Capítulo 7 Quizás esté considerando volver a casarse

Katelyn se quedó atónita, ya que no podía creer que Vincent la hubiera identificado tan rápidamente.

En cambio, Neil frunció el ceño, ya que veía a Katelyn como una ama de casa sin ambiciones profesionales, centrada solo en la vida cotidiana. No podía aceptar que fuera Iris.

Parada junto a él, Lise miró incrédula a Katelyn.

No podía creer lo que estaba pasando.

No era posible.

Incluso sospechaba que ella había engañado a Vincent.

Esforzándose por mantener su sonrisa, señaló: "Señor Adams, parece que no conoce a Katelyn como nosotros. Es experta en engañar y presentarse de una manera favorecedora. ¿Cómo es posible que sea Iris?".

La mirada de Neil se volvió gélida mientras observaba a Katelyn. "Katelyn, te recomiendo que digas la verdad, o deberás afrontar las consecuencias de tus mentiras".

Pero ella los ignoró por completo.

Aimee la tomó del brazo y le hizo un gesto a Vincent. "Señor Adams, por favor, sígame".

Vincent respondió con un asentimiento y siguieron caminando.

Neil fulminó con la mirada a la figura de Katelyn que se alejaba.

Después de un rato, lanzó un resoplido. Aún no podía creer que ella fuera Iris. ¿Cómo era posible que una ama de casa fuera la mejor diseñadora del mundo?

Supuso que ella sabía que su engaño sería revelado eventualmente y prefirió callarse para engañar a Vincent.

Era una estrategia para verse evasiva.

Con esto en mente, esbozó una sonrisa desdeñosa.

Katelyn tenía la suerte de ser amiga de Aimee. Probablemente quería que él se arrepintiera de su decisión de abandonarla. Pero fingir ser Iris para ganar su atención solo profundizaría su desdén.

Aimee había reservado de antemano una lujosa suite de negocios para su reunión. Era perfecta para negociaciones comerciales.

Katelyn se sirvió una taza de té y la fragancia se extendió por el ambiente.

Vincent la observó con interés y comentó amablemente: "Parece que su matrimonio no va bien, señorita Iris".

Katelyn le dio una sonrisa educada y respondió como profesional: "¿Qué tal si discutimos el proyecto primero?".

Aimee sacó los archivos y acuerdos que había preparado y se los entregó a su amiga.

Vincent era famoso por ser un perfeccionista, así que tenía requisitos estrictos con respecto a los detalles de las joyas.

Había propuesto tres temas para la preparación de los nuevos productos.

Katelyn sacó los últimos borradores de diseño y los señaló.

"Señor Adams, aquí tiene los borradores de joyas diseñados según sus especificaciones. En este momento, tenemos tres diseños. Si tiene alguna idea o comentario, avíseme".

Vincent abrió los ojos con sorpresa. "Lo completó muy rápido".

Aimee se echó a reír. "Señor. Adams, usted no habría solicitado esta colaboración si Iris no fuera tan capaz. Hoy mismo hizo estos borrados en el camino a nuestra reunión".

Vincent había discutido sus requisitos solo con Aimee, pero Katelyn no solo los entendió rápido, sino que sus borradores también superaron sus expectativas.

Katelyn parecía interpretar e implementar a la perfección cada idea que él proponía.

Era la primera vez que conocía a alguien que entendía completamente su punto de vista, por lo que sintió una conexión profunda, como una resonancia de almas.

"Ahora entiendo por qué dicen que usted es la mejor diseñadora, señorita Iris", la elogió. "Me gustan todos estos diseños".

Katelyn asintió levemente y respondió: "Me alegra que le gusten, señor Adams".

Vincent dejó los borradores a un lado y le dio una sonrisa amable. "Tengo otra pregunta: el Grupo Wheeler también se comunicó con usted. Señorita Iris, usted y el señor Wheeler...".

Hizo una pausa y puso una mano sobre la mesa. Sus delgados dedos tamborilearon distraídamente, con una ritmo que coincidía con los latidos de su corazón.

Katelyn mantuvo la compostura con una pequeña sonrisa. "Nos hemos divorciado, así que no tengo ninguna relación con Neil Wheeler. Puede estar seguro de eso, señor Adams".

Durante esos tres años, Neil la había lastimado profundamente a través de su negligencia y desdén. Pero solo decidió dejarlo para siempre cuando fue testigo de su infidelidad.

Vincent alzó ligeramente una ceja y siguió observándola. Con cierta amabilidad, preguntó: "Señorita Iris, ¿considera volver a casarte?".