Capítulo 8 Una pareja perfecta

Katelyn lo miró sorprendida a los ojos. "Señor Adams, ¿por qué hace esa pregunta?".

Vincent tenía una leve sonrisa. Su voz era ronca, pero resonaba con profundidad. Reclinado en su silla, explicó: "Nuestra colaboración es extremadamente confidencial. Si tuviera un esposo trabajando para nuestra competencia, podría afectar nuestros proyectos. Usted entiende lo que quiero decir, señorita Bailey".

Katelyn comprendió su punto de vista y asintió. "Puede quedarse tranquilo, señor Adams", afirmó. "Me aseguraré de que ningún asunto personal interfiera con nuestra cooperación. Además, gracias a experiencias pasadas, he aprendido a no confiar muy fácilmente en los hombres en el ámbito amoroso".

El hombre que había amado durante años había demostrado ser un completo farsante.

La lección había sido dura, así que nunca la olvidaría.

Ahora tenía la sospecha de que todos los hombres eran iguales.

Por lo tanto, a partir de ese momento, decidió no volver a creer con facilidad las encantadoras palabras de ningún hombre.

Vincent sonrió y tamborileó los dedos sobre la mesa.

"Me alegra saberlo".

Katelyn no pensó mucho en su comentario, pero Aimee se mostró interesada en el intercambio.

Había percibido un significado subyacente en las palabras de Vincent. Si bien su amiga lo había pasado por alto, ella no estaba tan segura.

Esperaba que a Vincent le hubiera gustado Katelyn. Sería un mejor candidato para ella de lo que Neil había sido jamás.

Mientras tanto, Neil y Lise permanecieron en su sala privada, observando la suite de negocios donde Katelyn y los demás habían entrado.

Pasaron treinta minutos sin que nadie saliera.

Los dos se preguntaron si de verdad Katelyn estaba negociando con Vincent.

Abrumada por los celos y el resentimiento, Lise apretó el dobladillo de su vestido con tanta fuerza que se arrugó. Sus uñas se clavaron en sus palmas mientras intentaba contener sus emociones.

Volviéndose hacia Neil, quien se veía molesto, preguntó con vacilación: "Neil, ¿de verdad Katelyn es Iris?".

"¡No, es imposible!", respondió él.

"Katelyn debió haber ideado este plan para engañarnos", agregó.

Estaba convencido de que ella solo quería captar su atención.

Podía descifrar fácilmente esas tácticas.

Lise tenía una mirada reflexiva mientras insistía: "Pero hoy Katelyn se veía bastante diferente. Apenas pude reconocerla. Estaba tan cautivadora y radiante. Podría atraer a cualquier hombre".

Neil resopló con desdén. "Tal vez sea atractiva, pero ¿qué importa?", espetó molesto. "Su apariencia no puede ocultar sus malas intenciones y sus engaños. Me repugna".

Lise se sintió más tranquila con esa respuesta.

Mientras Neil la siguiera queriendo, estaba segura de que pronto se convertiría en su legítima esposa.

Enmascarando su complacencia y alegría, dijo con un suspiro: "Neil, no te enojes. Ambos conocemos muy bien a Katelyn. Solo quiere demostrar su competencia, al punto de que ha recurrido a la mentira. No ha considerado las consecuencias cuando sus engaños sean revelados".

De repente, se abrió la puerta de la suite de negocios.

Tanto Lise como Neil se pusieron serios y miraron fijamente la puerta.

Vincent fue el primero en aparecer, seguido por Katelyn y Aimee.

Los tres estaban sonrientes, por lo que el ambiente se sentía relajado y agradable.

Katelyn le extendió la mano a Vincent con una sonrisa.

"Espero que pronto disfrutemos de una cooperación fructífera", declaró gentilmente.

Vincent le estrechó la mano y respondió sonriendo: "También espero que sea una cooperación agradable".

Neil entrecerró los ojos mientras observaba conmocionado el intercambio. Esa escena destrozó todas sus suposiciones y esperanzas anteriores.

Ahora estaba comenzando a creer seriamente que Katelyn podría ser Iris.