Pobre pero multimillonaria
img img Pobre pero multimillonaria img Capítulo 3 Nueva secretaria
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Capítulo 7 Pianista angelical img
Capítulo 8 La mentira de Heather img
Capítulo 9 Discusión de pareja img
Capítulo 10 Solo el comienzo img
Capítulo 11 Empleada diligente img
Capítulo 12 Miedo a la oscuridad img
Capítulo 13 Dónde está Annabel img
Capítulo 14 No te sientas tan importante img
Capítulo 15 Experiencia cercana a la muerte img
Capítulo 16 Sus admiradoras img
Capítulo 17 Distinguir el bien del mal img
Capítulo 18 Un aroma familiar img
Capítulo 19 El anillo robado img
Capítulo 20 Plan perfecto img
Capítulo 21 Análisis de huellas dactilares img
Capítulo 22 Prueba irrefutable img
Capítulo 23 Disculpa forzosa img
Capítulo 24 No eres mi tipo img
Capítulo 25 Sobrepasando los límites img
Capítulo 26 Tortolitos img
Capítulo 27 Una falsificación img
Capítulo 28 Gracias, Annabel img
Capítulo 29 Un día de fracasos img
Capítulo 30 Una disputa prolongada img
Capítulo 31 Annabel ganó img
Capítulo 32 El primer beso img
Capítulo 33 Malentendido img
Capítulo 34 El beso img
Capítulo 35 Tú eres Candy img
Capítulo 36 Un extraño img
Capítulo 37 Reunión inusual img
Capítulo 38 Buen criterio img
Capítulo 39 Un buen espectáculo img
Capítulo 40 Una hora para completar img
Capítulo 41 Evidencia img
Capítulo 42 La verdad img
Capítulo 43 Estás despedida img
Capítulo 44 Quién es Annabel img
Capítulo 45 Vas a morir, Annabel img
Capítulo 46 Rupert herido img
Capítulo 47 ¡Candy, no me dejes! img
Capítulo 48 La mano herida img
Capítulo 49 No te mereces a mi primo img
Capítulo 50 La confianza de Rupert img
Capítulo 51 Me iré cuando llegue el momento img
Capítulo 52 El rechazo img
Capítulo 53 La última palabra img
Capítulo 54 Viejo amigo img
Capítulo 55 No seas tan cruel conmigo img
Capítulo 56 La visita de Andrés img
Capítulo 57 Recuerda que eres mi prometida img
Capítulo 58 No niego que eres hermosa img
Capítulo 59 La chica era Annabel img
Capítulo 60 Fotografiados img
Capítulo 61 Rupert se va a enojar mucho con ella img
Capítulo 62 Un beso repentino img
Capítulo 63 Los embajadores img
Capítulo 64 Rory es perfecto img
Capítulo 65 No tan bueno como Rory img
Capítulo 66 Pasable img
Capítulo 67 Accidente durante la pauta img
Capítulo 68 El enemigo de mi enemigo es mi amigo img
Capítulo 69 Un buen cocinero img
Capítulo 70 Ella lo hizo a propósito img
Capítulo 71 La mejor prueba img
Capítulo 72 Cosechas lo que siembras img
Capítulo 73 Dame cinco minutos img
Capítulo 74 Una oportunidad perfecta img
Capítulo 75 El 5 de junio img
Capítulo 76 Yo soy Candy img
Capítulo 77 Vete al infierno img
Capítulo 78 Asesina img
Capítulo 79 Maniobras de resurrección img
Capítulo 80 La acusación img
Capítulo 81 Maldita mentirosa img
Capítulo 82 Una cita con Rory img
Capítulo 83 Intruso en la cena img
Capítulo 84 Celosa img
Capítulo 85 No es lugar para protestar img
Capítulo 86 Chismes difamatorios img
Capítulo 87 Nina se despertó img
Capítulo 88 Contraataque (Parte 1) img
Capítulo 89 Contraataque (Parte 2) img
Capítulo 90 Contraataque (Parte 3) img
Capítulo 91 Contraataque (Parte 4) img
Capítulo 92 Rupert es un buen tipo img
Capítulo 93 Los trucos del abuelo img
Capítulo 94 Háblame de Candy img
Capítulo 95 Annabel y Candy img
Capítulo 96 Plagio img
Capítulo 97 Plagio img
Capítulo 98 Candy también le tenía miedo a la oscuridad img
Capítulo 99 La conferencia de prensa img
Capítulo 100 Acusación de plagio img
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Capítulo 3 Nueva secretaria

Annabel se apartó con una sonrisa falsa.

Cathy perdió el control. "¡Tú, pueblerina! ¡Alto ahí! No he terminado de hablar. ¡Déjame decirte que Rupert nunca se casará contigo!".

En ese momento, él salió de la habitación.

"Emm... Rupert...", tartamudeó Cathy mientras retrocedía con miedo.

El hombre tenía el rostro oscurecido. Era obvio que estaba enojado, por lo que ella no se atrevía a decir nada más.

Annabel le pidió a una criada que la llevara a su habitación, desempacó sus pertenencias y luego bajó a desayunar.

Erica, Cathy y Rupert ya estaban en la mesa del comedor.

En cuanto Annabel se sentó, Erica empezó a criticarla. "¿No te enseñaron modales? No solo te levantaste tarde, sino que tampoco te tomaste la molestia de preparar el desayuno. ¿Crees que ya eres la dueña de esta casa?".

Annabel se volvió hacia ella. "No soy una sirvienta", contestó rotundamente.

No pensaba prepararle el desayuno a esa familia.

Aunque Rupert permanecía callado durante la discusión, era evidente que tampoco le gustaba Annabel.

El ambiente era tan tenso que la mayor parte del tiempo comieron en silencio. Después del desayuno, Erica le entregó una tarjeta bancaria a Annabel.

"Aquí hay unos cinco mil dólares. Cómprate ropa decente antes de que vayas a la empresa. Recuerda que debes portarte bien. No le causes ningún problema a Rupert".

Para que la relación de ambos mejorara, Bruce propuso que Annabel trabajara en la empresa como secretaria de Rupert. Leonard Hewitt, el abuelo de Annabel, estuvo de acuerdo inmediatamente. Ella tampoco se negó, ya que solo sería temporal.

No pensaba que su nuevo empleo fuera para tanto, ¡pero sí su tarjeta bancaria! Era evidente que Erica la menospreciaba. "Gracias, pero no", respondió con sarcasmo.

No creía que hubiera nada de malo con su ropa, pues había sido confeccionada especialmente para ella. Por eso los Benton pensaban que no era ropa de diseñador. Sin esperar a que Erica o alguna otra persona respondiera, subió las escaleras para alistarse e irse a trabajar.

Acababa de entrar a su habitación cuando sonó su teléfono. Era una notificación del banco. Cincuenta millones de dólares habían sido transferidos a su cuenta.

Luego, recibió un mensaje de texto de Leonard.

"Querida, espero que te estén tratando bien. Transferí dinero a tu cuenta para que compres lo que quieras. No olvides informarme si alguien te intimida. Te amo".

"No soy feliz aquí, abuelo", respondió ella sonriendo. "Me están intimidando y no es gracioso".

"Me alegra", respondió Leonard casi de inmediato. "Bueno, ahora me iré a pescar. Hablamos más tarde".

Annabel no podía creerlo.

Con un suspiro, se puso un traje profesional y salió de la casa. El conductor le abrió la puerta; y en cuanto se subió al auto, descubrió que Rupert también estaba adentro.

"¿No dijiste que no estabas interesada en mí? ¿Por qué aceptaste trabajar como mi secretaria?". Su encantadora voz sonaba irónica. También había una sonrisa en las comisuras de sus labios.

"No te hagas ideas ridículas solo porque acepté. Le prometí a mi abuelo que me quedaría durante tres meses. Una vez que expire el plazo, anularemos el compromiso", respondió Annabel con una mirada indiferente.

"¿Eh?", murmuró Rupert burlonamente. "¿No te preocupa enamorarte de mí en los próximos tres meses? Apuesto a que no querrás irte".

Annabel lanzó una risa.

"¡Qué gracioso, Rupert! Claramente tienes un ego muy grande. Para tu información, yo jamás me enamoraré de ti. Bájate del pony".

Annabel sabía que él era guapo, pero no le importaba. Tenía ese carácter repulsivo que ella odiaba en los hombres.

Rupert puso una cara larga.

¿Jamás se enamoraría de él?

"Ya lo veremos, Annabel. ¡No olvides lo que acabas de decir!".

Pensaba que ella se estaba haciendo la difícil. ¿Por qué venía a su casa si no sentía nada por él ni quería ser su esposa?

"Está bien, lo tendré en cuenta", coincidió Annabel con una sonrisa. "No te preocupes, en tres meses, nos iremos por caminos separados. Por cierto, en la empresa, tenemos que fingir que no nos conocemos. No quiero dramas innecesarios".

Rupert se mantuvo callado.

Sin embargo, Annabel no sabía que sería imposible evitar el drama en el trabajo. La noticia del compromiso de Rupert ya se había extendido como pólvora. Todos sabían que su prometida venía del campo.

Los empleados del Grupo Benton estaban en una acalorada discusión.

"Chicos, ¿han escuchado la última noticia? La prometida del señor Benton trabajará aquí. ¡Será su secretaria!".

"¡Oh, Dios mío! Escuché que es fea y que viene del campo. Como es pobre, debe haber estudiado en una mala universidad. ¿Podrá siquiera entender los documentos?".

"¡Ja, ja! ¡Repite eso! Yo creo que ni siquiera podrá operar una computadora".

Pero los chismosos se callaron en cuanto llegó Rupert con Annabel. Todos se quedaron boquiabiertos mientras los observaban.

            
            

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