conversación.

Su curiosidad era evidente.

-Hablamos del miedo que Jerome tiene a tu padre -me reí.

-Mínimo le cortará la cabeza -Se rio Antonia.

Jerome estaba asustadísimo. Podría jurar que le bajo la presión.

-Antonia no lo asustes -Le susurré.

Ella se rio y Jerome le lanzó una mirada retadora.

Miro la mesa y me rio por cómo estamos sentados. Yo tenía a Jerome a la derecha y a Antonia a la izquierda. La madre de Antonia estaba al frente de nosotros y el padre también, Jorge estaba al lado de ellos y frente a mí y este me miraba todo el momento, estaba muy embelesado mirándome. Me sonrojé ante esto. Extraño tenerlo en la cama.

Dejo de pensar en eso y me concentro en la comida que traen a la mesa, esta todo bien delicioso, hay frutas, ensaladas, cosas azadas. Se ven todas bien apetitosas.

La mesa está un poco callada, así que el senador empieza a hablar.

-Qué bueno Antonia que nos enseñas a tus amistades, nunca nos trajiste a nadie para conocer, solo eras amiga de Jorge-Dijo él, mirándonos -Me pueden llamar Roberto, es un placer conocerlos -Dijo refiriéndose a nosotros.

-Gracias -Dijo Jerome.

-Muchas gracias, Roberto -Dije refiriéndome a él con un poco de timidez. -Soy Jude. Puedo decir que su hija es la mejor amiga que existe. -Le agarré la mano a ella. -Es mi hada madrina.

Lo que dije fue sincero. Roberto se sorprendió con mi comentario y solo se rio un poco. Considero a Antonia como un hada madrina, porque si no fuera por ella ni por Jerome, no estuviera literalmente hoy aquí. Antonia me ha dado muchas cosas que necesitaba, como ropa, comida y aunque no me hubiera dado nada de eso yo aun la seguiría como amiga porque su corazón es muy noble y bondadoso.

Antonia es la amiga que siempre soñé. La quiero bastante.

-Y bueno padre, ¿Qué te puedo decir? Solo en pocas personas puedo confiar -Dijo Antonia encogiendo los hombros.

-Me siento encantada por este buen cambio hija -Dijo su madre -Me llamo Rose. Encantada de conocerlos también.

Su familia era muy carismática y sociable, ya veo de donde heredó eso Antonia. Seguimos comiendo con normalidad hasta que, en el momento del postre, Antonia se levanta y mira a Jerome.

Oh, no. ¿Le dirá que es su novio a sus padres?

Miro a Jerome sorprendida, este solo está más que nervioso.

-Papis quiero decirles algo -Dijo ella -Como saben, ya en tres meses termino mi carrera universitaria. Estoy en proceso de tesis y todo eso, además de que voy a dirigir una de las mejores líneas hoteleras de esta ciudad en cuanto tenga mi título -Dijo riéndose -Se que soy su orgullo y soy el orgullo de Zoé -Dijo con un poco de tristeza.

¿Zoé? ¿Quién es Zoé?

Proseguí escuchándola.

-En fin, soy su orgullo. Me siento feliz de todo lo que he logrado y quiero decirles una noticia muy importante que más que una noticia, es parte de mi felicidad. -Dijo feliz.

-¿Y qué es? No nos dejes en suspenso -Dijo Roberto.

-Pues -Dijo levantando a Jerome -Este chico, es mi novio -Dijo con felicidad - Y mi futuro esposo. Es un chico ejemplar, trabajador y sobre todo me ama.

La cara de sus padres eran todo un poema. Estaban serios y evaluaban a Jerome de pies a cabeza. De pronto se rieron a carcajadas.

¿Qué?

No me esperaba eso.

-Hija de por Dios, se veía a leguas que eran algo, con razón el chico estaba nervioso -Dijo Roberto. Se levanto y levanto a Jerome -Ven para acá muchacho, abraza a tu suegro.

Ellos se abrazaron y la cara de Jerome si era un verdadero poema.

-Bienvenido a la familia -Rose abrazó a Jerome.

-Muchas gracias -Dijo nervioso -No los defraudaré. Su hija estará bien cuidada conmigo.

-Eso lo sé, te ves muy decente. Qué bueno hija, ya era hora a tus 21 años que tuvieras un novio. -Dijo riéndose.

¿Me he vuelto loca o qué?

¡Esa no es la reacción natural de un padre! Creo que vivo en un universo paralelo.

Miré a Jorge riéndome mientras Roberto y su esposa contaban como se enamoraron y como fue fluyendo el amor. Era una historia muy bonita, pero Roberto la hacía divertida y jocosa. Mientras pasaba el tiempo contando anécdotas y circunstancias, me di cuenta de que Jorge no me quitaba los ojos de encima. Me siento extraña, no sé cómo actuar ante esto, me esta excitando la forma en que me mira.

La cena termina y la velada también, nos despedimos de los padres de Antonia y esta nos lleva a una habitación que se puede decir que estaba oculta ante nosotros, ya que estaba pintada del mismo color blanco de la casa y si solo te fijabas bien, veías la puerta. Nadie dijo ninguna palabra en lo que íbamos de trayecto.

Entramos a la habitación, y lo primero que percibí es que está bien bonito y decorado, era un poco diferente al de Antonia, su decoración era simple, pero resaltaba la elegancia de la casa. Había un espejo largo vertical en una pared y al lado el cuerpo de un maniquí, como de esos de usan las modistas para confeccionar ropa. La cama era igual de grande que la de Antonia y todo el piso tenía alfombras acolchonadas. Antonia nos pidió que nos quitáramos los zapatos y así lo hicimos. Jerome, Jorge y yo aun estábamos atónitos porque no sabíamos que pasaba.

-Chicos, quería enseñarles algo muy importante, espero les guste -Dijo Antonia.

Ella abrió otra ventana, al parecer era el closet. Pero no era uno cualquiera, era uno con una obra de arte de una chica, estaba hecho con lanas de ropa, era espectacular. La chica se parecía mucho a Antonia.

Antonia empezó a hablar:

-Puedes llorar porque se ha ido o reír porque ha vivido. Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado. Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver o puede estar lleno del amor que compartiste. Puedes llorar cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda o puedes hacer lo que le gustaría a esa persona: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir adelante. Como te quise un día, aun te sigo queriendo. De la misma forma que te lo prometí, aun guardo tu recuerdo. Y aunque la vida quiso que te fueras, no pudo arrancarte, ni borrarte de mi mente. Hoy sigues viviendo dentro de mí, me acompañas en mis alegrías y en mis ratos tristes, como siempre lo hiciste, como tiene que ser, porque aún... te sigo queriendo.

El semblante de Antonia estaba triste, después de esas palabras. Nos pasó unas coca colas y nos ordenó que las bebiéramos.

-¿Puedo hablar? -Dijo Jorge.

-Está bien -Dijo Antonia.

-Hay gente que no debieran irse y nos duele y nos parece injusto, seguir nosotros viviendo, mientras que a ellos se los lleva la muerte.

Hay gente que, por sus virtudes y acciones, quisiéramos que se les dé, por no decir eterna, una doble o triple vida, porque se lo merecen.

Pero no pasa así en la realidad.

Y todos nos preguntamos lo mismo: ¿La gente buena no debería vivir más...?

Pero la vida y el destino, parece que no piensan igual.

Pero morir no significa irse para siempre, solo significa descansar en paz.

Y cuando el sufrimiento es inevitable, morir es una bendición de Dios, es lo mejor que nos puede pasar.

Por eso cuando un ser querido muere, no significa que se vaya para siempre, porque entonces es que comienza a vivir eternamente, en nuestros recuerdos y nuestros corazones. -Las palabras de Jorge hicieron que Antonia se entristeciera aún más.

-Por favor les pido treinta segundos de solemne silencio, en nombre de Zoé.

Oh. Zoé era muy importante para ella ya veo... ¿era su hermana o algo así? Como sea, guardamos treinta segundos como ella nos pidió y luego destapo su coca cola. Toda esta situación me intriga.

-Beban -Dijo -Pero antes, un brindis por Zoé.

-Por Zoé -Exclamamos los cuatro.

Bebimos la Coca-Cola y yo me sentía como en una especie de homenaje. Me ahorraba el preguntar ya que veía que era un momento delicado. Después de beberlas, Zoé cerro el armario y salimos cada quien de la habitación.

Después de eso, ella estaba feliz, pero sin decir una palabra. Después que cerro la habitación, ella nos miró.

-Hoy era su cumpleaños número 26 -dijo con nostalgia. -gracias por acompañarme.

-De nada -Dije.

Jerome la abrazó y después Jorge. Yo fui la última en abrazarla.

Después de esto, me fui con Jorge en un taxi y no supe de Jerome ni de ella. No hablamos durante todo el camino, estaba en mis pensamientos reflexionando sobre las palabras Antonia hace un rato. Llegamos a un hotel y ambos nos miramos.

Teníamos una conversación pendiente y él lo sabía. No puedo sentirme bien si él no está conmigo y lo extraño mucho. Ya he decidido lo que quiero hacer y aunque no sea moralmente aceptable, no me importa.

Ya era la hora de hablar.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022