La tarde caía suavemente sobre la ciudad, bañando los edificios en tonos dorados y rosados, mientras Defne se encontraba en casa, sumida en sus pensamientos. El sol entraba por las cortinas, iluminando la habitación de forma casi mágica. Ella estaba sentada en su cama, repasando los recuerdos de Max, algo que últimamente se había convertido en part
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