Era un día soleado en la ciudad, y Defne se sentía más viva que nunca. Había pasado días preparando su atuendo para el evento de la noche, donde Max, su mejor amigo y el chico del que estaba cada vez más enamorada, se presentaría con su banda por primera vez. Sin embargo, había algo más que la llenaba de emoción. Esa tarde, Max la había sorprendido con una pregunta que no esperaba.
"Defne," había comenzado, su voz un poco temblorosa. "He estado pensando... ¿quieres ser mi novia?"
El corazón de Defne se detuvo un instante. "¿Qué? ¿En serio?"
Max sonrió con esa confianza que siempre la había atraído. "Sí, en serio. No puedo imaginarme sin ti, y creo que sería genial dar este paso."
Defne sintió una oleada de felicidad que la envolvió, y sin pensarlo dos veces, asintió. "¡Sí! Claro que quiero ser tu novia!"
Max sonrió ampliamente y la abrazó, un gesto que le hizo sentir como si volara. "Genial. No puedo esperar para que todos lo sepan."
El día avanzó rápidamente, y la emoción en el aire era palpable. La banda de Max había estado trabajando arduamente para prepararse para esta presentación, y Defne estaba ansiosa por verlo en el escenario.
Al llegar al lugar, el ambiente era vibrante, lleno de luces brillantes y el murmullo de la multitud. Defne buscó entre la multitud y, al ver a Max en el escenario, su corazón se llenó de orgullo. Se veía increíble con su guitarra en mano, y su sonrisa iluminaba todo a su alrededor.
"¡Hola a todos!" gritó Max, y el público estalló en vítores. "Estamos emocionados de tocar para ustedes esta noche. Pero primero, quiero dedicarle esta canción a alguien muy especial."
Defne sintió que su rostro se sonrojaba. Sabía que se refería a ella. La música comenzó a sonar, y Max empezó a tocar una canción que había escrito. Cada nota resonaba en su corazón, y Defne no podía dejar de sonreír mientras lo veía actuar.
Mientras Max se entregaba a la música, Defne se sintió como si todo fuera perfecto. Sin embargo, la felicidad se desvaneció cuando Melani apareció entre la multitud. La chica era hermosa, con su cabello castaño brillando bajo las luces, y sus ojos llenos de picardía. Sabía que Melani había estado intentando acercarse a Max desde que comenzó a salir con él, y eso la inquietaba.
Después del espectáculo, Max bajó del escenario y corrió hacia Defne, radiante de felicidad. "¡Defne, estuviste increíble! No puedo creer que finalmente lo haya hecho. ¿Qué te pareció?"
"Estuviste fenomenal, Max. Eres una estrella," respondió Defne, su corazón palpitando de emoción.
Sin embargo, antes de que pudieran disfrutar de su momento, Melani apareció a su lado. "¡Max! ¡Increíble actuación!" exclamó, lanzándose hacia él y abrazándolo con entusiasmo.
Defne sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras observaba la interacción entre ellos. Melani siempre había sido la chica popular, y su presencia podía cambiar la dinámica de cualquier situación.
"Gracias, Melani," dijo Max, sonriendo. "Defne es mi novia, y ella estuvo aquí apoyándome todo el tiempo."
Melani alzó una ceja, sus ojos brillando con curiosidad. "¿Tu novia? ¡Vaya, eso es nuevo! ¿Desde cuándo?"
Defne sintió que su pecho se apretaba, pero trató de mantener la calma. "Desde hace un par de días," respondió, intentando sonar segura.
"Eso es genial. Siempre es bueno tener a alguien que te apoye," dijo Melani, su tono casi sarcástico. "Pero recuerda, Max, la vida de un artista puede ser complicada. A veces hay distracciones."
Defne se sintió incómoda con sus palabras. Sabía que Melani estaba tratando de sembrar dudas en la mente de Max. "No te preocupes, yo estoy aquí por él," dijo, tratando de sonar convincente.
Melani sonrió de manera astuta. "Oh, claro. Pero, por si acaso, ¿has pensado en lo que significa realmente ser novia de alguien que está empezando a ser famoso?"
Max frunció el ceño, su entusiasmo pareciendo desvanecerse. "Defne es fuerte. Sé que podemos manejarlo."
Melani se cruzó de brazos, desafiando la confianza de Max. "Sólo quiero que tengas cuidado. La fama atrae muchas tentaciones. Te lo digo porque me importa."
Defne sintió una mezcla de rabia y frustración. "Max confía en mí, y yo confío en él. Eso es lo que importa."
"Claro, pero ¿qué harás cuando las chicas comiencen a lanzarse sobre él?" Melani insistió, sonriendo maliciosamente.
Defne sintió que las palabras de Melani se alojaban en su mente. No quería que Max sintiera la presión de elegir entre ella y la fama. "No tienes que preocuparte por eso. Estoy aquí porque quiero estar con él."
"Solo recuerda que el amor a veces no es suficiente," dijo Melani con una sonrisa traviesa antes de alejarse, dejándolas en un mar de dudas.
Defne miró a Max, quien parecía perdido en sus pensamientos. "No le hagas caso a Melani. Solo está tratando de hacerte dudar," dijo con firmeza.
Max se rascó la nuca, sin poder evitar la preocupación. "Sé que es una chica difícil, pero ella tiene razón en algo. La fama puede complicar las cosas."
"Lo sé, pero confío en nosotros. No vamos a dejar que eso nos separe," Defne dijo, tratando de convencerse a sí misma.
Max la miró a los ojos, como si estuviera buscando la verdad en sus palabras. "Tienes razón. Estoy aquí por ti, y no dejaré que nadie se interponga en nuestro camino."
La noche continuó con risas y celebraciones, pero Defne no podía quitarse de la cabeza las palabras de Melani. La inquietud la seguía, como una sombra, mientras el ambiente se llenaba de música y risas.
A medida que pasaban las semanas, Max comenzó a ganar popularidad, y con eso, la atención de muchas chicas. Era como si el mundo se hubiera dado cuenta de lo talentoso que era, y Defne se encontró en medio de un torbellino de emociones. Aunque Max la seguía eligiendo, la presión comenzaba a afectar su relación.
Una noche, después de otro espectáculo, Max se encontró rodeado por admiradoras, mientras Defne permanecía a un lado, observando. Las risas y los coqueteos la hicieron sentir como un extraño en su propia vida. Melani se paseaba entre las chicas, como si estuviera disfrutando de la atención.
"Max, ven aquí un segundo," llamó Melani con un tono seductor, y Defne sintió una punzada de celos.
Max se acercó a ella, y Defne contuvo la respiración. "¿Qué pasa, Melani?" preguntó, ignorando la preocupación que se acumulaba en el pecho de Defne.
"Solo quería ver cómo te sientes con toda esta locura. Sé que es emocionante, pero no olvides de dónde viniste," dijo Melani, poniendo su mano suavemente en el brazo de Max.
Defne sintió que su corazón se hundía. No podía soportar la forma en que Melani se acercaba a él. "Max, quizás deberíamos irnos. Ya es tarde," sugirió, tratando de mantener la calma.
Max miró a Defne y luego a Melani, pero antes de que pudiera responder, Melani lo interrumpió. "Oh, pero ¿por qué no disfrutan un poco más? No todos los días se tiene la oportunidad de ser famoso."
Defne se sintió impotente. Era como si Melani estuviera disfrutando de jugar con sus emociones. "No tengo ganas de quedarme," dijo, tratando de sonar decidida.
"Vamos, Defne. Solo es un poco de diversión," dijo Max, pero su voz sonaba dubitativa.
"Divertirse no significa perder el rumbo. Yo estoy aquí para apoyarte, pero no quiero ser solo una opción," respondió Defne, sintiendo que la presión aumentaba.
Max se quedó en silencio, y el nudo en el estómago de Defne se intensificó. Melani sonrió, satisfecha con la tensión que había creado. "Defne, solo relájate. Si Max quiere estar con nosotros, no hay nada de malo en eso."
"¿Pero qué hay de nosotros?" Defne cuestionó, su voz temblando. "No puedo soportar esta situación."
Max frunció el ceño, claramente incómodo. "Defne, no estoy eligiendo a nadie. Solo quiero disfrutar del momento."
"¿Disfrutar del momento? ¿O disfrutar de la atención?" Defne soltó, sintiendo que las lágrimas comenzaban a asomarse.
Melani se cruzó de brazos, disfrutando del espectáculo. "Quizás deberías hablar con ella, Max. Solo quiero que estés feliz."
El corazón de Defne se rompió un poco más. "¿Feliz? ¿Como si estuvieras intentando separar a una pareja?"
Max tomó la mano de Defne, su expresión llena de frustración. "No es así. Melani está aquí, y no puedo ignorar lo que ella dice."
Defne sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. "Entonces, ¿es eso? ¿La fama te ha cambiado? ¿Te importa más lo que digan los demás que lo que sientes por mí?"
"¡No! Por supuesto que no, Defne. Eres importante para mí," respondió Max, pero sus palabras sonaban vacías en medio de la confusión.
Defne se dio cuenta de que necesitaba un espacio. "Voy a salir un momento," dijo antes de girarse y alejarse, su corazón latiendo con fuerza. No quería que la relación que había soñado con Max se desmoronara por la influencia de Melani.
Mientras caminaba, sintió que las lágrimas comenzaban a deslizarse por su rostro. La música seguía sonando en el fondo, pero para ella, todo había perdido su magia. Melani había conseguido lo que quería: había sembrado la duda en su corazón, y aunque Max parecía preocuparse por ella, la presión de la fama y la tentación estaban comenzando a nublar su relación.
Defne se apoyó contra la pared del edificio, tratando de recuperar el aliento. Sabía que debía ser fuerte, pero la inseguridad la consumía. ¿Podría realmente confiar en Max? ¿O Melani siempre estaría entre ellos, esperando su oportunidad para separarlos?
A medida que la noche avanzaba y el bullicio del espectáculo continuaba, Defne sintió que su mundo se desmoronaba. Necesitaba encontrar una manera de luchar por su relación, pero las sombras de la duda la rodeaban. En ese momento, la idea de perder a Max parecía más real que nunca.
Cuando Max finalmente salió en su búsqueda, la encontró en un rincón oscuro, sollozando. "Defne..." dijo, su voz llena de preocupación.
"No, solo vete, Max. Necesito estar sola," respondió ella, sin poder mirar sus ojos.
"No puedo dejarte así," insistió, acercándose con cautela. "Hablemos, por favor."
Defne levantó la vista, encontrando su mirada sincera. "No sé si puedo soportar esta presión. Melani tiene razón, todo esto es complicado."
Max tomó su mano, su toque reconfortante. "Defne, no quiero que te sientas así. Estoy aquí por ti, siempre. No dejes que nadie, ni siquiera Melani, te haga dudar de lo que sentimos."
Pero mientras miraba a Max, la incertidumbre seguía acechando. "¿Lo prometes? ¿No dejarás que ella se interponga entre nosotros?"
"Te lo prometo. Lo que tenemos es más fuerte que cualquier distracción," dijo, y en su voz había una sinceridad que le dio esperanzas.
Sin embargo, mientras regresaban al bullicio del evento, Defne sabía que la batalla por su relación apenas comenzaba. Melani estaba lista para jugar sucio, y Defne tendría que luchar no solo por su amor, sino también por su propia confianza.
El sonido de las risas y la música los envolvió nuevamente, y Defne tomó una profunda respiración. Estaba dispuesta a enfrentar lo que viniera, pero la sombra de Melani se cernía sobre ellos, lista para hacer su jugada en cualquier momento. La lucha apenas había comenzado.